Ignorancia
Kenia
Estoy nerviosa, Bruce aún no ha llegado. Se supone que iba a regresar el mismo día. Ya ha oscurecido, aún no sabemos nada de él. Camino de un lado al otro en la oficina de Ryan. Mi compañero esta con su beta, intentando ubicar a mi mate. No han logrado contactar con los deltas que van protegiendo a Bruce. Una opresión en mi pecho no me permite respirar, algo no está bien. Sí le sucede algo, será mi responsabilidad. He sido una estúpida, si lo pierdo lo tendré merecido. No he valorado a mis compañeros, no los he cuidado. Lagrimas corren por mis mejillas, la sola idea de perderlo me deja sin aire. ¿Cómo viviría sin él?
Escucho el ajetreo, gritos vienen de la entrada. Salgo asustada. Cuando llego al pasillo, veo como llevan a Bruce en una camilla, su cara sangra y él esta inconsciente. Corro a su encuentro, los sigo hasta nuestra habitación donde lo recuestan lentamente en nuestra cama.
̶ ¿Qué le ha pasado?−pregunto a Ryan.
̶ No lo sabemos, solo sé que lo encontramos dentro de su auto. Este estaba chocado contra un árbol, de camino aquí. No hemos logrado que reaccione. Nena, necesita de ti−dice casi en susurro.
̶ Y ¿el equipo delta?−inquiero molesta.
̶ Le perdieron de vista en lo que entró a la tierra de su aquelarre. Sabes que sin su autorización no podemos entrar a su territorio. Luego lo encontraron en ese estado−dice con clara angustia en su rostro.
Me acerco a la cabecera de la cama. Bruce luce pálido, pequeñas manchas de sangre marcan su cara. Tiene la boca rota. El que no se pueda sanar, dice lo mucho que le hizo falta mi sangre. No me voy a perdonar perderlo. Un sonido sale de su pecho. Todo queda en silencio. Ryan rebusca en su ropa, es su celular. En la pantalla se lee: Padre. Mi temperatura corporal baja. Ryan se dispone a responder. Me pierdo en su voz. Solo me interesa sanar a Bruce. Busco algo con lo que abrirme una herida. De pronto siento como Ryan toma mi mano, veo sus colmillos salir. Sin darme tiempo a prepararme, muerde mi muñeca. Lo ilógico es que lo hace mientras sigue conversando con su padre. Intentándole explicar lo que él cree ha sucedido. Suelta mi mano, me monto cual niña a la cama, mientras de mi muñeca corre mi sangre.
Es extraño, hasta hace poco esto me habría mareado y el dolor no me hubiese dejado mover. Es increíble como he cambiado. Me acerco a sus labios, los abro poco a poco. Coloco mi muñeca. Espero mientras la sangre corre por su garganta, comienzo a asustarme al ver que no hace ningún movimiento. Al ver que no responde como debería, apretó mi muñeca aplicando presión para que fluya la sangre. Nada, Bruce no sale de su inconciencia. Ryan se acerca, toma mi muñeca y la lame. Dando por terminada la alimentación de Bruce.
̶ ¿Qué haces? Necesita más, aun no responde –le digo gritando, mientras intento abrirme nuevamente la herida sin éxito.
̶ Nena, basta. Ya le has dado suficiente. Un poco más y tendré que llevarte al médico−lloro desconsolada. Él aun no reacciona. Ryan me abraza. Siento como me poza en su regazo, mientras una persona acerca una bandeja. No había notado que había alguien más en la habitación−Come, necesitas reponer las fuerzas. El padre de Bruce viene en camino, con un médico de su aquelarre.
La culpa y el miedo me inundan. Conoceré a su padre, en una situación que yo he provocado. Esto no puede terminar bien. Mientras pienso en ello, Ryan me da de comer. Finalizo, corro de nuevo a nuestra cama, donde comienzo a limpiar a Bruce. Ryan me ayuda a cambiarle. Limpiamos sus heridas, pronto nos damos cuenta que son muchas y profundas. Aunque su color ha mejorado. Quizás la sangre si este surtiendo efecto. De pronto somos interrumpidos por mi cuñada.
̶ Alfa, el príncipe del Aquelarre Blackwell ha llegado−Dice mientras mira a la cama−Dice que desea ver a su hijo, inmediatamente.
