Capítulo 20 La reunión de las facciones
Una risa infantil estirando sus pequeñas manos hacia su salvador.
"Solo un bocado, eso es lo que eres, no sirves ni para llenar el estómago, todo esté escándalo por esto..."
La voz era inconfundible, Finn la escuchó perfectamente y ese rostro, no había dudas, aquella noche quien los salvó de un cruel final fue precisamente él.
—¿Por qué?—Finn cuya voz débil por la falta de sangre apenas se escuchaba, despertando de ese recuerdo, para toparse con un par de ojos brillantes en medio de la oscuridad—¡Aaah!—se asustó tratando de alejarse pero se mareo, alguien sujetó su hombro.
—¿Estás débil?—el licántropo le observaba en silencio.
—Orter—el sorprendido Finn cuyo salto en el corazón apaciguó al ver su cara—.Eras tú.
—Soy yo, ¿no es obvio? Debes consumir sangre, no lo has hecho desde aquella vez—estiró su mano y le mostró su muñeca, listo para cortarse con su uña.
—No—el vampiro sujeto su mano impidiendo que se cortará—.Tú, tu salvaste a mi hermano y a mi cuando era un bebé—Finn ni siquiera podía como explicarlo y tal vez sonaría demente, pero quería saberlo—¿Cierto?
Orter frunció el ceño y retiró su mano con fuerza.
—¡Ja! ¿De qué estás hablando?—ajustó sus gafas.
—Mi familia murió a manos de unos licántropos, yo era un bebé en ese entonces por eso no lo recuerdo, mi hermano me lo contó, pero hace unos momentos yo... recordé, sonará ridículo y poco creíble, pero te vi, eras tú esa noche.
—Es ridículo.
—No, por favor Orter—Finn bajó la voz un poco, mirándolo atentamente—¿Fuiste tú quien nos salvó?
El Lycan retrocedió unos pasos y le dio la espalda, Finn camino hacia él, solo que la debilidad de no haber bebido sangre en 3 días y haber usado sus poderes estaba cobrando su energía, tropezándose, Orter se giró de inmediato y lo sostuvo entre sus brazos.
—Orter—sus miradas se encontraron.
—Ya no eres un simple bocado, ¿verdad?—le dijo, cuya aura se volvió oscura, aunque Finn está vez no tuvo miedo, lo que era extraño puesto que sabía lo que significaba—.Odio comer cosas pequeñas.
—Lo admites ¿Qué pasó esa noche?
Finn quería respuestas, él solo era un bebé, pero aquella noche marcó sus vidas, la suya y la de Rayne, si tan solo no hubiera pasado ellos no estaría ahí, Rayne no se uniría al buró vampírico, sino tendrían una vida en el campo y no hubiese sido una carga para él.
El Lycan por otro lado, dudaba un poco, tras ayudarlo a sentarse, hablo.
—Fue un invierno frío, mi padre me envió a detener a unos carroñeros, él estaba probándome si podía detenerlos podría estar un paso más cerca de ser su sucesor. Esos perros se habían escapado de los terrenos de los Lycan, los muy idiotas se jactaban que mataban vampiros, estando en tregua, desobedecían las reglas impuestas por mi padre, él era el Alfa debían acatarse, las reglas son las reglas, sin ellas solo somos bestias, se debe imponer un orden, puesto que si volvemos a ser bestias sin razón, seríamos esclavos de nuevo—Orter le seguía dando la espalda, sin mirarlo, eso tenía a Finn consternado.
«¿Por qué? ¿Por qué no me mira? Todo esté tiempo, desde que nos conocimos él me mira fijamente, sentía que incluso si no estaba viéndome, seguía prestándome atención, antes cuando me obligo beber su sangre podía sentirlo, su presencia imponente, observándome como nadie más, pero ahora...»
—Así que me di a la tarea de buscarlos. Los rastreé hasta una pequeña granja de insignificantes vampiros ¡Ja! Presumían tanto solo para comer plebeyos.
Finn escucho eso, tenía razón su familia solo eran plebeyos, aun así, les gustaría poder recordarlos, solo tenía en su memoria unas cuantas palabras y gestos de amor de sus padres.
—Cuando llegué ya se habían tragado a los adultos, solo quedaban los niños, yo no los salve—en ese justo instante fue cuando se giró para verlo—.Yo simplemente hice valer las reglas, impartiendo justicia, si te preocupa que sigan vivos, no lo están, corte sus gargantas esa noche y los colgué boca abajo para exponerlos como advertencia a futuros idiotas—le explicó como si nada, logrando estremecer a Finn, que tras tragar saliva le dijo.
