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Jimin había usado la misma técnica del día anterior, roceo el lugar en donde estaría Jungkook con su colonia y tal vez un poco de sus feromonas; pero era para asegurar las acciones del alfa. Sería sencillo, después de todo, nadie se había resistido a sus encantos en el pasado y este joven alfa tampoco lo haría, lo sabría seducir entre su coqueteo y su falsa inocencia.
El omega se percató que el alfa había entrado a la biblioteca como un día antes se lo había permitido, por lo que fue a la cocina y preparo un vaso de limonada, desabotono uno de los botones de su camisón para que su pecho blanquecino y sus clavículas se asomaran. Coloco un poco de bálsamo sobre sus labios y despeino ligeramente su cabello para así verse más casual, con la limonada en mano y viéndose exquisito entro a la biblioteca, no sin antes ordenar que nadie le moleste.
Jungkook estaba sentado en el único sillón, tenía un libro sobre su regazo y unos lentes reposaban en su nariz, se veía concentrado. Soltó un suspiro y camino hasta pararse a su lado, para llamar su atención tocó su hombro suavemente.
"Espero no molestarte." Sonrío. "Pero te traje una limonada, debes estar cansado por el trabajo de antes."
Jungkook sintió algo raro al mirar a Jimin desde su lugar, ahí sentado podía observar los pomposos labios del omega, podía ver su pecho blanquecino, sus clavículas y parte de su estómago plano. Se sentía extraño por sentirse nervioso con la presencia del omega que no le caía para nada bien, pero desde que entró a la biblioteca no se quitó de la cabeza como es que su jefe olía aquella noche; el aroma estaba impregnado en cada pared de la habitación y de su memoria, ahora con Jimin más de cerca lo sentía aún más.
Sentía que se volvía loco con tal aroma tan exquisito.
"No, no te preocupes." Sonrío dde vuelta, dejando el libro sobre su regazo. "Muchas gracias, me moría de sed."
Sed de líquido y sed de aquel aroma.
"Mhm." Le dio el vaso, tocando ligeramente sus dedos, mirándole a los ojos le sonrió dulcemente. "No tienes porqué agradecer."
"De todas formas." Se encogió de hombros mientras bebía de la limonada, estaba deliciosa. "Pero no más que ese aroma." Dijo en voz alta.
"¿Qué?" Soltó una risilla fingiendo confusión, sabía de lo que hablaba y se sentía satisfecho que su plan esté yendo tan bien.
"Nada." Sonrío avergonzado, terminando la limonada para calmar el calor de sus mejillas.
Jimin no quiso seguir parado como un imbecil, así que sin decir nada más se sentó en el brazo del sillón, muy cerca de Jungkook. Cuando el alfa termino el jugo dejo el vaso en el piso, se sintió eterno el silencio entre ellos.
"¿Repasabas tus apuntes?" Preguntó Jimin.
"Si, si...necesito tener una buena nota, así no me estreso tanto en el examen final." Sonrío.
"Los exámenes finales son lo peor, siempre sirve asegurar tu nota con los primeros exámenes."
"Ajá...¿y tú qué estudiaste?"
"Nutrición." Dijo. "Pero no ejerzo mi profesión hace tres años, decidí dedicarme a mi hogar."
"A pesar de que no tienes hijos." Completo Jungkook.
"Si...nunca le interesó tener hijos."
"¿Y por qué? Acá tendrían todo."
"No lo sé." Se encogió de hombros, encontrando una ruta perfecta. "Tal vez mi omega no quiere tener cachorros con el alfa de mi esposo."
"Oh..."
"Ay, no debí haber dicho eso." Se avergonzó, llevando su mano a sus labios.
"No no, está bien, no te juzgo, es algo que pasa mucho. Los omegas son los que escogen al padre de sus cachorros y si el tuyo no ve a tu esposo lo suficiente para tener hijos, está bien." Pronto Jungkook se arrepintió de haber dicho todo lo que dijo. "Perdón, perdón, no quise decir eso, lo lamento-"
"No, tranquilo." Jimin rió genuinamente, le pareció gracioso como Jungkook entro en pánico al decir todo aquello.
No se sentía ofendido, porque era verdad, su omega no veía suficiente al alfa de Hyungwon, pero no le importaba pues Hyungwon le ofreció lo que nadie más pudo; conservar su vida de lujos e incrementarla.
