3

Jungkook, 15 años. Taehyung, 10 años.

Hace unos tres meses, los padres de Jungkook le informaron sobre la decisión que tomaron, una noticia drástica para él.

Él llegó a pensar que fue injusto; no tomaron en cuenta su opinión y, siendo un poco testarudo, no veía que era por obligación.

Un "Savage Flashback" ha aparecido.

Jungkook llegó tranquilamente después de un día duro de clases; estar en el cuarto año de secundaria era un poco difícil, especialmente con los ajustados horarios.

Abrió la puerta de su casa, entró y cerró la puerta tras de sí, quitándose los zapatos y dejándolos a un lado.

—Oh, cariño, ¿cómo te fue? —le preguntó su madre, acercándose para abrazarlo, y Jungkook simplemente se dejó abrazar.

—Bien, un poco agotador. —respondió cuando la mujer se separó de él. Ella le sonrió con dulzura mientras lo guiaba hacia la cocina.

Su padre ya estaba en la amplia encimera de la cocina, con la comida servida delante de él, esperando a su esposa e hijo para comer juntos.

—Jungkook, hola hijo, ¿cómo estuvo tu día? —le dijo, dándole una palmada en la espalda cuando este se sentó a su lado, y Jungkook esbozó una sonrisa.

—Estoy muerto de hambre y sueño, papá... —dramatizó, haciendo reír a los mayores. Después de la cena, que transcurrió entre charlas, los padres de Jungkook decidieron esperar a que se bañara antes de hablarle.

—Cuando termines, baja, por favor... tenemos que hablar. —le dijo su padre, y el joven azabache asintió y subió las escaleras con una gran incógnita en su mente. ¿Qué habría pasado? Según él, no había hecho nada malo y sus notas eran buenas. ¿Había roto algo? Tampoco recordaba haberlo hecho en estos días. Entonces, ¿qué era?

Con algo de nerviosismo, se bañó, y mientras se secaba y se ponía el pijama, pensaba: "No parece molesto...". Esto lo tranquilizaba un poco. Luego de terminar, bajó las escaleras un poco rápido para llegar a sus padres, que estaban en la sala viendo las noticias.

—Ya estoy aquí... —dijo, haciendo que sus padres voltearan hacia él y le sonrieran con ternura, señalándole el asiento individual. Mientras Jungkook tomaba asiento, su padre apagó la televisión.

—Oigan... ¿todo está bien? es decir, yo no he hecho nada malo, que yo sepa. —soltó nervioso hacia los mayores, quienes se miraron y rieron.

—No hiciste nada, Jungkookie. —le tranquilizó su madre, permitiéndole respirar con tranquilidad.

—Bien... entonces, ¿qué pasa? —preguntó al ver a su padre titubear un poco antes de hablar.

—Jungkook, nos vamos de Busan. —soltó su padre de una vez, haciendo que Jungkook palideciera. "¿Qué?" repetía su mente sin poder procesar muy bien lo que le decían. ¿Acaso había escuchado mal?

—¿Qué? —soltó luego de solo pensar escasos segundos. Su madre se apresuró a darle más información.

—Verás hijo, a tu padre le ha salido un nuevo contrato con su empresa, pero esta vez en Japón. Así que lo pensamos fríamente, analizamos las opciones, los pros y los contras, y vimos que era una opción factible. Quiero que sepas que buscamos el bienestar de la familia, buscamos tu bienestar, así que... vamos a mudarnos en tres meses. —le explicó su madre con un tono más sutil y cálido.

Jungkook solo quedó en silencio, no dijo nada, no comentó y ni siquiera expresó si le parecía bien o mal, si quería o no, o si estaba de acuerdo o no. Solo silencio. Ahora eran los padres de Jungkook los nerviosos al ver que su único hijo no les respondía.

Jungkook trataba de asimilar todo lo que acababa de escuchar.

—Voy a ir a mi cuarto. —dijo el joven, levantándose y dirigiéndose a las escaleras.

Tal vez fue muy precipitado, tal vez debieron preguntarle y hacerlo parte de la decisión, no simplemente hacer que se adaptara a ella. Con aquel sentimiento de culpa, los padres de Jungkook decidieron dejarlo asimilarlo y quizá pensar en ello como una buena opción.

El "Savage Flashback" ha desaparecido.

Ya había comentado la noticia a sus amigos y a Jimin; estos no lo tomaron de la mejor manera, pero al final, no podían hacer nada. Además, Jungkook no oponía resistencia.

Jungkook ya estaba resignado a tener que hacerlo; debía comportarse como alguien de su edad y ser maduro. Esa misma tarde, se encontraba sacando sus pesadas maletas de su habitación.

Antes de salir, miró su ahora vieja habitación vacía y la contempló por última vez, extrañaría todos los recuerdos que vivió allí. Su corazón se apretó repentinamente, pero no lloró. Solo bajó la cabeza y cerró la puerta.

Jaló sus maletas, recorriendo su ahora antiguo pasillo y recordando la primera vez que entró corriendo hacia su habitación exigiendo que fuera suya ya que tenía balcón. Su corazón se encogía con cada paso que daba, pero no lloraría.