—Aun así, dejaste que mi hermano y yo viviéramos.
—Dejarlos vivir o no matarlos es diferente, solo no los mate, que vivieran o no, no era mi problema—contestó fríamente—.Cuando alguien sobrevive es porque es fuerte, aunque solo aplica a tu hermano—Orter se inclinó hacia él, tomando entre sus dedos el mentón del vampiro—.Tu sigues siendo débil, sólo porque lo deseas.
«¿Qué quiero ser débil? ¿Me está diciendo eso? No lo entiendo...» Finn sintió una agresividad que no había sentido antes de parte de Orter hacia él «¿Acaso solo fue mi imaginación que le importaba?...»
—Sigo viendo a ese bocado insignificante. No sé cómo es que recuerdas eso, pero no te hagas ideas tontas, seguimos siendo enemigos de los vampiros, usaré solo lo que crea es necesario para ganar y cuando esto pase, mis siguiente objetivo serán los vampiros, en especial ahora que mi padre no está y soy el legítimo líder, obtendremos el lugar que merecemos en este mundo—Orter se ajustó las gafas mientras sus ojos brillaron intensamente asustando a Finn hasta los huesos.
—Entiendo—Finn aún con la cabeza gacha «Entiendo que soy débil, que hace mucho tiempo deje que mi hermano se hiciera cargo de mí, fui solo una carga pero...—viniendo a su mente Mash y los demás—.No puedo serlo más, Mash, Lance y Dot confían en mí, no pienso decepcionarlos...»
—Ahora bebe y se hazte fuerte—le dijo Orter, abriendo la herida en su muñeca de dónde salió un hilo de sangre, Finn la veía caer, sintiendo cómo quemaba su garganta, tragó saliva deseando beberla ahí mismo, pero antes de tomarla, volvió a mirar a Orter, el gran licántropo, que solo lo veía como un vampiro más, insignificante y solo siendo útil lo necesario, dejando ese rostro amable que vio cuando era solo un infante.
Finn no era alguien que se enfurecía, sin embargo, ese sentimiento creció en su interior gran frustración, golpeando la mano de Orter—¿Serás infantil ahora?—reclamó el licántropo.
—Soy un vampiro.
—Eso lo sé.
—No, no lo entiendes—Finn se armó de valor y juntando las fuerzas que tenía, tumbó a Orter al suelo, yendo directo por su yugular.
El rostro del Lycan al ser mordido con fuerza se llenó de dolor, podía sentir su sangre ser succionada, el placer que generaba no se podía describir, Finn tampoco creía que lo estaba haciendo, el sometió a Orter, el líder del clan de los licántropos para beber su sangre directamente de su cuello, el punto más vulnerable de todos y sobre todo, el más íntimo.
—Muerdes con fuerza—sonrió Orter sintiéndose excitado, palmeando su espalda, Finn tenía emociones encontradas.
—¿Por qué?—le preguntó, apartando sus labios unos instantes—¿Por qué eres tan cruel y amable conmigo?
De pronto, una tibia sensación llegó a Orter, eran lágrimas, Finn que había recordado algo importante que fue destrozado por el orgullo de ese sujeto. Orter lo escuchó atento, luego lo abrazó y gentilmente acaricio su cabeza.
—Eres tú quien se empeña en ver algo que no es, si ya terminaste de alimentarte, será mejor que...—el licántropo hizo un movimiento ágil colocándose sobre el otro, Orter olfateo su rostro, viniendo a Finn un recuerdo faltante, aquella vez cuando era bebé, también lo olfateo, luego lentamente unió sus labios a los suyos, Finn aún tenía sangre en ellos pero Orter simplemente limpio con su lengua cada rincón de su boca—.Ya estás limpio.
Finn sintió un creciente sensación vacío en su corazón que no comprendía y un sonrojo, todo era solo un juego para el licántropo, aunque debía dejarlo ir, tenía que seguir adelante junto a sus amigos, si Lance y Dot serían entrenados, viendo lo fuerte que era Mash siendo seguido por su hermano, él debía empezar a hacer lo mismo.
—Entiendo, gracias por la sangre—Finn se levantó para irse decepcionado de no poder entender a ese Lycan, pero Orter no lo dejo, tirando de su mano para volver al pequeño lugar de descanso, acogiéndolo en sus brazos—¿Qué haces?