"Siendo sincero, descubrí después de la noche de bodas que mi omega veía insuficiente al alfa de Hyungwon." Rió cubriendo su boca con sus dedos, bastante elegante y delicado.
"Oh..." Jungkook se sentía extraño al oír todo aquello, era como si presenciara una infidelidad y nada estaba pasando.
Algo que salía desde el fondo suyo era el pensamiento de su jefe alfa siendo insuficiente para su jefe omega, creía que las cosas eran perfectas entre ambos y que la falta de hijos era por una decisión mutua, no por falta de "alfasidad".
Jungkook se veía suficiente, se sentía suficiente, sabía que en un futuro sería capaz de darle a algún omega la familia que tanto se desea, podría cuidarlos y brindarles todo.
¿Por que pienso en eso? Pensó.
"¿Tú tienes pareja, Jungkook?" Oyó a su lado, como en un susurro.
"No, no tengo, decidí estar soltero en mi etapa universitaria." Rió.
"Oh, que sorpresa."
"¿Sorpresa?"
"Eres muy atractivo y simpático, creí que tenías pareja."
"Oh..." El alfa se sintió tímido, Jimin le había halagado con un ronroneo en su oreja, hablaba aterciopelado mientras le veía a los ojos.
Pronto el ambiente entre ambos se volvió tenso, se ahogaban en la presencia del otro y navegaban en la mirada de su acompañante, fue inevitable para el alfa no lamer sus labios por el nerviosismo, también fue imposible no ver los labios pomposos de Jimin, fue imposible no desear una probada.
Jimin leyó la mirada de Jungkook, al fin había caído en sus encantos, pero tenía que asegurar el piso.
"Tienes una mancha en uno de los vidrios de tus lentes." Dijo acercándose a Jungkook, solo era un centímetro el cual separaba su trasero del regazo del alfa. "Déjame limpiarlo."
Al tener a Jimin aún más cerca suyo se quiso volver loco, veía su piel blanquecina de cerca y olía el aroma tan dulce que desprendía, a pesar del disgusto que le había agarrado a la personalidad de su jefe; quería comerselo entero.
Jimin limpio la mancha inexistente y coloco los lentes de Jungkook en sus ojos una vez más, quedándose lo suficientemente cerca del alfa para que esté tuviera la azaña de tomarlo en sus manos.
Jungkook sintió como todo dentro suyo quemaba, vio la mirada de Jimin sobre sus labios y mando todo a volar, solo se vive una vez; sus ganas de probar los labios de su jefe eran más grandes que el desprecio por este.
Por eso lo tomo de la mandíbula y lo beso, el beso fue correspondido, fue bastante caótico, tanto que Jimin tuvo que sentarse sobre el regazo del alfa.
Sus labios danzaban desesperados, con un gran deseo entre el beso, Jungkook metió sus manos en el camisón y trazo con sus dedos largos la pequeña cintura del omega. Se separaron por la falta de aire, pero volvieron a besarse, labios colisionado mientras las manos del alfa aún lo acariciaban por debajo de su ropa.
Jimin se ahogó en el placer de tener a un alfa tan atractivo besándole y acariciándole, de sus labios se escapo un gemido; dando cabida a que Jungkook comience a besar su cuello, quería intoxicarse en el aroma tan dulce que Jimin emanaba.
Hasta que el balde de agua fría cayó sobre Jungkook, estaba besando al engreído de su jefe, besaba al esposo de alguien, por eso se separó de golpe de Jimin, prácticamente tirándolo al piso.
"Gracias por la limonada." Dijo con las mejillas rojas y los labios hinchados. "Ahora me voy, tengo que sacar a Bam a pasear, nos vemos mañana."
Y tomando sus apuntes se fue de la biblioteca, dejando a un alborotado y tirado Jimin en el piso.
Jimin aún se sentía entusiasmado por el apasionado beso con Jungkook, solo pensaba en sus manos sobre su cuerpo y sus labios sobre su piel, tanto que ni se dio cuenta que su esposo jamás llegó a la hora que se suponía llegaría.
Paso una hora y Hyungwon llegó, en esa hora Jimin aún pensaba en el beso que había compartido con Jungkook.
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