El omega de Jungkook


Los dieciséis años es una edad aún poco inocente para un omega, pues aún está a la espera de su primer celo. Su libido aún es nula, así que los actos sexuales apenas están en desarrollo.

Pero a Park Jimin desde los doce años lo sometieron a los más bajos deseos de alfa en celo, es un omega hermoso, de facciones casi angelicales con un aroma delicioso para cualquier alfa, es por ello que siempre fue blanco de personas perversas.

Cuando cumplió catorce algo se rompió en él, deseaba poder vengarse de todos aquellos que le hicieron daño, liberarse de su esclavitud. Y así lo hizo.

Aprovecho el celo de su captor y mientras estaba encima le atravesó el corazón con un tenedor, lo hizo una y otra, y otra vez hasta que el mango de este se doblo, su cuerpo estaba lleno de sangre y la sensación le encanto, sufrió una erección, la primera en su vida.

Escapo de ese lugar, pero no tenía nadie más, no tenía a donde ir, ni como comer, ni como sobrevivir.

Excepto su cuerpo, si los alfa pagaban por su cuerpo, lo vendería. Sólo que esta vez a la menor provocación, se desharía de ellos. No pasó mucho cuando volvió a asesinar.

De nueva cuenta lo disfruto, y la siguiente y la siguiente vez.

Se hizo una reputación y se le apodo Kitty gang, ya no lo contrataban por su cuerpo o belleza si no por su letalidad.

Ya tenia dominada, su cuerpo, la manera en que vivía y demás cosas, hasta que llegó su primer celo, la ansiedad de ser poseído fue algo tan abrumador que su actitud de rebeldía había desaparecido, estaba siendo dócil y dejaría que cualquiera lo tomará en ese instante.

Así fue como el aroma a fuego y sándalo lo atrajo, lo llevó hasta un atractivo alfa de cabellos negros que entraba a uno de los hoteles más lujosos, iba acompañado de otro grupo de hombres alfas por igual. Cuando se acerco en busca de alivio más de uno quería poseer al joven omega.

Alfa.

Susurro cerca de Jungkook, este quedó impactado por la belleza y juventud de la omega, y no negaba que el aroma intenso de su celo le hacía aguar la boca, pero era tan solo un cachorro a su vista, el cual está a en medio de alfa hambrientos por poseerlo.

Opto por llevárselo a su habitación, el omega iba ronroneando y restregándose contra él, la madre la luna lo puso aprueba ese día, pues solo lo ato a la cama y lo obligó a tomarse los supresores para aliviar el celo presente.

¡Suéltate alfa retrasado, te arrancaré el cuello!

—Quiero verte intentarlo, es mejor te quedes quieto, pronto pasará tu tormento.

El alfa le dejo una caja de supresores y le pago dos días más de hotel, dejándolo confundido.

Después de una semana, el alfa llegó a su casa, sintiendo el aroma de él omega, no hizo nada por ocultarlo, tampoco la forma descarada que estaba sobre la barra de su cocina comiendo una paleta de caramelo.

¿sabes? Me costo demasiado trabajo dar contigo —saco una hoja arrugada del bolsillo de su pantalón— Jeon Jungkook 29 años, alfa dominante, CEO de Jeons company, empresa dedicada a importar y exportar productos, soltero, un hermano, sin padres.

—¿Vienes a arrancarme la garganta? —El alfa se quito la chaqueta y la dejo sobre una de las sillas —¿o necesitas algo más?

—Vengo a informarte que serás mi alfa.

No mentía pues tras dos años más de estar continuamente siguiendo al alfa, lograría que finalmente lo marcara.

El alfa ya estaba acostumbrado a que se metiera a su casa sin avisar, le parecía demasiado tierno, y su lobo se sentía tranquilo al tenerlo cerca. Además de que el olor en su cama era demasiado agradable. Pero para Jungkook, él omega era demasiado joven.

Lo era hasta que no pudo evitar tenerlo cerca en su celo. Entró a casa como siempre el aroma del omega no estaba como siempre, así que se sintió un poco aliviado, se fue quitando el saco, la corbata y desabotonando la camisa. Tomó un paquete de hielo y lo poso en su nuca, su pecho se sentía pesado, tenía tiempo sin que su celo fuera tan fuerte, la erección en su pantalones dolía como el infierno y había una mancha marcada del líquido pre seminal.

