Descubrimiento


Kenia

Miraba sus hermosos ojos azules, intentaban transmitirme su verdad. Que para mí era más bien una locura. ¿Cómo podía creer lo que él con tanto ahínco intentaba hacerme entender? Lobo. Mejor dicho, hombre lobo.

¿Por qué de todos los hombres me tocaba a mi tratar con un loco? Lo peor es que realmente creí lo que con tanta pasión me decía. El desaliento se apodero de mí, esta noche que se notaba como una gran noche romántica, se había convertido en bochorno y dolor. Ryan me gustaba muchísimo; sin embargo no puedo continuar con él ante esta declaración.

Al ver mi actitud, ante su declaración. Me miro con dolor, se dio cuenta que no le creía; peor que lo veía como loco.

̶ Kenia, ¿Por qué me miras así?, acaso ¿no me crees?− Me miro, con la esperanza que le explicara.

̶ Yo...

̶ Está bien, no me dejas opción. Igual lo iba hacer pero no de esta manera− Me tomo de las manos y con mirada de súplica dijo−por favor no te asustes y espera a que todo sea explicado. Prometelo. Me debes eso.

̶ Tratare, Ryan.

Ryan empezó a quitarse la ropa, aunque es un hombre portentoso y realmente hermoso. Me asustaba ver, cómo iba entender lo que me dijo a través de su desnudez. Aun sin comprender, decidí mantenerme quieta; pero sobre todo calmada. ¡Claro! Mientras estaba calmada podía disfrutar del espectáculo, de este espécimen desnudo frente a mí. Su cuerpo parecía una maravillosa escultura griega, que retratan a dioses del olimpo. Sin duda es un hombre que cuida bien de su cuerpo. Cuando llego a su bóxer, ya yo estaba más que caliente, deseando caerle encima y adueñarme de él. ¡Lástima que tendría que esperar!

Al perder su última pieza de ropa, pude notar que él estaba tan excitado como yo. ¡Madre mía! Era un gran instrumento, ese que tenía. Estaba tan absorta en su pene, que no me di cuenta, el momento en que cayó al suelo. Entonces un ruido de los más aterrante comenzó, eran huesos crujiendo, como si se estuvieran rompiendo. Y en un segundo todo acabo, para tener frente a mí, el lobo más grande y hermoso que había visto. Era blanco como la nieve y los ojos de un azul intenso. Eran como si tuvieran dos luces de neón dentro de ellos. Se acercó lentamente, como esperando mi aprobación. Mi mente gritaba ¡Corre!; pero mi corazón deseaba, ver esta faceta nueva.

Estire mi mano, con miedo. No sabía cuánto de Ryan había todavía en él. Se acercó a mi mano y se detuvo, a la espera de que fuese yo quien lo tocara. Me estaba dando control sobre la situación. Me arme de valor, cerré mis ojos. No quería ver cómo era destrozada. Y mi mano lo toco, lentamente.

Su piel era tan suave, irradiaba tanto calor. Pude escuchar como gemía por mi tacto. Ese sonido me hizo abrir mis ojos. En cuanto lo hice, se echó como un perrito, mostrándome su panza. No me pude contener, caí de rodillas a su lado, le acaricie por todo su pelaje. Mi mente intentaba entender, me era imposible concatenar las ideas y aclarar que era lo que estaba sucediendo. Tal parece que me había introducido en un cuento de ciencia ficción, esperaba que no terminara en terror. Luego de un rato de mimos, a mi nueva mascota. Se levantó, y se transformó nuevamente en hombre. Dejándome nuevamente la visión más caliente que jamás haya visto.

Su cara dio a entender, que mi deseo no pasaba desapercibido. Él estaba igual o peor que yo, por cómo se mostraba su amigo en este instante. Me sonroje, al ser descubierta en mi inspección de su cuerpo.

̶ Para que tengamos esta conversación voy a vestirme. Necesito decirte muchas cosas esta noche−Comento mientras comenzaba a colocarse la ropa, algo que lamente de sobremanera. Una vez que toda su ropa estuvo en su lugar, se acercó a mí brindándome una copa de vino. Entonces me di cuenta cuan sedienta estaba.

