Ironía
Lauren
Tenía dos semanas con Declan, aun no le había hablado de qué o de quien huía. Había decidido que lo mejor para mi mate, era no saberlo, después de todo aun no le he marcado. Lo dejaría en pocos días. Durante estas semanas había planificado mi escape, ya tenía programado el viaje al extranjero, quería continuar con mi venganza. Sin embargo, temía lo que le pudiese pasar a Declan por mis acciones. Así que como una cobarde, huiría lejos, dejándolo en la absoluta inocencia. Para él sería fácil olvidarme, pues como humano no tendría la conexión emocional que yo tenía. Para mi podría llegar a ser la locura o muerte, la verdad que como aún no se había consumado nuestra unión no lo tenía del todo claro.
Seguíamos en el campo, lo había decidido así pues estábamos en el lado opuesto de mi manada. No salía de aquí, no quería tentar mi suerte. Declan había tomado unos días de descanso para estar conmigo. En unos pocos días debía regresar al trabajo, algo con lo que contaba para poder marcharme, sin que él lo supiera. Cada vez que pensaba en mi partida, lloraba como una posesa. ¿Qué iba ser de mí, lejos de él? Ahora que lo había encontrado, y conocía lo que era vivir bajo el amor y cuidados de un compañero.
Declan se desvivía por darme gusto en todo, no podía más que admirarle por hacer todo lo que estaba a su alcance para lograr traspasar el muro de desconfianza que había instalado entre los dos. Amaba cuando los rayos del amanecer nos despertaban, casi siempre yo lo hacía primero y por unos preciados minutos lograba disfrutar del semblante de mi mate. Cada día me enamoraba más; no solo de su físico que es divino, sino de su personalidad tan entregada y cariñosa. ¿Cómo diablos puede cagar tanto mi vida?
Cuando se ponía intenso, intentado conocerme, sacaba lo peor de mí. Me comportaba grosera y altanera. Eso lo alteraba y lo alejaba de mí por horas. Aunque me destrozaba hacerlo; sabía que debía mantener mi fachada de mujer fría y distante. Cuando lo dejara, él debía odiarme. Quería que solo fuese para él un mal recuerdo. De esos que lamentas hasta la muerte. Él merecía una buena mujer, alguien que le apreciara y le diera todo el amor que él necesitaba.
Con el pasar de los días, me iba poniendo más nerviosa y de peor humor. Pronto le dejaría, así que en cada oportunidad le seducía, cosa que no era difícil. Y nos entregábamos al placer, mi castigo sería vivir alejada de mi mate. Con mis recuerdos de estos maravillosos días a su lado. Todos los días me iba a correr por el bosque, me convertía en loba y dejaba que todas mis frustraciones se drenaran mientras corría sin descanso, generalmente caía agotada en el bosque y dormía por un par de horas. Luego regresaba como si nada. Siempre al verle en mi regreso lo besaba como si no hubiese un mañana. ¡Santa Luna! Estoy enamorada.
Estando en una de mis excursiones, un olor conocido para mí me alteró. Sin pensar me convertí en humana nuevamente. Esperando que aquello que había olido llegara hasta mí.
− Mira quien tenemos aquí− dijo William con soberbia. Él había sido uno de los que había logrado escapar, luego de atacar a nuestra luna. Mi cuerpo ardía, tenía una mala sensación de este reencuentro.
− William, ¿a qué debo el placer?− dije con dejo de molestia. Odiaba que los hombres creyeran que me podían avasallar.
− Lauren, llevo mucho buscándote, claro no por mi gusto. Hay personas muy interesadas en hablar contigo−dijo irónico, mientras se iba acercando lentamente. Algo no estaba bien.
− ¿si? ¿de quienes hablas?−esa declaración me hizo estremecer.
− El consejo de lobos, están muy interesados en ubicarte−me reí a carcajadas
− Por supuesto, quieren meterme presa o matarme, por lo que le hice a la estúpida de Ryan. No necesitabas venir para comunicármelo. Eso lo tengo muy claro.
