Emma Agreste

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Sus ojos se clavaron firmemente en las hojas de papel sobre la mesa, arrogo la frente clara señal de inconformidad ante aquel trabajo plasmado, los trazos estaban bien, cada detalle fue cuidadosamente tratado...entonces... ¿Qué estaba mal?...Tenía miedo de tomar el lápiz de la mesa y arruinar el trabajo que le costó semanas, esos eran los esbozos definitivos, ya no podía hacerle ningún cambio.

Un suave beso sobre su cabeza le hizo relajarse un poco, con cuidado deposito la humeante taza de té sobre la mesa, guardo sus bocetos dentro de una carpeta, para después girarse y mirar a la otra persona.

-Son perfectos.

-Perfección es lo que sobra Adrián, siento que algo les falta pero no sé qué.- le respondió.

-Yo digo que lo que te falta es comer.- de la nada el pequeño kwami negro apareció yendo directo a la mesa. El desayuno estaba cérvido y como de costumbre desde hace años un plato llego de queso le esperaba.- tan to trabajo te ha puesto pálida.

-Se le llama trabajo intensivo, Plagg.- respondió Marinette sonriendo, Tikki no tardó en hacerle compañía a Plagg a un lado de él estaba el plato con galletas de la kwami.

-Tenemos tiempo de sobra, podríamos ir a visitar a mi padre , pedirle su opinión, pasar por el colegio e ir a la oficina.- Adrián miraba su reloj casi al mismo tiempo que se dedicaba a comer un poco de fruta.

Marinette rodo los ojos, mientras negaba con la cabeza divertida, por supuesto que tenían tiempo de sobra, pero siempre había algo o alguien que les hacía retrasarse más de lo debido. Salió de la cocina, para ir a directo a las escaleras, siempre... todas las mañanas era la misma rutina.

-¡Emma, Despierta!- grito.

Dentro de una de las habitaciones, una pequeña criaturita amarilla, luchaba por hacer despertar a quien se ocultaba firmemente bajo las cobijas, la pequeña criatura ahora se encontraba jalando uno de sus largos mechones rubios y en respuesta solo recibió un manotazo que le mando al otro extremo de la cama.

-¡Emma!- le llamo.- ¡Emma ya es tarde!

Una perezosa mano, salió de las cobijas para tomar un despertador sobre el mueble aun lado de su cama, lo metió por debajo de las cobijas... la criatura amarilla floto hasta quedar a justa altura de donde se supone debería estar la cabeza de la nombrada, de manera sorpresiva esta se sentó de golpe.

-¡Beeb! ¡¿Por qué no me despertaste antes?! ¡Ya es tarde!

Emma Agreste salto como resorte de su cama, aquel era el primer día de clases de un nuevo año escolar y como es costumbre en ella, llegaba terriblemente tarde, la kwami observaba a su portadora desordenar su habitación.

Adrián miro la techo de la cocina, claramente se podía escuchar todo el desastre que su hija estaba ocasionando, miro su reloj nuevamente... ya se hacía algo tarde, ambos suspiraron con pesadez, curiosamente siempre era lo mismo cada principio de año escolar.

-Supongo que algunas mañanas se heredan.- dijo Tikki, Marinette sonrió, pues era cierto, de cierto modo así fue ella cuando adolecente.

-Por lo menos mis excusas eran justificables, terminaba cansada después de combatir akumas.- dijo Marinette.

Adrián lo medito... hace quince años ambos pensaron que todo había terminado, más los akumas no dejaban de aparecer, pensaba que su padre tenía mucho que ver en eso, más no era así, tras la última batalla, Gabriel había perdido la memoria de lo sucedido, incluso que el llego a ser el temible villano Hawk Moth, por un tiempo lo vigilaron cuidadosamente, más él no era el causante de los ataques y menos cuando sus días se vieron condenados a estar postrado en una silla de ruedas eternamente.

El misterio se perpetuaba hasta esa fecha ¿Quién creaba los akumas?

