Si no tienes un dulce


AU / Ooc

Probably 
















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¡Te voy a hacer un truco!


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—¡Cuánta gente! ¡¿Acaso hay un festival por aquí cerca o por qué tanto brillo?!

—¡Maestro, esa es la frase número uno de los pueblerinos cuando pisan Nueva York, mañana será Halloween!

—Sé que dije que no me sorprendería tanto, ¡Pero mira todas las luces de por acá! Pareciera que estamos en...

—¿Disneyland? ¡Esa es la frase número dos!

A pesar de haber dicho que solo tomarían un paseo turístico, para gente como Knuckleduster y The Skycrawler era imposible no ansiar la vista desde la azotea más alta hacia la ciudad, fuese su querida Naruhata o, en este caso, la brillante Nueva York, solo gajes del oficio.

Ya era hora de dejarle un poco los reflectores a los héroes, aquellos niños que derrotaron a cierto asesino de héroes que se le hacía familiar le decía a Koichi que Japón estaba en buenas manos, por lo que decidió que sería buena idea llamar a su mentor "heroico" a su lado del charco para que tuviesen la conversación que no tuvieron en mucho tiempo.

—Estoy siendo predecible, debo haberme oxidado —Entre quejas, Iwao se rasca el cabello sin siquiera preocuparle su cercanía al filo del edificio.

—Los años no deben ser subestimados tan fácilmente. —Comentó Koichi mientras dejaba que el viento de la altura lo golpeara, preguntándose si se vería cool como decía Capitán Celebrity.

—¿Me estás diciendo viejo? Agarraste huevos Koichi

Al final jamás podría predecir lo que diría su maestro.

—... y-y, ¿Cómo ha estado Pop?

—Ooh, cambiando el tema de repente. Me llenas de orgullo, por mi mismo claro

—¿Eso significa que se encuentra bien al menos? Oí que estuvo en controversia por un acosador

Los años habían vuelto a Koichi todo un chico de la información, por no decir chismoso.

Tampoco era extraño que tratase de estar al tanto de la gente que más aprecia, ellos que sostuvieron sus alas hasta el momento en que estuvo listo para surcar los cielos de un sueño que creía imposible, por lo que sí, casi que los stalkeaba a más de diez mil kilómetros.

Con buenas intenciones, claro.

—Nah. Resultó ser una confusión que usó de tapadera para que nadie sospeche de su relación. Lo que tiene de famosa lo tiene de lista, ¿Puedes creerlo?

—Suena indignado

—Rechazó que yo fuera y le diese una buena probada de KnuckleRealidad a ese cara de muerto. —Y, entre comillas, Iwao citó. —"Porque Fuutaro es un gran universitario que pide el almuerzo de carne pero sin carne, no tiene tiempo para ti"

—¡¡¿Y el novio se está alimentando bien?!! ¡Vi que tenía un rostro realmente aterrador!

—Yo qué sé, esa es su cara normal ¡Pfft!

—¡Jajajaja!

Ambos rieron, ciertamente relajados, como camaradas cayendo en cuenta de lo mucho que había pasado el tiempo desde que hicieron algo como eso. Aquella paz era casi como la ataraxia para Koichi.

No se permitía a sí mismo olvidar lo duro que Tamao lo regañó por teléfono al haber "obligado" a su padre a tomar cartas en el asunto del -Aislamiento de Naruhata- por su ineptitud, la propia del Koichi que era demasiado amable.

A pesar de que él terminó incluso peor, debía admitirlo, el reporte de la salud de su maestro le había hecho un nudo en su garganta por un buen tiempo.

¡Pero ahora estaba allí, vivito y coleando solo para que se sienta orgulloso de lo mucho que ha crecido él, su querido discípulo Koi-

—Ya bueno, ¿Para qué me llamaste?

Koichi entonces recuerda la razón por la que estaba casi rompiendo la ley junto a un casi anciano, ellos no eran de los que "daban un paseo" porque sí.

—¿S-Sabe cómo funciona eso del dulce o truco?

—Si mi hija se entera de esto habrá problemas... y no solo para mi, déjate de bromas

Un miedo primordial se apoderó de Koichi más que el mero hecho de que estaba colgando del borde del edificio, amarrado a una soga que sostenía su maestro con una mano.

—¡Pero -Pero solo le pedí hablar en privado! ¡Usted quiso que subiéramos al One World Trade Center!

—¡A mi no me hables en inglés, carajo!

—¡P-Perdón! ¡GYAAA! ¡Casi me caigo!

—Antes eras más directo, espera, ¿Estás llorando?

—¡S-Se llama desarrollo de personaje!

—¿Y hablarás?

—¡Está bien! ¡Lo llamé aquí para que me diera consejos sobre amor!

Pudo ver, por alguna razón, una mirada de total impacto en su maestro, convirtiéndose en una de risa y terminando en condescendencia pura al notar su propia seriedad, lo que comenzaba a herir sus sentimientos.

—¡Vaya! Supongo que llegó ese momento en tu vida en que te deben hablar sobre las aves y las abejas... este... —Iwao llevó su tono agobiado al siguiente nivel cuando comenzó a buscar las palabras adecuadas para hablar con Koichi.

—¡Lo- Lo está malinterpretando! ¡Quisiera declararme a alguien con quien he estado yendo a varias citas desde hace ya un año y, verá, no sé si tengo lo necesario realmente o si puedo tener alguna certeza de cómo terminará esto y-

De repente, Koichi sintió que la presión en la soga aflojaba demasiado. Iwao lo había soltado.

—¿Eh?

—¡Mierda! ¡Me tomaste por sorpresa allí! ¡Como sea, vuela Koichi, vuela hacia acá y termina de contarme cómo es eso de que tú tienes una vida romántica!

—¡MAESTRO, ME OFENDE MUCHÍSIMOOOOOO-


Koichi fue salvado por Capitán Celebrity que iba de paso.


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Entrar y salir, se suponía que solo sería eso.

Gracias a unos informantes, las sospechas de que cierta hermandad estaba trabajando como dealers para un cartel de drogas al que la agencia de Capitán Celebrity le había estado siguiendo el paso por mucho tiempo llevó al dúo dinámico a infiltrarse aquella noche.

