Ojos inocentes

Marinette no podía hacer nada en esos momentos mientras que Gabriel poseyera sus pendientes, el anillo solo calmaba su dolor, era inútil en todo caso, las palabras de Adrián resonaron en su cabeza, solo tenía cinco minutos.

-Marinette...

-¡Tikki! ¿Dónde estás Tikki?- un pequeño destello rojo salió de entre una de las manos de Hawk Moth.

-Marinette, escúchame debes recuperar el miraculous.

-Pero ¿Cómo? Mientras ellos estén peleando no puedo acercarme.- sus ojos azules se centraron en la pelea que Adrián sostenía con su padre, el simple hecho de recordar que Adrián moriría en cuanto recuperara el miraculous le partía el corazón.

-El miraculous es parte de ti, confía en Adrián.

Adrián atacaba cual gato a Hawk Moth, valiéndose solo de sus propias manos para atacar y defenderse, los movimientos que ejecutaba con su brazo izquierdo eran lentos y toscos por la herida producida. Hawk Moth le golpeo el costado con su bastón en ese instante un destello blanco se formó en su mente, era como ser transportado momentáneamente a una especie de paraíso.

Sentada sobre la grama logro distinguir una figura femenina de largos cabellos rubios, arrodillada y con las manos entre cruzadas en forma de rezo. Al abrir sus ojos regreso a la realidad; no comprendió eso, era una especie de visión.

-Ahora lo entiendes, he ganado no podrás hacer ya nada.- le dijo Hawk Moth cuando lo derribo, Adrián respiraba agitado, esa especie de visión pareció robarle fuerza.- Aunque entregaras tu miraculous y tengas el tiempo contado literalmente no eres rival para mí, entiéndelo.

-Mentira.- Adrián lanzo una patada al aire alejando a su padre para darse la oportunidad de levantarse, logro distinguir el destello rojo en su mano cerrada, Marinette debía recuperar esos pendientes a como diera lugar.

Se arrodillo en el suelo ahogando un grito de dolor, miror le había atacado por la espalda clavando un cristal en su pierna derecha. Tomo el cristal lanzándolo contra ella, dicho objeto exploto antes de poder si quiera hacerle daño.

-A mi criterio te quedan menos de cinco minutos.- dijo irónico.

Marinette pro su parte trataba de ideas un plan para distraer a Hawk Moth y recuperar sus pendientes, si hasta ahora lo que le ha pasado le enseño algo podría ponerlo en práctica, seria a arriesgado más otra opción no tenía. Mordió sus labios insegura, no era momento de dudar tenía que ayudar costara lo que costara.

Miror comenzó a levantarse del suelo, la explosión pareció aturdirla por un segundo, Marinette puso ambas manos en la espalda de Nathalie generándole una onda de energía que la dejo inconsciente y más que eso, la libero del akuma escondido en su colgante.

El acto no paso desapercibido para Hawk Moth, esa mujer había encontrado uno de los buenos usos de ese máximo poder, gruño molesto, alejo a Adrián de el con una hábil patada en el estómago, es consciente de que no puede ponerle una mano encima pues la energía no selo permitiría, pero eso no excluía el uso de armas, ante eso no era invulnerable. Alisto su bastón cual jabalina dispuesto a lanzarla contra de ella.

-¡Marinette!- grito Adrián, la azabache observo el arma ir directo a ella, era tan rápido que sentía no podría esquivarlo.

-¡Adrián!- grito, como un parpadeo Adrián se colocó frente a ella recibiendo el ataque, el bastón le atravesó en el estómago.- ¡Adrián!

El miraba a su padre con rabia, había jurado no dejarle hacer daño a Marinette, a su Lady, gruño al sacar el arma de su interior estaba gravemente herido, el tiempo se le agotaba y sumado a eso ya había perdido demasiada sangre.

-Que idiota, deberías aprovechar mejor tu escaso tiempo de vida.- Adrián lentamente se puso de pie, intento dar un paso, pero termino de regreso en el suelo.

-Adrián ya basta, yo...

-Yo voy a protegerte.- le dijo sonriendo.- eh aceptado lo que va a pasar y si voy a morir me alegra saber que será pro tus manos, por hacer lo correcto, por luchar.

Marinette abrió sus ojos con sorpresa, se mordió el labio inferior oprimiendo de tal modo el llanto, si ambos habían nacido destinados a estar juntos ¿Por qué debía ver como Adrián moría por ella? Y mientras ella estaba hay solo observando sin hacer nada, ese no era su estilo, esa no era Ladybug... no, en esos momentos era Marinette; en carnación o no ella manejaría su propio destino.

Ayudo a ponerse de pie a Adrián, quedaban menos de dos minutos para que la transformación terminara. Sin explicarse el cómo o por que Marinette le brindo un poco de su energía para ayudarle a moverse.

