3.
Acostado en la cama improvisada que acomodaron dentro de la tienda, Harry mantenía la mirada perdida en un punto indefinido del techo, se encontraba recordando los años que paso en Hogwards. Y aún le parecía increíble que Draco haya decidido ayudarles en esa aventura tan alocada.
Sabía que lo hacía más que nada para asegurarles otra opción de vida a sus padres, una donde no tengan que vivir sus vidas en Azcaban cuando Voldemort haya caído. Por que sí, Harry estaba convencido de que lo derrotarían, de alguna u otra forma lo harían. El quería vivir una vida sin temor.
Escucho a lo lejos la voz de Hermione, al parecer estaba hablando con Ron. Draco probablemente se encontraba haciendo guardia, o tan sólo alejado de ellos. Si bien, hablaba con Ron y Hermione de manera cordial, sólo era para planear sus pasos. De ahí en más ya no hablaba.
Harry aún se preguntaba donde había quedado el niño odioso de sus primeros años de Hogwards. Tan solo cuando tenían 15 aun los molestaba sin parar, pero tal como dijo Ron. Antes de los 16 de un día para otro Draco dejo de hacerlo, para instalarse en él una personalidad retraída y fría.
Pero recordaba haberlo visto muy confundido algunos días, incluso hubo veces en que los saludaba amablemente.
1 año y unos meses atrás.
– Harry, vamos hermano ya levantate. Llegaremos tarde para cenar. – exclamo Ron a su lado retirando la manta con la que Harry se empeñaba en cubrirse.
Hace tan solo unas horas habían llegado de con Hagrid, pues este les había mandado una carta donde decía que había adquirido un nuevo animal fantástico. Y como en la mayoría de las veces se les escapó y ellos tuvieron que entrar al bosque a encontrarlo ya que fueron los culpables.
Harry fue el que tuvo que correr más para alcanzarlo, tanto que termino completamente agotado e incluso su apetito se había casi esfumado.
– No quiero ir, estoy muy cansado. Solo dejame dormir y más tarde si tengo hambre iré yo mismo a la cocina. – hablo con voz amortiguada por tener la cara hundida en la almohada.
Ron empujó repentinamente a Harry, sonriendo triunfante cuando lo miro en el piso con cara enfurruñada. – Ya sabes que Hermione se enojara conmigo si no te llevo. Te saltaste la comida para hacer de acosador.
Harry se sonrrojo furiosamente al encontrarse descubierto. – N-No soy acosador...solo tenia curiosidad...– murmuro por lo bajo, aún con su cara rojo brillante.
– Si claro, desde hace una semana. Pero bueno, son tus cosas. Andando que ya estamos 10 minutos retrasados.
Y así ambos chicos salieron casi corriendo al comedor, donde les recibió una Hermione muy enojada por que habían llegado tarde y más aún cuando le contaron lo que sucedió con Hagrid.
– Es que no puedo creer cuan inmaduros pueden llegar a ser. Si saben que los escarbatos buscan cosas brillantes y de valor ¿como se les ocurre soltarlo frente al árbol que atrae joyería? – ironizó indignada Hermione
– Solo queríamos ver si realmente podía extraer las joyas como había dicho Seamus. – respondió cabizbajo el pelirrojo – Pero si lo logro. Y ahora tenemos mucho dinero para gastar en bromas – su emoción era evidente en su rostro, pero fue sustituida por una mueca de dolor al recibir el golpe de Hermione detrás de su cabeza.
– No gastaran nada, ese dinero y joyas deben ser entregadas a sus dueños.
– Pero mione, ni si quiera sabemos si sus dueños aun siguen aquí.
Ron continuo rogándole a Hermione sobre comprar dulces y artículos de bromas, mientras esta tan sólo se mantenía con los brazos cruzados fulminándolo con la mirada.
Harry desde que llegaron, no despegaba la vista de la mesa de las serpientes, mirando a cierto peliblanco.
– ¿Que pasa Harry? – pregunto Hermione inclinándose hacia él y dirigiendo la mirada al mismo lugar – ¿Malfoy? ¿Que pasa con él?
– No, no es nada...solo, me parecía que estaba cada vez mas pálido ¿No creen?
Ron inclino la cabeza confundido, mirando de igual manera hacia Draco – No, siempre ha sido pálido. Pareciera un muerto viviente. – sugirió arrugando la nariz y sonriendo socarronamente.
Una mueca de horror se instalo en el rostro de Harry, cuando estaba apunto de hablar Draco levanto la mirada hacia ellos con el ceño fruncido. Tal vez fue por la vergüenza y la sorpresa de hallarse nuevamente descubierto al observarlo, no lo sabia, pero Harry sonrió hacia Draco, provocando que este se sonrrojara furiosamente. Pero inmediatamente después cerro los ojos con una mueca de dolor genuino mientras llevaba una mano a su pecho.