—Voy a dormir un poco, quiero que cuides de mi espalda mientras lo hago.
—¿Qué? ¿Por qué yo?
—No confío en nadie más aquí, solo déjame dormir por una hora o dos.
«¿Confía en mí?...» siendo confundido de nuevo.
Tras unos minutos, se podía escuchar su respiración tranquila, dormía plácidamente. Finn lo observó por un largo rato pensando detenidamente en el significado de eso que sentía.
En la mañana muy temprano, Orter despertó, solo para encontrarse que el vampiro dormía a su lado.
—No eres un buen guardián—movió su cabello un poco, esos tonos particulares de rubio y negro, lo hacían realmente llamativo.
Tras un rato Orter se alejó de la tienda, dejándolo dormir, siendo encontrado por Margarette.
—¿No crees que fuiste muy cruel con ese chico? Digo, pensé que te importaba.
—¿Y eso por qué?—dijo Orter hablando de manera muy fría.
—Bueno, tienes siempre la mirada sobre él, lo alejaste del peligro allá, te vi, pero creo que me equivoqué, el gran y frío lobo negro no tiene sentimientos después de todo.
Margarette sonrió, pasando a su lado, fue cuando se le detuvo.
—El futuro de mi clan está en mis manos, no pienso dejar que caiga a estas alturas.
—Entonces ¿Es solo eso?
—¿Acaso hay algo más?
. . .
Finalmente la mañana llegó, Finn salió para buscar a los chicos y emprender el viaje de regreso a Easton, pero fue cuando un cíclope llegó con un aviso, dos desconocidos había aparecido en la vereda sur, uno tenía el cabello bicolor amarillo y negro, mientras que el otro lucía un cabello parecido a un hongo.
«Debe ser Mash y mi hermano...» pensó Finn.
Finn llegó a su encuentro junto a los demás, regresando a Meridia para volver a ver a Orter, claro que el licántropo noto que algo malo había pasado. Rayne fue quien habló primero, explicando lo que pasó en el castillo de las glicinias, omitiendo la parte de la llave que colgaba aún del cuello de Mash.
—Así que Innocent Zero está listo para atacar con su ejército, esto solo significa que debemos volver lo antes posible.
—¿Volverás con todos ellos?—le reclamó Rayne.
—Fue un pacto que hice, ¿lo olvidas? Además, necesitaremos la fuerza de todos en Terra para vencer a Innocent Zero—dijo el Lycan.
—Aun así, antes de volver con todos, debemos tomar en cuenta si podemos recibir a tantos, el rey debe tomar la decisión.
—Vaya, vaya, significa que no seremos bienvenidos, Orter no era parte del acuerdo—dijo Margarette—.Todos aquí decidimos participar en esta guerra.
—En ese caso, me pides que los deje aquí, no sobrevivirán en este lugar tan pequeño, además, el rey puede que sea el líder de Easton, pero aun sigo siendo dueño de las montañas.
—¿Significa que llevarás a todos ahí?
—Eso estaría bien, ¿no?
Rayne era el mayor después de Orter en ese lugar y ahora que no sabía que había sido de Wahlberg y Meliadoul debía confiar en sus instintos. Fue cuando Mash tocó su brazo, tras mirarlo se dio cuento que sus miedos estaban apoderándose de él tras lo que vio.
—Bien, solo los líderes irán a ver directamente al rey.
—En ese caso debemos partir de inmediato—Orter le dio la señal.
Cuando Rayne dejó la tienda donde fue la reunión junto a Mash, Finn le dio alcance, solicitando hablar en privado, claro que su hermano frunció el ceño ante la insistencia del menor, aun así lo hizo. Mash se fue con Dot y Lance para hablar de lo que pasó mientras tanto.
Alejados junto al pantano, Finn le reveló lo que averiguo en sus recuerdos y lo que Orter le dijo al respecto.
—Estás diciendo que él fue quien nos salvó, ¿eso es?
—Si, dijo que castigó a los culpables, hermano creo que...—más Finn no pudo decir nada, puesto que vio como crujían los huesos de sus puños, estaba enfurecido, su rostro lo decía todo—¿Hermano?
—Ese maldito lo sabía, ¿sabía eso y permitió que escaparan?
