Capitulo II

— ¡Naruto el desayuno está listo! —

La voz de su madre llamándole desde abajo le hizo sonreír pues este era el primer día en el que los tres mantendrían un verdadero desayuno familiar después de algún tiempo; miro por última vez su reflejo en el espejo y sonrió al estar satisfecho con su atuendo, pues se había levantado desde muy temprano para arreglarse y tener más tiempo de sobra en compañía de sus padres; tomo su mochila y bajo rápidamente las escaleras pues su habitación estaba ubicada en el segundo piso, siendo recibido por un delicioso aroma a medida que bajaba y que sin duda despertó de inmediato su apetito.

— ¡Buenos días! —

Saludo con voz cantarina y enérgica a sus progenitores; su madre le lanzo una mirada sorprendida al verle entrar al comedor ataviado con un impecable uniforme y sus bien peinados rubios cabello, su padre por su parte le regalo una sonrisa dejando su taza con humeante café sobre la mesa e invitando a su hijo a tomar asiento.

— ¡Por Kami-sama!, el mundo se acabara, ¿acaso es por ese muchacho? —

Bromeo su madre dejando sobre la mesa y justo enfrente de ambos rubios un plato con esponjosos y calientes hot cakes de chocolate.

— ¿Qué muchacho? —

Cuestiono su padre mirando a su esposa y a su hijo, pues nunca ninguno de los dos le había mencionado por teléfono que su pequeño tenía un pretendiente. Naruto por su parte le lanzo una mirada molesta a su madre y esta solo sonrió, volteando y terminando de cocinar el último panque.

— No es nada pa, es solo un amigo y no fue por él — hablo, mientras le mostraba la lengua a su madre, quien solo se alzó de hombros — Es solo que estoy muy contento porque este es nuestro primer desayuno familiar después de mucho tiempo — Sonrió.

Kushina tembló levemente ante las palabras de su retoño y una punzada de culpa la invadió por el momento pero decidió ignorar aquello, apagando la estufa y terminando de colocar el último panqueque sobre la charola, donde reposaban los demás.

— Yo también estoy muy feliz de pasar tiempo con ustedes Naru y espero que sea más constante a partir de ahora — hablo su padre, mirando cálidamente a su mujer y a su retoño.

— Esas son buenas noticias amor — respondió Kushina, dejando la charola sobre la mesa y tomando asiento alado de su marido — Pero bueno, desayunemos antes de que a Naruto se le haga tarde para ir a la escuela — le recalco su madre con una sonrisa en sus rojos labios.

— Descuida amor, yo llevare a Naruto —

11:00am Preparatoria de Konoha

Miro a todos lados antes de abonar el baño de donceles y ver que ningún estudiante que paseaba libre por los pasillos de la preparatoria era aquel a quien le había enviado un mensaje esta mañana para decirle que no pasara por él, sabia de sobra que el tipo siempre necesitaba una explicación de su parte al porqué de todo y honestamente se le había olvidado explicarle ; ¡caray hasta parecía su novio!.

Sonrió al no ver señal de este y decidió salir, comenzando a caminar con toda seguridad y llenando sus oídos del bullicio de los estudiantes, pues era hora del primer receso.

— Y me dirás ahora por que no quisiste que pasara esta mañana por ti? — La voz de aquel atractivo pelinegro hizo que Naruto rodara los ojos y detuviera sus pasos, pues sabía que el momento que tanto había atrasado desde que llego se comenzaba a desarrollar; giro su rostro y se encontró con la mirada molesta de su interlocutor recargado sobre la pared.

— Sasuke si sigues así todo mundo pensara que tú y yo tenemos algo más, pareces todo un novio celoso — se burló el blondo ocasionando que el pelinegro frunciera el ceño.

— Naruto — amenazo

— Está bien, tu ganas — alzo sus manos al aire, rendido ante la situación y se colocó a su lado para evitar estovar — Mi papa volvió hace dos días del trabajo y no podía negarme a decirle que no, verdad —

— Bueno pero pudiste decirme dobe — le recrimino, pues se había sentido realmente preocupado por él; algo que no admitiría en frente de nadie.

— Ok teme, se me olvido ¿si?, pero ya no pongas tu cara de chupa limón que asustas a todo mundo — se burló el blondo

— Eres un idiota Naruto — respondió el varón con voz más tranquila y burlona.

— Pero soy tu idiota y tu mejor amigo — contesto el doncel revolviendo de forma cariñosa los negros y bien peinados cabellos del chico, recibiendo una protesta por parte de este — Vamos por algo a la cafetería que solo nos deben de quedar media hora — comenzó a caminar siendo seguido por el chico.