Una fiesta de Halloween sería la coartada perfecta para hacer pasar drogas a la universidad, pero ellos no se lo dejarían tan fácil si fuese el caso.

—¡Muy bien Sky-Boy, yo las altas y tú las bajas!

El plan era simple, mientras Koichi Haimawari se infiltraba por el campus buscando algo sospechoso, Christopher Skyline se la estaría pasando de puta madre siendo el alma de la fiesta y recabando información.

Cada quien en su elemento.

—Y luego el mundo nos lo agradecerá... estoy seguro de que la frase no iba así —Murmuró quejumbroso, ignorando el eco de la música en lo que se alejaba. —Yo debería estar en esa fiesta haciendo buenas migas también... aún no he perdido mi toque

Entonces, ¿Por qué se sentía como el policía aburrido? Aunque se supone que debía ser el malo.

No no, claro que no. Él había encarnado el papel del muchacho con problemas de tacto y primerizo si entrase al mundo de las drogas...

Simplemente actuó como él mismo.

Mas, contra todo pronóstico, ese fue el pase perfecto para dar con el dealer, grabarse su rostro, su nombre y llevar una muestra de la droga y encima con las huellas dactilares del perpetrador.

Era realmente impresionante como los muchachos de hoy en día vendían droga tan fácilmente y sin sopesar en sus acciones.

Sin quererlo, Koichi volvía a pensar como un abuelo.

—¡No pienses así Haimawari! ¡Algún día te caerá un bombón como los de Halloween!

Se reprochó a sí mismo, apenas estaba en la flor de su juventud como para quejarse por la "OTRA OTRA" juventud que apenas le llevaba poco más de dos años...

Los sentimientos de los adultos a veces también son complicados.

Tampoco es como que podía sentirse orgulloso de muchas cosas respecto a eso, pero no lo pasó tan mal. Salvó a la ciudad muchas veces, fue reconocido y ahora era un gran héroe, no le importaban cosas como el hecho de que su vida amorosa era un asco y...

¿Por qué demonios estaba divagando con sus arrepentimientos en ese momento?

Ah cierto, se había perdido por el campus.

— [¡Estaba tan metido en mi mente que vagué por toda la facultad de pedagogía! ¡Sentía que estaban sospechando de mi y me metí a la biblioteca por impulso!]

Escondido detrás de un libro, Koichi se sentía ansioso, no tanto por el miedo de que lo descubrieran, sino del pequeño sentimiento que lo visita al pensar qué va a hacer luego de la misión, esa migas de incertidumbre últimamente inundaban su mente.

No era momento de llorar lágrimas secas, ahora mismo no solo debía centrarse en salvar la misión, sino también a aquel recinto del aprendizaje.

[Que raro se oye nombrarlo así] —Pensó mientras se acercaba a dejar el libro, puede que sí esté algo loco como decían allá en su ciudad natal, nadie de su edad tendría el cerebro tan trastornado como para llamarlo-

—En serio, este es un recinto del aprendizaje y esos chicos solo están haciendo una fiesta de mala muerte...

O sí.

[¿Una japonesa?] ¿Eh?

[¿Un japonés?] ¿Eh?



—Una lindura...

—U-Un drogadicto...

Probablemente era porque, como él mismo dijo, aquella chica de aspecto recatado y carita de modelo le había hecho saltar un latido en su corazón que poco o nada le importó aquel insulto.

—¿U-Un drogadicto? ¡¿D-Dónde?! —Se preguntó.

—¡AQUÍ!


*PAM*




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—¡LA TESIS! ¡NO ME LA LAUREARON! —Koichi aún tenía pesadillas de su vida en la universidad.

Pero eso no era lo más importante. El chico había despertado de un grito tal que hasta asustó a alguien, pudo oír claramente el respingo de la persona que estaba cerca suyo, quien volteó a verlo al igual que él.

Cabello como el vino tinto dejándose caer sobre los hombros, orbes de azulejo profundos encerrados entre esa cara esculpida delicadamente y el estilo de una mujer recatada, pero de proporciones que ni su suéter o su falda larga de color oscuro podrían ocultar.

—... ¿Perdón?

Su dulce e inquisitivo tono atrajo la atención de Koichi unos segundos, lo cual fue suficiente como para que pudiese admirar a la niña estudiosa delante suyo.

—¡UNA LINDURA!

—¡E-Eso ya lo dijiste!

—¡L-Lo siento! Aunque también gritaste por lo que-

—¡Guarda silencio, si sigues así voy a...

De repente el grito se detuvo. Notando su pausa, aquella chica solo mantuvo el contacto visual unos instantes al ver el aspecto de Koichi.

—Olvídalo —Un fuerte suspiro de exasperación salió de la señorita que ocultaba bien aquellas ojeras tras sus elegantes anteojos. —Esto es una pérdida de tiempo, está claro que estás bien. —Y tan rápido como le prestó atención, desvió su mirada hacia los apuntes que tenía en frente.

Esa actitud fuerte y la cara refinada intimidaron un poco al muchacho.

—E-Está bien, entonces ya me...

No obstante, antes siquiera de pararse, Koichi se detuvo. ¿Qué más daba esta noche? Si luego regresaría a seguir salvando la calles y viviendo su vida. Si hay más mujeres que estrellas; dijo Capitán Celebrity una vez en una entrevista.

—Perdón, ¿Te importa si me quedo aquí a reposar...? —Pide con confianza mientras cruza miradas nuevamente, sintiendo su profunda mirada.

Mierda, ¿Quién necesitaba una mujer cuando frente a él había toda una constelación?

—S-Solo si quieres... —Maldijo su trémulo. Esa chica parecía más bien el adorno de aquellos broches.

—En ese caso te agradecería que no alces tanto la voz

Llevando eso como una afirmación bastante amable, Koichi dejó caer su cabeza sobre la mesa, escuchando nada más que el lápiz de la señorita escribir con bastante frecuencia y luego sus finos dedos tecleando en su laptop.

Debía admitirlo, su forma elegante de mostrarse ante él lo dejó fascinado, queriendo iniciar una conversación con ella solo para seguir escuchando su voz. Era bonita y se veía tan digna, además de que tenía un detalle incluso mejor que todos los demás.

—Ella debe ser japonesa...

