Capítulo 7: ¿Soy una prostituta?
Adjunto antiguo icono de la app/página de "Virgiuls" jaja🫶🏾
[Horas antes…]
—Señorita Clarissa, la niña Savannah la está esperando en su habitación.
—Gracias, señora Hilda —le digo y le dedico una sonrisa.
Subo las escaleras de la casa de Sav con una prisa normal. Toco su puerta antes de entrar y la encuentro tirada en su cama con su lapto en su regazo. Mi mejor amiga me dijo que luego de que saliera del Bluebar fuera a su casa para hacer lo de… Vender mi virginidad y aquí estoy, con sentimientos encontrados, con ganas de llorar, con ansiedad de lo que me espera pero tengo que hacerlo, tengo que conseguir ese dinero cueste lo que cueste.
Cuando Savannah me ve sonríe algo triste y me dice que me dé una ducha, le agradezco y voy hacia el baño, me quito mis prendas y me meto en la regadera con agua calentita. Al cabo de unos minutos salgo y mi amiga tiene un par de conjuntos de ropa en su cama y me vuelve a sonreír sin mostrar sus dientes.
—Te he elegido un par de vestidos para tomarte las fotos —me dice—. Bueno, te dejo para que te cambies. En el cajón de abajo está la ropa interior nueva que te traje.
Dicho eso sale de su habitación dejándome sola. Suspirando me encamino a ponerme la ropa, en diez minutos ya estoy lista y en ese momento llega mi amiga con su maquillaje a mano. Me dice que estoy hermosa con lo que me puse, y me pide que me siente en su silla que me iba a maquillar algo leve. Luego de un par de minutos, estoy lista. Poso para que Savannah me tome las fotos y me dice que trate de sonreír, de cambiar mi semblante ya que lo tengo triste.
—Estoy cansada, Savy.
—Ya terminamos, bebé —teclea algo en su teléfono—, desmaquillate, cámbiate y descansa. La cama es toda tuya.
Asiento y le hago caso. Luego de hacerlo me tiro a la cama cerrando mis ojos, son más de las nueve de la noche y estoy cansada tanto mentalmente como física. Savannah se acuesta a mi lado y me dice:
—¿Pongo tu nombre original o te intento uno falso?
—Hmm, no lo sé. Pon el original, supongo.
—Okey —vuelve a teclear—. Tienes que descargar la aplicación en tu teléfono.
Descargo la aplicación y miro su icono; la letra V resalta en un tono dorado, su fondo es como un degradado entre rosado y violeta, es bonito.
—¿Cuanto cobrarás? ¿10 millones? —la pregunta que me hace Sav me hace bufar.
—Es mucho, pero debe ser más de un millón.
—Bien.
Vuelvo a mirar mi teléfono, no es uno igual que el de Savannah pero por lo menos me defiendo. Respondo al mensaje que mamá me envió, diciéndole que estoy bien y que estoy con Sav. Cierro mis ojos nuevamente y quiero dejar de pensar en lo que pasará, pero me es imposible no hacerlo. «¿Me gustará?» una pregunta muy estúpida que me hago ya que obviamente no me gustará que una persona que yo no quiere, que no me atraiga se acueste conmigo o peor me quite mi virginidad.
—¿Rango de edades?
—¿Que? —no entiendo el qué de su pregunta.
—Si, el perfil me está pidiendo un rango de edades de los cuales quieres—me explica—, o sea, si los quieres de 30 a 50 o de 50 a 80 años.
—¿No hay de menos? — averiguo.
—Nou.
—Que horror —me estremecí—. Creo que de 30 a 50, es lo más decente.
Mi amiga asiente.
Mientras más hablamos de eso más sucia me siento. «¿Soy una prostituta por verderme?, ¿Soy una zorra por ofrecer mi virginidad a cambio de dinero, para así salvar a mi hermano y familia?». Unas personas dirán que no, otra opinarán que sí, que sí soy una puta por estarme vendiendo pero es lo que tocó hacer. Me da un poco de miedo que alguien conocido tenga la aplicación y que me descubra, que le diga a mi madre y me tache de zorra.
—Listo —anuncia Savy—. El nombre de usuario es ClariSmith y la clave es tu fecha de cumpleaños.
Entro a la aplicación por mi teléfono y lo abro. El fondo de la plataforma es de tonos rosado, muy de niñas. Hay varias chicas; unas más grandes que otra, con diferente color de piel, con distintas edades. Esto es un prostíbulo de vírgenes.
—Tienes que cambiar de teléfono.
—¿Qué? —lo digo por segunda vez.
—Que tienes que cambiar tú teléfono. Ya es muy viejito.
