Piedad
Kenia
A las doce tal como prometió, aparece como un ángel en la puerta de mi oficina. Descolocándome nuevamente, el solo verle me enciende, algo que nunca me había pasado con nadie. No sé cómo seré capaz de controlarme, para no intentar violarlo. Me sonríe con picardía, casi como si supiera lo que pienso y enseguida me sonrojo.
-¿Nos vamos? -pregunta desde la puerta. A lo que yo solo me resigno a intentar sobrevivir esta única hora y luego correr lo más lejos posible de él. Me levanto tomo mis cosas y me dirijo a la puerta donde lo rodeo ya que no se va quitar. Él espera a que pase y luego siento, como su brazo me toma con posesión por la cintura, haciéndome gemir involuntariamente. ¡Dios! Esto va ser duro.
Caminamos dos cuadras de mi oficina, el me indica un pequeño local italiano. Me emociono, la comida italiana es mi favorita. Entramo el lugar era muy romántico, el aroma a pasta y pizza despertaron a mi estómago. Él me guia con su brazo en mi cintura, algo que me está haciendo perder mi cordura. Solo deseo tomarlo y llevarlo a un rincón de la calle para comérmelo. ¡Dios! ¿Eso salió de mi mente? No sé lo que me sucede últimamente, desde que beso; es como si hubiese caído un hechizo sobre mí.
Nos sentamos en una mesa aparte, mis nervios están a flor de piel. Él está frente a mí, logro ver su perfecto y cincelado rostro. Sus ojos son de un azul profundo que te invitan a nadar en ellos. Su boca es un pecado, del cual quiero participar. Comienzo a sentir, como me humedezco. Parezco una adolescente en su primera cita. Esto se está saliendo de control. ¡Centrate!
Nos quedamos en silencio mientras vemos el menú. El mesonero viene y se lleva nuestro pedido. Un nuevo silencio cae entre los dos. Su mirada es intensa, dice más que sus palabras. Él está igual que yo, no tenemos hambre de comida. Suspiro ruidosamente, el solo muestra su perfecta dentadura mientras niega con la cabeza.
-¿Qué? -pregunto molesta.
-Jamás pensé que sería así -dice de forma enigmática- Tengo ganas de arrancarte la ropa y hacerte mía sobre mesa - sus palabras me sorprenden y sonrojan. Haciéndome que me humedezca más, cierro las piernas intentando control el deseo.
-No te entiendo, hablas como si hubieses sabido que nos conoceríamos -Digo intentando no mostrar lo excitada que estoy.
-Algo así, en nuestras costumbres se cree que solo tienes un alma que te complemente. Y que la reconocerás con tan solo verla -Dice dejándome totalmente confundida.
-Estas diciendo que ¿soy tu alma gemela?- digo casi en susurro con temor de su respuesta.
-Si eso digo, desde que te vi lo supe -Me mira con intensidad- y tú también lo sientes -agrega.
-Yo...no sé de lo que hablas -intento salir de este atolladero, jamás imagine que me haría una declaración tan directa, no solo lo siento, creo que voy a morir sin él. Sonríe con suspicacia, toma mi mano y una electricidad recorre mi piel haciendo que me estremezca.
-¿ves? -Pregunta- tú y yo nacimos para estar juntos y pretendo hacer lo posible y lo imposible para lograrlo -dice con severidad.
Me quedo en silencio, intentado pensar cual es la mejor forma de salir de esta situación, me gusta; pero no pienso declararlo en principio. Así el tendría el control sobre mí. No pienso caer en una relación donde yo sea el perro faldero de un hombre. Si realmente somos "almas gemelas" como dice, debe ganarme. Porque por mucho que me guste, no voy a rebajarme.
-Si lo que dices es cierto, ¿no sería correcto que comenzáramos por el inicio como las parejas normales? -digo molesta.
-¿Cómo sería eso? -pregunta, haciéndome sentir estúpida. Creo que para él este es un juego de conquista nada más. Me levanto decidí a no seguirle el juego -¿A dónde vas?
-Me largo, no sé cuáles son tus costumbre -digo perdiendo la paciencia y el control- pero no voy a permitir que jueguen conmigo, no necesito historietas de amor, no me gusta que me mientan. Gracias por la invitación -Salgo desesperada por ir lo más lejos posible de él, sino temo que no voy a resistir más.