De las pocas por Estados Unidos, ¿Quizá podía intentar algo con ella?

—Por favor, no hagas ruido —Aquella petición entró y salió de los oídos de Koichi como aire, que miraba hacia el libro en el que estaba concentrada la pelirroja. —Y sí, vine aquí a visitar a una hermana...

Sus expectativas cayeron más rápido de lo que llegaron.

—¿Y aprovechaste para estudiar?

—Creo que fue suficiente charla

—Has estado viendo esa página por bastante tiempo, ¿Te está dando mucha batalla?

Lejos de burlarse o molestarle su actitud, Koichi de repente veía a la tapa oscura del libro con más interés. Pero no esperaba que la chica delante suyo se impactara tanto como para mostrar vergüenza.

Ella le frunció el ceño, quizá queriendo mostrarse molesta, vanamente claro, el rojo en sus mejillas solo la hacía verse como un animalito mostrando hostilidad. Teniendo su atención, Koichi terminó.

[Actúa más lindo de lo que pensé...] Creo haber visto ese libro

—L-Lo dudo mucho —Aseveró, con cierta altivez en un tono que Koichi no podría deducir. —Este libro es uno realmente especial entre los referentes al tema y-

—¡Oh! ¿Introducción a la sociología del héroe?

A la chica le costó procesar la pregunta de Koichi.

—¿Cómo...

—Qué recuerdos, cuando dedicaba noches para salvar el semestre con sociología... ah, el capítulo tres es bastante difícil de entender, deberías pedir los apuntes de algún compañero de club o superior tuyo para repasar, aunque parece que también flaqueas en inglés...

Terminando su soliloquio, Koichi dejó el recinto cubierto por un silencio que no sabía cómo se generó.

Tal vez fue demasiado entrometido. Se había movido bastante cerca de la señorita de manera inconsciente, aunque ella no le reprochó nada cuando se acercó a señalar puntos importantes.

Por lo que la duda fue tan sagaz que, al instante, ella cambió el semblante con el que observaba a Koichi, tan sorprendida como para mostrar el brillo de la sorpresa en sus ojos.

—¡Y-Yo no tengo ningún senpai o club al que pertenezca! —Declaró, con tanta emoción que camuflaba bastante bien aquel hecho nada feliz.

—Ciertamente me sorprende —Murmuró. —¿Por eso estás aquí y no en la fiesta?

—¡¿Q-Qué quieres decir con eso?!

—Ya sabes, bailando o aprovechando el momento, dijiste que venías de visita, ¿No? El Halloween en Estados Unidos es solo uno

—No estoy en la universidad para estar festejando un día tan banal —Respondió con firmeza mientras acomodaba sus lentes, rectificando su postura luego de haberse alterado.

Todo bajo la vista silenciosa del muchacho.

—... [No le gusta Halloween, está más centrada en su trabajo...] mmmmh, que lástima

No lo decía con sarcasmo, Koichi no sabía como hacerlo, por lo que su sinceridad pareció incluso descarada.

—¿Lástima por qué?

Porque Koichi quería invitarla a bailar.

—P-Porque una jovencita como tú debería vivir esta clase de etapas

Inventó una excusa rápida, aunque tenía razón, y le dolía un poco saber la razón. Mas, en contraste con la situación, jamás se esperó esa mirada confundida en la muchacha.

—¿Cuántos años crees que tengo?

Un eterno segundo de silencio fue lo que pasó antes de que encontrase la respuesta más inteligente.

—... ¿sí...? —Alargando el sí y alzando ambos brazos en ignorancia, Koichi sabía muy a la mala que no debía responder esa clase de preguntas.

—Para tu información tengo veinticinco, estoy trabajando en mi tesis

De acuerdo, eso lo sorprendió. Esa hermosa mujer era un año menor que él, sus expectativas subieron un poco.

—Por lo que, ejem... retomando lo que decías sobre el libro...

Cierto, ella se lo tomaba en serio.

—Entonces deberías enfocarte en puntos como "El amanecer de la era sobrenatural" y "El nacimiento de los héroes", debe haber alguien en tu curso que sepa sobre el vigilantismo

El palique de Koichi desvió bien el enfoque que tomaba la conversación, lo que colocó a Itsuki desviando la mirada con evidente pesar.

—De hecho...

Viendo la cara complicada de la muchacha, entendió al instante lo que le sucedía, por lo que debía de tomar la situación con pinzas para no molestarla.

—Ya veo, pese a ser bonita eres una solitaria, debe ser duro

—...

O solo ser él mismo, le sale mejor al fin y al cabo.

—¡Eso fue... ¡Eso fue grosero!

Aaaah, pero si no podía evitarlo. Aquello le traía recuerdos.

Los días de universidad donde sus preocupaciones oscilaban entre los injustos exámenes y su papel de héroe ilegal hacían mella en su corazoncito de distraído, inocente de todo lo que vendría encima suyo sin oportunidad de escapar.

Esa podía ser una razón convincente para explicar lo tonto que estaba siendo con la dama pelirroja.

—¡Solo para que lo sepas tengo muchos amigos en mi trabajo!

—¡¿Trabajas?!

—¡¿Por qué te sorprende tanto?! Ya te dije que tengo veinticinco

—Bueno, odias Halloween, no conozco a mucha gente que trabaje y que odie las festividades que son casi días libres, sabes de lo que hablo, ¿No?

—... ¡Pfft! Tienes un punto ahí —Admitió, pareciendo esbozar algo así como una sonrisa bastante mal resuelta, que al instante volvió a su expresión serena. —Es solo que... de verdad quiero dar lo mejor... si no es ahora no sé si pueda hacerlo después

Koichi sentía algo raro en esa sinceración tan espontánea, pero tampoco prestó mucha atención en aquello, quizá la había herido al hablar de ello, así que mejor la intentaba animar antes de que él también se deprimiera.

Quizá no es que ella no quisiera bailar...

—Va-Vamos, no es tan malo, ¿Sabes? Una vez refuté a Platón en un ensayo citando La gata bajo la lluvia de Rocío Durcal

—¿Eh?

—Y-Y había otra vez donde quería ver un video para combatir el TDAH y terminé viéndome un podcast de catorce horas con la historia completa de Hora de aventura

—¡Pff- ¡Jaja- ¡Jajajajaja! ¡Eso está mal, jajajajaja!

