Bruce

Mis fosas nasales logran percibir el aroma más exquisito que puede existir. El de mi mate. Abro los ojos lentamentemente, sintiendo como el calor de la luz del sol invade por las ventanas de mi habitación. Me siento desorientado, no recuerdo como llegue aquí, ni cuánto tiempo he dormido. Veo una intravenosa que cuelga del pie de la cama, me surte de sangre. Supongo que ese es el olor que me despertó. Me doy cuenta que del lado izquierdo de la cama, justo debajo de mi brazo algo esta enroscado a mí. Dándome calor.

Poco a poco levanto mi cabeza, me mareo un poco en el proceso. La veo, tan hermosa, durmiendo sonriente a mi lado. Ella sin duda es lo mejor que me ha pasado. Su amor y confianza es el mejor que la vida me pudo regalar. Con mi mano intento rozar sus cabellos, en realidad muero por besarla y consumirme en sus brazos. Sin embargo, mi cuerpo no colabora y solo me conformo con rozar su piel, con la yema de mis dedos. ¡Es tan divina!

Sus parpados comienzan a moverse, mi hermosa chica esta por despertar. Se acurruca más cerca de mí, una gran sonrisa desborda en su rostro. Abre sus ojos y se encuentra con los míos.

̶ ¿Bruce?−Se levanta y se coloca de rodillas, mientras su mano toca mis rostro con emoción− ¿Esta bien? ¿quieres que busque al médico?

̶ Nena, tranquila. Estoy bien−Le digo mientras acerco su rostro, para poder besarla. Como tanto ansío. Rozamos nuestros labios, midiendo nuestra necesidad. Me mira con ansiedad. Sin más, nos dejamos llevar por nuestro deseo. Entramos en una batalla campal, entre nuestras lenguas. Sus manos tocan mi pecho, mientras deseo poder poseerla.

̶ ¡Oh! Bruce, te extrañado tanto. No me vuelvas asustar así−dice mientras golpea mi pecho. Su necesidad me conmueve.

̶ Lo siento, nena. ¿Qué fue lo que me paso?−ella me mira inquieta, como midiendo que debe responder.

Me ayuda a sentarme, cuidando que la intravenosa no se salga. Me explica como tuve el accidente. Da detalles de mi traslado, me narra cada cosa hecha por mí, hasta la visita de mi padre. Luego respira profundo, algo que me hace saber que se prepara para decirme algo serio. Minutos después intento entender todo lo que mi pequeña me ha dicho; pero principalmente el hecho que Ryan también sea mi compañero. No sabía que eso fuera posible.

Kenia me explica lo extraño que ha estado desde entonces. Es probable que se esté poniendo en duda su masculinidad. Yo por mi parte no dudo de mí. En los siglos que llevo de vida, he probado de todo. Tengo muy claro, que hombre no es el que tiene relaciones con mujeres. Se necesita otras cosas fundamentales. Imagino que intentara rehuirme o ignorarme. Bueno lo veré mas adelante cuando este mejor. Mientras continúo mis cavilaciones. Entra en medico de mi padre y el médico de la manada.

Ambos me revisan, certifican mi buena salud. Me exigen que no deje de alimentarme a diario. Por ultimo retiran la intravenosa. Al final, la sangre pertenecía a Ryan. ¿Quién diría que su aroma fuese tan apetecible? Por ultimo explican, que debo finalizar la unión entre Ryan y yo, él debe probar mi sangre. De esta forma ambos nos reconoceremos como parejas. Imagino cual sería la cara del macho alfa, al decirle esto.

Kenia se comporta extraña conmigo. Cuando la veo sus ojos están acuosos. Al parecer mi niña se siente responsable por mi situación. La tomo entre mis brazos, le hago entender que es más mi responsabilidad, que de ella. Debí decirle que no debo pasar mucho tiempo sin mi suministro de sangre. Ella se cobija, bajo mi cuello. Logro escuchar sus jadeos. Ha estado llorando. La obligo a dejar esa aptitud. Le pido que me ayude a ganarnos de nuevo a nuestro compañero. Ilumina mi día con su sonrisa traviesa, iniciamos nuestros planes para darle una encerrona.

