Lo último que pensé al volver a ingresar a la casa en donde había vivido por diecisiete años, fue que sería la última vez que lo haría, y más por el motivo que no dejaba de hacer a mi corazón doler y a mi cuerpo por primera vez ceder ante las heridas hechas en el proceso de mi separación amorosa.

Aunque realmente no es algo que me extrañe, puesto que la familia en la que había crecido siempre se había caracterizado por ser mezquina y sin principios, siempre que pudieran obtener lo que los más grandes patriarcas dentro siempre deseaban.

Admirando a mi madre sonreír y correr a mi lado, un fuerte punzón en mi pecho me hace detener mi caminar, para enseguida hacerme dar un par de pasos atrás, y no dejarla apresarme entre sus largos y delgados brazos.

—Hola —saludo, dándole una sonrisa sincera, pero triste—. ¿Cómo estás?

—Un poco mejor ahora que estás aquí conmigo cariño —Dándome mil y una razones para querer irme ya de aquí—. Dime que has decidido volver a la casa con nosotros ahora que tú y Seokjin ya han terminado por fin.

Fijando mi vista en la mujer responsable de haberme adoptado hace diecisiete años, guardo la calma y niego con lentitud.

—No voy a volver, Gaehyung —confieso, dejándole perfectamente en claro a la mujer que siempre dijo quererme, que sus acciones de esta vez habían ido demasiado lejos al haber alejado a Jin así de mi—. De hecho esta será la última vez que me vas a ver. No volveré más.

—Pero... yo no entiendo nada...

—¿No lo entiendes en verdad, o no lo quieres entender? —Sintiendo cada fibra de mi cuerpo vibrar de coraje, sonrió—. Hablé con Seokjun, el hermano mayor de Jin, y me contó cada cosa que le pasó a su reputación, aquella que no únicamente mi hermana se encargó de destruir sino en la que tú también tuviste mucho que ver, Gaehyung.

—Yo solo lo hice porque él no es la persona adecuada para tí, amor mío.

—Si por ti fuera, nunca, nadie sería la persona adecuada para mí —suspirando cansado, acomodo mi cabello y sonrió nuevamente, aunque esta vez con más nostalgia que antes—. No entiendo que te pudo haber pasado para que seas así y tampoco planeo juzgarte, pero espero que todo eso que te hace ser así pueda sanar dentro muy de ti y te haga cambiar, porque de otro modo seguirás siendo infeliz, y no solo tú, sino tus hijos de sangre también.

—Cambiaré —promete, y si no fuera porque he oído eso antes, juraría que es verdad.

—Eso espero, aunque lastimosamente ya no estaré aquí para verlo —Viendo su figura acercarse más a mi persona, para casi enseguida detener su caminar frente a mí, un folder de un tono grisáceo como mis ojos, le extiendo—. Es una demanda por difamación a la persona de Kim Seokjun. Seré su abogado en el proceso legal que ustedes mismos comenzaron.

—Es una broma, ¿verdad cariño?

—No es ninguna broma, Gaehyung. Les recomiendo prepararse para lo que viene o retirar la acusación. Recuerden que sé todos y cada uno de los secretos con los que se gastan sus procesos legales... Después de todo, ustedes me han enseñado todos y cada uno de sus trucos porque soy un Kim, ¿no es cierto? —respirando hondo y con calma, puedo sentir a mi persona liberarse de todo aquello que la atormentaba —. Hasta luego, saludame a todos.

Apresurando mi paso fuera de la casa, y mi caminar velozmente a mi auto, una sonrisa de autosuficiencia me hace sentir un tanto mejor conmigo mismo y lo que estoy haciendo por alguien a quien estimo y que injustamente había sido acusado por ser alguien confiado con quien decía quererlo.