Capítulo Único
Sentado admirando el atardecer que el sitio le ofrecía acompañado de una pequeña fogata que tenía enfrente, Defteros aún no lograba comprender como es que la armadura de géminis que alguna vez portó su hermano mayor Aspros lo aceptara si él había sido la estrella de la desgracia.
— Me pregunto... ¿Porqué estás conmigo Géminis?
Dejó escapar un suspiro mientras observaba la caja de la armadura, después bajó la mirada al suelo con un poco de melancolía.
— ¡Soy el hombre que mató a tu dueño! — Hizo levemente una pausa intentando controlarse — A mi hermano gemelo mayor.
Aún ese recuerdo del enfrentamiento con su hermano seguía en sus pensamientos, no sería algo fácil de olvidar.
Aunque en ese momento una brisa helada inundó ese sitio, sabía de quien se trataba.
—Oye aléjate un poco o el fuego se apagará — Respondió mirando su pequeña fogata — Dégel de Acuario.
El guardián del templo de la preciosa urna se acercó lentamente portando la armadura de Acuario y situándose a lado del gemelo de la desgracia.
— Veo que te acuerdas de mi; me alegra verte de nuevo Defteros.
Contestó Dégel con una gran sonrisa, aunque en realidad estaba contento por verlo de nuevo después de aquel incidente contra los bersekers.
— Déjate de rollos... ¿Porqué has venido hasta aquí?
El joven francés se colocó a una distancia considerable a su lado izquierdo, lo observó de reojo — Estoy aquí por una orden — Se giró rápidamente para quedar de frente al géminis de la desgracia — ¡El patriarca te ha encomendado a una misión! A ti nuevo caballero de oro, Defteros de géminis.
De manera inmediata el gemelo se incorporó del suelo listo para poder contradecir esa parte que Dégel le estaba haciendo mención.
— No digas tonterías, soy la estrella del mal que ha vivido toda su vida oculto ante los demás.
— Pero se te ha permitido conservar la armadura de géminis. Me parece que la idea del patriarca es justificada, tienes las habilidades y el poder para cumplir con esa misión.
Defteros no sabía a lo que el joven portador de Acuario se refería, aunque ya no sabía si se quedaba sin poder responderle por todo lo que le decía de aquella misión ó porqué se perdía en la belleza y magnificencia del contrario.
— La misión es en un sitio que resultará familiar... La isla Kanon. Vas para allá mañana ¿No es así? — Después de darle esa respuesta Dégel esbozó una sonrisa que de manera inmediata hizo estremecer al contrario.
Aunque para esto Defteros desvió su mirada para intentar concentrarse en lo que Dégel le decía — Así que es eso — Susurró — Me pregunto que tan astuto es él.
El joven francés dejó escapar una sonrisa — Creo que confía en ti Defteros, aunque la tarea no es sencilla. Meses atrás una estrella demoniaca llegó al volcán, cayó justamente en la isla Kanon.
Dégel desvió su mirada para poder mirar a lo lejos aquella isla mientras liberaba su energía por medio de fumarolas.
— Ahora la isla está asolada por ese cosmos maligno, hemos enviado tropas del santuario pero no han tenido éxito... Algunos de los habitantes han desaparecido sin explicación alguna, están muy asustados que entre ellos mismos mencionan que un demonio devorador de hombres se ha instalado en las fumarolas de la isla Kanon.
Cuando Dégel terminó de darle esos detalles de su próxima misión, se acercó para entregarle a Defteros un juego de prendas muy similares a las que él suele usar.
Aunque el gemelo menor no entendía para que se los había entregado, justo cuando las recibió de manos del francés no pudo evitar perderse en esos bellos iris de tonalidad violeta que se podían observar en sus anteojos.
Aquella noche cuando lo conoció no llevaba puestos esos lentes, ahora que lo analizaba mejor se veía simplemente elegante, culto y espectacular.
Siempre se la había pasado en soledad debido a su destino pero eso no cambiaba el hecho que aceptara que la simple presencia de Dégel lo hacía sentir una dulce perdición.
El caballero de Acuario simplemente le devolvió el gesto con una cálida sonrisa y se alejó lo suficiente para poder darle un poco de privacidad.
Defteros simplemente se quedó en ese sitio mirando cada paso que Dégel daba, la suave brisa podía sentirse en ese momento golpear su rostro, ahora que lo pensaba mejor poder vivir ese momento del aire fresco en su piel sin necesidad de aquella máscara era un disfrute total.
