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— ¡Todo salió magnífico en nuestra cita! Ella fue demasiado linda y atenta, hoy la invitaré a ir por unos helados a la salida ¿crees que es muy pronto? Yo creo que no...
Minho hablaba animadamente al lado de su mejor amigo camino a su institución, pues ya las clases habían empezado y ese era el día de reintegrarse.
—¿me estás escuchando? — El ánimo de Taehyung no era el mejor, podría decirse que jamás se había sentido tan triste, decaído y deprimido, ni siquiera cuando vio Hachikō.
La semana pasada había estado en su habitación encerrado, solo salía cuando tenía hambre o sed, su cuarto tenía su propio baño así que no había necesidad de salir por algo más.
Jimin estaba preocupado, pero decidió hacerle caso a Yoongi y simplemente le dio su espacio personal. Taehyung tenía dos amigos que lo acompañaban en las noches, el "Señor tigre" y a "Kookie".
Ambos eran peluches y para él tenían un gran significado, el Señor tigre está con él desde que tiene memoria, desde niño ha sido su "fiel compañero" y por su parte, está Kookie, quien lo acompaña desde hace un mes, un regalo muy especial por parte de Jungkook.
Los abraza con fuerza, sintiendo como si de alguna manera lo consolasen, no se sentía solo.
— A-ah... sí...
— ¿Estás bien? Te veo decaído, tú nunca eres así ¿pasó algo malo? — Por más que necesitase desahogarse, no lo haría, era algo íntimo para él.
Siempre trataba de mostrarse como alguien sonriente y feliz, no le gustaba dejarse afligir por los problemas, así que siempre les veía el lado positivo ¿pero esta situación tiene un lado positivo? ¿Qué tiene de positivo? No podía aparentar estar bien cuando quería ir a casa, encerrarse y llorar. Además, para eso tenía a sus dos amigos felpudos, para desahogarse todo lo que quisiera.
— No te preocupes, todo está bien.
—¿Por qué siento que me estás mintiendo?
— ¡Mira! Llegamos, qué alegría... — Minho notó el sarcasmo en sus palabras, pero decidió no cuestionarlo más y simplemente cambiar de tema.
(...)
Taehyung entró y cerró la puerta del baño en el instituto, apenas llevaba media mañana y se sentía agobiado.
Muchas chicas muy amables y tiernas se le acercaron con regalos y cartas, le preguntaban con mucha alegría y ilusión por sus vacaciones, querían saber qué había hecho su Oppa en ese período.
Aunque ellas fueran tan dulces y eso le causaba ternura, ya que no había razón por la cual ellas fueran tan atentas, pero era inevitable no sentirse frustrado y de mal humor. Las recibió con una sonrisa que hace más de una semana no esbozaba, les agradeció con cariño y ya había guardado todos los regalos.
En un pequeño respiro de no querer aparentar estar bien, escapó al baño y ahí se encontraba, recostado contra la puerta de madera. Se acercó a los lavamanos y afincó sus manos, miró hacia el espejo, contempló su rostro, podía notar la diferencia, debajo de sus ojos estaba hinchado, había luchado para desaparecer aquellas bolsitas causadas por quedarse hasta tarde haciendo realmente nada y por llorar en exceso.
Mojó sus manos para luego refrescar su rostro, debido a eso no notó cuando un chico entró al baño. El chico miraba curioso a Taehyung, ese era el famoso Taehyung.
—Hola.
Taehyung se sobresaltó cuando oyó una voz a sus espaldas, a través del espejo pudo visualizar a un chico, se miraba más joven que él.
—Hola...
— Perdón, ¿te asusté?
— S-sí... pero es porque estaba distraído, no te preocupes. — Taehyung le dedicó una pequeña sonrisa y volvió a lo suyo, el chico se acercó hasta estar parado frente al lavamanos a su lado.
— ¿Tú eres Taehyung, verdad? — Taehyung volteó viendolo extrañado ¿por qué tantas preguntas?
— Sí... soy Taehyung... ¿Un gusto? — El chico se lo quedó viendo, estaba detallando cada una de sus facciones, ya sabia porque era tan popular, en especial entre las chicas.
— Eres muy popular... en mi clase todas mis compañeras estaban hablando sobre ti, lucen ¿Enamoradas?
Taehyung no pudo evitar reír ante las cosas que aquel simpático chico le decía, dejándolo totalmente encantado con su sonrisa y su tierna risa.
— ¿En serio? Qué lindas... — El chico asintió sin saber qué más decir.
— ¡Oh! Lo lamento, yo me llamo Ji Hoon... Park Ji Hoon, un gusto conocerte, Taehyung.
— Igualmente, Ji Hoon... debo irme ya, pero espero poder hablar contigo en el almuerzo.
— ¡Claro! Te buscaré en el almuerzo, disculpa si soy informal, ¿puedo hablarte así?
Taehyung rió otra vez, asintiendo. — Claro, no te preocupes. Nos vemos luego.
Taehyung salió del baño, dejando atrás a JiHoon con un sonrojo y el corazón acelerado, sin saber muy bien el porqué, pero Taehyung disparó sus nervios y había hablado demás, se sentía un poco torpe y apenado, pero feliz, ya que Taehyung le ofreció almorzar juntos.
Se miró al espejo con una pequeña sonrisa, ¿qué le pasaba? ¿Por qué le emocionó tanto aquella simple invitación?
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