Contradicción

Ryan

Me siento abrumado, jamás imaginé que tener compañera fuese tan delicado y complicado. Mis padres fueron compañeros, es verdad. Sin embargo, desde mi punto de vista su relación era perfecta y simbiótica. Mi hermano y su mate también desde el inicio fueron uno para el otro. Comienza a creer que soy el problema, porque he estado analizando la relación de Kenia y Bruce, ellos nunca pelean al menos que yo esté en el medio, como en este momento.

Sentimientos contradictorios me invaden, por un lado siento culpa y remordimientos y por el otro me siento molesto y ofendido. Kenia se puso en esta situación de riesgo al alejarse de nosotros. Entiendo su molestia; pero creo que exagero. Y al mismo tiempo pienso que soy un asno, que no logro conectar emocionalmente con mi mate. Me pregunto ¿si no será mejor que este sin mí?

Bruce parece un hambriento frente a un banquete, tiene la mirada perdida y sus sentimientos me invaden, tiene angustia, teme quedar solo. A lo mejor yo soy quien no debe seguir en esta unión. Si ella rompe su lazo conmigo podrá vivir con él sin problemas. La sola idea me estremece. Debo considerar lo mejor para ellos, al parecer yo no lo soy. ¿Podré vivir sin ellos?

Sí se rompe el lazo, ¿Qué pasará conmigo?− pregunto dudoso al médico.

Bruce al escucharme hablar levanta su vista alarmado hacia mí. Lo que me hace observar como lágrimas de sangren corren por su rostro. Esto lo estoy causando yo.

Aunque la ceremonia de la luna no se ha hecho, Alfa. Su cuerpo ya se enlazo con el de ella. Si se rompe el lazo, comenzará a perder la razón y tarde o temprano deberá ser alejado de la manada para que no la dañe. Por último, morirá− dice en susurro, como con miedo de que se haga realidad.

Por favor, déjenos solos− dice Bruce, en tono autoritario. El médico me mira esperando mi aprobación, yo solo logro asentir.

No, no lo vas hacer− dice advirtiéndome.

No voy hacer, ¿Qué?− Le respondo molesto.

No, nos vas alejar, Ryan. Esta no es tu culpa. Debes entender que las relaciones no son fáciles. No hagas esto, por favor. Tengo suficiente con Kenia, no necesito de tu autocompasión− dice mientras se acerca a mí, mirando a los ojos.

Yo... solo es que mirala. Cada vez que volteo, de alguna forma la he lastimado. Creo que ambos estarían mejor sin mí− ya no lo resisto más, mis piernas dejan de funcionar y caigo al piso rendido. Jamás me sentí tan miserable. Ella es todo para mí. Y sin darme cuenta Bruce ha pasado a ser parte fundamental de mi vida. ¿Qué será de mí sin ello? Lloro desconsolado.

Oye, mirame− dice Bruce, arrodillado a mi lado− ella te ama, solo está molesta. Eso es normal en las relaciones. Pasará mucho, después de todo somos tres. Además los tres somos fuertes y dominantes. Sí ella no fuera así, ¿querrías a una mujer dócil?− me mira interrogante.

No lo creo. Amo su fuerza, es solo que a veces olvido que no puedo gobernar sobre ustedes. Bruce, lo lamento−digo desconsolado.

¿Qué lamentas?−Inquiere.

El que siempre debas ser el mediador entre los dos. Todo el tiempo estas en la línea de fuego por mi culpa. Tú no deberías pasar por esta situación, yo soy siempre quien crea los problemas. Por favor, perdoname−suelto sin más, mientras siento como un peso deja mi cuerpo.

Es mi función, ser el conciliador. No creas que no lo había notado. No me disgusta serlo. Por algo soy más viejo que ustedes. Imagina si estuvieran solo ustedes dos− ríe con descaro, algo que me sorprende−ya se hubiesen matado. Ahora, centrémonos en el problema más fuerte, La salud de Kenia y nuestro lazo. ¿realmente crees que ella quisiera que se rompiera el lazo?

Analizo la pregunta, si bien es cierto que está enojada. No puedo negar que ella nos ama. Fui testigo de su lucha al estar enamorada de ambos y no saber qué hacer con eso. La vi, cuidar a Bruce en su enfermedad, ella me escogió aunque tenía ya a Bruce. Sí, no creo que ella quiera que el lazo se rompa. No podría vivir sin nosotros. Y aun pudiendo, ¿Qué tipo de vida le espera? Ya no tiene familia y bueno su mejor amiga no ha llevado muy bien esta unión. Quedaría sola. Mi pequeña, no podría dejarla sola.

