8.
La habitación estaba iluminada a más no poder, la fría ventisca entraba por los ventanales y envolvía a las dos personas en ella, sin embargó, estas no hacían nada para evitarlo, tan solo permanecían en un silencio profundo.
Narcissa estaba quieta, observando atentamente a Draco, sintiendo que si despegaba la vista por un instante, este desaparecería. El imperceptible sonido de la puerta abriéndose lentamente la distrajo un poco, pero continuó con la mirada fija en su hijo.
—¿Como sigue Draco? —pregunto el castaño apenas entro a la habitación del susodicho.
—Igual que hace una semana, sin reaccionar. —farfulló con voz desesperanzada Narcissa, levantándose de su lugar para dejar que William lo examinará.
El castaño se sentó a un lado de la cama, Draco continuaba con la mirada perdida al frente, su pecho subiendo y bajando lentamente era el único indició de que aún permanecía con vida, ni siquiera se inmuto cundo su brazo fue tomado por el otro.
—Veamos entonces. —saco su varita y la paso un par de veces por el cuerpo de Draco, asintiendo conforme con cada pasada. —El pulso esta estable, su magia no muestra ningún signo de alteración, lo que quiere decir que la rosa no ha crecido, tal como lo teníamos planeado. Las pócimas de Severus sin duda son excelentes para reducir su crecimiento.
—¿Entonces porqué aún no reacciona? —pregunto Narcissa en un hilo de voz.
—Supongo que es normal, nunca antes se había realizado este tipo de operación, sacando la rosa pero asegurando que quede un poco de ella para que crezca y no pierda sus sentimientos, sin duda, es una idea muy loca pero similar a las cirugías que se han realizado antes. Su estado catatónico se debe a que su magia aún lo esta asimilando, pero estoy seguro que tarde o temprano volverá en si.
Narcissa asintió disconforme y acompañó al otro a la salida en silenció —Si usted lo dice entonces así debe de ser.
—No debe preocuparse, fue idea de todos. Deberia confiar mas en nuestras habilidades, pero aún más en la terquedad de su hijo, si él dijo que definitivamente saldría de esto entonces así sera. —exclamo sonriente, alejándose hacia los jardines de la mansión, donde se encontraba paseando Severus.
La pelinegra regreso a la habitación de Draco, apoyándose en la puerta detrás de ella mientras observaba la apariencia etérea y distante de su Dragón. Contuvo sus sollozos y se acerco hasta él para cepillar su cabello rubio.
—¿Sabes? Tu padre ha dicho que estaba planeando cambiar al lado de Dumbledore. Dice que de esa forma tanto tú como yo estaremos seguros, con todo esto que paso abrió los ojos y ya no se deja engañar por él. —susuro quedamente mientras acariciaba la cabeza rubia y mecía consigo el cuerpo de Draco —Pero ahora solo nos falta que tú estés con nosotros, que sonrías y saques de sus cabales a tu padre con tus comentarios sarcásticos como lo hacías antes.
—...si hago eso... padre sin duda me matará.
Narcissa alejó rápidamente a Draco de ella para verlo a los ojos impactada, observando que el brillo de los orbes grises había vuelto, no con la misma intensidad, pero ahí estaba. Regreso a sus brazos a Draco, abrazándolo fuertemente y llorando de alegría. El ojigris sólo se dejo hacer, con la mirada un poco distante pero correspondiendo el abrazo.
°•°
Dentro de Malfoy Manor, en lo más íntimo de los salones residía un increíble invernadero, con las flores y plantas mas exóticas que una familia sangre pura podria poseer. En una esquina un poco alejada de las demás, una rosa roja refulgia con orgullo ante las otras rosas, los pequeños capullos de sus retoños se encontraban a sus lados, asegurando ser en un futuro un hermoso rosal.
Draco se encontraba delante de esta, observando atentamente los pétalos rojo brillante y tocándolos con suma adoración. Sabía más que nadie que estos representaban el amor que era capaz de dar, del cual no era consciente hasta ahora, se sentía de una manera torcida sumamente orgulloso consigo mismo por llegar a amar con tal fuerza y entrega.
Aunque nunca planeo que eso pasara con el niño de aspecto lamentable con el que entablo conversación en la tienda de túnicas.
El no lo quiso, no lo buscó, tan solo sucedió.
Pero no se arrepentía de ello, pese a que tenia grabado a fuego en su mente y corazón que nunca seria correspondido, y aún así nunca culparía a Potter por eso, después de todo él jamas le dio indicios de que querría al menos su amistad, y las miradas cargadas de añoranza y arrepentimiento no contaban.