El ahora armado con el bastón de su padre fue a por él, Gabriel sonreía en ese estado y con esos torpes movimientos su "hijo" no era riba para él, no en esa vida ni en ninguna otra. Adrián sonrió de igual modo y fue entonces que Hawk Moth borro su sonrisa... de un hábil movimiento y utilizando la energía brindada por Marinette logro arrebatarle el par de pendientes.

-¡Marinette!- grito al lanzarle los pendientes, Hawk Moth intento evitar que la azabache tomara las joyas del suelo, más Adrián se lo impidió.

Al tener los pendientes en sus manos, dudo por un segundo en colocárselos.

-Marinette...

Ladeo la cabeza un par de veces, no podía darse el lujo de dudar, no podía dejarse dominar por el miedo de lo que podría pasar al colocarse los pendientes un destello blanco apareció en su mente.

Se había transportado a un lugar sumamente diferente, a una especie de campo abierto, a lo lejos una figura de largo cabello rubio mantenía su rostro elevado al cielo dejando que le viento jugara con sus cabellos, de sus manso emergían un par de luces de colores.

Regreso a la realidad. Podía sentir el tiempo de Adrián terminarse.

-Marinette tienes que hacerlo.- frente a ella estaba Tikki, la azabache miro por breves segundos en el enfrentamiento que sostenía Adrián.-Concéntrate... concéntrate en ese poder que llevas dentro.

Cerró sus ojos, las imágenes de aquella figura regresaron a su mente nuevamente, una luz blanca cubrió todo el lugar.

-¡No!- grito Gabriel.

Marinette y Tikki se habían fisionado junto al máximo poder, su apariencia cambio a como Tikki lucia antes, algunos echones de su cabello se tornaron de color rojo, mientras que uno de sus ojos tonaba su color azul a uno más oscuro. Ella extendió sus manos generando en la derecha una luz roja y en la izquierda una luz verde, ambas luces se juntaron entresi mesclando sus colores, eso era el máximo poder.

-No puedo.- Dijo internamente.- No puedo no quiero perderlo.

Todo estará bien.

Aquella imagen regreso a su mente, esa mujer le decía que no debía de temer.

-¡Ya has hecho suficiente daño!- exclamo, el cuerpo de Adrián comenzó a iluminarse de un color verde, la fusión estaba terminando.- Por siglos te has salido con la tuya Nuru, ya es hora de que pares con todo esto.

-Atrévete a hacerlo y lo mataras a él- reto, Hawk Moth estaba retando a Marinette para lanzarle el máximo poder y terminar con esa maldición.

-¡Hazlo ya!- grito Adrián, de los ojos de Marinette comenzaron a salir lagrimas que intentaba contener con nulo éxito.

El tiempo comenzó a detenerse para todos, todo a su alrededor fue cubierto por una combinación entre colores rojos y verdes. Nuru se separó de Gabriel se negaba rotundamente a ser purificado más antes de que se lograra el objetivo el kwami se unió al broche que poco a poco comenzaba a quebrarse y tornarse de un color lila más claro, más puro.

Adios...My lady.

Marinette bajo sus manos asustada, la voz de Adrián fue demasiado distante... no, él no podía.

-¡Adrián!

Ya todo había terminado, Gabriel estaba inconsciente en el suelo y el broche a varios metros de distancia de él, ya no sentía las energías negativas en ese lugar.

-¡Adrián! ¡Adrián por favor despierta!- asustada movía el cuerpo del rubio manchando sus manso de sangre, Tikki se separos de los pendientes, mirando la escena con pena.

Marinette se quito el anillo y lo coloco en la mano de Adrián y después poniendo esta sobre su mejilla, la sentía fría, no sentía su calidez.

La escena era demasiado familiar para Tikki... Marinette y Adrián tenían las apariencias que Plagg y ella tenían cuando todo menso, a su pesar no podía sentir la energía de Plagg esta se había extinguido para siempre...

-Regresa.- pidió en sollozos.- Adrián regresa... Perdóname por todo, perdóname por mentirte, por no confiar en ti, por haber creído que ya había dejado de sentir algo por ti, creí estar enamorada de dos personas diferentes, pero siempre fuiste tú...Adrián no me dejes...te deseo a mi lado...Te amo.

Te deseo a mi lado

Tikki abrió sus ojos de golpe. La escena era la misma a cuando Plagg murió de eso no cabía la menor duda... y el deseo... el deseo fue el mismo...ese fue su deseo.

Ella sonrío, aquello aun no terminaba.

Las lágrimas de Marinette cayeron sobre la mano de Adrián a un sobre su mejilla, sobre el anillo, el color de los mechones negros en el cabello del rubio comenzaron a desvanecerse, lo mismo para los mechones rojos de Marinette, estaban regresando a la normalidad, a su nueva vida. Sintió un pequeño rose sobre su mejilla, como si este limpiara sus lágrimas, sentía calidez... lentamente abrió sus ojos para después abrirlos de golpe.