No− digo con certeza. Sintiendo alivio por tener un compañero tan sabio.

− Entonces, ¿Qué haremos para salvar a nuestra mate?−Indaga.

Bruce, no podemos estar con ella, sin ella presente. Le daríamos la razón de que es nuestro juguete sexual−digo preocupado.

No tenemos opción, escuchaste al médico. Ella no volverá a estar consciente. Es mejor pedir perdón que permiso, Ryan. Debemos hacerlo.

Esto podría empeorar la situación – y le miro expectante

Sí, es posible. Pero prefiero eso que una mate muerta o un lazo roto− dice confiado. Decido aceptar su decisión, que a la vez es la mía. Esta vez soy cobarde, dejo que el lleve la responsabilidad de la acción.

Está bien, ¿Cómo lo haremos?− me mira con picardía.

Se levanta del suelo, me da su mano para levantarme. Camina hacia la cama, mira a Kenia como el cazador que es. Kenia gime en su inconciencia, lo que hace que mi miembro cobre vida. Después de todo parece que no será tan difícil esto. Bruce se desviste con rapidez, me cuesta pensar con claridad. ¿En realidad le haremos el amor a nuestra mate inconsciente?

Veo como Bruce le quita la sabana que cubre el cuerpo desnudo de Kenia. Logro divisar las perlas de sudor, sin duda por la fiebre. Ella se remueve inquieta en la cama, mientras más gemidos salen de su boca. Quedo frio cuando la escucho pronunciar mi nombre, entre sus gemidos y suplicas. Entonces reacciono y me desvisto. Me arrodillo en la cama, comienzo a besar sus maravillosas piernas. Ella aun en la inconciencia, responde a mi tacto. Eso definitivamente me excita.

Bruce le besa el cuello, ella le pide más. Besa sus labios, me desespero y con mis manos abro sus piernas. Mi boca se hace agua, poso mi lengua por sus muslos, la recorro con lentitud. Ella intenta acercarse a mí, levantando su pelvis con desesperación. ¡Oh sí! Mi mate quiere jugar. Bruce la mueve posándose él debajo de su cuerpo, me ayuda a colocarla para mí. Me hundo en su centro, mientras lamo y succiono. Escucho como sus gemidos son ahogados, levanto mi vista para encontrar a Bruce, Hundido en su boca, ya sus colmillo han salido. Su boca tiene un pequeño corte por donde sangra. Con su lengua, Bruce recoge el néctar. La visión me excita mucho más, necesito poseerla. Bruce me mira, ambos queremos lo mismo. Me acuesto en la cama, Bruce coloca a Kenia en mis brazos, mientras mi mano dirige mi pene a su interior. Ella vuelve a suplicar. Una vez dentro de ella, Bruce me ayuda con los movimientos, cuando logro coordinar, se aleja de la cama. Vuelve con lubricante, sin duda; él está igual de desesperado por estar dentro de nuestra mate. Se introduce en ella, ambos iniciamos un baile coordinado de movimientos, en algún momento Kenia inclina su cabeza dejando su cuello descubierto, aun sin estar consciente se somete a sus compañeros. Bruce no pierde tiempo, hunde sus dientes en él. Kenia grita llegando al clímax, yo aprovecho y le muerdo muy cerca de Bruce. Ella enloquece, y comienza a convulsionar con otro orgasmo. Esta vez soy yo quien pierdo el control. A lo lejos escucho como Bruce llega. Caen los dos sobre mí, intento volver a regular mi respiración. Bruce sale de mi mate, mientras pasa su lengua por ambas heridas, veo cómo se van cerrando.

Kenia tiene su cabeza sobre mi pecho, la dejo allí. Amo sentirla. Bruce se acuesta a mi lado, mientras su mano recorre la curva de la nalga de mi mate. Ella suspira con su tacto. Tengo miedo de cuando reaccione, no quiero que se sienta abusada. Tenerla así para mi es lo mejor que hay en el mundo. Veo como Bruce la sigue acariciando, el movimiento es muy sensual y me da calma. Decido descansar, estoy seguro que Kenia dará pelea una vez que este mejor.





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