Sin saberlo realmente, las mejillas de Koichi esbozaban pequeñas motas de un rosa que le daba calidez al escucharla.

— [Tiene una linda risa...]

Ella notó cómo era mirada en silencio por Koichi con una sonrisa, lo que generó un sentimiento extraño en su estómago, ¿Mariposas? No lo pensó mucho antes de darse cuenta de que estaba sonriendo.

—¡Ejem! A-A fin de cuentas, queda claro que sí tengo un trabajo, ¿De acuerdo?

—Ah... sí... hablas bastante formal ahora que lo pienso. —Comenta con vagueza. —¿Muy profesional como para dejarlo?

Ante esto, la señorita ríe.

—Creí que te enojarías —Confiesa Koichi.

—Es la primera vez que no me dicen que hable de forma más relajada acá en Estados Unidos

—Créeme, con el inglés pocos lo entenderán, pero pienso que debes ser una chica muy dedicada y fiel a ti misma...

Koichi mira como la chica se ruboriza, sonriendo y frunciendo el ceño como si quisiera disimular humildad.

—Jeje, no es nada, no es nada jeje, qué chico...

—Oh, hasta ahí llegó el lenguaje Keigo —Sin quererlo, Koichi se había burlado de ella, pero no reparó en eso cuando pudo ser testigo del mortal gesto de las chicas bonitas; un moflete.

Un redondo y tierno moflete.

—Te ves tan linda...

—¡Pequeño demonio! —Por alguna razón Itsuki se levantó contra Koichi.

—¡Pero si soy un año mayor! ¡Disney te demandará si me estrangulas!

—¡Disney no puede tocar a los japoneses o serán cancelados en twitter! —Y con tal argumento, Itsuki comenzó a jalar de las mejillas a Koichi.


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—Pero, ¿Sabes? Incluso de una manera u otra, mi trabajo no me hace descansar mucho esos días festivos como Halloween. De hecho diría que es más una carga

—Tu vida sí que es dura hermana, te admiro por eso— Sin estar realmente consciente de que estaban bebiendo jugo en la biblioteca, Koichi no sabía bien cuánto tiempo había pasado desde estaba hablando con la linda niña de los broches de estrella.

Era una chica extraña, bonita, pero que no puede verse a sí misma cuando está sacrificando tanto, no lo nota, pero quizá no es

—Admirarme, ¿Por qué? —Preguntó con una risa ladina, actuando como si un estúpido curry fuese a marearla o algo por el estilo, cada quien lleva el espíritu de la fiesta como quiere.

Koichi de repente voltea la cabeza hacia otro lado, agradeciendo que sus mejillas aún estuvieran rojas por los jalones.

—Te ves tan hermosa

—¿Q-Qué?

—Apuesto a que nadie se resistiría a bailar contigo... dime, ¿Es por eso que no estás en la fiesta?

Quizá no era tan tonto como parecía, o quizá solo era capaz de ver a través de ella porque se la había pasado mucho tiempo contemplándola.

—... m-mi... escucha, tengo razones para hacerlo, yo...

Lo que una noche podía hacer con la gente era increíble, la había puesto muy intranquila, se tomó de las manos y se encorvó sin darse cuenta, pero parecía reacia a dejar el tema allí.

De espaldas, Koichi solo podía llegar a una resolución.

—Es verdad, qué hermosa te ves. —Confesó, llevándose la respiración de la mujer—Temblando de temor, pero atreviéndote a darlo todo ahora...

Trajo el silencio de nuevo al recinto, exceptuando unos latidos bastante fuertes que no sabía si eran de él o de alguien más. Pudo oír como Itsuki se removía en su lugar y gimoteaba de vergüenza.

Entonces volteó, lo cual hizo que ahora fuese Itsuki quien ocultase su cara, o quizá su rubor la había camuflado con su cabello de bermellón.

—Y-Y-Yo... tengo un sueño... y quiero cumplirlo... —Confesó, pegando la mejilla contra la mesa, desparramando su cabello que no dejaba ver su expresión, pero Koichi podía conformarse con esa voz tímida que salía de ella. —No es que no quiera bailar...

Los ojos de Koichi se abren con expectativa, sintiendo que su pecho comienza a sentirse lleno de cosquillas.

—Tengo un trabajo y...

—Déjame adivinar, ¿Maestra de apoyo o algo así? —Koichi hace una interrupción, volviendo su mirada a la señorita con .

Ella no supo cómo sentirse, por lo que solo volvió a alzar la cabeza, sin embargo, ella no podía decir por qué se le hizo lindo que él ladeara la cabeza como un niño curioso, por lo que se camufló con una pregunta. 

—¿Q-Qué fue eso? A-Además de drogadicto... ¿Eres un acosador? 

Una chica poco honesta consigo misma se asomó por ahí.

—N-No, simplemente fue, este...


"Recuerda Koichi-boy, tienes la astucia de un loro y la belleza de una blasfemia, si una chica te pregunta si eres un acosador, le dices que fue una corazonada"

"Capitán, solo le pedí su firma para llenar el excel..."

"Ah... malditos traumas de la niñez"


—Una corazonada

—... ¿Entonces sí estás drogado?

—¿Qué?

Koichi quedó.

¿Acaso debió responder que se habían encontrado en la facultad de pedagogía para ya no levantar más sospechas? Primer detalle, sí.

—No estoy drogado señorita... —Segundo detalle, no sabía su nombre. —Este...

—¡A-Ah! ¡Lamento eso, m-me llamo Itsuki Nakano y estoy terminando mi cuarto año de universidad!

Parece que Itsuki solo sabía presentarse como habría practicado para su entrevista de trabajo, probablemente, pero a él solo le interesaba su nombre, no era tan complicado.

—Por supuesto que eres japonesa, que genial, yo soy Koichi Haimawari

Muy bien, luego se daría cuenta de que la había cagado, pero este no sería el momento. Ahora mismo quería darle la mano a Itsuki, aunque sentía que lo dejaría colgado por pensar mal de él.