-Tuvimos buenas excusas en ese entonces, pero Emma es diferente, ella no combate Akumas, se la pasa toda la noche jugando por el ordenador o leyendo novelas de misterios.- le justifico Adrián, Marinette le miro con reproche, siempre consintiendo a su hija.

-Hablando de combatir el mal.- prosiguió Plagg tras devorar su último pedazo de queso.- ¿Qué aran con respecto a "ella"?

Ambos curvaron los labios, "Ella" la nueva super heroína que apareció hace medio año en París, no negaban la ayuda pues no se veía que ella fuera otra víctima de un akuma o algo similar a lo que llamaron "el caso volpina" aun así la pobre era un tanto inútil en la batalla.

-No niego que le falta mucho que aprender, pero ¿Por qué apareció?

-Véanlo de este modo, podremos viajar sin temor a que quien sea que crea a los akumas se apodere de sus miraculous.- dijo Tikki.

-Si y entregarle en bandeja de plata el de esa niña, no lo creo Tikki.- le respondió Marinette un tanto desconfiada, Adrián le tomo de la mano mientras le sonreía.

-Debemos darle una oportunidad y confiar en ella.

Los fuertes pasos, bajando por las escaleras y el gran estruendo se dejó escuchar ambos se encogieron de hombros e hicieron una mueca de dolor, sin duda alguna, ya sabían que había pasado, los kwami rápidamente se escondieron con sus portadores, Emma entro a la cocina con una mano sobre su frente.

-¿Por qué no me despertaron?- pregunto con reproche, mientras se sentaba a la mesa, Marinette le alcanzo su desayuno.

-Lo hicimos, pero esto no pasaría si dejaras de jugar o leer novelas hasta altas horas de la noche.- regaño Marinette, Adrián solo sonrío.

-Lo siento.- exclamo con desgano, ¿Cómo decirle a sus padres que se quedó hasta tarde patrullando las calles junto a Chat Noir y Ladybug?

Cuando salieron de casa, Adrián condujo hasta llegar al colegio Françoise Dupont, mismo en él que Marinette y Adrián estudiaron hace años. Al llegar Marinette observo que frente a las escaleras se encontraban un par de mellizos discutiendo, sin duda alguna ambos se parecían demasiado a Alya.

-¡Emma!- exclamo una chica al ver a su mejor amiga salir del auto, no tardo ni dos segundos en pararse frente a ella.

-Hola Grace, Hola Ethan.- les saludo. El chico llego a su paso y solo le saludo con la mano.

-Tía Marinette, Tío Adrián, buenos días.- saludo Ethan.

-Hola chicos... no podemos quedarnos, lo siento ya es tarde.- dijo Marinette.

-Cuiden a Emma y asegúrense de que no se meta en problemas.- Dijo Adrián poniendo en marcha el auto. Emma observo partir a sus padres.

Unos minutos más pasaron y los tres amigos se encontraban charlando frente a las puertas del colegio, una limusina blanca apareció, al verla el rostro de Emma palideció rápidamente se ocultó tras su mejor amiga Grace mientras susurraba de forma desesperada un "que no me mire"

-Pero miren que tenemos aquí, a la flor más hermosa de todo Paris... Emma Agreste.- la rubia bufo, inhalo profundamente, para salir de su escondite.

-Cédric...-El nombrado paso de largo mandando un beso en el aire cosa que le hizo rodar los ojos y estremecerse.

-Solo tu causas ese efecto en el hijo de la alcaldesa.- dijo Ethan algo divertido pro la reacción del a rubia.

-¿Cuándo entenderá que no me interesa?- pregunto desgana. Cédric Bourgeois hijo de la alcaldesa nunca se había perdido ningún desfile de modas coordinado por su padre y donde ella participaba.

Claramente Emma se decidió a seguir los mismos pasos de su padre aunque este se opusiera a ello, más sabia que su hija lo hacía por mera diversión ya que sus sueños eran algo diferentes a una carrera de modelaje. Al dar tres pasos dentro de su salón de clase, una alarma se dejó escuchar de repente, aquella era para alertar a todos en el colegio de que había peligro, los tres corrieron a una ventana al ver pasar la figura de Ladybug, significaba una cosa un Akuma.