− Te equivocas−dijo mientras su cara ya casi estaba encima de la mía. William siempre me había deseado. Y yo le había usado a través de ese deseo. Era mi antiguo amante, alguien que no deseaba que supiese que había encontrado a mi mate. No sabría lo que podría hacerle. Me besó, jamás había sentido tal repugnancia por alguien− Al consejo le ha llegado la invitación de ceremonia de la Luna.
− ¿Qué tendría de extraño que los invitaran? Es lo lógico−dije mientras intentaba alejarme de él.
− Lo extraño, es que también está invitado el consejo de vampiros y el paranormal− le di la espalda para que no viese mi rostro.
− ¿Y?−dije como si tuviese en mi poder una información que él no.
− Lauren, la ceremonia no solo va ser para dar a conocer a la Luna, sino para dar a conocer al otro compañero de Ryan−cuando dijo eso, me voltee para verle, sin duda estaba jugando conmigo.
− ¿Cómo?
− Resulta que la humana no solo es la Luna, sino además es la consorte de un príncipe−A eso se debía que el día del secuestro no solo tuviese el aroma de Ryan. Vaya ahora si estaba en problemas, no solo había secuestrado, torturado y mancillado a la compañera de Ryan. Sino que la había juzgado por serle infiel, lo que casi le llevó a la muerte−Ese día, se hará una ceremonia también para ser reconocida como su consorte. Se comunicará que pasará con la manada, entre otras cosas.
− Sigo sin entender, eso a mí que me puede interesar−dije con desdén.
− Me extraña, pensé que tú eras la más interesada a que ella no usurpase tu lugar. Ahora dices ¿que no te interesa?−dijo mientras me miraba con atención.
− No es que no me interesa, es solo que no tengo más aliados para continuar con mis planes. Sin contar que ahora Ryan, ya sabe que fui yo, quien le hizo daño a su mate. Así que ¿Cuál sería la idea de continuar con esto? Si no voy a poder disfrutar de mi puesto de Luna.
− Y si te digo, que es posible que puedas ser la Luna de nuestra manada−su declaración me sorprendió. Eso jamás pasaría, sin duda estaba jugando conmigo.
Le mire detenidamente. ¿Quería ser la luna de la manada? Porque ahora que Declan estaba en mi vida, ya no era tan importante para mí. Sin embargo, la opción me tentaba, igual no podía hacer una vida con mi compañero. Solo me quedaba una vida en el anonimato de alguna nación europea, donde viviría y moriría sola. ¿Eso quería?
− Dejate de juegos conmigo, William. Sabes que siempre he odiado que la gente se vaya por las ramas. Dime ¿a qué has venido?−dije ya fuera de mí.
− El consejo te va apoyar no solo para que desaparezca esta chica, sino para que seas Luna por orden expresa de ellos. Esta ceremonia podría traer una guerra similar a la que hubo entre vampiros y lobos en el pasado. El consejo no quiere arriesgarse, así que no respetaran esta unión. Y ya que tú has mostrado habilidades y dotes, no solo para ser Luna, sino para administrar la manada. Quieren que regreses a ocupar ese cargo.
Cada palabra que iba saliendo de su boca, me iba dando pavor. Porque eso significaba que matarían a la mate de Ryan o incluso a ambos, con tal de que dicha guerra no se desarrollara. Todo por un bien común. Y yo de ser la reina del juego, había pasado a ser un simple peón. No sé, si sentir alivio o molestia. Debo repensar mis planes, tengo que tomar decisiones y comunicar mis ideas. Decidí, dejar hasta aquí mi conversación con William. Le dije que debía pensarlo, que me diera unos días.
Él quería seguir a mi lado mientras decidía. Sin duda para poder poner sus sucias manos sobre mí. Lo malo era que aunque el apareamiento entre Declan y yo no había concluido, yo ya no tenía cabeza, ni estomago para otro hombre que no fuese él. Mi cuerpo y alma, estaban marcado para la eternidad. Con mi mejor careta de Luna, le ordene que se fuese. Y sin mirarme se fue. Dejándome nuevamente en la incertidumbre de qué hacer con mi vida. Espere por las dudas unas horas. Luego regrese a los brazos de Declan. Disfrutaría lo poco que me quedara a su lado.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top