—Pero, ellos eran Lycan renegados, Orter no tuvo la culpa, hermano, no creo que...—Finn intentó detenerlo sosteniendo su brazo, pero Rayne tiró un golpe, rasguñando su mejilla, aunque se curó rápido, Finn se sorprendió que lo lastimara, bajando la mirada—.Hermano, para él no éramos nada, culpar no tendrá un propósito.
—Claro que lo tiene para mí, quería matar yo mismo a esos bastardos, me quito eso—dijo furioso Rayne para luego dejarlo solo.
En el campamento, Mash se acercó a los chicos puesto que antes lo vio extraños.
—¿En serio pelearon contra un dragón solos?
—Eso—Dot miro de reojo a Lance puesto que casi mataba él mismo a los demás y no ese dragón.
—Mash—Lance decidió contarle todo con lujo de detalle, incluso ese lazo que parecían tener y el collar maldito que ahora portaba el pelirrojo.
—Vaya, es increíble—Mash tocándolo, aunque sintió una leve electricidad estática de su parte.
—¡idiota! Está maldito, ¿qué parte de eso no lo entendiste?—lo regaño Dot.
—Si, bueno—Mash miró hacia otro lado.
—Deja de hacerte el tonto—suspiro Dot, aunque debía admitir que lo extrañaba, a él y sus tonterías, logrado que se riera, Lance se sorprendió—¡Ja, ja, Ja! Eres tan tonto.
—Lo siento.
El Lycan acarició los cabellos de Mash sonriendo, en realidad se sintió mucho mejor tras unas palabras con él. Lance finalmente logró un pequeño consuelo al verlos juntos y bromear de esa manera. El mismo pensaba que Mash era una ráfaga fresca que curaba con solo el tacto, tal vez porque no era de ese mundo o porque es humano, aun así, veía todo de manera diferente.
—Así que son novios, felicidades—les dijo, tras esas palabras la sonrisa casual se volvió una vena saltada y los dos, el vampiro como el licántropo lo golpearon en la cabeza—¡Ouch!
—No somos novios, ¿entiendes? Para empezar los dos somos hombres.
—Eso es verdad, solo es un vínculo raro que ese idiota creo—señalo Lance.
—¿Me llamaste idiota?—Dot lo sujeto de su corbata, a lo que Lance le veía de manera altanera.
—¿Y eso qué tiene que ver? Que sean hombres, mis padres lo son.
Lance y Dot miraron al humano incrédulos, en serio había olvidado que Mash fue criado por una pareja homoparental.
—¿Qué?—Mash al verlos tan serios.
Así que los dos bajaron la cabeza y fueron a acariciar la de Mash al mismo tiempo.
—Lo sentimos.
—Aunque los humanos sí que son abiertos con eso—comentó Dot.
—No tiene nada que ver con la raza—dijo Lance.
Los tres esperaron hasta que Finn volvió con ellos, notando que el segundo vampiro del grupo tenía, siendo Mash que se acercara a preguntar si había pasado algo malo.
—No, es que...
—¿Eres humano?—Carpaccio apareció, el elfo oscuro que seguía fielmente a Margarette.
—Oye, mide tus palabras—Dot intentó advertirle.
—Así que era cierto el rumor que un humano vino a Terra y peleó contra los dragones. Que burla, los humanos son seres débiles y comida para los demás, ¿no?
—Deja de decir tonterías—Lance muy serio.
—¡Ja, ja! Es la primera vez que veo un humano, en realidad son patéticos, no pude sentir nada de magia en esta cosa—el elfo se posicionó frente a Mash y le lanzó agua que llevaba en un cuenco.
—¡Mash!—los chicos fueron tomados por sorpresa, pero increíblemente Mash bloqueo el ataque de agua con otro cuenco, luego vertió en él un polvo de un sobre que sacó de su bolsillo, dejando a los demás intrigados por su acción. Revolvió el contenido y luego bebió todo.
—Ah, gracias, necesitaba agua para mi batido de proteínas vegetales—le dijo, limpiando su cara con la manga tras eso.
«¿Que es un batido?...» preguntaron todos al mismo tiempo.
El elfo se quedó impactado por la acción del otro, en especial que lo tomara como si nada.
—¿Estás burlándote de mí?—Carpaccio ya con una vena saltada.
—No, pero ¿Quién eres tú?
—Voy a...—el saco una de sus dagas, pero antes de hacerle daño, alguien tomó su mano detrás, aunque Dot y Lance también estaban listos para defender al humano.