—Bueno, yo no juzgo. Un gusto, Haimawari-kun —Sentenció Itsuki, estrechando la mano de Koichi y dándose la libertad de ser consciente de lo grande que era en comparación con la suya. —Realmente nos desviamos mucho del tema inicial, debía de terminar mi trabajo aquí

— [Ah, claro, la tesis, aunque ya casi terminó el planteamiento de un problema]

—A-Así que...

—¿Si? —Koichi se acomodó en la mesa con una sonrisa, descansando la barbilla en su palma para mirar mejor a Itsuki y sus extraños gestos.

Esbozaba un rostro conflictivo, su mano acariciaba su otro brazo mientras desviaba la mirada, y el tierno rubor que adornaba sus mejillas comenzaba a hacer sospechar a Koichi, que descarada niña.

—P-Parece que sabes bastante sobre el tema del vigilantismo

Si tan solo supiera.

—Ajá...

—M-Me pesa un poco decirlo, pero en realidad sí estaba teniendo problemas

Koichi sabía a dónde iba aquello, no estaba de más ayudar a alguien a quien no volvería a ver, ya no esperaba más de aquella noche.

Sí, él no hablaba con muchas chicas en Estados Unidos.

—A-Así que, en verdad quería saber si me puedes...


"¡Oye, Sky-Boy, malas nuevas! ¡El plantel parece estar sospechando de mi, así que hay que correr!"


Claro, hasta que su intercomunicador sonó, era hora de irse.

—Y-Y... ya sabes, i-incluso podría ser que...

—Ah, lo siento Itsuki, fue un gusto conocerte también, pero ya me voy, ¡Suerte con tu trabajo y feliz Halloween!

—¿Qué? Espera, ¡¿Dijiste eso para molestarme?! ¡Oye!

Y tan rápido como había aparecido para ayudar, Koichi salió de allí usando su quirk.

No fue difícil saltar el gran mural que delimitaba la universidad, ni tampoco emprender vuelo lo más lejos posible de la misma, era su parte favorita cuando podía sentir la brisa de un día no tan malo.

Koichi sonreía, a pesar de sus dudas personales, ya quería ir a exigir un aumento en cuanto le restregase a Cristopher que hizo todo el trabajo él solo.

—Aunque me hubiera gustado hablar más con ella, creo que me miraba como un drogadicto por mi cicatriz... quizá la pueda ver otro día y-

—¡Oye, Sky-Boy! ¡Mira al frente!

—¡AAAAAH! —El llamado repentino de Capitán Celebrity salvó a Koichi de golpearse contra un poste de luz en medio de la calle.

—Estuvo cerca, casi arruinas tu cara de tipo promedio, tuviste suerte de que estaba cerca [Aunque no está tan mal...]

—Ugh...

—Bueno, dejando eso de lado... —Christopher se rascó la cabeza nervioso. —Vayamos a algún lugar privado, hay que hablar sobre... el negocio

—Sí, tengo algo que decirte, Capitán —Koichi se dejó llevar cargado por Cristopher hasta la cafetería más cercana.

—La verdad es que escuché a muchas personas mientras hacía mi arduo trabajo, parece que ellos mismos son un centro de producción, estos estudiantes de hoy en día...

Ah, se estaba quejando.

Koichi resopló, dejaría que Cristopher descargara sus frustraciones en lo que metía las manos en sus bolsillos, había guardado la muestra de droga en un ziploc dentro de ellos.

Mientras más pasaban los segundos y hurgaba en sus pantalones, su semblante comenzaba a cambiar. La ausencia de aquella evidencia le puso la piel de gallina, sin embargo, Koichi tuvo que aferrarse a la realidad demasiado pronto como para asimilar que lo había vuelto a arruinar.

—¡Koichi! si tienes algo que decir puedes hacerlo, me di cuenta de que últimamente solo me oigo a mí mismo, también quiero oírte a ti... creo que eres bastante bueno y...

—Capitán, lo perdí

Interrumpiendo a Christopher, la cara de perro abandonado de Koichi era de risa, pero de risa para no llorar.

—¿Eh? ¿Lo perdiste? ¿Perdiste qué?

—Lo perdí, Capitán, perdí al beb-

—Creo que se refiere a esto

¡¡KYAAA!!

Una dulce voz de niña estudiosa se oyó desde detrás de Koichi, palideciendo a los adultos que jamás se esperaron tener audiencia. En respuesta al susto, ellos terminaron dándose un abrazo para reforzar la hermandad que no tiene nada que ver con que casi se cagan del susto.

Vieron la expresión condescendiente de Itsuki detrás suyo.

—Koichi, si nuestros dedos se rozan estás fired

—E-Entonces suélteme

—Ah si, claro —Los varones se tomaron su tiempo para acomodarse, bajo la mirada de una inmóvil Itsuki, lo que los avergonzaba, pero ya nada les quedaba por hacer al respecto.

—Bien, ¿Cómo llegaste aq-

—De acuerdo señorita, con el debido respeto que se merece una distinguida dama como usted, le pediría que se fuera, los héroes estamos en una charla muy importante en este instante so... —Capitán Celebrity puso su mano en la cara de Koichi y sacó la mejor sonrisa que tenía para Itsuki, sin saber que estaba por echarlo todo a perder.

Ella se vio avergonzada por lo que iba a decir.

—Q-Quisiera hablar con Haimawari-kun, a solas...

Christopher quedó atónito, mirando una y otra vez a Koichi hasta que cayó en la deducción más casanovas que se le ocurría.

—Koichi

—¿Si? O-Oiga, ¿Qué puso en mi bolsillo?

—Feliz Halloween —Alzando un pulgar, Capitán Celebrity le dejó al mejor amigo de los hombres responsables en un bolsillo de su chaqueta y se retiró del lugar.

Al final, ese no fue un Halloween fallido para Christopher.


...


Ambos se miraron, y Koichi estaba demasiado avergonzado como para decirle que tomara asiento, por lo que ella tosió para llamar su atención.

—E-Este... ¿Cuánto escuchaste?

—... —Itsuki guardó silencio mientras lo miraba, y entonces bufó. —¿Perdiste algo?

Y Koichi volvió a hundirse en la miseria al recordar que se le había caído la prueba maestra de su misión.

—Sí...

La afirmación vergonzosa y la carita de pena de Koichi por alguna razón calaron en su corazón, por lo que decidió dejar un poco los rodeos.

