6

Ya era el dichoso día en que Jungkook iría a reencontrarse con su amigo de infancia, Jimin. Estaba un poco ansioso, no sabía muy bien por qué, pero tal vez volver a ver a sus amigos lo tenía así.

Estaba en el aeropuerto, esperando al Uber que Jimin había mandado por él. Según lo llevaría directo a su departamento, así que no se preocupó. Volteaba a ver a todos lados, en busca de un vehículo que pareciera estar buscando a alguien.

Un papel asomado en el exterior de una ventana de un vehículo lo hizo saber que ese era su Uber. Se acercó, tocó la ventana y el conductor se apresuró a preguntar. —¿Jeon Jungkook? —preguntó bajando el cartel. El azabache asintió y esperó a que el conductor bajara del auto y le abriera el maletero.

Efectivamente lo hizo, pero le dijo que fuera tomando asiento mientras él mismo guardaba sus pesadas maletas. Con una corta reverencia, Jungkook agradeció y se introdujo en el vehículo, el cual era bastante moderno y cómodo.

"Nada mal, Jimin contrató a un buen Uber", pensó, pero solo prestó atención al camino cuando el chofer volvió a subir.

Observó con suma atención todo el paisaje de Seúl. Al parecer, su amigo consideró que la gran capital era mejor que Busan. Las calles eran limpias y muy modernas, todo cuidado y luminoso, claro, una que otra basura, pero estaba bien para ser la capital.

Siguiendo con su exploración, se vio en la obligación de salir del trance cuando el vehículo estacionó. —Aquí es la dirección, déjeme que lo deje dentro de la residencia —comentó el conductor. El azabache solo asintió, viendo cómo el conductor pedía autorización para pasar al conjunto residencial.

—Gracias, usted hace muy buen su trabajo, tome —comentó Jungkook al bajarse y tener sus maletas en mano. El chofer agradeció la propina y partió a seguir con su día de trabajo.

"Bien... ¿en qué piso dijo Jimin que era...?" pensó y buscó su antigua conversación con él. Revisó y se aseguró, luego prosiguió a entrar al edificio que este dijo. Todo era muy hermoso, moderno y limpio, le encantaban las cosas así. —Disculpe, iré al piso quince... —le comentó a la recepcionista. Esta lo miró de arriba a bajo.

—¿Es usted Jeon Jungkook? —preguntó, él asintió y ella comprobó algo.

—Sí, el joven Park nos avisó que vendría, adelante, por allá está el ascensor —le indicó. Él agradeció con una corta reverencia y emprendió su paso al elevador.

...

Llamaron a la puerta, Jimin ya sabía quién era, así que se levantó del sillón y abrió la puerta sin siquiera preguntar.

Detrás de la puerta se encontraba un chico alto, con cabello azabache muy brillante y una cara expectante.

Por su parte, Jungkook comprobó el número de la puerta. "Se supone que es esta... bien", pensó, tocó la puerta y poco segundos se escucharon pasos. Se abrió la puerta y visualizó a un chico de cabello grisáceo.

—¿Jimin? —preguntó extrañado. "Sí que cambió bastante", pensó, pero el jalón que este le dio no le permitió pensar.

—¡Jungkook! Cuánto has cambiado, creciste mucho.

—Tú te quedaste enano, por lo que veo —respondió, aceptando el corto abrazo. Jimin se hizo a un lado, dejándolo pasar por completo.

—No me digas, no comenzarás con tu bullying —le dijo en tono de gracia, estaba tan feliz de que su amigo volviera.

—¿Llegó? —preguntó un chico saliendo de la cocina, este era bajo igual que Jimin y su cabello era negro brillante.

—¡Sí! Jungkook, él es Yoongi, mi novio. Amor, él es Jungkook, mi amigo del que te conté.

—Espero que le hayas contado cosas buenas —dijo Jeon. Yoongi soltó una pequeña risa.

—No te preocupes, un gusto conocerte, Jungkook, bienvenido a Seúl —dijo Yoongi, dándole la mano como saludo. Jungkook la aceptó de inmediato.

—Gracias, igualmente —dijo con una sonrisa. —Oye ¿Y Hoseok? —preguntó Jungkook viendo ahora a Jimin.

—Oh, trabaja, ya sabes. Él quería venir a recibirte pero se le hizo imposible, de igual él vendrá más tarde, quizá salgamos a tomar algo o pidamos algo para comer todos —dijo Jimin, acercándose a Yoongi.