Miro mi pobre teléfono, y sí, lo tengo desde hace unos cuatro años y no lo he cambiado, pero es mi tesoro más preciado que tengo. Me lo regaló mi papá cuando tenía 17 años en navidad, me había dicho que me tenía un regalo yo le dije que ya no estaba en edad para regalos navideños, pero el me dijo que sí porque siempre seré su princesa y a una princesa se le dan regalos siempre. Me lo dio y lo cuido como si fuera una bola de cristal.
—Pero claro, eso lo harás cuando compren ti virginidad —prosigue mi amiga—. Lo siento, pero no me acostumbro a esto, a decir así.
—Pero es lo que pasará, Sav...
De repente un sonido al unísono me hace callar. Es una notificación de la app, y los sonidos vinieron del teléfono de Savannah y el mío.
—Ya te envío uno viejo—me avisa la pelinegra.
Agarro mi teléfono y lo veo:
Brad_78: Ola wuapa m interesa pero un millón es musho.
Me río por su forma de escribir, y lo descarto de una. Si dice que un millón es mucho entonces no es el indicado. Otro sonido hacen los teléfonos.
—Te están comentando en tu perfil.
Veo nuevamente el teléfono y entro en mi perfil. Hay varios comentarios:
Louis45: No m gustan las flacas. Lo siento.
GrahamP: Un millón es mucho para ese delgaducho cuerpo.
PaccoIglesias: Te daré 8mil por dos noches.
Y la mayoría siguiente son negativas. Mis ojos se llenan de agua y Sav me abraza, apago el teléfono y cierro los ojos queriéndome dormir. Si a nadie le gusto no podré conseguir el dinero, y si no consigo el dinero mi hermano no podrá salvarse, quedaremos en la ruina y sabría que más hacer.
Luego de hipos y sollozos, me rindo a lo brazos de Morfeo, y le digo que no me despierte nunca, sólo si hay buenas noticias.
•••
—Clari… Clarisa, despierta —siento que me mueven y me llaman—. Clarissa, joder, despierta te han dado una maravillosa oferta.
Abro los ojos lentamente para encontrarme a una Savannah con su pelo todo revuelto y su cara de recién levantada.
—¿Que pasó? —mi voz sale ronca y rasposa.
—Lo que pasa es que un hombre ofreció ocho millones por tu virginidad —informa—. ¡Mira!
Me pone el teléfono en la cara y entrecierro los ojos por la luz. Cuando logro ver, lo agarro.
HarryGratte: Te daré 8 millones. Escribeme.
Es un comentario en mi perfil. Miro a Savannah con los ojos agrandados y está me sonríe. Entro al perfil del hombre que me comentó para ver su información. No tiene foto de perfil, sólo un paisaje, no dice nada más que su edad, nombre y ciudad.
Harry J. Gratte.
32 años.
Londres.
«¿Tendré que viajar a Londres, o él vendrá por mí?». Negando esa pregunta, le doy «me gusta» a su comentario y le envío un privado.
Clarissa Smith: Hola Harry, me gusta tu oferta. Quería saber si podíamos vernos antes de… ya sabes, sólo para concretar todo.
—¿Esta bien? —le enseño el mensaje a Savy y está me confirma con un "si"
Lo envio, y me levanto para hacer las nesecidades de la mañana y despabilarme un poco. Llevo una ropa que dejé hace semanas aquí para cambiarme. En el espejo me susurro que voy a estar bien, que por lo menos mi virginidad será quitada por dinero y no por un amor falso. Miro mi rostro demacrado y con ojeras de cansancio, y me dan ganas de llorar…
Toc, toc.
El sonido de la puerta tocada, hace que me moje la cara para que el sonrojo de ella se quite. Abro la puerta y Savy está de piernas cruzadas, aguantando sus ganas de hacer pis.
—Me voy, Sav. Voy tarde a la casa de los Spencer —le anunció a través de la puerta.
—¡Está bien, cuídate!
Salgo, y me despido de la señora Hilda. Camino unas cuantas cuadras y llegó a la casa en donde estoy trabajando. Toco el timbre y como de costumbre la puerta se abre, entro y la primera persona que me sale es Matilda con cara de pocos amigos.
—Buenos días —saludo.
—Malos días para ti —me dice.
—¿Y eso por qué?
—¿Todavía lo preguntas? Llegas dos días sin venir.
—Pero…
—Pero nada —me interrumpe—. Me han informado que estás despedida.
—¿Que? —me entristezco—. Pero yo necesito…
—Lo sé, pero no es mi culpa.
—Matilda, no me puede hacer esto —me quejo—. ¡Necesito el dinero!
—No soy yo, son los jefes.