—Bueno, parece que no me escucharon, pero... ¿Es esta cosa lo que buscan? —Itsuki sacó de su bolsillo aquel objeto que tanto había buscado el alto, llenándolo de un alivio que plasmó en una gran sonrisa.

—¡S-Sí! ¡Esa es la muestra! ¡Te lo agradezco mucho Itsuki!

[Parece un perrito...] Espera un segundo —Advierte, sin admitir que su cercanía la ponía nerviosa. —Haimawari-kun, parece que estas en aprietos

—E-Estaré en muchos aprietos si no obtengo eso —A pesar de que su corazón estaba latiendo por los nervios de lo que podría hacer la niña que odiaba Halloween con algo tan importante, se dio la libertad de sonrojarse cuando esta misma le regaló una sonrisa dulce.

—Entonces, Haimawari-kun

—¿S-Si? —Por estar mirándola como un bobo, Koichi no notó que la muchacha sacaba una libreta de apuntes, pues su sonrisa se hacía más grande y divertida.

—¡Dulce, y no quiero trucos!

—... ¿Qué?




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>>>



—Así que su quirk es teletransportarse a la persona con la que estreche las manos...

—En un lapso de treinta minutos, sí —Aclara Koichi, siendo interrumpido en su flashback.

—Damm it, esa niña salvó nuestros blancos traseros...  unvelievable

—Oye rubio, nada de hablar inglés, hace mucho que no lo utilizo y poco o nada me acuerdo —Se queja Iwao.

—Oigan... 

—Me pregunto si usaste mi truco de Halloween

—¿Quién? ¿Koichi? ¡Jaaaa, me haré el examen de próstata si eso pasa!

El menor no sabía qué pensar.

—No, pero... quisiera escucharlo, ¿Sabes? Se la pasaba mirando su teléfono como tonto por un mes, luego pidió un aumento y antes de que lo supiera había dejado de vivir en mi complejo de apartamentos, ¡¿Puedes saber cómo me sentí?! —Preguntó Capitán Celebrity indignado.

—No-No me están escuchando...

—¡Ya lo creo! ¡Si Koichi se fue de Japón por ir contigo, y ahora resulta que también te dejó por una pelirroja!

—¡Creí que usted estaba bien con irme a Estados Unidos!

¡Ese es nuestro Koichi!

Realmente, los dos mayores no estaban escuchando al menor, quien solo podía oir a unos viejos hablar de él como si fuesen sus padres.

Si bien era penoso oírlos hablar, eran quizá las únicas personas con las que podría pedir consejos amorosos, ya tenía suficiente con dos, no quería a sus verdaderos padres metidos en el asunto aún.

Y su mamá daba miedo.

—Como sea, ¿Qué pasó al final? Sonabas como si fuese realmente grandioso que tuvieras una cita con una chica —Preguntó Iwao.

—Pues vació mi billetera, bebe bastante pese a mostrarse tan responsable, ¿Saben? La ayudé con su tarea y... al final intercambiamos números

—...

—...

—¿En serio? ¿Guardarán silencio ahora?

—No...

—Es solo que...

¡¡¿POR QUÉ NO SON NOVIOS TODAVÍA?!!

—¡NO DE NUEVO, ESTE CHISTE YA ESTÁ DEMASIADO QUEMADO, NO TIENE GRACIA, AUTOR DE MIERDA!

Y como si fuera costumbre en este escrito, una voz hizo que los adultos perdieran los colores del susto que pegaron, encontrándose nada más y nada menos que las féminas más temibles que hayan visto.

—¿Cathy? —Pregunta Capitán Celebrity abrazado a los otros dos.

—Te noto muy cómodo, Chris

—¡¿T-Tamao?!

—Hola papá, veo que sigues de terco con esto de sentirte muy edgy

—¡Respeta el flow cielo! ¡Esto no es una etapa, es una forma de vida!

—Isti ni is ini itipi

—¡¡S-Son Star and Stripe y la hija del maestro en ropa casual!! ¡Qué viejotas! —Exclamó Koichi tonto de la impresión.

—Jaja, este chico ha de tener muchos problemas con las mujeres —La imponente Cathleen Bate estaba literalmente parada en el aire mientras en su hombro reposaba tranquila la hija de Knuckleduster. —Hashtag... reforzando... la amistad...

El sonido de un flash de cámara llegó tan rápido como una notificación al teléfono de Koichi, quien deshizo el abrazo y miró en su pantalla.

—¡Jesús de Veracruz! ¡Star and Stripe acaba de twittear una foto mía! —Gritó saltando en un pie. —Por favor, tenga estos dulces de All Might como agradecimiento, me los regaló una abuelita en mi último patrullaje

—De nada y muchas gracias, muchachón

—No no no, ¡Stop the talk! ¿Qué haces aquí Cathy? —Imitando a cierto actor de renombre, Christopher preguntó a la gran mujer.

No lo sabía, pero pronto tendría que dar explicaciones antes de poner un pie en su casa.

—Pues iba paseando cuando una vi a una chiquilla buscando a su padre por las calles, así que decidí ayudarla y mira con lo que me encuentro... no fue tan difícil encontrar a tres adultos haciendo cosas ilegales en Nueva York

—Y más sabiendo que mi papá tiene una obsesión con las azoteas de noche

—Mister Batman, esto es tu culpa —Dice tajantemente Christopher.

Y mientras todos discuten, Koichi ríe, pensando que esa en verdad estaba siendo la velada más divertida que podía tener.

Pero esto no debía ser con ellos.

—¿Oh? ¿Una llamada? —Su mano siente la vibración del teléfono y sin mirar contesta. —¿Aló? ¿Itsuki? ¿Que qué hace mi cara en trendings de twitter? Oye, ¡Espera! ¡¿A qué te refieres con que nos veamos ya?! ¿Y-Ya estás aquí? ¡NO NO- SÍ QUIERO VERTE, DAME CINCO MINUTOS Y VOY! ¡E-Está bien, nos vemos en ese lugar especial y ehm... te quiero

La llamada colgó en el instante en que terminó de susurrar su frase.

Al voltear, Koichi pudo leer "Pobre tipo" en los rostros de todos.