—No, cariño, no creo que debas atacar así.
—Margarette—lo llamo Dot en voz alta. Mash lo vio, era alguien nuevo.
—Es un humano—lo señaló Carpaccio, todos a los alrededores lo vieron, de hecho nadie ahí había notado que Mash no era de ese mundo, sino el humano que había peleado en la montaña de los Lycan.
Rápidamente se armó un revuelo, Arianna y Termopolita también se acercaron, ver humano tras más de un milenio era verdaderamente increíble, algunos cíclopes alzaron a Mash entre sus brazos como un niño pequeño.
—¡Oye!—Finn sin saber qué hacer, parecía que todos ahí querían verlo, lo que temía era que quisieran hacer algo más.
—Pequeño humano, eres una rareza, ¿lo sabes?
—¿Yo?—Mash se señaló, viendo como todos los observaban, luego comenzó a temblar poniendo una cara de asombro.
«No puede ser, posiblemente eso se vaya de las manos, ¿debería avisar a mi hermano? No, él fue a hablar con Orter, tengo miedo...» Finn de inmediato se puso entre ellos y Mash, alzando las manos.
—Por favor, Mash es un amigo, él vino aquí a ayudar y ha peleado a nuestro lado.
—¿En serio? Entonces dime, ¿por qué otro que una vez fue humano es nuestro enemigo ahora?—le cuestiono Termopolita, la harpía caminó sensualmente hasta Finn, colocando su dedo en el mentón ajeno, ella era mucho más alta que el vampiro, y sus alas sobresalen mucho.
—Oiga, eso no tiene que ver con Mash, él nos ha salvado varias veces—Dot se interpuso también.
—Si, sin saber nada de este mundo, peleo a nuestro lado, no dejaré que lo juzguen sin conocerlo, solo por su origen.
—Lo dice un vampiro—Arianna que ante su enorme belleza de sus quijadas salieron un par de colmillos, después de todo era una aracne.
—Yo, no dejaré que los míos mueran, me aliaré a quien me sirva—un centauro apareció, era el hijo del fallecido Hyperion.
—Creo que lo mismo—Margarette sonriendo, se acercó a Mash y lo abrazó por el cuello, rodeándolo—.Orter lo dijo, es fuerte, dime—bajó a su oído y le susurro—¿Podrías demostrarnos que eres fuerte?—le dijo, una corriente eléctrica pasó por todo el cuerpo de Mash, dando un salto lejos de ese sujeto, cubriéndose el oído.
—T...tu...tú no te acerques—le reclamó.
—¡Ja, ja! No soy tu enemigo, solo quiero saber si podemos confiar en ti, ¿ustedes qué dicen?
—Margarette Macaron—Lance molesto intentó reclamarle, pero en ese momento Mash lo entendió, en especial tras ver todo lo malo que ha hecho Innocent Zero. Dio un paso adelante y levantó el puño.
—Lo haré, les demostraré.
—Mash—Finn no podía creer que llegaría a ese punto, era mejor apresurarse a llegar a Easton que perder el tiempo en retos de ese tipo.
—¡Ja, ja! Me gusta—Termopolita trono sus dedos y una de sus harpías se acercó, no sólo ella también Arianna envió a uno de sus guerreros aracne.
—En ese caso, déjame hacerlo a mi—Carpaccio fascinado con la pelea.
—Mash no creo conveniente esto—Lance tratando de hacer desistir—.Orter y Rayne regresan y eso se pondrá feo.
—No, tienen razón, soy un extraño y quiero demostrarles que no soy como el—Mash muy serio, pensando que el hombre que odiaba era su padre, no era su responsabilidad, pero si era cierto, se sentía parte de eso.
La noticia corrió como humo y todos fueron a ver, elfos, harpías, cíclopes, aracnes y centauros, un gran círculo central con Mash justo en medio y un guerrero por cada raza presente.
—Debes detener esto—Lance tratando de hablar con Margarette.
—Si quieres que confíen en él, déjalo hacerlo.
En ese momento Lance entendió las intenciones de Margarette al provocar todo eso, ese elfo realmente era alguien muy inteligente y fuerte, pero sobre todo sabía medir a los oponentes, por ello de cierta forma confiaba en Orter y analizaba a todos.
—Si esto será así—Dot dio un paso dentro—.Deben determinarse reglas, ¿no crees calvo?