Su reloj sonó indicándole que ya era hora de la pócima, después de que le hicieran la operación donde buscaban extraer el hanahaki disease pero no en su totalidad, se habían encargado de sacar las raíces restantes en sus pulmones y tráquea con magia, ya que estas no estaban ligadas a nada fue fácil hacerlo sin alterar su propia magia. Luego solo fue cuestión de tomar las pócimas y medicamentos que habían hecho en conjunto su padrino y el medimago para retrasar el crecimiento de la enfermedad.
—Draco, tu madre te ha estado llamando desde hace rato. —hablo Lucius con su caminar elegante entrando al invernadero, sacando de sus pensamientos al rubio menor.
—Lo siento padre, sin saber se me fue toda la mañana aquí. —contesto con una sonrisa que no llego a sus ojos.
Lucius estiro la mano para tocar la rosa que tanto miraba Draco, pero al instante la retiró antes de siquiera rosarla —Es una hermosa rosa. Sin duda es bueno tener presente hasta que punto es capaz de amar un Malfoy. —sonrio con superioridad y palmeo el hombro de Draco avanzando hacia la salida.
—Sin duda lo es. —echando un último vistazo, se apresuró a alcanzar a su padre.
—Tu madre aún esta en contra de que vayas al colegió. Dice que es mejor si continuas tus estudios en casa.
—Lo se, pero ya ha pasado mas de un mes de mi ausencia y apenas es inicio de año. Necesito regresar y ponerme al corriente, no es lo mismo hacer las practicas en casa que en el colegió.
Lucius seguía caminado a paso lento, su postura se tenso un poco antes de preguntar cauteloso—...¿Extrañas a tus amigos?
—Yo...supongo que sí. —Admitio dudoso, el impacto que había tenido cortar la rosa de su corazón había sido grande para sus emociones, aún no era capaz de sentir por completo la misma felicidad o enojo que antes sentía y varias veces todo se tornaba confuso o se encontraba a si mismo carente de sentimientos.
Una consecuencia secundaría de los medicamentos y pócimas que tomaba para adormecer estos mismos, ya que habían llegado a la conclusión de que sus sentimientos ayudaban en gran medida al crecimiento de la enfermedad y cuanto menos sintiera menos crecería esta, su madre solía decirle que peor era nada y con eso en mente tomaba fuerzas para levantarse todas las mañanas.
El rubio mayor no se dio cuenta de las pocas emociones que atravesaron el rostro de Draco, suspiro con jubiló cuando sopesó lo que le dijo este —Eso es bueno. Ya veras que en un corto tiempo volverás a reconocer esos sentimientos como tuyos.
—Eso espero, padre.
Cruzaron el pasillo que daba directo al salón de música, y viendo que aun faltaba un buen trecho Draco decidió preguntar lo que tanto le estaba carcomiendo la consciencia.
—¿Como te fue con Él?
Lucius se tenso al inició pero se recuperó rápidamente. —Es una preocupación menos. Dumbledore aceptó que me uniera a su lado, con la unica condición de que le revelara todo lo que supiera. En cuanto a él... seguirá creyendo que me han metido a Azcaban. —explico lentamente, notando la expresión de contrariedad de Draco. —Por supuesto, yo no estoy completamente de acuerdo con los principios de Dumbledore, pero necesitamos de una salida que no nos perjudique a ninguno de los tres, nuestras cartas deben ser bien jugadas desde ahora, sin embargo.
—Por supuesto, somos una familia. Si uno cae, todos los demás le seguirán. —exclamo con firmeza sonriendo con satisfacción. Lucius sabía que estaba dándole a conocer sutilmente sus malas decisiones como cabeza de familia.
—Me costó entenderlo, pero ahora lo tengo grabado a fuego hijo mío.
Draco sonrió levemente, un destelló de calidez paso por sus ojos grises opacos.
Allí parados frente a la puerta de cristal, lograron ver claramente la silueta de Narcissa tocando el piano con una enorme sonrisa, la dulce tonada que se producía al tocar las teclas armoniosamente les produjo un sentimiento de felicidad, sentimiento que uno conocía a la perfección pero que olvido con su ambición y ganas de poder, y el otro aún dudoso, abrazo con todo su ser tan pronto como sintió eso que creyó perdido.
No pudieron evitarlo, y también sonrieron contagiados por la alegría que se desprendía por el salón.
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Bien, aquí termina el arco del pasado de esta historia, a partir de este cap nos centraremos en el presente.
Ciertamente me emocione con las cosas, al final no salieran ni 3 o 4....si no 6 caps de esto xD sorry not sorry.
Pero bueno, respectó a las otras historias (si es que también me leen en esas) supongo que ya se dieron cuenta que al final no actualizó todas, no hay excusa para mi irresponsabilidad.
Intentaré, sin embargo, actualizar tan pronto como pueda las demás, ahora que estamos en descanso tal vez suba a lo loco...tal vez.
Pd: Recuerden lavarse las manos y seguir los consejos de limpieza...!!
💚💚
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