Su respiración era errática y su alfa rogaba por qué lo dejara tomar el control, se notaba una ligera nube de vapor en su aliento.

Llego a la habitación quitando sus pantalones, se sentó en la cama sacando su erección, la froto un poco, pero la sensible piel del grande lo hizo dar un gruñido de desesperación.

Así no bajara nunca —la voz del omega lo asusto un poco —déjame hacerlo por ti.

Quiso negarse, pero los gruesos labios del lindo omega ya rodeaban la punta de su miembro, la lengua rodeaba el falo humedeciéndolo con su saliva, lo metió hasta llegar a si garganta sintiendo el ahogo por el tamaño, aún así no detuvo la faena. Jungkook estaba en el paraíso, jamás había recibido una mamada de tal magnitud, quería durar para siempre en la boca de aquel omega, pero el aroma excitado de este lo hizo ir por otro objetivo.

—Niño, sube a la cama y colócate en cuatro.

El omega se desnudo para obedecer la orden, la piel de porcelana adornada por algunas cicatrices lucia simplemente bella, tenia algunos tatuajes, a los cuales no deseaba ponerle atención, su atención la tenía aquel rosado agujero que se asomo, apenas se inclino un poco, sobre la cama.

Eres precioso, pero si el sentir tu boca me llevo al cielo, tu lindo culo será el nirvana.

Se alineó, la humedad hizo que la punta resbalara con facilidad, pero aún así la estrechez era demasiada, se movió lento, ya que si era más brusco se correría a la más mínima provocación.

El omega empezó a masturbarse, sus pezones estaban duros y sensibles, todo su interior ardía en el placer, ambas feromonas llenaban la habitación, en un ambiente de sexo, lujuria e intenso placer.

Sus cuerpos parecían luchar en la cama, las posiciones cambiaban, el alfa mordía la tierna piel, mientras el omega gemía sin control para él. Estaban de lado, la pierna de la omega estaba levantada por el fuerte brazo del alfa que entraba horizontalmente mientras besaba los dulces labios de la omega.

—Márcame, Alfa, márcame.

—No.

—Hazlo.

Los ojos del omega cambiaron a purpura entrando en celo, el olor volvió loco a Jungkook, sin poder evitar dejar que sus colmillos brotaran y mordieran con firmeza el hombro del pequeño Jimin, el nudo se formó y la pasión se desbordo por tres días seguidos más.

—Las malas lenguas dicen que tu omega aun es un niño.

—Tiene diecinueve, esta consciente de lo que hace.

—Y tu tienes treinta y dos, no te creía con ese tipo de fetiches.

—Y yo no te creía tan entrometido.

Jungkook se abotono el traje al levantarse, dejo un par de billetes en la mesa, mirando con algo de desprecio a la persona sentada frente a él.

—Solo asegúrate de firmar los embarques y deja de meterte en mi vida privada.

—Solo déjame verlo, si la edad era cierta supongo que su belleza lo es también.

El sujeto sintió un cuchillo en su garganta con una fragancia deliciosa a Cereza y Fresia.

—Un placer, mi nombre es Park Jimin.

La manzana del sujeto se movió al tragar saliva, su pulso latió con prisa y una pequeña gota de sudor broto de su frente.

—Mi alfa dijo que no fuera entrometido, espero que la próxima vez le haga caso.

—Cariño, déjalo, no juegues con basura.

—Pero Kookie.

—Jimin.

Jimin golpeo el suelo con los pies haciendo una especie de rabieta, guardo su navaja y le mostro la lengua al alfa asustado. Corrió dando saltitos aun lado de Jungkook tomando su mano para entrelazar los dedos, el chico si era una belleza como los rumores decían, también muy joven, aunque se moría de miedo el alfa no reparo en mirarlo en totalidad, los jeans ajustados, así como esa camisa blanca que dejaba ver sus tiernas clavículas, así como la marca en su cuello.

Un omega tan delicado como ese no debía causarle miedo, debía cobrar esta humillación, y juraba que lo haría.








Nuestro precioso pollito ha tenido una vida algo complicada, hasta encontrar a su alfa....

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