—¿Calvo? ¿Me acabas de llamar calvo?—Margarette con varias venas saltadas le dio tremendo golpe en la cabeza al licántropo, siendo visto por Lance.
—Te lo mereces.
Aun así, el elfo oscuro dio unos pasos adelante.
—Yo seré el juez en esta pelea, Mash el humano peleará con uno a la vez, así podremos ver sus habilidades, ¿no creen?—les dijo a Termopolita, Arianna, Albaran el ahora líder de los centauros y Cisque el líder de los ciclopes que fue el único que envió a nadie, no era alguien muy inteligente, por lo que no le interesaba, solo quería pelear.
—Haz lo que quieras—Termopolita.
El primero en pelear fue su campeona, una fuerte harpía guerrera, Finn temía por la vida de Mash, aunque ya lo había visto pelear contra Kaldo, ahora mismo era alguien que no conocía. La harpía se alzó en el aire, Dot se quejó al respecto.
—Oye, no es justo, esa cosa vuela
—¿No peleo contra un dragón antes?—Margarette.
Los demás se callaron, la guerrera se fue en picada hacia Mash para golpearlo con sus grandes garras en las patas, pero Mash se mantuvo pasivo y espero, cuando estuvo cerca la esquivo como si nada, todos los presentes pensaron que fue suerte, la misma Termopolita comenzó a reír.
—Ese chico es un tonto.
—Lo siento—Mash se disculpó.
—¿Por qué se disculpa?—extrañada la líder de las harpías—.Como sea, atácalo ya—ordenó.
Fue así como volvió a volar por los aires y cayó en picada, esta vez enfocada en herirlo en la cabeza, pero Mash no se movió hasta el último momento, la sujetó con ambas manos, sosteniendo fuerte sus garras, nadie ahí podía creerlo, Margarette sonrió lleno de sorpresa. Lo siguiente es que Mash la sujeto contra el suelo un par de veces, luego se sentó sobre ella, limpiando el sudor de su frente.
—Listo—les dijo.
Termopolita estaba furiosa, ese humano se había burlado de los suyos, pero antes que quisiera hacer algo, Margarette se interpuso.
—Mash es el ganador—alzó la voz a todos, los gritos de la emocionante pelea se hicieron escuchar—.El siguiente, el campeón de las aracne.
Esta vez era un arácnido, un varón alto y fornido, tenía la piel morena y manchas en su espalda, además de cuatro protuberantes patas saliendo de su espalda además de los brazos y manos comunes. Los aracnes tenían características de arañas, una apariencia parecía a la de un humano, pero con patas de insecto y apetito voraz.
—¡Ahora!—dio inicio a la pelea.
Lance, Dot y Finn solo podían ver, Mash espero a que atacara, el aracne fue tan rápido que lo sujeto con sus telarañas, envolviéndolo por completo, luego lo pateó en el suelo, para alzarlo sobre su cabeza. Los espectadores se maravillaron de ese espectáculo, pero algo no se sentía bien, Arianna tenía un mal presentimiento así que le quiso advertir.
—¡Acabalo!—le gritó.
Solo que Mash se soltó como si nada, usando su fuerza bruta, luego tomó la telaraña y rápidamente la convirtió en una cuerda gruesa trenzándola, armó un lazo y lo lanzó hacia la espalda del aracne.
—Maldito—murmuró su oponente, sin embargo, Mash ató sus patas extras y luego le dio tremendo tirón que lo mandó volar, cayendo a los pies de su princesa.
Esta vez se quedaron callados, el que fuese un humano ahora era cuestionado, dado que no llenaba los estándares para nada.
—El siguiente.
El tercer combate sería con Carpaccio, el elfo se acercó a Mash, no había olvidado la humillación que tuvo antes.
—Esto no me gusta chicos—Finn temiendo lo peor, ese sujeto era peligroso, en especial porque el hecho que al conocerlo lo apuñaló.
Carpaccio lucía muy confiado esta vez, tomó su daga y la transformó en una espada de hoja curva carmesí, hecha con sangre propia.
—¿Cómo hizo eso?—pregunto Dot.
—Digamos que es parte de las artes oscuras de su línea de sangre.
—¿Qué?—el pelirrojo.
Margarette les explicó rápido para que entendieran más a los elfos oscuros.