— Dilo por ti dobe yo tengo un módulo libre después del receso oficial —

— ¿Qué?, no es justo Teme —

A lo lejos unos ojos jade contemplaban la escena, sintiendo una leve punzada de rabia al ver la naturalidad con la que Sasuke se desenvolvía con aquel doncel, mientras que con ella se comportaba como el chico frio y arrogante que era, haciéndola sentir menospreciada por sus innumerables y discretos intentos de conquistar al azabache.

— ¡Amor ya llegue! — anuncio el rubio varón al ingresar a su hogar, dejando las llaves sobre el llavero de madera que se encontraba colocado en la pared de la entrada del pasillo e intentando localizar a su mujer hasta que su voz se escuchó y con un sonrisa maliciosa dibujada sobre su rostro se encamino al sitio en donde se encontraba su amada.

— ¡Estoy en la sala Minato! — exclamó la pelirroja mientras terminaba de cambiar los cubre salas por unos limpios, sintiendo al poco los fuertes brazos de su marido sobre su cintura y sus labios sobre su mejilla, ocasionado que un leve grito de sorpresa brotara de sus labios y dejara caer las sucias mantas al suelo.

— Cariño deberías de dejar eso... — susurro en su oído — Estamos solos en casa, no crees que merecemos divertimos un poco después de mi larga ausencia... — sus manos comenzaron a colarse bajo la falda de la mujer y acariciar de forma lenta sus piernas, sacando varios suspiros de los labios de la femenina.

— Minato... — sonrió con picardía la mujer, cerrando sus ojos debido al placer que comenzaba a instalarse en su cuerpo por las atenciones de su marido, e intento retribuirlo al sentir aquellos labios ajenos tocar la sensible piel de su cuello, que unas de sus manos se aferró suavemente al dorado cabello y la otra intentaba guiar una de las traviesas manos bajo su falda hasta su ya necesitada intimidad.

Minato sonrió al ver los vagos intentos de su esposa porque sus dedos acariciaran su centro y cuando estuvo por comenzar a estimularla el molesto sonido de un celular comenzó a sonar, sabía que eran mensajes pero como tal estos podían responderse más tarde, pero parecía que era algo impórtate ya que su esposa le empujo levemente y se encamino hasta la pequeña cómoda instalada en la esquina de la habitación a revisar aquellos mensajes.

— ¿Sucede algo, Kushina? — le pregunto a su mujer; estaba levemente enojado con aquel indeseado que se atrevía a molestarles en un momento tan íntimo.

— Si, no es nada, es solo una amiga que conocí en la escuela de Naru... al parecer necesita verme ahora por un pequeño problema que tiene... — hablo la pelirroja con la respiración agitada y las mejillas sonrojadas levemente.

— Entonces no tienes que ir — se acercó a su esposa y tomo delicadamente su mentón, cruzando miradas con ella — Dile que estás ocupada y que la veras otro día — dando un casto beso en esos adictivos labios.

— No puedo amor, en verdad necesita verme... — contesto la mujer.

El blondo sabia lo necia que era su esposa y lo mejor en este momento era no ser tan insiste, además tenían toda la semana por la mañana para poder intentarlo nuevamente.

— Está bien, solo no tardes mucho cariño — dio un último beso y dejo libre su amada — Iré a darme una ducha y estaré en mi despacho por si me necesitas —

— Está bien amor, prometo no tardar — contesto observando como su marido se regresaba rápidamente y le robaba un fogoso beso que gustosa acepto, antes de irse a la segunda planta.

En cuánto estuvo completamente sola volvió a abrir aquel mensaje y frunció levemente el ceño con molestia al releerlo.

Desconocido: ¿Podemos vernos otra vez?

Desconocido: No sabes lo ansioso que estoy por verte.

Desconocido: Te espero en el café del centro.

Solo se habían besado y compartido algunas caricias la semana pasada y parecía que el tipo pensaba que ella quería una aventura seria de amantes o una estúpida relación de amor?. Tal vez debía dejarle en claro a aquel mocoso de universidad que aquello fue un error y nada más, no destruiría su matrimonio por una equivocación que hizo en un momento de desespero y de un intento por salir de su aburrida monotonía.

Y es que aquello que Kushina sentía no era más que culpa y remordimiento por lo que hizo que no le importaba lastimar a los demás con tal de librarse de esa culpa y mantener su vida como ahora la vivía; pero eso la llevaría a destruir su mundo.

Les agradezco mucho por la espera y espero de todo corazón que el capitulo les haya gustado, disculpen de igual manera la demora y mis faltas de ortografía.

Cualquier duda o sugerencia pueden libremente expresarme que estoy abierta a ello!

También les quiero desear un "Feliz Año Nuevo" y espero que todos sus deseos se cumplan!

Sin mas me despido y nos vemos en un próximo capitulo!!

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