Durante todo el día Ryan, se ha negado a venir a verme. Mi padre ha conversado conmigo, dándome consejos de cómo debo tratar esta situación tan delicada. Por ultimo me informa que el día de mañana el consejo paranormal vendrá. Vamos a tener una reunión con ellos donde se decidirá que se hará con esta situación tan irregular.

Llega la noche, estoy ya repuesto. Deseo poder volver a sentir el interior de mi mate. Parece que la llamé con mis pensamientos. Entra y me sorprende al descubrir que detrás de ella, está Ryan. Quien rehúye mi mirada. Pasan en silencio. Pasamos unos minutos así, sin ningún movimiento. Parecemos cazadores a la espera de la presa. Mi querida nena, toma a Ryan por el cuello. Hace que se incline para poder besarle. Él intenta negarse en un inicio, en lo que los labios de Kenia lo tocan, pierde la capacidad de pensar. Deja que su compañera traviesa le haga lo que desee.

En segundos lo deja semidesnudo. Ryan aun no me ve, ¡pobre! tiene una lucha interna. Seguramente cree, que de aquí sale gay. Definitivamente la mortalidad, te llena de pensamientos retrógrados. Ryan desnuda a nuestra mate, perdiendo el poco control que tiene. La lanza a la cama, se quita lo poco que aún tiene encima. Yo observo con atención a donde le llevará este descontrol.

Escucho los gemidos de mi hermosa mate. El sonido me pone duro. Ryan le recorre los senos y se dedica con esmero en ellos. Escucho las suplicas de mi pequeña. Decido esperar a ser invitado. Ryan baja poco a poco por su cuerpo, se detiene en su entrepierna, levanta su mirada hacia mí. Me mira con ansias; pero al mismo tiempo con temor. Decido ayudarle en su deseo, me levanto de la cama, me acerco sigilosamente a mis compañeros. Lleno de hambre, me acerco a los labios de Kenia y lo beso ávido de necesidad.

Ryan, continúa su exploración esta vez con sus labios. Se da un banquete en los labios vaginales de Kenia, quien grita de necesidad. Yo me decido por jugar un poco con sus senos, amo lo bien que caben en mi boca y manos. En minutos nuestra mate explota en un orgasmo. Ryan la levanta y me indica que me acueste en la cama. Sonrió, sus primeras palabras son ordenes, al parecer no sabe hacerlo de otra forma.

No me hago de rogar, levanta a Kenia y la empala en mí. El sentimiento es sublime, tenía muchos días sin sentir el placer de estar dentro de ella. Ella comienza una danza placentera, mientras Ryan comienza a jugar con su ano, ella esta desbocada en su placer. Disfruto el ser usado por ellos, Ryan detiene la danza de Kenia. Ella sumisamente se inclina a mis labios y los besa, mientras es penetrada por detrás. Escucho su queja, Ryan se detiene esperando a que su cuerpo acepte la invasión. En pocos segundos, los tres iniciamos movimientos perfectamente coordinados.

Mi cuerpo está a punto de explotar, esta vez mi mate lo noto. Se inclina a mi boca ofreciéndome su cuello. Si demora, le muerdo y bebo de ella. Ella grita mientras se corre, decido no abusar de ella. Con mi lengua cierro su herida. Ryan me indica que está listo para llegar y cerrar nuestro apareamiento. Me confunde, Kenia sigue entre los dos, siendo penetrada por ambos. Ella se apoya en mi pecho, dejándose hacer. Ryan acelera sus movimientos, logro sentir como se engrosa su miembro dentro de mi mate. Gimo de placer, cada vez me acerco más al abismo.

Cuando estoy a instantes de explotar, lo hace Ryan. Me ofrece su cuello, sin demora bebo de él. En ese instante algo mágico pasa, puedo sentirlo dentro de mi mente. Puedo sentir su miedo, angustia; sin embargo también siento su amor. Eso me hace perder el control, comienzo a remontar la ola de placer. Cuando siento como Ryan, rasga mi piel, debajo de mi nuez de adán, bebiendo de mi sangre. Completando el ciclo. Mi cuerpo se entrega al placer y se pierde en la inconciencia. Mientras en mi mente, escucho claramente. ¡Mío!