—A diferencia de los elfos que viven los bosques y alimentan su magia con luz, nosotros nos alimentamos de la oscuridad, por eso nuestra piel es más oscura, así nuestros poderes, cada uno tenemos uno relacionado con una parte de la naturaleza que nos rodea, el mío como lo vieron antes, viene del sonido y puedo hacer maldiciones con hechizos, por eso pude maldecir tu collar. En cada familia existe un poder que se hereda, es lo que llamamos línea de sangre, para Carpaccio es el uso de la sangre, pero no se dejen engañar, tiene ciertas particularidades.
En ese momento atacó a Mash, hiriéndolo en la mejilla, el humano realmente fue tomado por sorpresa, el elfo era muy rápido, este sonrió y lamió la sangre que dejó en su hoja.
—No podrás escapar.
Mash no lo entendió, levantó los puños para estar en guardia, su oponente no parecía solo usar la fuerza para atacar, era alguien de cabeza fría y calculadora, luego noto algo, se estaba mareando, la herida en su mejilla no paraba de sangrar. Sin embargo, Carpaccio atacó de nuevo, esta vez clavando su espada en su pierna, aunque Mash logró propinarle un golpe, alejándolo, ya tenía dos cortes, luego un ataque más termino con una herida en su brazo y pecho, la ropa de Mash se rompió y estaba roja.
«No sé por qué me siento mal...» pensaba Mash, la debilidad se apoderaba de su cuerpo, en si tenía heridas pero no eran diferentes a las que antes pudo tener y seguir peleando como si nada.
—Chicos, algo le pasa a Mash, luce cansado—les dijo Finn.
—Tienes razón—Lance analizándolo, fue cuando noto el rastro de sangre—.Miren eso—señaló. Dot y Finn lo vieron también, justo en el suelo la sangre que emanaba de las heridas de Mash seguía como un pequeño río hacia Carpaccio—.Dijiste que tenía particularidades, ¿te referías a eso?—le dijo a Margarette.
—¡Ja, ja! Si, El verdadero poder de maldición de sangre élfica de Carpaccio es el control, solo una herida infringida por él, logra que no deje de sangrar, filtrándola para darle poder y no sentir el dolor porque todo eso se refleja en su oponente, por eso no duran.
—No puede ser, Mash podría morir—Finn asustado—.Debemos hacer algo.
Esta vez Mash lo atacó, Carpaccio no se defendió y se dejó dar un golpe, pero no sintió nada, fue en realidad Mash, una y otra vez se dejó atacar y seguía siendo lo mismo.
—Ya basta, estás muerto, humano, lo siento por los demás, pero para mí no serás una carga.
Mash estaba cansado, jadeaba porque nunca tuvo un oponente así, fue cuando Carpaccio le dijo.
—Cuando llegue, tu amigo vampirito, ese—señaló a Finn—.Recibió uno de mis ataques, pero el maldito de Orter lo elimino haciendo que bebiera su sangre, si hay algo que nosotros los elfos oscuros somos débiles es ante los maldito Lycan.
Finn escucho eso, ahora algo se había revelado de Orter, cuando le dio de su sangre no fue para ayudarlo solamente, sino para sacarlo de lo que sería una muerte lenta por Carpaccio, apretó los dientes, mostrando un poco sus colmillos.
—¡Mash tú puedes!—lo animo.
El humano estaba ahora con una rodilla en el suelo, Carpaccio guardó su espada, regresando a ser una daga y sonrió, caminando lentamente hacia él.
—Es tarde, le daré el golpe final—estaba por apuñalarlo.
Mash sabía que estaba en peligro, pero no podía morir, no de ese modo y sin saber la verdad, además, vino a su mente Rayne, aunque el pensar en él para esos momentos seguía siendo algo que no entendía bien, cuando el elfo estaba por apuñalarlo, lo abrazo fuerte.
—¡¿Qué haces idiota?!
—Lo descubrí—le dijo Mash, mirando al suelo, la sangre de este se formó una estrella de cinco picos así como otros símbolos, era parte de su poder—.Cuando se cerró el círculo no puedo salir de este, lo vi, significa que solo sirve si estoy dentro, dime ¿Qué pasará si ambos salimos?
—¿Qué?—Carpaccio se sorprendió, en realidad era posible ese su punto débil en el ataque, su magia sólo servía atrapándolo dentro de ese círculo de sangre, pero salir ¿era fácil? Para Mash no había imposibles, sosteniéndolo fuerte corrió fuera, una capa invisible le impedía salir, Carpaccio lo atacó con la daga en la espalda, hiriéndolo, aun así, resiste hasta que en una nueva tacleada logró salir, rompiendo el círculo—¡AAAAAHHH!
