Capítulo 12. «Aló, Suty»
—Lo que has ganado es tan grande que no puedes siquiera valorarlo— dice Karina, mientras ambas caminamos de regreso.
—Oh, sí— farfullo, mi estómago comienza a arder, así que llevo una de mis manos al costado, palpando. Los libros dicen que mi cuerpo está cambiando debido al esfuerzo y a lo mucho que estoy ejerciendo mis habilidades. Me esfuerzo por controlarme, pero mis habilidades fluyen como agua viva, libre. Empiezo a ver borroso, las puertas grises e irreconocibles parecen derretirse frente a mí.
Es entonces cuando, en medio de todo mi delirio, lo siento. Podría decirse, lo reconozco. Es el chico, Thor, que me observa, sigiloso cual gato detrás de las sombras, y muy, muy, rápido. Tal vez demasiado. Es como si mi mente reconociera a la suya, como si se unieran con naturalidad. Ladeo mi cabeza, tratando de reconocer de dónde viene ésta «señal» sin mucho éxito, ya que mi mente está débil y desgastada.
—Creo que... necesito ir al baño... — le anuncio a Karina, sintiendo unas extremas náuseas- ¿Puedes esperarme? No tardaré mucho.
—Ya qué— dice, rodando los ojos—. Te esperaré, pero sólo si entras a los baños privados. Habrá menos gente rondando, están más cerca y tiene mucha menos pudredumbre y germenes qué en los públicos.
—Cómo sea— digo, aguantando las ganas de tirarme en el suelo—. Sólo vamos.
Karina me toma de la muñeca, ansiosa por deshacerse de mí, entonces comenzamos a caminar por varios pasillos, hasta que, imagino, llegamos al baño. No sé si estamos seguras porque estoy lo suficientemente aturdida como para no poder distinguir a nadie más, aun a Karina, que tengo tan cerca que siento su calor llegar a mí.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué no entras? —me regaña Karina—. Vamos, entra ya —me empuja. Me tambaleo hacia la puerta, empujándola y entrando al baño. Enseguida quedo sorprendida, ya que es mucho más elegante de lo que hubiera imaginado dentro de esos fríos corredores. Los azulejos son hermosos y claros, las toallas combinan con él, candeleros brillantes cuelgan en el techo, hermosas lámparas están postradas en la ventana, e incluso hay un pequeño sofá en el fondo.
Después de salir de mi aturdimiento, y antes de que pueda hacer algo más, las luces se apagan, dejándome en la oscuridad. No importa. Las ganas de vomitar han cesado, y sólo necesitaba estar sola unos instantes. Olvidarme de todos, de todo. Alejarme de las incesantes palabras venenosas de Karina.
Estoy tan cansada de oírla, que si llega a pasar otra vez, juro que la convertiré en una enorme pila de arena con forma de serpiente.
Bueno, no lo haré, pero es relajante sólo imaginarlo, incluso puedo sonreír un poco.
Me froto las cienes, tratando de sentirme mejor, mientras que me recargo en los lavabos. No creo que tarde mucho en mejorar, las molestias que causan mis poderes no duran tanto y, una vez que me recomponga, todo será mejor.
—Aló, Suty —me sorprende una voz, una voz masculina, una tenue, de algún modo... no lo sé, muy peculiar. Tiene un leve acento de parecido al que tienen las personas que vienen del norte. Un poco enredado y fuerte. Busco el origen, mi vista posándose en el extremo de los baños con urgencia.
—¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? — pregunto. Sé que debería alejarme, pero una parte muy dentro de mí sabe quién es. La figura sale de las sombras, parando justo en el único rastro de luz, que entra por una pequeña ventana. Thor.
—Soy yo, soy tú salvador. Te recomiendo que pongas toda tú atención y me escuches atentamente, o, de lo contrario, estarás perdida —dice. La poca luz que hay alumbra su cabello, rubio y hasta los hombros. Sus ojos, grises y tormentosos, brillan en la oscuridad. Tiene una pequeña barba, y parece sentirse como alguien muy importante, pero viste como alguien normal, con jeans y una camisa oscura aferrándose a su torso. Sonríe ladeadamente, haciendo que me pierda en esta oscuridad.
Río nerviosa, lo que me hace parecer una loca, pero aún sin creer sus palabras.
¿Salvador?
Sí, claro.
—Oh, claro. Eres mi salvador. ¿Puedo preguntarte de qué me estás salvando? Sólo te veo ahí, parado, en un baño de chicas, con las luces apagadas. Pareces más un acosador, si soy honesta. ¿Es por eso qué me estás salvando? ¿No haciéndome nada?
Su ceja derecha se alza, se cruza de brazos, y, mientras me golpeo mentalmente por hablarle así al que se supone que tengo que «encantar» contesta:
—No suelo ser el tipo de persona que se aprovecha de las chicas, ellas vienen hacia mí, caen como pan caliente. Te haré sentir más segura— promete, al momento que chasquea los dedos. Cómo si lo obedecieran, las luces se encienden, y yo, sin inmutarme, entrecierro los ojos.
—Aparte de acosador, creído— contesto—. Sé quién eres, se qué te haces llamar Thor. Así que... ¿A qué se debe el tan, gran honor de tú presencia? ¿Por qué... —trato de agregar algo amable—, uno de los más grandes magos de Solteichn me está siguiendo, al punto de entrar al baño de mujeres conmigo?