Casi llegando a la esquina siento como soy tomada de la cintura y llevada al callejon, donde soy empotrada en la pared, cuando reacciono y voy a gritar, aprovecha y me besa como un poseso. Yo siento su roce, su lengua dentro de mi boca, grito dentro de su boca, para luego sucumbir en su beso. Nos comemos como si no hubiese un mañana, me cuesta respirar. Este hombre tiene todo el poder sobre mí y no sé cómo acabar con ello. Sus manos recorren mi cuerpo. Se separa de mi boca, al parecer él, está como yo, sin oxígeno. Lo miro sorprendida; pero al mismo tiempo molesta. ¿Qué se ha creído? Sin pensarlo si quiera le estampo una cachetada. Esto le sorprende, me mira con intensidad y nuevamente se lanza al ataque.
Logro apartarme de él, le miro con odio y excitación al mismo tiempo. Me doy media vuelta y me dirijo de nuevo a mi oficina. Entro hecha una furia, le pido a Susana que me niegue para todo aquel que pregunto por mi sin excepción y me encierro en mi oficina. Paso toda la tarde rememorando la sensación de su boca sobre la mía, aun puedo sentir su sabor. Me recuesto sobre mi escritorio y bufo, como un animal herido. Mi entrepierna palpita como si tuviera vida propia, si antes estaba caliente, seguro que ahora va empeorar. Lágrimas de impotencia salen de mis ojos.
Ryan
Jamás una mujer había reaccionado así. Ella me confunde y descoloca. ¿No se supone que por ser mi mate debería reaccionar a mis besos?, vaya sé que le excito, lo pude oler mucho antes de entrar en su oficina. Un aroma que solo me puso como una puta asta de bandera. Cuando se levantó de la mesa y me dejo solo, deje que mi lobo actuara y la persiguiera, lo que solo me excito mucho más. Ese bese que nos dimos -porque aunque esté molesta ella respondió a mí- Sus gemidos, ¡santa luna! La necesito en mi cama cuanto antes, sino creo que reventare.
Llego a la aldea, confuso, excitado y muy cabreado. Lo primero que me encuentro es a Lauren, que como buena loba logra oler mi excitación; pero su rostro cambia a asco. Sintió el aroma de ella, ¡estúpido! Sale molesta a nuestro cuarto, la sigo, no puedo darle largas a esta conversación, que debí tenerla la noche que la conocí. Entro a la habitación y la encuentro de espaldas.
-¿Quién es ella? -dice llena de Furia.
-Es mi mate -en lo que finalizo la palabra, voltea con sorpresa. Me observa con deteniendo unos segundos que parecen horas Y de pronto cambia su rostro de molestia y sonríe, mientras se acerca a mi como una gata en celo.
-Entonces no debo preocuparme, sé que no vas a caer en ese estúpido juego químico de la naturaleza -dice con suficiencia -bañate, para que te quites ese aroma, apestoso.
-Lauren, debemos hablar -le digo, tomando valor para dejarle claro que se equivoca. Ella vuelve a observarme. En un instante amplía sus ojos de sorpresa.
-¡ah no! A mí no me vas abandonar -grita histérica. Intento acercarme, para calmarla, lo que solo logra que la altere mucho más. Comienza a golpearme mientras grita -Tu no me vas a humillar a mí, Ryan Wolf, delante de todo la manada. Todos creen que soy su luna. ¿Cómo piensas que voy a vivir ahora? Desterrada por mi alfa de su cama...
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Hola mis amados lectores
Aqui les dejo mi nueva actualización de esta semana, agradeciendo sus comentarios y maravillosos votos.
Hoy quiero dedicarle este capítulo a mi amiga Fran, quien hoy esta de cumpleaños. Espero que la pases divino, quisiera vivir mas cerca de ti para compartilo compartirlo contigo. En fin Feliz cumpleaños!!!
Pregunta: ¿Lauren o Kenia?
Ya saben si les gusta el capítulo voten por él; pero si lo aman publicentenlo. Feliz semana a lo que queda de ella. XD
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