-¡Mamá debe estar loca por esto, sin duda ella presentara la noticia!- exclamo Grace ella al igual que su hermano compartían la misma opinión.

Emma retrocedió lentamente, sin que los mellizos se dieran cuenta o algunos de sus compañeros junto al profesor, corrió hasta llegar a la bodega de limpieza una vez dentro cerró la puerta con seguro, Beeb salió de la pequeña bolsita que ella portaba.

-Y así es que comenzamos un día.- dijo con burla la kwami, Emma le sonrió negando con la cabeza.

-No lo sé, pero debemos ayudar... ¡Beeb transfórmame!

Beeb se fusionó con el prendedor en el cabello de Emma.

En otro lugar Ladybug y Chat Noir se encontraban peleando contra quien se hacía llamar Star Dark, no había pasado mucho desde que dejaron a Emma en el colegio, se percataron de la presencia del akuma quien con ayuda de un guante que sobre salía de toda su indumentaria estaba causando desastrosos en la cuidad, generando agujeros negros.

-De todos los lugares a donde podría haber ido, ¡¿Tenía que parar en este lugar?!- cuestiono Chat enfadado.

-Concéntrate en el trabajo y no dejes que esas cosas te toquen minino.- respondió ladybug ella al igual que Chat estaba preocupada por le lugar a donde fue a parar la batalla, los agujeros negros que Star Dark provocaba no eran ningún juego, todo lo que entraba en ellos salía en un estado irreconocible.

La lucha se estaba generando a algunos metros de distancia del colegio, si los profesores evacuaban, los estudiantes se verían en peligro y ellos no podrían protegerlos a todos a pesar de ser su trabajo, para salvarlos debían liberar a esa persona del akuma.

El villano estaba por lanzar un agujero negro contra de ladybug quien luchaba por no dejarse absorber por otro que estaba cerca de ella, Chat Noir descubrió sus intenciones, más llegar hasta alguno de los dos le tomaría tiempo y no podría salvar a su amada Lady.

-Sera mejor que te cuides la espalda.- Star Dark fallo en su disparo, alguien él había caído literalmente en la cabeza salvando a ladybug.

Más cometió un error, donde ella se disponía aterrizar había otro agujero negro. Chat Noir con ayuda de su bastón logro atraparla, y levarla hasta un edificio libre de agujeros.

-Presta más atención en lo que haces.- le dijo molesto, ella bajo su rostro apenada.- si vas a actuar piensa detenidamente tus movimientos no saltes solo pro saltar.

-Lo sien...

-¡Chat Noir Anthophila!- grito Ladybug, ella se había logrado liberar del agujero negro y con espanto miraba que el fallido disparo de Star Dark se dirigía rumbo al colegio.

Ladybug invoco su Lucky Charm, eso debía ser una broma, necesitaba algo que le ayudara a detener el agujero, no una red para atrapar mariposas. Anthophila examino la situación, ella estaba hay con el propósito de ayudarlos a terminal con él mal...

-¡Succinum!- invoco, en sus manos comenzaron a formarse esferas doradas las cuales comenzaron a encerrar los agujeros negros dentro de ellas, sonrío, había logrado salvar a todos en el colegio.

Chat salto sobre Star Dark para quitarle el guante de un fuerte manotazo, el golpe fue tan fuerte que el guante estuvo a nada de caer dentro de una alcantarilla abierta, más ladybug logro atraparlo con la ayuda de la red, curioso uso le dio al objeto. El akuma fue liberado y purificado, todo regreso a la normalidad, todos gritaban de emoción por los actos de aquel trio, cuando Anthophila se reunió con los grandes héroes de parís, ambos le miraban enfadados.

-Comprendemos que eres nueva en estas cosas, pero podrías tomarte dos segundos y meditar tus actos.- regaño ladybug.

