Capítulo 34. «Lucharé»

Los días pasan rápidamente, uno tras otro. El reino es un caos.

Las Tenebris han declarado la guerra a los Alba oficialmente, cada vez hay más altercados, especialmente en las Capitales Continentales. La ciudad de Raima, en el viejo continente, ha sido tomada oficialmente. Thor hace lo que puede, pero ellas toman los barrios bajos, roban, e incluso secuestran a todo tipo de personas, sean o no Albas.

Los rumores dicen que se llevan a esas personas para experimentar con ellas. Que las convertirán en Tenebris, como a ellas, todo para tener nuevas personas en su ejército.

Sé que no es cierto. La chica que Thor trajó a cambiado nuestro panorama por completo. Hay algo más detrás de eso. Los Tenebris nacen Tenebris y, aunque tal vez estén experimentando con esas personas que se llevan, no es para volverlos como ellos.

Los gobernadores, preocupados, han establecido ciudades para los Alba, específicamente. Muchos se niegan a dejar a sus familias. La mayoría evitan registrarse, pero no podemos dejar de estar a la espectativa, esperando que nos llamen.

Pasan tres días después del mensaje del rey, y no puedo dejar de enfocarme en lo que importa, entrenar. Pienso en mi familia. En que, después de todo, ser un Alba deja que nos protejamos. Estoy decidida a ir por ellos este fin de semana, es lo mejor.

- ¿En qué piensas? -pregunta Thor, sacándome de mi ensoñación. Suspiro, decaída. Quito mi vista de el río para mirarlo a él, que está recargado en el barandal, a mi lado.

-Muchas cosas -contesto, evadiendo lo que realmente pienso-. ¿Estás listo para las clases? ¿O algo surgirá antes de que me enseñes? - bromeo, nerviosa. Él sonríe, pasa una mano por mi cabello, y dice:

-Me gustaría tener el tiempo suficiente para enseñarte, pero desgraciadamente... las cosas están muy mal y seguirán empeorando. Espero que Santiago pueda ayudarnos realmente con eso que está enseñándote. ¿Has aprendido mucho?

-Si hubieras estado en mis clases lo sabrías -digo exageradamente. Ambos comenzamos a caminar, yo sigo sin creer en todos aquellos conocimientos que Santiago me ha compartido.

He aprendido ya dos idiomas diferentes, todos del viejo continente, e incluso a leer en latín. Ayer me enseñó un conjuro que me hace más fuerte físicamente, haciéndome saber varias técnicas de pelea sin siquiera haberlas practicado. Pienso sorprender a Thor en esta clase.

Una vez llegamos a la zona de entrenamiento, que está detrás del gran salón, en una terraza, Thor va a los vestidores, se cambia, y sale usando sus típicas bermudas de entrenar y una camiseta sin mangas, agregando unos guantes rojos de pelea. Yo también me pongo unos guantes, azules, y me preparo.

-Bien, dame todo lo que tienes- dice, a la vez que sube a la colchoneta. Sonrío, sabiendo lo que viene, y me acerco a él, confiada.

Comenzamos a rodear la colchoneta, retándonos. Yo aprovecho y voy hacia él, simulando que voy a encestarle un puñetazo pero, de último minuto, no lanzo nada. Él trata de bloquearme, por lo que me aprovecho de ello, tomo su muñeca, y lo lanzo al suelo. Varios de los que también están entrenando se acercan, curiosos, Thor se levanta, incrédulo, y entrecierra los ojos, preguntándose que sucede.

-Santiago me ha enseñado unos cuantos trucos -me regodeo. Todos aplauden.

-No debes guardarte esos conocimientos para tí misma -dice Tifón, que ha aparecido aquí de la nada. Es muy escurridizo, siempre te sorprende con sus apariciones espontáneas. Además, es muy talentoso. Sabe sanar las heridas con el agua, sabe congelarla y darle un montón de formas geniales, e incluso aprende los conjuros casi tan rápido como yo.

Y es que la mayoría de los que lo intentan, y a los que les enseño, tienen que intentar varias veces los conjuros antes de lograrlos, varios más para memorizarlos y poder hacerlos sin tener que recitarlos.

-Bien, quien quiera aprenderlo, que lo anote ahora o que lo ignore para siempre- digo, todos le buscan un cuadernillo y lápiz a Tifón, ya que saben que es el que tiene la mejor letra y lo pasará a los demás. Mientras recito el conjuro, Thor me mira fijamente, con admiración. Una vez termino, me giro de nuevo hacia él, sonriendo abiertamente. Me gusta impresionarlo. En cierto modo, siempre he tenido cierta opinión favorable de él, y me gusta saber que él la tiene de mí.

-Parece que ahora le agradas a todos- dice, divertido-. Es bueno.

-Lo sé- digo, sintiéndome orgullosa. Mis ojos caen en Thor, y en su... ¿Marca?

No puedo creerlo.

A todos aquellos que han ido a registrar sus habilidades, el gobierno les ha tatuado una marca en la nuca, justo sobre la oreja. Son dos flechas, o al menos la parte superior de ellas, un triángulo isósceles sin rellenar, y una línea negra que las atraviesa.

Él fue a registrarse.

Pero, ¿Por qué?

Lo tomo de la muñeca, para, después, jalarlo hacia la esquina más alejada de los demás. Al notar que nos siguen mirando, me acerco a una puerta detrás de nosotros, haciéndonos entrar a una pequeña bodega llena de utensilios para entrenar. El entrecierra los ojos, sin entender mis acciones. Cuando llegamos y estamos completamente alejados de los demás, le pregunto:

- ¿Por qué? - suena un poco fuerte, así que bajo la voz, acercándome a él y susurrando-. Explícame esto. Tienes la marca, la marca de un Alba, y no entiendo porqué.

