Enfrentamientos
Kenia
Nuestras respiraciones poco a poco se normalizan, amo escuchar su corazón irse calmando, poco a poco. Mis manos recorren su pecho, es como tocar una colcha peluda. Me siento tan segura y protegida en sus brazos. Sin embargo, algo me inquieta e incómoda, extraño a mi otro mate.
− ¿Dónde está, Bruce? – pregunto mientras levanto mi cabeza de su pecho y le miro a los ojos.
− Está de viaje, pequeña. Tenía que arreglar algunas cosas de su negocio.
Me angustio, por mi egoísmo he dejado a mi pareja sin su alimento. Y ahora salió de viaje, debe estar débil, me siento mal y terriblemente culpable si algo le pasara. Mi corazón se estremece, mi respiración se acelera, sin poder controlarme me retuerzo entre los brazos de Ryan.
− Calma, no va solo. Mi Beta ha mandado un grupo de Deltas para su protección− dice mientras me abraza, dando alivio a mi alma.
− No se... ha... alimentado. Debe estar débil – le miro mientras algunas lágrimas escapan de mis ojos.
Con sus dedos limpia mis ojos, mientras toma mi rostro se acerca y me besa. Dulce y suave, dándome abrigo y aliento.
− Si, pequeña. Por eso estaba preocupada de que saliera solo. Pero debía ir, era importante. No pudo darle más largas al asunto. Debería estar de vuelta mañana. Los deltas se comunican conmigo cada par de horas, así que por favor relajate, terminaras enferma. Haz estado sometida bajo mucho estrés.
− Está bien, gracias por cuidarme− dije mientras me reclinaba en su pecho, me gusta escuchar su voz a través de su pecho, su vibración me excita.
− Ahora, es momento de que comas, señorita. No puedes seguir sin alimentarte. Tienes tu vida y la de Bruce bajo tu responsabilidad− lo sabía, sin embargo ponerlo en voz alta, me hacía sentir culpable, egoísta. Debía cambiar, ya no era solo yo, que podía separame del mundo cuando me sentía mal. Ahora era una mujer casada, porque lo estaba. Lo que trajo a mi mente otra cosa.
− Está bien, mientras lo hago; puedes explicarme de que va suceder en la ceremonia de la Luna− Él me miro con seriedad, asintió. Luego fue a su escritorio a solicitar la comida. Mientras lo hacía me vestí, no quería que nadie me viera desnuda.
Mientras me explica, como será la ceremonia, más nerviosa me pongo. Ahora sí, puedo estar segura que podría tener más enemigos al final de esta ceremonia. Retuerzo mis manos con nerviosismo, mientras Ryan me da de comer, cual niña pequeña. Intenta con ese acto relajarme; pero la realidad es que estoy aterrada. Los amo. Sin embargo, tengo miedo de lo que les pueda suceder, por amarme a mí.
− La ceremonia de la Luna, es convocada no solo la manada sino parte del consejo de Lobos, algunos de los alfas de otras manadas y socios comerciales, puesto que la ceremonia es la presentación de algo así como la primera dama, quien tiene potestad sobre todo y todos. Una vez que inicie la ceremonia, serás presentada ante mí, tú debes inclinarte y mostrar tu sumisión, mientras lo haces yo voy a morderte− la sola idea de que me muerda me asusta, el solo lo hace cuando estamos en la intimidad, no sé cómo pueda responder mi cuerpo, cuando me muerda. Y ¿si me excito y lo avergüenzo?− Después de marcarte, finaliza la ceremonia cuando la manada, se incline ante ti. Debes entender, tú a partir de ese día solo me debes sumisión a mí, para los demás tú eres tan alfa como yo, así que ellos debes obedecerte sin chistar y ser sumisos ante ti. Una falta podría incluso generar su destierro o muerte.
− ¿Y Bruce?− pregunto al ver que no hace mención de su nombre en toda la ceremonia. Me mira con algo de reticencia, respira profundamente ante de continuar.