Harry fue testigo de como Pansy y Blaise se acercaban a él con aire de preocupados. Quitando de alguna forma en él la percepción de los fríos Slytherin. Ambos se llevaron a Draco fuera del comedor perdiéndose en los pasillos desiertos.
Solo entonces Harry desvío la vista hacía su comida delante de él, un poco intrigado por lo que acababa de ver. – Bueno, y que planean hacer con el escarbato – la voz de Hermione se escucho en el incomodo silencio que se instalo, iniciando una platica que distrajo lo suficiente a Ron para que ya no hiciera preguntas a Harry por su actuar. Hermione tan solo le dirigió una mirada comprensiva a Harry.
Sin embargo, este pensaba en la platica que tuvo con Malfoy la otra noche, no sabia realmente por que sentía tanta ansiedad sobre el actuar de Malfoy, pero cuando menos lo pensó salió con su capa y haciendo uso del mapa del merodeador fue en busca de este y término reclamando de su distancia, cuando debería estar feliz por ello. Un tenue color carmín pinto sus mejillas al recordar que tan pronto como eso salio de su boca, salio corriendo del baño de prefectos.
Con Draco.
Un dolor agudo insistía en instalarse en su pecho, cosa que se había extendido una semana hasta ahora, y hacia acto de presencia cada que miraba o estaba frente a Potter. Ya que por supuesto que no tardo mucho en darse cuenta que él era el motivo de su pesar, pero no sabia el porque. Los primeros días solo lo tomo como algo pasajero, un dolor de rencor tal vez. Pero últimamente esos pinchazos de incomodidad se daban más a menudo y duraban más, convirtiéndose en un dolor intenso que se extendía por todo su pecho, donde residía su corazón.
Algo que ciertamente le venia preocupando en demasía esos últimos 4 días, donde se encargo de evitar por completo a Potter. Pero ahora incluso pensar en él dolía.
Draco miraba el techo de su cama, el dosel con telas de seda caía con gracia a esta. Pansy y Blaise habían ido por su padrino Severus. Por que claro que les dijo de su malestar, ya que le fue imposible ocultarlo cuando Pansy lo encontró recargándose forzosamente en la pared del baño de prefectos, donde minutos antes había tenido una charla un tanto extraña con Potter, pues este le exigía que dejara de evadirlo.
– ¿Dolor intenso en el pecho? ¿Por que no lo dijiste antes, Draco? – apenas entro Severus comenzó a interrogar a su ahijado, estaba un tanto preocupado puesto que los amigos de este habían llegado a su estudio diciendo que Draco se encontraba muy mal.
– No lo creí necesario. Pero ahora resultó ser un problema. – contestó Draco incorporándose en la cama, el dolor en el pecho había menguado. – Además, solo es por ratos.
– Pero se ha estado intensificando en dolor. – Agrego Pansy con el ceño fruncido hacia Draco.
– Sí, y además comentó que sólo le pasaba cuando estaba frente a Potter. No me sorprendería que ese y sus amiguitos le hallan lanzado un hechizo repelente o algo así a Draco – comento Blaise, enojado por solo pensar en que estos tendrían que ver con el malestar de su amigo.
– Buena acusación Zabini. Pero no podemos hacer nada sin pruebas – exclamó Seveurs mientras examinaba a Draco con unos pases de su varita. – No tiene fiebre o otra irregularidad en el cuerpo.
Severus mantenía su vista fija en Draco, justamente en su pecho. Trataba de encontrar algún hechizo que hiciera referencia a lo que dijo Zabini, pero no daba con ninguno. Y sabía, por las descargas de adrenalina que estaban altas en su ahijado, que el dolor era genuino.
– Por ahora recuestate, Parkinson ven a mi estudio para darte unas pociones que debe tomar Draco. Calmara el dolor. Si el dolor continua, llamare a tus padres para llevarte a San Mungo – dijo lo ultimo dirigiendo una mirada que no permitía replica ante la negación de Draco – Notifiquenme de todo Parkinson, Zabini.
Ante el asentimiento de ambos, Severus salió del cuarto que compartían Draco y Blaise. Dejando al primero rezongando para sus adentros y mirando mal a sus amigos.
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Bien, que tal están todas esas personitas que me leen.
Tenía planeado publicar un capítulo cada 3 días, pero el tiempo no alcanza. Así que estaré publicando un capitulo cada sábado o domingo.
Desde aquí sera un nuevo "arco", estaremos viendo el pasado de estos dos para que las cosas queden claras, no serán más de 3 capítulos sin embargo.
Que tengan un lindo fin de semana..!!
💚💚
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