Revancha
Ryan
Han sido unos días muy pesados, entre controlar a Laurent y ver cómo va tomar mi manada el cambio de Luna, al parecer es más complicado de lo que esperé. Laurent ha ido corriendo el rumor que ella es mi luna y que deseo sacarla de su puesto trayendo a otra. Eso ha generado peleas y he tenido más visitas de las necesarias. Miro a través de la ventana de mi despacho alrededor de mi manada. Es un orgullo para mí todo lo que hemos logrado. Los lobos tienen mucha facilidad para la batalla, aquí hemos logrado llevar paz a otras manadas. Somos ejemplo para otros. Me Siento honrado de ser su alfa, razón por la cual he querido ser muy discreto sobre esa situación.
Hoy al menos había logrado contentar a mi hermosa mate, en la noche decidí hacerle una visita sorpresa. Que decir que fui yo el sorprendido. Llegue a su casa y no estaba, así que decidí esperarla. Antes incluso de que llegara pude olerla al igual que a él; Bruce. Todo lo vi rojo, deseaba matarlo. Sólo imaginarlo con sus manos en la hermosa piel de mi mate, me llenaba de celos e indignación. Quería reventarle la cara. Sin embargo tenía que mantener la calma, con el carácter que se gastaba mi mate, sólo terminaría perdiéndola para siempre.
Los veo llegar, ella se escucha y huele muy excitada. Me siento traicionado y herido, deseo correr lejos y olvidarla. Desde donde estoy logró escuchar su despedida. Bruce es todo un caballero, a diferencia de mí. Cosa que me hace sentir una animal total. Cuando ya comienzo a respirar tranquilo, porque él se va sin tocar a mi mate. Sucede lo inesperado, ella se lanza a sus brazos. Y se desata una guerra entre dos cuerpos llenos de hormonas. Mientras escucho y huelo sus aromas mezclándose, mi alma muere lentamente, al sentir su traición. Mientras escuchaba sus gemidos, toda mi ilusión y esperanza morían. Me largo del lugar, no quiero estar más tiempo cerca de ellos.
Al salir del edificio decido que necesito pensar y drenar la rabia, así que tomo mi camioneta y vuelvo al único lugar seguro, mi manada.
Amanece mientras descanso en el bosque, el correr me permitió darme cuenta que si bien la perdí, ella estará bien junto a su mate. Así que hoy iré a despedirme de ella y hablar con él, debo dejarle claro que no voy a permitir, que la haga sufrir.
Regreso a casa para arreglarme, me consigo de frente con la que se ha convertido en la causante de todos mis problemas.
-Laurent, ¿que se te ofrece tan temprano? -digo con ironía
-Bueno, veo que has tenido mala noche. ¿A qué se debe? ¿Ya tu luna te abandonó? -la sola mención escose en mi piel- ¿Así que es eso?
Su risa se esparce como un virus por todo el jardín. Mi rabia inunda mi ser, quiero arrancarle su sonrisa de un sólo zarpazo. Se acerca sigilosamente a mí, luego me huele como sólo un lobo lo sabe hacer.
-Sabes que siempre puedes volver a mí, yo te recibiré. Aún podemos salvar nuestra relación -toca mi rostro con su mano, mientras sus labios tocan los míos. No tardó en reaccionar y le empujó lejos de mí.
-No, aun cuando mi mate y yo no logremos estar juntos. Tu y yo, no volveremos a estar juntos -la miró con rabia.
-Ryan, te comerás tus palabras me voy a encargar de ello -Dice mientras se aleja cuál loba herida.
Decido no prestar atención a su amenaza, hoy tengo cosas más importantes de que encargarme. Con eso en mente sigo mi camino a casa.
Llegó a su oficina y su aroma envuelve y anula mis sentidos. Disfrutó todo lo que su esencia me transmite. Sin embargo caigo en cuenta en algo, su aroma es el mismo. No ha sufrido cambios, ósea huele un poco a Bruce. Más no lleva su marca.
Cuando nos apareamos con nuestros mates, nuestra esencia cambia. Ambos olores se mezclan y crean algo nuevo. Haciendo claro para cualquiera que estamos tomados, que no estamos disponibles. El que su esencia siga siendo la suya, significa que aún no se han apareado. Mi corazón revive, comienzo a tener de nuevo ilusiones. Mi día ha comenzado nublado y tormentoso. Ahora con este nuevo descubrimiento, ha salido el sol para mí. No voy a desperdiciar esta oportunidad. Fui muy confiado, ya no más.
-Ryan, buen día -dice mientras su sonrisa irradia satisfacción y euforia. Aún sin ser lobo, tendría que ser estúpido para no ver que está complacida y que tuvo una noche de deleite. Lo que vuelve a enfurecerme. ¿Qué tipo de idiota soy? ¿Cómo podré seguir, sabiendo lo que ha sucedido entre ellos dos? La miró y decido ignorar lo que sé, ella aún es libre y tiene derecho a estar con quien ella desee. Eso lo debo tener muy claro.
-Kenia, venía a invitarte almorzar, si es que aún no estás ocupada -mientras mis manos recorren las suyas. Logro oler su excitación, aún tengo oportunidad.
-Yo... no tengo nada planeado aún. Es sólo que nuestra última comida no salió nada bien, Ryan -y rememoró lo estúpido que fui, al dejar que mi naturaleza se impusiera sobre mi razón.
-Eso no va a volver a suceder, Kenia. Y Te pedí disculpas. Sólo quiero que puedas darme una oportunidad de conocerme. Yo lamento si soy brusco, es que tú -y la miro, mientras recorre sus labios con su lengua, síntoma que está igual de ansiosa que yo- provocas en mi emociones que desconocía. Sin embargo me comprometí a no volver a tocarte sin tu aprobación.
Su rostro muestra decepción, luego lo disfraza con una sonrisa.
-Lo agradecería, entonces está bien. Borrón y cuenta nueva -le escucho mientras se levanta a despedirme, algo que nunca había hecho- Nos vemos al mediodía, Ryan -Besa tiernamente ambas mejillas y finaliza con un abrazo.
Esto me descoloca no sé cómo reaccionar, ella está siendo más receptiva. Mi mente comienza a imaginar muchos posibles finales entre ella y yo. Salgo de su oficina, pensando hacia donde la llevaré. La emoción ha nublado mi mente, mis ideas han desaparecido luego de su trato tan amable y lleno de afecto.
-Pensé que lo de anoche te dejaría claro, que no debías volver a verla -dice una voz que no esperaba escuchar a estas horas del día. «Creí que los vampiros no salían de día».
-Bruce, lo que me quedo claro es que tuvieron sexo, nada más -le indicó mientras continuo caminando.
-¿Sexo?, ella ahora me pertenece. Ya finalizó este juego tan morboso -dice con desdén.
-Y ¿porque no tiene tu aroma?, déjame pensar. Ah sí, ¿porque aún no las has marcado? Y mientras eso no suceda. Tú y yo seguiremos este juego. Hasta que ella no lleve la marca de alguno de los dos, seguiré luchando por ella -finalizo molesto, cruzo la calle y le pierdo de vista. Espero que le quede claro, que no estoy dispuesto a perderla, ni mucho menos hacerme a un lado.
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Hola mis amados lectores
Aquí les dejo una nueva entrega de este maravillosa nove. Espero les guste y me dejen sus comentarios.
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Disculpe lo poco pero esta semana he estado muy enferma del estomago, mi inspiración huyo por la ventana. Feliz semana!!!
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