El Ataque

Kenia

Su beso me transporto a un hermoso lugar, donde todo era seguridad, calidez y amor; sobre todo amor. Podía sentir el lazo que se había fortalecido entre los tres, hoy por fin podría ser tratada con respeto como la compañera de vida de ambos. De pronto comencé a escuchar, gritos, me aleje de Bruce, pudo observar un grupo de lobos que atacaban a todo aquel que se encontraban o que osaba enfrentarlos. Me sentí desvalida, angustiada; pero al mismo tiempo muy molesta ¿Cómo se atrevían a dañar mi día especial?

De todos los lobos tres eran más grandes, uno de ellos tenía sus ojos rojos y era al menos el doble de grande que los otros. Me miraba con intensidad, sin previo aviso se abalanzo sobre mí, pude sentir sus garras sobre mi piel, dentro de mi piel. El ardor me hacía gritar, logre sentir como alguien lo alejaba de mí. Era otro de los lobos, este era negro azabache, sin poder entender cómo, pude comunicarme con ella.

Tranquila yo te protegeré, mi Luna−Su voz trajo consigo recuerdo de mi secuestro. Todo vino a mi mente como un tornado de imágenes. Ella, sus hombres, los golpes, sus toques sobre mi piel. Todo fue mucho para mí, de pronto me encontré de rodillas gritando.

Ryan

Toda la ceremonia había sido hermosa. De momento creí que el ataque estaba solo en la mente de Lauren. Mi cuerpo dejo de estar alerta, solo quería disfrutar con mis nuevos compañeros y mostrar a mi manada quien sería su nueva Luna. Cuando apenas me estaba acostumbrando a la sensación de paz, ver a mis dos compañeros besarse, las sonrisas derredor. Todo se convirtió en una batalla campal, escuchaba los gritos y gruñidos. Vi el grupo de lobos atacando, logre reconocer a Lauren, entonces mi cuerpo de alfa respondió y me transformé para combatir contra los atacantes.

En segundos ya había acabado con dos de los lobos, no me extrañaba no estaban a mi nivel. Buscaba con mi mirada, a los tres más grandes. Entonces todo se detuvo, observe como Kenia estaba siendo atacado por uno de los lobos, justo cuando iba a salvarla, Lauren se me adelanto, ataco al lobo, apartándolo de ella. Me detuve un instante, decidí acercarme a ver en qué estado estaba, mientras que por nuestro enlace llamaba a Bruce, a quien no veía por ningún lugar.

Kenia, cayó de rodillas mientras comenzaba a gritar más como un aullido de lobo solitario que como un grito. Mi cuerpo se paralizo, todo se detuvo a mi alrededor. Ella estaba como enloquecida. Entonces intente acercarme a buscar la herida que estaba causando ese dolor. Cuando quise acercarme, se alejó. Me miro con pánico, pudo darme cuenta que no me reconocía. Mi corazón dejo de latir en ese instante. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué no me reconocía?



Lauren

El día había iniciado mal, el tener que compartir cama con William, intimar con un hombre que no soporto. Fue la peor noche de mi vida. Hoy me siento una traidora, no solo traicione a mi manada, sino a mi compañero. Lo peor mi cuerpo esta contra de mí, tengo ronchas por donde William poso sus asquerosas manos. La sensación de ardor no me deja. Vamos en silencio por el bosque, de camino a la ceremonia. Estoy ansiosa, no pude contactar con Ryan, creo que esto no va salir bien.

Mi mente se prepara, sé que hoy no saldré con vida de esto. Si tan solo hubiese podido despedirme de él. Quisiera poder darle un último beso. ¡Que miserable me siento!

Al fin llegamos a la ceremonia, William me pide que le siga, mientras les hace señas a los otros. Eso me confunde, no recuerdo que el plan fuera separarnos. Camino hacia el altar, de lejos puedo verla a ella, besándose con el vampiro. En el ambiente se respira amor, eso me hace sentir envidiosa. Los lobos que se separaron de nosotros inician el ataque, alertando a todos de nuestra presencia. Ahora es que caigo en cuenta que nadie nos olio, eso es extraño. William temprano nos hizo tomar una bebida, según él energética. No le creí; pero que opción tenia.

Todo se vuelve confuso en minutos, no logro controlar a William. Quien en pocos minutos va y ataca a Kenia. No puedo permitirle que la haga más daño. Ella ya ha recibido suficiente. Así que me lanzo a salvarle, mientras me conecto a ella como mi luna y le informo que cuidare de ella.

William se sobrepone a mi ataque, pronto estoy debajo de él, con sus colmillos clavándose en mi cuello. La iluminación llega a mí, es mi momento, ya es hora de dejar esta tierra para ir con mis ancestros. Dejo de luchar, logro sentir como los colmillos se clavan más en mi piel, una garra esta clavada en mi costado, mientras intenta abrir más la herida. Lagrimas salen libres de mí. Solo puedo pensar en Declan y como pude perder mi oportunidad de ser feliz. Mis parpados pesan, me dejo llevar por el agotamiento...



Bruce

Al momento del ataque, mi padre me tomo para que no corriera peligro. Tuve que luchar para que me soltara. Había dejado a mi consorte sola. Cuando logre zafarme ya íbamos en mitad del bosque. Corrí y llegue para encontrar personas heridas, el consejo paranormal defendiéndose del consejo de lobos. De lejos pude ver como el anciano de la capa, usaba algo parecido a la electricidad para defenderse. Entonces entendí que era él. Era un hechicero, desde mi punto de vista muy poderoso. Busque por todos lados a Kenia, entonces la vi arrodillada, gritando. Me le acerque, ella parecía herida. Cuando pude verla note lo asustada que estaba, parecía que no reconocía donde estaba. Podía sentir su pánico.

La llamé por su nombre, no respondió. Sin darme cuenta el hechicero se había acercado. Le tome por los hombros, dijo unas palabras en una lengua desconocida para mí. Ella quedo inconsciente al momento. La lucha continuaba, pero mi mente solo estaba concentrada en mi compañera.

¿Qué le sucede?− pregunte al hechicero. Él me miro, por primera vez pude verlo el rostro, era terrorífico, su rostro podía hacerte helar la sangre, sus ojos eran azules intensos, casi como las luces de neón. Su boca era azul oscura, su piel era gris.

Recordó el secuestro y todo lo demás− me miro con pesar− llevala a su habitación necesita descansar. Arreglaremos esto, pero primero terminaremos este ataque− dijo mientras se alejaba de mí y volvía a la batalla.

Ryan me miraba angustiado. Le intente calmar por nuestro lazo, mientras levantaba a Kenia. Tenía sangre por todo su vestido, pero no heridas, era extraño, porque podía oler la sangre y era suya. Entonces ¿Dónde estaban las heridas?

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