-No es tan fácil de explicar- dice él, con ese tono tan serio y lúgubre que usa cuando algo es importante. A estado muy disperso estos días. Todo lo que dice es en cierto modo sospechoso-. He querido hablar con todos sobre este nuevo descubrimiento que he tenido, y como nos perjudicará, pero simplemente no lo he hecho.

-Thor... - él baja la mirada, preocupado, yo dudo un poco, pero luego logro formular bien mis palabras-. No temas. Necesitas hablar se esto con los demás, compartir tus sentimientos, ser sincero. Nosotros podemos ayudarte.

Al oír mis palabras, Thor comienza a reír, divertido. Entrecierro los ojos, no entendiendo los motivos de su risa, por lo que él intenta explicarse diciendo:

- ¿Qué? Es inevitable no reír cuando hablas de que exprese mis sentimientos. Nunca lo he hecho, con nadie.

-Pues es el momento de empezar, nunca es demasiado tarde- digo, con optimismo. Thor sonríe, una sonrisa auténtica, luminosa, y eléctrica. Por un momento me quedo callada, sólo observándolo. Está demasiado cerca, tanto que puedo oler su fragancia citríca y dulce a la vez llegar a mí. Salgo del aturdimiento, no entendiendo que es lo que acaba de pasar, y continúo-. Sino quieres hablar de tus sentimientos, entonces sólo cuenta que es lo que sucedió.

-Bueno... - dice, resignado. Me habla de todo. Desde el momento en que esa chica se unió a nosotros, para días después decirle que sabía que las Tenebris tendrán una reunión la próxima semana, hasta el encuentro que tuvo con su informante, en el que se enteró de que inevitablemente tendremos que luchar.

-No he hablado con ustedes porque aun tenemos un poco de tiempo- dice al final-. Quería esperar a ver esa gran arma, conexión, invento o como quieras llamarle que Santiago hará antes de realmente hacerlo.

-Bueno, entonces... - comienzo a pensar en lo que podría ser mejor, aunque todo parece incierto...

La idea de luchar, de luchar por nuestra seguridad...

Es algo que ha estado en mi mente por muchos días. Según yo, es inevitable que nos defendamos. Tenemos que hacerlo por alguien a quien queremos. Incluso he dejado de asistir a la universidad estos días sólo por poder luchar y demostrar lo que puedo hacer cuando llegue el momento.

- ¿Entonces qué? ¿Qué es lo que piensas? - pregunta Thor, mirándome fijamente-. Tú opinión es importante para mí.

Estas últimas palabras me toman por sorpresa. Bajo la mirada, incrédula, mi corazón late a mil por hora. Y es que no es sólo su significado, sino los sentimientos que vienen detrás de ellas.

Thor me valora.

Yo le importo, y mucho.

Tal vez demasiado.

¿Cómo es que no lo noté antes?

Subo la mirada, encontrándome con esos bellos ojos grises y tormentosos, buscando en mi sorprendida mente que es lo que debo responder.

De último momento, guiada por mis instintos, por mi corazón, por algo que no reconozco, tomo su barbilla, atrayéndolo a mí para luego poner mis labios sobre los suyos.

Es en ese momento en el que me percato de lo que estoy haciendo. Siento toda esa sorpresa por lo que estoy haciendo venir de él, y cuando no responde a mi beso me siento como la más desgraciada persona en el mundo. Comienzo a separarme, dolida, cuando, respondiendo a mis deseos, siento sus manos recorrer mi espalda y atraerme hacia él, para luego responderme, realmente hacerlo.

Mientras él me besa de una cálida y a la vez atrayente manera, tan buena que no puedo alejarme de él, que siento que necesito y necesito más y más de su calor, no me importa nada.

No me importa si alguien nos ve, o lo que esto pueda significar en el futuro. Me olvido de todo.

Tan rápido como comenzó, termina. Ambos nos separamos sin aliento, respirando entrecortadamente. Thor me abraza, sus grandes brazos rodeándome en un cálido bienestar. Sintiéndome en confianza como nunca antes en mi vida, digo:

-No sé lo que hagan los demás. Cuando comenzó todo esto yo no tenía ganas de luchar, quería esconderme de todo y de todos. Creí que sería lo mejor. Ahora... - carraspeo, recordando toda esa destrucción que las Tenebris dejaron la primera vez que me las encontré-. Ya no soy sólo yo. Somos todos. Si no hacemos nada todo acabará, de eso estoy segura. Yo... - lo digo con tanta convicción que hace que pierda el aliento-. Yo lucharé.

Thor me abraza aun más fuertemente. Es la forma de responder que me protegerá a pesar de todo. Nos quedamos así por varios segundos, el tiempo pasando lenta y pausadamente.

- ¡¿Thor?! ¡Thor! ¡Diane! - escuchamos después de unos minutos, la voz de Tifón llamándonos desde afuera del pequeño el que estamos. Nos separamos enseguida, justo antes de que él nos encuentre en una posición prometedora. De por sí ya es demasiado prometedor estar en una bodega oscura y mugrienta con alguien en esta posición, pero...

-Oh, que bueno que los encontré- dice Tifón, aliviado-. Diane, tengo buenas y malas noticias, la mala es que las Tenebris atacaron tú pueblo.

- ¡¿Qué?! - grito, sorprendida. Thor me detiene antes que empiece a correr, Tifón prosigue.

-Gabriel defendió a tú familia, no te preocupes. De hecho... ellos están aquí. Esa es la buena noticia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top