̶ ¿Hijo?−decimos ambos al mismo tiempo.
Ryan se recompone con más rapidez que yo. Camina hacia la puerta, mientras yo quedo sola, intentado entender que estoy unida a dos príncipes. Esto no parece mejorar. Intento controlar mi miedo. Un hombre alto, un poco mayor. Entra a la habitación. Se ve que es familiar de Bruce, parecen hermanos. Comparten los mismos ojos, su contextura es similar. Detrás de él, viene otro. Quien no se detiene en las presentaciones, pasa de largo donde Bruce.
̶ Necesito que me dejen solo con el príncipe−veo a Ryan quien levanta su brazo y me llama. Dudo un instante; pero ¿Qué puedo hacer? Me retiro dejando parte de mi corazón con Bruce.
Salimos de la habitación, Ryan me toma de la mano. Mientras guiamos al padre de Bruce a la oficina de Ryan. Mi estómago se retuerce, los nervios producen en mi nauseas.
̶ Entonces...−Dice Ryan, sopesando sus palabras frente al Príncipe−Es el padre de Bruce. Y eso significa que él es el futuro príncipe de su aquelarre. ¿correcto?
̶ Me llamo Lucius Blackwell, y si efectivamente mi hijo es el próximo príncipe. Presumo que no se los había comentado− Y nos mira inquisitivamente a ambos. Mientras los dos asentimos.
̶ Pero, no entiendo. Si él es el próximo príncipe. ¿Por qué vive fuera del aquelarre?−pregunta Ryan, mientras recorre su despacho, al parecer no soy la única nerviosa.
̶ Él decidió dejar la protección de su hogar, hace unos años−mientras habla, su tono de voz se vuelve nostálgico. Se nota que no estaba de acuerdo−odiaba siempre estar vigilado, la protección le molestaba, decía que nunca iba lograr vivir su vida. Un día me enfrentó y dijo que se iba. Peleamos, él es mi único heredero. Perderlo era dejar al aquelarre desprotegido. Sin embargo, perder a mi hijo era un riesgo mayor. Así que con el mayor dolor del mundo, lo deje ir. Por supuesto siempre supe dónde estaba−dice con presunción
̶ Por supuesto−interviene Ryan−yo hubiese hecho lo mismo, supongo que él no sabe que tiene protección−Mira a Lucius, para comprobar su teoría.
̶ No, no sabe que tiene un grupo de escoltas. Siempre están alertas. En los años que tiene fuera del aquelarre, me ha funcionado y mi relación con mi hijo ha mejorado−voltea a verme, me estudia de arriba abajo. Me pongo más nerviosa, puedo sentir el sudor correr por mi frente− hasta que llegaste tú− y me señale. ¡Genial! Otro padre que me va a odiar.
̶ ¿Yo? ¿que hice?−me defiendo.
̶ Eres hermosa, sin duda la naturaleza es sabia−se acerca a mí, toma mi mano y la besa con dulzura. Entonces escucho como Ryan gruñe.
̶ ¡Cuidado! Mi lobo es muy territorial, Lucius−le advierte. El viejo sonríe con picardía.
̶ Mi hijo tiene suerte, ambos son dignos compañeros de un príncipe. Ahora hay que resolver el hecho de que ambos son responsables de pueblos−Ryan asiente, yo no logro entender que sucede.
̶ No entiendo, que tiene que ver eso−digo sintiéndome estúpida, al no poder llevar una conversación lógica. Ryan se acerca, me guia hacia el mueble, donde me sienta a su lado. Instruye a Lucius, para que nos siga.
̶ Nena, ¿te acuerdas de cuando te dije de mis responsabilidades?−me mira expectante, asiento y el continua−pues al Bruce ser el futuro príncipe, tiene las mismas responsabilidades que tengo yo, con mi manada−le miro pidiéndole más detalles−eso significa que él debe estar en su aquelarre, para poder gobernar.
Cuando finaliza, todoqueda claro para mí. Somos tres compañeros, dos de ellos tienenresponsabilidades en pueblos distintos. ¿Cómo podría tener éxito nuestra relacióna distancia? Porque ninguno puede dejar sus responsabilidades. ¿Cómo viviré? Deun pueblo a otro. ¿Se turnaran para estar a mi lado? Miles de preguntas invadenmi cabeza
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