Son una raza absurda... la gente sin mofletes. Como un acromático deuteranope no aprecia bien el verde, ellos no sienten, como el resto, un dulce ósculo en la mejilla.

Creativos, dicharacheros, de ojos brillantes en una primera capa. ¿Por dentro? Sensibles. Buenas personas. Un poco "drama queen", dicen unos. Como seres profundos, muchas veces perdidos y casi siempre torturados por su propia sombra, se definen otros.

Viejóvenes de inteligencia por determinar. Bailan, cantan, juegan, sueñan, vuelan...

A veces se encuentran. Orbitan unos sobre otros. Descubren cómo la gravedad actúa de forma diferente según el momento. Cuál es el problema de los tres cuerpos. Una ecuación irresoluble, un algoritmo evolutivo.

Se acercan y alejan. Se aprecian y odian. Ríen y lloran. Se abandonan en sus bosques oscuros y se vuelven a encontrar en un claro en mitad de la foresta. Algunos lo desconocen, pero sus congéneres harían lo que fuera por lograr su perdón.

¿Y qué importa el modo en que las estrellas se alinearon cuando fueron dados a luz? Lo importante... es que carecen de mofletes. Y eso, les hace especiales.

"(...)Para soportar el dolor ambos erizos se acomodan hasta encontrar la distancia en la que ninguno se hace demasiado daño,pero en la que tampoco mueren de frío".Arthur Schopenhauer