Miradas

En un principio no creía que estaba hablando enserio, hasta que al día siguiente le había llegado una carta de la Universidad diciendo que ya estaba inscrita a pesar de los meses atrasados y eso se debía a sus antecedentes médicos, certificado de discapacidad, etc.

Así que ahora estaba camino a la Universidad grand line, lugar con una extraña y algo perturbadora reputación. Aunque a decir verdad fue la única que se "atrevió" a recibirla, digamos que para las personas comunes no era agradable tener que lidiar con repentinos ataques de ansiedad oh dar constantemente autorización para salir a terapias.

Cada paso que daba era como el infierno en la tierra para ella, cuando finalmente llegó a la entrada se detuvo y alzó su oscura mirada para contemplar ese enorme edificio, en ese momento se estaba preparando para dar un paso adelante pero también quería mandar todo al demonio y regresar a su lugar seguro, o zona de confort conocida como su casa. Pero sabía que si regresaba estaría en muchos problemas y ya no quería pelear más, solo quería descansar.

<< de verdad que no quiero entrar >> pensaba con angustia. << pero si no lo hago, mi papá volverá a regañarme >> sonríe sarcástica.

Sumergida en sus pensamientos, no había notado que los estudiantes que ingresaban la miraban de maneras extrañas o despectivas, miradas a las que se acostumbró con el pasar de los años. Aunque había una excepción y esa era de un grupo conformado por cuatro hombres y dos mujeres, uno de ellos estaba alejado de ella pero se percató de algo inusual en la joven.

Sus ojos reflejaban tristeza, ansiedad, preocupación y desconfianza absoluta.

— ¡luffy, vamos o se nos hará tarde!.— le llama un chico de cabellos verdosos.

El mencionado retoma su andar dedicándole una última mirada a la joven de cabello corto para ir con sus amigos.

Finalmente de luego debatir consigo, entró dentro la Universidad.

— vamos ako.— se alentó.— solo serán unas horas y nada más.— caminó a una Oficina cercana.— no es tan malo...

Al abrir la puerta fue recibida por un hombre de aspecto intimidante, era de mayor edad cosa que dedujo por su cabello canoso y facciones. Su semblante cambio repentinamente a una gran sonrisa y mirada comprensible, movió su mano invitándola a pasar.

— un placer en conocerte.— comienza la charla de forma tranquila.— toma asiento porfavor.

En silencio obedece y estando sentada se abraza así misma.

— mi nombre es silvers Rayleigh, director de grand line.— se presenta.— cual es tu nombre jovencita?.

— soy nakamura ako, gracias por recibirme.— responde con cautela.— mi mamá creo que le habló sobre mi, estoy en lo correcto?.

Rayleigh asintió con una sonrisa.

— hay algo más que debería decirle a usted o eso es suficiente Rayleigh-san?.

— recuerda tomar siempre tus medicinas y avisar con anticipación las salidas a terapia, aquí tienes tus horarios.— le extiende un papel.— tu primera hora será con akagami shanks.

Ako recibe el horario y asintió, se levantó de la silla dispuesta a marcharse.

— otra cosa.— dice.— suerte y mucha paciencia.

— esta bien.— responde algo dudosa.— gracias por todo Rayleigh-san.— se despide.

Nakamura estando fuera retoma su andar, mira el numero de su salón y camina hasta allí. Hiba a tocar la puerta de la entrada pero alguien más abrió, frente a ella estaba de pie un hombre de cabello rojo y cicatriz en su ojo.

— ah... buenos días.— saluda suavemente, se sentía intimidada por la apariencia del hombre.— el director rayleigh-san me envió, soy nueva.

— ¡oh!.— exclama sorprendido y con un deje de alegría.— así que tu eres nakamura ako.— menciona sonriendo.— soy shanks, un placer.

Sin dejar que responda, la toma del brazo haciendo que entre al salón donde todos guardaron silencio.

— ¡muy bien!.— esboza una gran sonrisa.— ella es nakamura ako, en vista que fue inscrita a mitad de año su deber será ayudarla a ponerse al corriente.— finaliza empujandola de la espalda suavemente.— puedes sentarte junto a chopper.

<< chopper? >> miro a todos lados hasta que un niño alzó su mano, tenía un sombrero un tanto grande de color rojizo suave y una cruz blanca. << que adorable >> suspira aliviada al tener que estar con alguien más joven, asintió y fue a sentarse a su lado.

— hola, soy Chopper.— le saluda en voz baja.

— soy ako.— responde educada.

『••✎••』

Sonó la campana, un sonido de alivio para ella. La primera clase había terminado y todo resultó bien hasta el momento, así que de su mochila negra saco sus audífonos y algo de dinero para el almuerzo dispuesta a salir ignorando a todos.

O esos eran sus planes.

— disculpa.

Ako voltea tras de si misma encontrando a chopper.

— me preguntaba si quisieras ir a comer conmigo y mis amigos, como eres nueva para que no estés sola.— la invita gentilmente.

<< como debería responder, no quiero sonar grosera pero ni siquiera lo conozco. >> se debatía internamente.

— no, muchas gracias.— responde tajantemente sin notarlo, pero chopper sí.

El pequeño asiente algo intimidado y ve marcharse a la joven de cabello corto a un lugar apartado y solitario.

— ¡oe chopper, pudiste conseguirlo!?.— se acerca a el un joven de cabello negro y cicatriz bajo su ojo, este tenía una gran sonrisa y en su cabeza traía un sombrero de paja.

— lo intenté luffy, pero me rechazo de inmediato.— confiesa tristemente el más pequeño.

— luffy, porque insistes tanto en acercarte a ella.— le pregunta una hermosa mujer de largos cabellos naranja.— se ve que no esta interesada en hablar con alguien.

— Nami tiene razón.— le apoya un chico de nariz larga.— además es algo extraña no te parece?.

— ¡¡a mi parecer es muy hermosa!!.— exclama lleno de alegría un chico rubio y cejas extrañas.— ¡¡a puesto que es más hermosa sonriendo!!.— fantasea.

— no se acercara a un pervertido como tu, eso es obvio.— agrega con diversión otro chico de cabello verde.

Ambos se pusieron a discutir allí mismo y lanzar golpes y patadas con agilidad, discusión que terminó por el golpe propinado a ambos gracias a nami.

Mientras los demás estaban divertidos discutiendo o hablando trivialidades, luffy se quedó mirando a la joven nakamura con semblante abatido. Quería acercarse a ella y que fuera su nueva amiga o nakama como suele decir el, pero algo en su interior le decía que sería más difícil de lo que creía.