—Comprendo, estaría bien —comentó. Luego, Jimin los instaló en la sala, era muy bonita con una vista espectacular desde el ventanal de ahí.

—Has cambiado, Jungkook, te recuerdo más dientón —comentó Jimin, causando la risa de los tres.

—Tú también, pero al parecer tu estatura no se enteró ¿no? —contraatacó, entre risas. —Así que te mudaste al gran Seúl... —comentó, Jimin sonrió y volteó a ver a Yoongi.

—Nos mudamos, ya sabes. Aquí hay más oportunidades de trabajo y es más grande. Amo Busan, pero no podía quedarme ahí toda la vida. Nosotros vamos en verano a pasar un tiempo allá, además aquí hay más secundarias y universidades para Taehyunnie —comentó el peligris. Jungkook se sorprendió al recordar al pequeño hermano de Jimin.

—Ah, tu hermano ¿cómo está? —dijo interesado, tenía tiempo que no recordaba ese nombre.

—Bien, ya es un hombrecito. Está tan lindo. ¡Tiene su propio club de Fans! Ha cambiado mucho —comentó Jimin, y los dos otros chicos pudieron notar el orgullo y amor que tenía la voz de Jimin al hablar de Taehyung.

—Es un hombre, Jimin, no le digas "hombrecito" —dijo Yoongi. Jimin rió, hundiendo su nariz en la pálida mejilla del otro.

Jungkook solo pudo recordar a aquel enano niño que era un poco fastidioso. Sonrió al recordar esos días.

—¿Y a ti cómo te va? —preguntó Jimin, Jungkook suspiró y se recostó del respaldo del mueble.

—Me va bien, tengo trabajo fijo y gano bien, no me quejo, pero a veces es cansado. Necesitaba unas vacaciones... —habló calmadamente, ambos lo escuchaban con atención.

—Yo tuve que obligar a Yoongi a tomar sus vacaciones, es igual de cabezadura que tú —dijo Jimin, el azabache a su lado volteó los ojos.

—Tú insistes mucho, por Dios... —acotó Yoongi, causando una sonrisa divertida en Jungkook.

—Yah, Jimin... te dije que me despertaras a las nueve... —comentó un chico joven con una voz ronca, apenas se levantaba, así que se escuchaba mucho más gruesa de lo normal.

Jungkook se impactó un poco al ver lo lindo y delicado que se veía. Se restregaba los ojos, pero los abrió al ver que no le respondieron.

—TaeTae, mira, llegó Jungkook ¿te acuerdas? —preguntó Jimin a su hermano, Jungkook seguía en silencio, observando al joven, de verdad que era hermoso. Tenía un cabello castaño lacio, un rostro angelical y se veía hermoso en aquel pijama.

"¿Qué mierda estoy pensando? Es un chico, además es el hermano de Jimin", pensó con reproche, pero seguía en trance por el hermanito menor de su amigo.

Taehyung analizaba la situación, se acordaba un poco de aquel chico que, vaya, era apuesto, alto y de tez blanca, con un lindo cabello brillante y unos labios rojizos. Sus ojos se mantenían sobre él, poniéndolo nervioso.

Sí, empezaba a recordar.

—Ah... Hyung, un gusto verlo... —balbuceó apenas, el azabache seguía escaneándolo, detallaba todo acerca del castaño.

Él recordaba que Jimin le comentó que vendría un tal Jungkook, pero no prestó mucha atención a su comentario.

"¿Por qué no me acordé? Mírame, parezco un zombie..." pensó empezando a sentir vergüenza, sus mejillas se tiñeron de un sutil color carmesí.

—Un gusto volverte a ver, Taehyung —soltó por fin Jungkook. El castaño hizo una reverencia.

—Buenos días, Hyungs, ahora vengo —dicho eso, Taehyung se volteó, yéndose de prisa a su habitación.

—Buenos días, Tae, apresúrate a venir a desayunar —comentó Yoongi, quien cuidaba mucho del menor.

Cuando llegó a su habitación, cerró la puerta y se tocó las mejillas que estaban un poco calientes. Su corazón latía un poco más rápido, quizá por la vergüenza. Se apresuró a alistarse, tenía un cierto interés en verse lindo aquel día, pero descartó cualquier pensamiento.

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