Adrián le estaba mirando, le estaba sonriendo.

-P-pero...- balbuceo sorprendida.

-El máximo poder no solo destruye la fuente de toda maldad, sino que también concede, renace.-Explico Tikki, del anillo salió una pequeña esfera de color verde la cual se expandió para después mostrar la pequeña figura de Plagg.

Marinette entonces miro fijamente a Adrián se notaba débil, sus lágrimas se desbordaron son control por sus ojos, estaba feliz Adrián, su amado Adrián había regresado con ella.

-Pensé que te había perdido.- dijo estando entre sus brazos, Adrián la abrazo tratando de consolarla, por un segundo él también se pensó muerto, pero fue extraño el sentía todo lo que pasaba en su exterior más no podía despertar ¿Qué paso en realidad?

- No podía soportar el hecho de dejarte sola a ti y a mi hijo.-Marinette sonrío.

- Tonto... este bebe no es tu hijo, es hijo de Chat Noir.- bromeo ambos rieron por tal ocurrencia.

Adrián miro a su padre con pena, era una lástima que terminara de ese modo, encarnación o no, le quería, era su padre después de todo.

-Sigue con vida.- dijo Plagg algo débil, al igual que Adrián este era ayudado por Tikki.

-Vámonos, ya no tenemos más que hacer aquí.- dijo el rubio.

Los cuatro salieron, de aquel lugar dejando a Gabriel y a Nathalie, si ambos despertaban sin recordar nada todo sería mucho mejor.

De entre la oscuridad, Salió un pequeño Akuma el cual se fuciono con el broche... la historia aún no había terminado.

En las noticias se había generado un escándalo en torno a Gabriel Agreste, según rumores el diseñador más famoso de Paris había sido secuestrado junto a su asistente por motivos desconocidos, su hijo el modelo más famoso de Paris no quería hablar al respecto, pues él jamás recibió llamadas o cartas donde lo extorsionaran por algún tipo de rescate o algo parecido, todo era bastante sospechoso.

Gabriel quien aparentemente no recordaba nada del "Secuestro" había terminado por el resto de su vida postrado en una silla de ruedas.

Después de aquello... el tiempo comenzaba a pasar rápido y tranquilo.

-Pensé que tu vida giraba en torno al modelaje.- dijo algo cansada Marinette, la verdad desde que Adrián asumió el puesto como director creativo sustituyendo a su padre, se sorprendió que Adrián Agreste tuviera una maestría en diseño.

-Bueno alguien tenía que heredar todo esto.- dijo divertido, se acercó a ella para besar su frente.

La mirada de Marinette se centró un poco más lejos en esa enorme oficina, sus ojos demostraban ternura por la escena contemplada.

Plagg y Tikki flotaban prestando suma atención a esos inquietos movimientos, un par de ojos inocentes color verde les inspeccionaba de forma curiosa para después soltar un balbuceo que bien pudo interpretarse como una risa. Adrián separo su mirada de los bocetos que Marinette le había llevado, se levantó del escrito y se acercó a la pequeña cuna que tenía en la oficina.

Entre sus manos tomo a Emma su pequeña princesa, quien no paraba de reír. Marinette sonrió acercándose a ellos. Por primera vez en su vida podía considerarse enteramente feliz, tenía una hermosa niña, tenía al esposo perfecto ¿Qué más le podía pedir al a vida?

Cuando todo comenzó ambos se había metido en un tentador juego, donde generarían un dulce pecado.

Fuera del edificio, Fu sonreía mientras sostenía una pequeña cajita que contenía un miraculous dentro.

-La vida es una balanza, jamás perderá su equilibrio.- dijo.

-Siempre ha tomado las mejores decisiones maestro.- Dijo Wayzz, para después comenzar a retirarse del lugar.

Quince años después.

El tiempo seguía pasando, el bien y el mal comprendieron entonces que no pueden existir el uno sin el otro, más siempre debían abrirse a dar nuevas oportunidades.

Sumida en la oscuridad de su habitación, sus ojos miraban detalladamente la luna, dejando que le viento jugara con sus cabellos, por sobre los edificios podía ver las figuras de Ladybug y Chat Noir alejare a gran velocidad, posiblemente un akuma apareció nuevamente.

-¿Piensas en ir a ayudarles?- dijo una pequeña criatura tras de ella.

-Supongo que es lo correcto.- le respondía, la criaturita podía ver en sus ojos inocentes gran determinación y valor.

- Entonces hagamos nuestro mejor esfuerzo Emma.

-Beeb...Transforme.

Simplemente la historia no podría terminar Jamás.

FIN.

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