Niego y sollozo, dándome la vuelta para irme. Salgo de la casa y me siento en la acera volviendo a sollozar. Rebusco en mi bolso en busca de mi teléfono para llamarle a Savannah para que me venga a buscar. Cuando lo consigo, lo desbloqueo y me sale una notificación de la aplicación "Virgiuls", es un mensaje. Lo abro y miro.
HarryGratte: Claro. Me gustaría que pasarás por mi empresa, te pasare la ubicación.
🛣️: Ubicación.
Paro de llorar para quedar en shock. El hombre es muy confiado por lo que se ve, ya que pasó la ubicación de su empresa así como si nada. Decido responderle.
Clarisa Smith: Perfecto. ¿Le parece vernos en la tarde?
Decido qué en la tarde ya que estaré libre, y no creo que la reunión dura más de dos horas. Tengo nervios. Tengo miedo. Tengo pavor a lo que pasará. Respirando profundamente le envió un mensaje a mi mejor amiga explicándole lo que paso y para que me venga a buscar, ella me afirma que ya viene. La notificación de una mensaje nuevamente de la app, sale de la nada y lo miro.
HarryGratte: Me parece bien. La esperé con ansias.
—Dios —exclamo al terminar de leerlo.
❤️🔥❤️🔥❤️🔥
—
No te vayas asustar ni nada, eh. Se formal en todo momento y no le demuestres debilidad, ¿okey? —me sugiere.
Asiento. Estamos al frente de «H company», ese es el nombre de la empresa de Harry. Luego de que Savannah me buscara, me llevó a una cafetería para comer un poco y platicar sobre lo ocurrido de la mañana. Me trajo a casa luego de eso, y hablé con mamá para saber cómo estaban mis hermanos, no quise entrar en sus habitaciones por que me echaría a llorar.
El delivery de la boutique de la mamá de Sav tocó el timbre de mi casa con una caja, diciéndome que me la mandaba la señorita Savannah, le dije las gracias y me adentré con la caja en mis manos. Al abrirla una nota estaba en ella y decía; Tómalo como un regalo de cumpleaños adelantado. No me debes nada. Te quiero. Era un vestido veraniego de color rasado palo con unos accesorios y unas zapatillas planas. Eso es lo que llevo puesto para la reunión.
—Tengo miedo, Savy —me inquieto.
—Lo sé, bebé —suspira—. Dios, juro que no quiero que hagas esto.
—Pero tengo que hacerlo.
—Tú puedes, Clari —me alienta—. Recuerda, no le demuestres miedo, no flaquees, se dura.
—Ok. Te amo Savy, gracias por ser la mejor.
Me sonríe
—Yo también te amo. Ve, te llamas cuando termines todo o si se quiere propasar —me dice—, estaré cerca.
Bajo del pequeño auto de mi mejor amiga, y me encamino a la entrada de la empresa con los nervios apunta. Veo que en medio de todo hay un mesón redondo con dos chicas vestidas con uniformes color gris. Me acerco a una de ella.
—Buenas tardes, ¿está el señor…
—¿Cómo es su nombre?
—Clarissa Smith.
—Lo sien…
—Ah, si —salta de la nada la otra chica, interrumpiendo a su compañera—. El señor me dio la orden de que la dirigiera directo a su despacho. —sale del gran mesón redondo, por una puertecita—. Sígame.
Lo hago, y nos adentramos a un ascensor y toca el penúltimo piso. Mientras subía a él quinto piso mis nervios explotan más y muevo mi pies inquieto como expresión. La recepcionista no emite ninguna palabra en todo el recorrido. El pin que hace el ascensor nos indica que hemos llegado y mi corazón late a mil por hora. Caminamos y nos paramos en frente a una puerta de vidrios polarizados, al igual que las paredes.
—El señor la espera —dicho esto, abre la puerta y me obligo a pasar.
Camino unos cuantos pasó más y lo veo…
Veo su gran espalda ya que se encuentra mirando le gran ventanal que tiene. Es joven, lo sé por su altura y porte, y por qué tiene cabello negro sin ningún rastro de canas. No sabe que estoy aquí o se hace el sordo para no voltear.
—Señor —lo llamo con temor.
Se voltea lentamente, o es que yo lo estoy viendo todo en cámara lenta.
Mi corazón deja de latir cuando por fin está de frente a mi, me está mirando con esos ojos grises que me deslumbró cuando entró por primera vez al Bluebar. Su barba bien peinada y afeitada, su traje bien arreglado sin arrugas y su cabello bien peinado. El puto Landon Hamilton está frente a mí. Me mintió.
—Lan-landon —titubeo casi en un susurro y de repente todo me da vueltas.
Lo veo doble, me tambaleo para luego caer en una oscuridad.
••••
OMG! Jaja🫦
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