—M-Me tengo que ir... ahí nos vemos otro día para ir a Las Vegas —Koichi comenzó a caminar a las escaleras interiores.

Tamao vio esto en silencio, volteando a ver el lugar donde se supone que había estado su padre hace un momento.

—Ugh, ¿Maestro? —No obstante, la gran mano de Knuckleduster cayó relajada entre los cabellos de Koichi, comenzando a ordenar los mechones despeinados del chico.

—Koichi, hombre, ¿Qué haces yendo con esas pintas por ahí?

—... ... ... no lo sé, creo que no le gusto así que da igual

—¿Qué? ¿Qué carajo te hace pensar eso?

—Ah... pues, tengo mala fama y... honestamente fui muy insistente el día que nos conocimos, que era un día que ella odia, por lo que fue muy amable de su parte hablarme

—Koichi

—Además de que a veces no voltea a verme o se molesta tanto que sus mejillas arden en rojo... es tan bonita que muchos chicos se le acercan...

—Déjalo terminar Christopher

—¡Ah! También pone una cara rara cuando trato de elogiarla, ella dice "¿Cómo puedes decir algo como eso solo así? Por favor no seas imprudente, avísame cuando lo hagas, ¿Entendido?"

—Suficiente, lo voy a matar si llega y dice que no pasó nada

Cathleen detuvo a Tamao con una mano y con la otra calló a Capitán Celebrity.

—Yo no parezco tan bueno para ella, ¿Sabe? Soy como un pobre diablo a su lado —Koichi había estado en su mundo mientras su maestro lo escuchaba, sin importar lo que dijeran los demás.

Nuevamente, todo quedó en silencio mientras terminaba de arreglar la ropa de Koichi y, con una sonrisa, su maestro le habló.

—Ya veo, oye Koichi

—¿Si?

—¿Te oyes a ti mismo a veces?

—¿Eh?

—¿No te has puesto a pensar que ella ya lo sabe?

—¿Q-Qué cosa?

—Las mujeres también son personas, hombre. Déjame ahorrarte el suspenso, ella siempre supo con quién estaba bailando. Habrían tantas opciones, quizá hasta un ángel por ahí; y ella sabría perfectamente todo esto. Pero, por alguna razón, quiso bailar con el diablo. Es así de simple

Todo quedó en silencio, porque la verdad nadie se esperó tales palabras de Knuckleduster.

—¿Ese fue mi papá?

—Qué hombre

—What a chad

—... muchas gracias maestro —Koichi había recuperado las confianzas, por lo que sacó us mejor sonrisa para agradecer a Iwao. —Ese fue un gran consejo

—¿Qué? Eso no fue un  consejo, de hecho, tengo uno de verdad

—¿Ah si? ¿Cuál es?

—No bajes por las escaleras, es más genial si te lanzo de la azotea, ¡Buen viaje!

—¡¿Q- ¡NO, ESPERE-

Koichi cayó diez pisos antes de usar su quirk para no morir.



...



—Q-Qué mal día para no llevar guantes... —Maldijo tanto como sus dientes traqueteando le dejasen, arrepentida de su impulsividad a la hora de hacer muchas cosas (Sobre todo cosas importantes).

Como tomar el primer vuelo de Japón a Estados Unidos que se le cruzara en el aeropuerto.

Miró sus finos dedos blanquearse al tiempo, sintió como su pecho temblaba al son de sus tacones por la acera y sus mejillas tomando un rojo tenue, mas podría ser que esta vez no fuese debido al viento otoñal.

—E-Es claramente el frío... —Pero aún así se convencía mientras se distraía mirando a las personas que, como ella, caminaban a media noche.

Gente rondando su edad que caminaba con disfraces hacia alguna casa donde las luces y la música estuviesen a punto de hacer un reventón.

A Itsuki de repente le sorprendió no bufar ni tener algún pensamiento ofuscado sobre aquellos actos fiesteros que ni venían al caso sabiendo que aún faltaban horas para aquel día que tanto aborrecía, antes podría hasta haberles dedicado una que otra frase desdeñosa en su mente, pero ahora parecía que ni le interesaba.

Sus pensamientos estuvieron más centrados en una persona en específico que en otra cosa, sintiendo alguna especie de fuerza en su pecho que le hacía trémula por todo su ser.

Desenvolvió un caramelo que le habían regalado en el aeropuerto para tranquilizarse, además de recibir bastantes felicitaciones, parece que su imagen decía mucho sobre lo que pasó.

—Realmente soy una tonta

Nuevamente echó un suspiro irremediable mientras veía las decoraciones de la única cafetería que estaría abierta a esas horas, notando un detalle que le hizo sentir el caramelo demasiado ácido.

Allí, en una esquina del lugar.

A-Ahí está... es Haimawari-kun... —Musitó con timidez. —Y Nino... —Por alguna razón el dulzor de sus palabras dejó de existir en aquel instante, al igual que los nervios y el temblor.

—¿Estás segura que no me estás estafando, tú...

Koichi, quien sonreía mientras mataba el tiempo conversando con la encargada del establecimiento, repentinamente sintió la necesidad de activar sus escudos de energía por todos lados antes de que fuese asesinado por el peligro que sentía acercarse.

—¿Hm? Oye, Haimawari, ¿Qué tienes? ¿Acaso lo que te dije sobre ella te dejó más tonto?

—¿Ah sí? ¿Qué fue lo que le dijiste y sobre quién, Nino?

—... pero si eres tú, Itsuki —Nino jamás admitiría que sufrió un micro-infarto mientras volteaba a ver a su hermana. —Solo estaba jugando con tu amigo con derechos, ahí los dejo... y bueno, puedes pedir lo que quieras, te lo mereces

Itsuki suspiró al verla irse como si nada, aunque la idea de poder disfrutar de la cocina de su hermana sin límite alguno fue un dato de lo más tentador.

—Qué remedio —Cerrando los ojos con molestia, la señorita tomó asiento. —¿Para qué fue que vine en primer lugar...? —Se preguntó quejumbrosa entre musitaciones.

—Hola Itsuki, bienvenida de vuelta —Y fue su sonrisa mientras la saludaba lo primero que vio al abrir los ojos de nuevo.

—Ah, para eso...

—Te ves molesta, ¿Sucedió algo en el viaje? —Le preguntó.