—Me sorprende lo mucho que sabes— bromea—. ¿Es verdad qué eres una novata? ¿O sólo estás fingiendo?
¿Cómo se atreve a insinuar eso? Tonto.
—Claro que no estoy fingiendo— escupo, cruzándome de brazos—. Sólo he tenido buenos maestros, es todo.
— ¿Buenos? Estás ciega. Ellos son mediocres— dice, acercándose a mí. Ahora, qué está a plena luz, puedo ver lo guapo que es de cerca. Tiene mandíbula marcada, nariz aguileña, y un MUY buen, cuerpo. Es alto y musculoso, todo junto, haciéndolo imponente al punto de que me siento hacer chiquita.
—Lo siento, pero creo que llegué tarde a la repartición de información— me las arreglo para decir—. ¿Estoy mal? Entonces dígame señor sabio, todo lo que yo no sé.
Thor baja la mirada incrédulo, sin saber de dónde he sacado tanta valentía.
Mi habilidad se hace presente de nuevo. Empiezo a leerlo, aun sin que yo misma quiera, sus sentimientos son abrumadores.
Todos saben lo aterrador que es... y se alejan de él después de sacar lo que sea que quieran, pero yo soy...
Diferente.
Mi cabeza palpita, un gran dolor que no puedo controlar, comienzo a tambalearme. Thor me sostiene, poniendo sus grandes manos en mis hombros, estamos tan cerca como nunca he estado con alguien más, y no puedo perderme en esa penetrante mirada que él me da, como si estuviera analizándome, queriendo saber todo de mí.
—Tus poderes están creciendo. Sé lo que digo, porque lo he visto anteriormente. Lamento lo mucho que has tenido que sufrir todos estos días. Si lo recuerdo bien, debes haber estado teniendo dolor de cabeza, fiebre, mareos, pesadez... apenas puedes controlar tus habilidades, también. Suty, ¿Qué siento? Léeme, es parte de ti, y es inevitable.
Estoy a punto de derrumbarme, debido a lo atónita que estoy.
—Yo... claro que no —digo, dudando. Él se acerca más, acorralándome en la puerta. Sus brazos fijos en mí, apretando—. ¿De dónde... — carraspeo— dónde sacarse esa loca idea?
—Sé muchas cosas— contesta—. Y puedo ayudarte. Cuando estés lista para tener compañía de verdad, llama a este numero. No se lo des a nadie más. Aléjate de ellos— me acerca un papel blanco y pequeño, dejándolo en mi mano. No sé si es su poder, pero, cuando me toca, chispas corren por todo mi cuerpo. Me quedo mirándolo, con el ceño fruncido, mientras que él se marcha y cierra con un portazo. Me tiro en el suelo, mi espalda apoyada en la puerta.
¿Qué acaba de pasar?
¿Cómo lo supo?
¿Qué debo de hacer ahora?
Segundos después la puerta me empuja, así que me levanto rápidamente, encontrándome con Karina.
—Así que, ¿Qué te dijo? — pregunta. Frunzo el ceño. Ella, al notar mi confusión, aclara mis dudas—. Lo vi entrar, tontita— mi ceño sigue fruncido, buscando irritarla—. ¡A Thor! — grita—. Vamos, no pude oír nada debido a la acústica del lugar, y tengo que creer que lo hiciste bien ¿Verdad? Más vale que no lo hayas echado a perder, porque si lo hiciste yo...
—Me ofreció su ayuda— interrumpo, sin mentir, omitiendo la parte de que sabe sobre mi cosa de los sentimientos, que dijo que ellos son mediocres y que disfrutan humillando a los demás—. Hablaremos de todo después, por ahora necesito regresar con Cinthya.
Karina frunce el ceño, molesta.
—Diane... yo creo que debemos... — comienza.
—No— la callo—. Hablaremos después, punto. Hay más cosas aparte de la magia, ¿Sabes? — digo, para después rebasarla y salir al pasillo. Ella me detiene, tomándome de la muñeca, su rostro firme e inmutable.
— ¡¿Cómo osas sólo decir eso?! — grita—. ¡No hay nada! ¡Nada mejor qué la magia! ¡La magia significa tú vida! Sin la magia, morirás. Sin la magia, ¡No serías quién eres! Es más, ¡No serías nada!
— ¡Tal vez para ti sea eso! — grito—. Pero, para mí, no. No porque sepas más y lleves más tiempo en esto puedes controlar mi vida. Nunca lo harás— digo, para rebasarla e irme.
♠ ♠ ♠
— ¿Todo fue bien? — pregunta Cinthya, tomándome de la muñeca, sonriendo como loca, lo que quiere decir que tomó un poco—. ¿Tienes el trabajo?
—Sí, lo conseguí, tengo un nuevo trabajo— digo, forzando una sonrisa. Siento sus dudas llegar a mí, pero las ignoro, al igual que a mi dolor estomacal y a las agruras causadas por todo el vómito que saqué en el baño público—. ¿Bailamos?
—Claro— contesta, sonriendo con fuerza—. Hay que festejar, ¡Vamos!
♠ ♠ ♠
N/A. Ya es lunes, o al menos el inicio del lunes, y como ya tenía editado este capítulo no pude evitar subirlo, muajajaja... Díganme que les pareció y si les está gustando el rumbo de la historia, se vienen muchas cosas y si no entienden algo no duden en preguntar... 😏
No olviden dejar su voto, besos y saludos...
Los quiere, Angie.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top