Nuevamente dirigió su mirada al horizonte, Dégel había tomado asiento a lo lejos mientras miraba el atardecer, llevaba consigo un libro que no dudó en abrir para seguir leyendo la página siguiente.
Esa vista que el gemelo menor tenía de ese francés intentaba memorizarlo por siempre en su mente, no todos los días podría tener ese privilegio de mirar a Dégel sentado dándole la espalda con las piernas cruzadas, leyendo un libro y observando como la brisa podía tocar cada uno de sus largos y sedosos cabellos verdes al compás del viento.
Son simples pensamientos que quizá debería guardar por siempre, no quisiera arruinar ese bonito sentimiento de amistad por un deseo de amor que comenzaba a albergar en lo más profundo de su corazón.
Se dio la media vuelta para alejarse un poco y así poder colocarse las prendas que el francés le había entregado.
Jamás había vestido antes con ese tipo de atuendos que usaban en las grandes fiestas de gala, aunque tuvo unos ligeros percances con el nudo final del corbatín.
— ¿Estás seguro que así visten en el santuario al aire libre? No lo comprendo.
Cuestionó Defteros acercándose a Dégel aún batallando con el detalle final de ese elegante corbatín en su cuello.
El francés levantó su mirada y esbozando una cálida sonrisa le respondió.
— No siempre, pero no debemos poner a la gente en una alerta innecesaria. Pero si te queda bien ¿No? — Degel se levantó de su sitio y se acercó con Defteros para ayudarlo a terminar de colocarse sus prendas, inclusive le ayudó a terminar de colocarse bien su abrigo.
Ante esta cercanía el corazón del gemelo menor latía con mayor intensidad, tenerlo de esta manera tan cercanamente lo ponía muy nervioso algo que jamás había experimentado antes... Solo con la presencia de Dégel.
— No estoy seguro de estar preparado de la lucha contra ese demonio — Respondió intentando cambiar de tema.
Degel se alejó un poco de él — ¡Oh vaya! Esto es grave, sin duda el patriarca me regañará.
Hizo una leve pausa y dirigió su mirada nuevamente al horizonte — Siento lo de Aspros, escuché que fue asesinado con el puño del emperador demonio para controlarte e intentar asesinar al patriarca.
Defteros se quedó en silencio escuchando a Dégel.
— Yo era una de las personas que admiraba a tu hermano por su inteligencia y fuerte presencia.
Aunque cuando escuchó ese ligero elogio hacia Aspros Defteros no dudó en apretar sus puños molesto, ahora solo faltaba que Dégel tuviera cierto interés en su hermano mayor.
Prefirió seguir escuchándolo.
— Pero jamás imaginé que llegaría tan lejos.
— Mi hermano — Interrumpió Defteros — Era un hombre poderoso, se fue de este mundo y ahora el ambiente se siente demasiado tranquilo, también estoy confundido.
El gemelo menor se acercó a Dégel y señaló hacía el volcán de la isla Kanon — Desde aquí se puede ver las fumarolas de la isla Kanon, poderoso y aterrador, desde niño siempre quise verlo de cerca.
En ese momento se le vino a la mente las veces que tenía que esconderse de la vista de los demás por el destino que le tocó vivir —Siempre he vivido escondido pensando que no tenía nada que ver con el mundo, ni dentro ni fuera del santuario... Por eso Dégel no puedo evitar pensar que esta calma es temporal. Aunque enterremos su cuerpo en el santuario aún tengo un mal presentimiento, mi hermano no va a terminar con eso.
Degel notó a Defteros un poco preocupado y exaltado intentó calmarlo un poco — No digas tonterías.
El gemelo menor tomó la armadura de géminis y se lo colgó a los hombros, se acercó de nuevo al caballero de Acuario armándose de valor para dar el paso siguiente, si bien se iría a la isla Kanon lo mejor sería dejar sus sentimientos en claro.
— No voy a ver a ese demonio solo por una misión... ¡Voy a verlo para convertirme en un demonio!
Sin pensarlo más y arriesgando todo se acercó al rostro de Dégel tomó con cautela su mentón y acercó esos suaves labios con los suyos.
— Sabes donde encontrarme...
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Lo sé cuando pude leer el capítulo extra de Deuteros no pude evitar imaginarme esto.
Después de postearlo en la página de Milo x camus dije porqué no dar otro giro con las líneas de Teshirogui, de verdad que me da motivos para seguir emparejando a este par que me gustan mucho.
Y ver a Dégel sonreírle no sé que me da me muero de ternura y otra razón más de shipearlos 🥰🥰🥰🥰
Espero que les haya gustado los quiero 💖💖💖
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