Me ayudo a levantarme, para regresar a nuestro picnic. Mientras caminaba, mi cuerpo temblaba de temor, no sabía porque. Sin embargo, esta noche seria el inicio de un cambio. Estaba claro que Ryan me había mostrado esto, con el fin de que tomara una decisión. Algo que hasta esta tarde aún no tenía claro. Tengo sentimientos por Bruce y Ryan, no sé cómo elegir entre ambos. Ni sé como decírselos a ambos, porque es más que claro que ambos desean algo más conmigo; así que ha llegado el momento de hablar con ellos. Aunque esta noche no es mi noche sino la de Ryan.

Nos sentamos en silencio, escuchando el caudal del rio. Nos mantenemos así unos minutos. Al parecer ambos necesitábamos a calmar nuestra ansiedad. De repente escucho como suspira, me volteo y me encuentro con sus hermosos ojos observándome. Me sube el calor a mi rostro. Él sonríe al notar como me descontrola con solo mirarme. Se acerca lentamente y me besa. Suave y etéreo, haciendo sentir en un cuento de hadas, junto a mi príncipe encantado. Esta idea me hace sonreír, algo que él nota. Su mirada queda expectante a mi aclaración, decido no hacerlo.

̶ Bien−dice, mientras toma mis manos−como ya te dije al principio de la noche, soy un hombre lobo. Estamos en este mundo al mismo tiempo que los humanos. En el pasado hubo guerras por el control del mundo. Al final decidimos ser anónimos, así que pasamos hacer leyendas o simples mitos. Cuando te conocí−y me mira con intensidad−vi en ti a mi mate. ¿Sabes algo sobre lobos?

̶ No, solo lo que he visto en planeta animal. Pero no prestaba atención, así que imagina que no se nada.

̶ Los lobos por naturaleza viven en manadas, con un alfa como líder. Se aparean una sola vez. Cuando la pareja muere, pueden alejarse de la manada para morir sola o enloquecer obligando al alfa de la manada a matarlos.

Esa descripción me dio terror, matarlos por enloquecer. ¡Que crueldad!

̶ No, nos juzgues. Lo mejor para ese tipo de locura es la muerte. Veraz somos idénticos a nuestros hermanos lobos, solo una vez nos enamoramos, la naturaleza escoge nuestra pareja. La descubrimos por su aroma, que es tan dulce y provocador para nosotros que es indudable que es nuestra mate−Mis ojos se agrandan, aun no tengo claro que dice; sin embargo, ya me dijo que soy su mate−Si, eres mi mate. Cuando te descubrí en ese local, tu aroma de caramelo y miel, me hizo encenderme como un árbol de navidad, si fueras de nuestro mundo esa misma noche nos habríamos apareado. Al darme cuenta que eras humana, tuve que detenerme. Porque aunque eres la pareja que escogió la naturaleza para mí, tú no tienes las mismas emociones que yo al vernos.

̶ Entonces, ¿soy la única mujer con la que podrías aparearte?−pregunto asustada, a lo cual él solo asiente. Lo que solo me hace sentir peor, porque si al final no lo escojo, deberá vivir sin mí y sabiéndome de otro.

̶ El otro punto, es que soy el alfa de mi manada. Y este cargo trae consigo sus responsabilidades.

̶ No, lo entiendo. ¿Qué significa que seas el alfa?

̶ Significa que soy responsable de mi pueblo. Debo gobernarlo y guiarlo, decidir por ellos.

̶ ¿Eres como un rey?−pregunto muy confundida. Se ríe y me mira.

̶ Algo así. Ese cargo no es elegible, como los reyes es heredado. Mi padre fue Alfa, yo por ser su primogénito quede como el alfa, mi hermano es el segundo al mando o Beta. La única forma de perder mi cargo es que tenga una pelea con otro lobo y muera en batalla. Por lo contrario, mi puesto será de mi primogénito. Lo que me trae a esta noche...


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Bueno, ¿que les parecío la declaración de Ryan? ahora ¿qué pasará con Bruce?

Bienvenidos a todos mis nuevos seguidores. 

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