El grito agudo de dolor de Carpaccio fue estruendoso, Mash sintió como se recuperaba lentamente, aunque seguía herido.
—¡Ganador, Mash!—anunció Margarette.
Los otros líderes admitieron su presencia tras eso, el líder elfo se ocupó de Carpaccio cuya maldición se volcó hacia él.
—Mash—Finn corrió para ayudarlo, Mash se puso de pie y levantó el pulgar.
—Fue panecillo comido—les dijo.
—¿Panecillo?—Dot que no podía creer lo que vio—.En realidad si usas la cabeza.
—Eso fue literal en ese punto—Lance de brazos cruzados, puesto que rompió la capa con la cabeza.
Los presentes le aplaudieron, les había demostrados que era fuerte para ser un humano y el hecho que no lastimara a nadie aunque todos quería matarlo, simplemente les hizo que lo respetaran.
—Humano Mash, nos vemos en el campo de batalla—Termopolita extendiendo su mano hacia él, Mash la chocó, lo cual dejó a la mujer confundida.
—No me gusta pelear, pero no quiero que nadie más salga herido.
—Un día humano, creo que sería interesante probar esa sangre—le dijo la princesa de los aracne.
Siendo tétrico para él, por otro lado, el líder de los cíclopes, golpeó su pecho.
—¡Mn!—asintiendo.
—Gracias—Mash sin entenderlo bien.
Por último, Albaran solo paso a su lado, regalándole un gesto.
—Debemos ir a curarte—le dijo Finn ayudándolo a moverse.
—Esperen—Margarette, Mash al verlo y recordar ese escalofrío se alejó un metro de este—.Vaya, no te morderé, solo quería decir, espero mucho de ustedes—les guiño el ojo, luego miró de reojo especialmente a Finn, quien tragó saliva.
Más tarde, Rayne llegó corriendo a la choza donde atendieron las heridas de Mash, no eran profundas, pero sí lucía un poco destrozado.
—¡¿Son idiotas?! ¡Debieron llamarme! Mash Burnedead es mi responsabilidad, si algo malo le hubiera pasado, los asesinaría—les dijo a los tres, que sintieron su aura asesina, pero Mash tomó su mano.
—Lo siento, yo quise pelear, no tuvieron que ver.
—Mash, no sabes lo que haría si tu...—Rayne se detuvo en ese momento, en especial porque no estaban solos, Mash se sonrojo un poco, dado que recordó ese beso en la caverna además de las caricias. Comenzaba a sentirse bien tener a alguien como Rayne, antes no lo entendía, sin embargo, el verlo ahí, por un instante en su pelea con Carpaccio pensó en si volvería a ver a Rayne, apretó su mano, Rayne lo sintió, mirándolo fijamente.
Lance y Dot se disculparon y los dejaron en la tienda, Finn por otro lado, vio a su hermano y Mash, la preocupación de este por él, algo se apretó en su pecho, nadie lo noto, pero él también se fue, alejándose lo suficiente.
La marcha estaba por empezar, les tomaría cerca de diez días en llegar a Easton, por lo que esperaban enviar un mensajero, una harpía para anunciar su llegada y que todos estaban bien, esperando que Innocent Zero no atacará en ese tiempo.
—¿Por qué estás aquí? Todos se reunieron para el viaje—Orter logró encontrar a Finn, admirando el pantano, las luciérnagas volaban iluminando el agua fangosa.
—Regresare, solo quería pensar—el vampiro pasó a su lado para volver, pero Orter lo atrapó entre sus grandes brazos, sintiendo esa fuerte opresión en su pecho.
—Tu hermano me reclamó por lo que pasó esa noche, le dije lo mismo que a ti, no era mi deber salvarlos, solo cazar a los renegados.
—Si, lo sé.
—Aun así, te salvé y ahora, solo por una vez, tomaré esa responsabilidad.
—¿Qué?—Finn alzó la vista para mirarlo, el Lycan frío volvió a tener esa pequeña cálida acción con el—.No seré débil, voy a hacerme fuerte, no tendrás que protegerme.
—Eso espero—Orter mordiendo la parte trasera de su nuca, más que morderlo, dejó una marca con su lengua, Finn se sorprendió, luego el mayor se regresó a la aldea. Finn llevó su mano hacia esa marca, no dolía, pero se sentía raro.
Continuará...
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