Bajó las escaleras; su madre entraba y salía, llevando algunas cosas que quedaron en la casa, como cuadros o fotografías. No estaban haciendo una mudanza completa, ya que su padre había enviado a llevar los muebles que su madre ordenó. No todos, ya que comprarían nuevos.

—Jungkook, lleva tus maletas al auto, cariño. —Asintió y siguió hasta la salida, donde observó su antiguo hogar por última vez.

Siguió su camino hacia el maletero de la camioneta de su padre, dejó las maletas ahí y cerró. Al darse la vuelta, vio a Jimin y su amigo Hoseok acercarse, y su corazón se encogió al pensar que nunca más los vería.

Abrió los brazos y recibió un abrazo grupal de sus dos mejores amigos.

—Los extrañaré. —dijo al abrazarlos un poco más fuerte, y escuchó un sollozo.

—¿Estás llorando, J-hope? —le dijo Jungkook a su amigo, quien solo se alejó con las manos en la cara.

—¡No llores, por Dios! Me harás llorar a mí. —soltó Jimin a Hoseok, volviendo su vista a Jungkook y sonriéndole.

—Este no es un adiós, Jungkook, es un hasta luego, ¿de acuerdo? No cambies tu número, y si lo haces, guarda mi teléfono y escríbeme. No perdamos contacto. —le dijo, tratando más de convencerse a sí mismo que al azabache. Sonrió un poco mientras asentía.

—Esto es tan extraño y triste a la vez, por favor, no nos cambies. —le dijo Hoseok, acercándose nuevamente a Jungkook y haciéndolo reír.

—No te preocupes. —dijo, recibiendo a su amigo, pero la voz de sus padres llamándolo lo hizo separarse.

—Cariño, ya nos vamos. —dijo su madre, triste al ver esa escena. Jungkook la observó, asintió y volvió a ver a sus amigos por última vez, en mucho tiempo.

—Hasta pronto. — les dijo y se fue al asiento trasero del auto de su padre. El auto se encendió y comenzó a alejarse de su antiguo vecindario.

"Adiós casa, adiós Jimin, Hoseok... Taehyung. Adiós Busan".

...

Hace una semana, su hermano Jimin le había comentado a Taehyung que Jungkook se iba a Japón, lo que sorprendió al castaño y le rompió el corazón.

Su querido hyung se iba, y nunca lo volvería a ver.

Había querido pasar más tiempo con el azabache, pero simplemente no podía, ya que este no volvió a ir a su casa. Su hermano decía que estaba muy ocupado con la mudanza y que no creía que volviera a visitarlos. Esto entristecía a Taehyung, quien aún era un niño e iba de su casa a la escuela y volvía relativamente tarde, sin poder ir a visitar a Jungkook. Tampoco creía que este quisiera verlo ni pasar tiempo con él, ya que estaba muy ocupado, y aunque lo entendía, su corazón no.

Debido a eso, escribió una carta, una carta que expresaba todo lo que sentía desde su corazón y lo mucho que admiraba, extrañaría y quería a Jungkook.

—¡Mamá, llegué! —gritó al entrar en su casa, colgando su bufanda, quitándose su abrigo y deshaciéndose de su mochila y zapatos.

—Bebé, hola, ¿qué tal tu día? —le dijo su madre, acercándose para besarle la frente.

—Bien, mami... Una pregunta, ¿y Jimin? —preguntó extrañado, ya que Hoseok y este habían salido corriendo después de clases.

—Fue a despedir a Jungkook, cariño. —le respondió, yéndose nuevamente a la cocina para terminar la cena.

"¿Despedir? ¿Hoy se iba?" gritó aterrado su interior.

—¿Hoy? Jimin jamás me dijo cuándo se iba. ¡Ya vengo, madre! —gritó, yendo nuevamente a la entrada para buscar algo en su mochila y ponerse los zapatos.

—Cuídate mucho, ve y vuelve con cuidado. —le dijo su madre, y el castaño asintió a medias, saliendo corriendo.

El sol del atardecer se veía tan hermoso; quería contemplarlo, pero no podía, ya que no podría ver a Jungkook por última vez. Corrió y corrió, llegando a la casa del azabache, que quedaba a unas dos cuadras de la suya, y encontró a su hermano y a su hyung Hoseok allí.

—¡Hyungs! ¿Y Jungkook hyung? —Jimin vio a su pequeño hermano llegar corriendo con una carta en la mano, lo que le rompió el corazón.

—Ya... ya se fue, Tae. Lo siento. —le dijo, acercándose a él mientras soltaba el llanto al escuchar lo que temía.

—No te preocupes, Taehyungie. Él llamará y nos contará sus aventuras por allá... No llores. —dijo Hoseok, tratando de consolar a Taehyung, a quien tenía mucho cariño y le dolía ver llorar así, pues nunca lo había visto hacerlo.

Taehyung sentía cómo se le iban las fuerzas, su pecho dolía y sus lágrimas pintaban su rostro, bañando aquellas sonrojadas mejillas de rabia.

Arrugó la carta en sus manos mientras se dejaba abrazar por sus hyungs. "Adiós, Jungkook hyung..." pensó, dejando caer aquella carta de sus manos y dejando que el llanto saliera aún más fuerte.

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