-Que el akuma apareciera no fue mi culpa.- se defendió la rubia.

-No nos referimos a eso, esos agujeros negros, dejaban en pésimas condiciones, casi irreconocibles a lo que entraba en ellas, cuando saltaste sobre le villano dirigiste una de esas cosas al colegio donde hay personas involucradas, el Lucky Charm no podría hacer nada por ellos y terminaría en una desgracia.- siguió Chat Noir, Anthophila bajo su rostro.

-Pues si es así... lamento mucho el accidente y lamento mucho tener que ayudarlos.- dijo con molestia, esa niña se estaba tomando las cosas muy apecho y además lo estaba malinterpretando, quería decirle que no pensara mal, más las alertas de los miraculos lo impidieron.

-Hablaremos de esto durante la guardia de esta noche Anthophila.- fueron las ultimas palabras de Ladybug antes de marcharse junto al gato negro, ella también debía de irse.

-¡Emma!- le llamaron, ella entro por la ventana de los baños para perder su transformación, su mejor amiga la miro salir de los baños.-Emma ¿Dónde estabas? ¡Te perdiste todo!

-Lo siento Grace, pero me dio algo de miedo y preferí esconderme antes de que ocurriera un accidente.- dijo nerviosa señalando los baños tras de ella.

-Eres tan miedosa que es un milagro no mojaras tus pantalones, y es raro pues has modelado frente a cámaras que transmiten a varios países y miles de millones de ojos te ven.

-Grace... mi pánico escénico es otra cosa muy diferente al saber que puede ser el último de mi vida.

Ambas rieron, mientras entre bromas regresaban a su clase.

Gabriel miraba el broche en su mano, el akuma que había emergido de él no fue lo suficientemente fuerte para regresarle su poder, no cabía duda... tendría que recurrir aun ultimo método, pero ¿Quién sería el indicado? Desde que Anthophila apareció sus planes se veían un tanto más arruinados, y sabiendo su inexperiencia ante aquellos hechos podría sacarle un doble beneficio.

Guardo el broche, al escuchar ruido, la puerta de la habitación se abrió.

-Padre... - Gabriel aparto la mirada del cuadro de su difunta esposa, desde que quedo postrado a esa silla de ruedas cada día se la pasaba mirando el retrato.

-Es una verdadera sorpresa que visites a un viejo en silla de ruedas después de casi cuatro años.- le dijo al verlo. Adrián sabía que su padre carecía de memoria tras su "accidente" y posiblemente su relación mejoraría su relación padre e hijo. Más no fue así seguía siendo el mismo, con él y su familia...poco expresivo.

-Es el trabajo que me impidió poder visitarte con frecuencia, padre... Algo parecido a lo que tu hacías conmigo hace años ¿no te es familiar?

-¿A que debemos le honor de su visita señor Agreste?- Adrián rodo los ojos, si, su padre jamás cambiaria.

-Es respecto al médico que le pagaste por que viniera de Alemania a verificar tu tratamiento.- dijo.- eh hablado con él y llegara mañana, parece que ya tenías todo planeado.

-Mis asuntos ahora no son de tu incumbencia Adrián, y si quiero caminar nuevamente ¿En qué te afecta eso? Temes que te quite el control de mi empresa.

-No, no lo temo, puedes tomarla cuando plazcas. Solo creo que era bueno enterarme de tu tratamiento y mejora.- Adrián estuvo a punto de salir de la habitación.

-Adrián.- llamo Gabriel, este se giró a verlo.- Dile a Emma que me gustaría verla, tengo un regalo para ella.

Sin decir nada, salió del a habitación.

Notas finales:

Y bueno que puedo decirles aquí está el primer capítulo de la secuela de dulce pecado y con su ayuda quedo lo que es el título de la historia, si este fic tratara de Emma pero no dejare de lado a ladybug y Chat Noir pues ya tengo la trama bien definida y con muchas sorpresas por las cuales ahora me debo esconder bajo una piedra y así no puedan dar conmigo por las intrigas que dejare en cada capítulo.

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