− Nosotros somos una unión que no se había dado en siglos, eso ya hace que la ceremonia sea un poco extraña. Al momento de marcarte, Bruce también lo hará y antes de hacerlo, mostrará su sumisión a mí, delante de mi manada para que entiendan que él no es ningún riesgo para nosotros. Debes entender que vampiros y lobos no se han llevado en siglos. Su sola presencia va a generar problemas, ya hablé con Bruce. Sin embargo al saber que debe mostrar su sumisión a mí, se dio cuenta que aunque no generará problemas con la manada, si lo haría con su aquelarre− Cuando pronuncio esa palabra, me sentí asustada.
− ¿Aquelarre?−le miro con interés, mientras pienso en lo complicado y enrevesado que es el mundo paranormal. Mucho más que el humano.
− Si es algo parecido a una manada, Bruce te lo explicara mejor. El viajo a su aquelarre, debe informar sobre la ceremonia.
Estuve pensando si no solo me enfrentaría yo con la negativa de la manada. No había pensado en las consecuencias de nuestra unión en la vida de mis compañeros. ¿Hasta dónde podría afectar esta unión? Me siento ansiosa, al no conocer realmente a que me enfrento; no se los riesgos que corremos, ni lo que podemos afectar a otros con nuestra unión. Mi estómago se anuda, mi piel se enfría. ¿El amor puede crear mal?
Bruce
Me siento débil, estos días sin mi suministro de sangre han afectado mi fortaleza. Voy camino a mi Aquelarre. Soy consciente que esa bendita ceremonia podría generar una guerra. Nunca un vampiro se ha sometido a un lobo. La historia demuestra lo contrario, antes de que fuésemos enemigos, los lobos y vampiros trabajan en sociedad. Tenía una alianza sinérgica. Donde ambos ganaban. Sin embargo, nunca un vampiro se sometió. Lo que inicio nuestra separación fue justamente, el sometimiento de un lobo hacia un vampiro.
Un vampiro descubrió lo que su sangre podía hacer en un lobo. Al parecer la sangre de vampiro genera adicción y sumisión hacia el vampiro que la provee. Este vampiro, hizo que su aquelarre diera sangre a una manada de lobos, tomaron el control de ella. Luego se dedicaron a saquear, violar y amedrentar a otras manadas y aquelarres. Así inicio una guerra que duro casi un siglo, más tarde se logró un acuerdo tenso. Este acuerdo separó a lobos y vampiros, cada uno por su lado. Para entrar en zona de vampiros o lobos, se debe pedir un permiso. Este permiso es dado por solo unos días, al incumplirlo podrías morir.
Existen zonas libres, como donde tengo el club. Donde humanos y seres paranormales pueden convivir. Estas zonas son altamente controladas por un consejo de seres paranormales. La guerra nos puso en riesgo de que los humanos descubrieran nuestra existencia. Así que esa razón fue más que suficiente para detener la guerra y llegar acuerdos.
Los vampiros pueden controlar humanos, y pudimos seguir esta guerra sin sentido por el control. Sin embargo un sabio vampiro nos hizo analizar, que si bien podemos controlar y matar humanos, también podemos exterminarlos. Porque si algo son los humanos, son guerreros que luchan por su libertad. Así que ellos hubiesen hecho otra guerra para acabar con los seres paranormales o controlarlos. Entonces todo se detuvo, se hicieron acuerdos y aquí estamos. Hasta hoy, no se habían unido un lobo y un vampiro, mucho menos uno de ellos aceptar que está bajo el dominio del otro.
Estoy llegando a mi destino. Debo hablar con el príncipe, si él decide que no puedo reconocer a mi mate. Tendría que vivir lejos de Kenia. El solo pensamiento, me marea y provoca nauseas. Si solo llevo pocas horas lejos de ella, su ausencia me desequilibra. No logro pensar con claridad, es como si estuviese incompleto. Sin contar que la unión esta consumada, lo que implica que solo me puedo alimentar de ella, sin ella moriría. No me veo lejos de ella, creo que me enfrento a comenzar una guerra. ¿Podré vivir con ello? O ¿me dejare morir sin luchar?
*-*
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