Ruptura II
Bruce
Voy pensativo, con temor de que mi mate no me quiera recibir o peor esté en peligro como sospecho. Camino y diviso las sombras de los deltas protegiéndola. Al menos me tranquiliza saber que ella este en la cabaña. Ya se ha hecho tarde, está anocheciendo. Escucho la fauna saludar la luna con su canto de amor.
Mi piel se va erizando, reconociendo que algo está fuera de lugar. La cabaña esta en absoluto silencio, sin luz y sin calor. Un escalofrió me recorre. Comienzo a volver a sentir este presentimiento de que algo no esta bien. Toco la puerta, decido hacerlo así, porque si mi mate está bien, no le gustará la intromisión. Nadie responde a mi llamada. Le llamo en voz alta, mientras afino mi oído, entonces escucho un palpitar lento y cansado. Giro la perilla, la oscuridad me recibe, lo bueno es que soy un animal nocturno. Por lo que veo en la oscuridad. De la cama sobresale una pierna, me acerco sigiloso, intentando reconocer cual es el peligro.
Cuando llego a la cama, la encuentro titiritando y sumida en la inconciencia. Le toco su frente, para descubrir que vuela en fiebre. Su cuerpo está ardiendo. Por la conexión mental, le exijo a Ryan que venga. Ilumino la habitación, mi mate está totalmente desnuda, su boca esta azul, y cuarteada, lo que me hace ver que debe tener sed. Me acerco al baño, para mojar una toalla, le exprimo unas pocas gotas de agua en su boca. Ella gime. Coloco el paño como compresa fría en su frente. Mientras espero al idiota de mi compañero.
Su presencia y aroma llega a mí, mucho antes de verle cruzar por la puerta. Cuando lo hace me mira interrogativo. Luego ve donde poso mi mano y acelera el paso. Para descubrir a nuestra mate.
− ¿Qué tiene?−dice mientras se acerca a ella, la toma entre sus brazos y con sus labios besa su frente. Ella aun inconsciente, suspira con su tacto.
− No lo sé, la encontré así. Llama al médico− desde que estoy totalmente sano, el medico de mi aquelarre, fue enviado de regreso a casa. Así que solo contamos con el médico de la manada.
Él llama a uno de sus soldados deltas y le ordena traer al médico. Mientras coloca a nuestra mate, de nuevo en la cama.
− ¿crees que sea por nuestra discusión?−pregunta angustiado.
− Quizás, tiene mucha temperatura. Demasiada para ser humana. Según entiendo, los humanos no resisten tanta temperatura. Te dije que no la sentía, quien sabe desde cuando esta así−digo en reclamo.
− ¿desde cuándo no la sientes?−pregunta curioso.
− ¿desde cuándo no la sientes tú?− ataco yo.
− Bruce, ustedes dos no son mis únicas conexiones mentales. Yo soy el alfa, básicamente estoy conectado con toda mi manada. Disculpa, si no puede estar pendiente de las malcriadeces de Kenia− dice soberbio. Esa declaración me hace perder la poca paciencia que me queda.
− ¿Malcriadeces? ¿acaso has perdido el juicio? Ella solo pelea por lo que es justo. Describes a nuestra mate, como si fuese una niña. Ryan baja de tu pedestal, estamos matando a nuestra mate. Y si no lo hacemos, se irá de nuestro lado. Es que ¿no lo entiendes?− él baja su cabeza, mientras oculta las lágrimas. Escucho pasos que se acerca. Observo a Kenia, para tapar su cuerpo. No deseo que nadie mire lo que me pertenece. Efectivamente entra un equipo delta y el médico de la manada.
Le describimos los pocos síntomas que reconocemos, nos solicita que lo dejemos solo con ella. Eso hace que me ponga en estado de alerta. No quiero dejarla sola; pero entiendo que él necesita auscultarla. Pasando unos minutos, que para mí parecen horas. El medico nos permite entrar.
− ¿desde cuándo no tienen relaciones sexuales con su mate?− la pregunta me descoloca. ¿Qué le puede importar eso?
− Pero, y a usted ¿Qué le puede importar?−pregunta Ryan, fuera de sí. Le coloco una mano en su hombro. He descubierto hace poco, que mi tacto le calma.
− Alfa, usted disculpe. Necesito saberlo para poder reconocer su mal−el medico indica asustado. Ambos nos miramos.
− Casi tres días− respondo.
− ¿han tenido intercambio de sangre o de algún fluido?− ¡Sagrada sangre!
− No!!!−respondemos al unísono. Kenia, se ha negado vernos en estos días.
− Alfa, príncipe. Deben entender que esta unión es excepcional. Desde hace mucho tiempo no ocurría. Sin embargo, es muy delicada. Si solo fuese luna, sabe muy bien alfa, que la luna corre peligro hasta la ceremonia. Y eso no solo se trata de su seguridad personal, sino de su salud− no logro entender lo que dice el médico, eso me está frustrando, cuando me frustro tiendo a perder la paciencia y cosas malas suceden.
− ¿Qué intenta decir?− digo exasperado.
− Que la luna no debe dejar de tener intimidad con el Alfa. Los lobos al conseguir su mate y marcarle, introduce en su sistema sanguíneo un tipo de virus que cumple tres funciones: cambiar su aroma personal para que todos reconozcan que ha sido marcada, activar el proceso de procreación. Ya que mientras no se active no habrá descendencia. Y por último, impedir que sean separados, ya que si sucediese morirían. Es por ello que la unión de los mates está por encima de nuestra ley. Al morir un mate, su pareja o muere o se enloquece; lo que tarde o temprano lo lleva a la muerte. No estoy en conocimiento de que sucede con vampiros...
− Es casi similar, con la diferencia de la procreación. Solo con mujeres vampiros existe procreación−digo pensativo, desde que estamos unidos hemos puesto en riesgo nuestra salud, ¿Quién diría que esta unión es tan peligrosa?− Y el virus le permite al compañero humano vivir hasta que yo viva.
− Mientras la Luna este unidos a ustedes, debe compartir fluidos con ustedes al menos una vez cada tres días. Sino su cuerpo comenzara el proceso de desintoxicación, ella es humana. Y hasta que sea la ceremonia de la luna, ella podrá alejarse de ustedes. Será doloroso y con riesgo de muerte. Si sobrevive al proceso, dejará de ser su compañera, el lazo estará roto para más nunca unirse− su declaración me genera pánico.
− Que está diciendo. ¿Kenia se está separando de nosotros?− Asiente lentamente. Ambos logramos sentir el temor de perder a nuestra mate.
− ¿Qué podemos hacer? Porque estoy seguro que eso no es lo que quiere Kenia−dice Ryan temblando.
− Tener intimidad con su mate. No hay nada más que hacer−dice con dificultad. No podemos tener intimidad con Kenia, sin hablar con ella. Sería darle razón a que es nuestro juguete.
− ¿Cuánto tiempo tarda el proceso de ruptura?−pregunto angustiado.
− Lleva de cinco a siete días, la primera fase es la fiebre, luego debería comenzar a tener vómitos y convulsiones. Por ultimo entraría en estado de coma, si sobrevive esa etapa, estaría roto el enlace−dice con pesar el médico. Vuelvo a sentir el vacío que me acompañaba antes de conocer a Kenia. No puedo perderla, suplicaré, me humillaré, seré su esclavo; pero de ninguna forma la perderé.
− Significa ¿que ya no volverá a estar consciente?−pregunta Ryan, haciéndome caer en cuenta que él también desea hablar con ella. Si Kenia viese cuanto le ama, desea escuchar sus deseos de seguir con nosotros.
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