Sin embargo, el recelo de Itsuki quería mantenerla molesta un poco más.

—¿Tú qué crees? 

—¿Es otra cosa?

¿Tú qué crees? —Volvió a preguntar, pero con más énfasis hacia él.

Lo vio sonreír otra vez, lo cual la hizo aumentar la herida en su orgullo.

—¿Q-Qué pasa?

—Itsuki, tus manos están frías, ven dámelas —Y sin previo aviso, el muchacho hizo que las mariposas revolotearan en el estómago de Itsuki.

—...

—Parece que ya funciona, te estás colorando —Ignoró su aviso, estaba más ocupada pensando en su cercanía, el tamaño de sus manos que la envolvían sin problemas, sus ojos de miel que la cuidaban y en general lo cálida que se sentía a su lado.

Frunció el ceño tratando de apaciguar sus latidos.

—Esto es injusto...

—Parece que quieres decirme algo

—¿Mmm? ¡A-Ah sí!

Cayendo sobre aquello, le supo mal no contarle de antemano, pero algo dentro de ella quería decírselo de una manera que fuese especial.

—Suena importante, a veces eres muy distraída, ¿Sabes?

—¡¿Y de quién crees que es la culpa?!

—Jajajaja

Con esa mirada que le profesaba seguridad, Itsuki lo contempló por un instante, contó sus pestañas avellana para calmarse, sus ropas casuales que seguramente se había apresurado a ponerse para llegar antes que ella, la ternura con la que sus gestos le decían "tómate tu tiempo" y, entonces, se sintió lista para la sorpresa.

A veces lo simple era lo más bello.

—Pues ya sabes, mi tesis fue laureada

En aquel momento, su corazón se saltó un latido, mas fue por el suspenso de ver como la cara de Koichi cambiaba, ensanchaba su sonrisa y sus ojos brillaban que por otra cosa.

—¡Waah! —De repente, ella sintió que las manos de Koichi le dieron una vuelta en su asiento y, sin saberlo, se dejó caer sobre él, quien la abrazó mientras enterraba su rostro en uno de sus hombros. —¡¿Haimawari-kun?!

—Itsuki, dulce o truco

—¡¿Q-Qué- ¿Por qué tan repentinamente?

No lo entendía, tampoco podía hablar bien con el olor de su cabello castaño mezclándose con el rojizo le embriagaba el corazón tanto como para hacerlo martillear frenéticamente.

—¿Sabes qué pasa cuando no tienes un dulce?

—Est- esta clase de cosas no son-

—Dulce o truco

—N-No tengo ningún dulce... yo-yo...

—Uno

—¡Ni siquiera es Halloween!

—Dos

—¿Es por lo del año pa- ¡Hmm! —Sintiendo sus dedos tomar el dorso de su mejilla y alzarla, Itsuki no reparó en dejar que Koichi la besara, su cuerpo envolviéndola se sentía como su propio paraíso.

La comida podría esperar todo el día.

Cerró los ojos con fuerza y sintió sus labios, separándolos un instante y volviendo a juntarlos, agarrando de su abrigo como si fuese lo más importante del mundo y acurrucándose en él para no perder ni un solo segundo de él.

Cuando se separaron, ninguno se vio a los ojos, no podían si sus propios mechones alborotados los ocultaban.

Felicidades Itsuki, te amo

Entonces recordó por qué ni bien supo que sus tesis fue aprobada corrió hacia el aeropuerto más cercano y tomó un vuelo hacia Estados Unidos.

Quería oírlo a él.

Respirando con fuerza, Itsuki se mordió el labio y pegó la cabeza a su pecho, ignorando si eran sus latidos o los del chico los que hacían tanto eco en sus oídos.

—N-Ni siquiera contaste hasta tres... —Balbuceó. —Y-Yo también te amo... y feliz Halloween

Infundidos en su propia calidez, Itsuki sonrió, sabiendo que ahora le deparaban más treinta y uno de octubres hermosos.


Fin.



























Extra




—Entonces... ¿Ya no más amigos con derechos?

—Lo de la primera vez que nos vimos fue algo que acordamos no volver a mencionar

Tomados de las manos, por las calles, la pregunta de Koichi pone de los nervios a Itsuki.

—Pero solo quería aclararlo, ya sabes, no lo negaste cuando tu hermana lo mencionó

—Haimawari-kun, ¿Qué fue lo que dije?

Aquello trae el silencio una vez más, hasta que Koichi usa su habilidad comunicativa más reciente, desviar el tema descaradamente.

—... porque si te soy honesto reservé un hotel hace unas horas para que-

—¡NO! ¡VAMOS A TU APARTAMENTO AHORA!

Itsuki tomó la mano de Koichi y ambos desaparecieron, ahora estando en el hogar del mayor.

—¡Entonces Nino sí tenía razón!

—¡¿T-Te contó más de mi quirk?!

—¡Dijo que cuando te sentías caliente podías teletransportar a otros!

—¡PUES AHORA VAS A COMPROBARLO!


En alguna parte de Nueva York, The Knuckleduster sintió que uno de sus más oscuros capítulos de su vida estaba por llegar.




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De antemano agradezco a quienes vayan a leer este one shot y dejen sus comentarios, no por nada muy evidente, ¡¿VERDAD?!

Vaya pareja sacada de... ufff...

Honestamente no sé como sentirme con este one shot, escribir KitaGojo y TadaKomi e' má' fácil, y no sé si con esto le hago un favor a los team Itsuki o no, por lo que si no les gusta ahí los leo pibes, al final yo soy team Miku y no blowjobs

¿Esto es como un especial de Halloween.... 't?

joder, que me salté un mes de esta mielda de halloween. Todo sea por el dinero, el honor y el dinero.

Mission complete; + 100 en estupidez.


En fin, duerman al autor, o no hay huevos?


Un sabio alguna vez dijo; "Si el ship está cabrón, la funa ni se siente"

Y le tomaré la palabra pero con pinzitas por esta vez, JAJAJAJAJAJAJAJA.


¡¿TÚ QUÉ OPINAS DE ESTO ITSUKI?!




Ya sin más que decir, nos vemos pronto, ¡¡Cuídense y..........!!

















¡¡GRACIAS POR LEER!!

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