Capítulo 20

Estúpida.

Creo que no era suficiente para definir como me sentía en aquellos momentos e imaginaba al destino y la vida riéndose de mí, con sodas en mano y palomitas de maíz, disfrutando de tremendo espectáculo que yo les estaba dando.

No me sentía molesta con Liam, me sentía molesta conmigo misma, porque me pasaban las cosas y yo seguía y seguía cayendo en lo mismo. Tiré el móvil sobre el sofá grande y simplemente me reí como una loca ¿Qué más podía hacer? ¿Llorar? ¡Nah! No era la solución, ni tampoco merecía la pena.

Liam estaba con Sophia, bien por él, aprovechaba su tiempo y no iba a juzgarlo, no cuando la que lo alejó, fui yo; por insegura, por miedosa, por cobarde, por lo que sea, el punto era que lo alejé y ya. Él era hombre, ella hermosa y era obvio que aprovecharía su oportunidad, lo felicitaba y hasta le aplaudía.

Me serví un vaso de ron y lo bebí dejando que quemara mi garganta y la verdad el alcohol, quemaba menos que la amargura, pero con algo debía bajarmela, no quería pensar en lo sucedido con Theo, tampoco en lo que estaba haciendo Liam, no quería pensar en lo jodida que estaba.

Definitivamente mi vida amorosa era una mierda y tenía que aprenderlo de una vez por todas; las experiencias vividas en el pasado, eran suficientes como para decidir quedarme sola, ser feliz con mi hija y olvidar que algún día, yo tendría un amor solo para mí, porque ni siquiera el que creí mi amor verdadero, era para mi. Si bien Theo me amaba, nuestro amor se dañó demasiado y ambos lo permitimos, lo nuestro era ya algo desfasado y aunque era tonta para las relaciones, era lo suficiente inteligente para saber que hay situaciones que aunque lo desees, ya no pueden ser, sobre todo, no pueden ser cuando una esposa enferma está de por medio y otro hombre ha logrado despertar serios sentimientos. Al final, tal vez ni Theo ni yo éramos culpables, simplemente el destino lo quiso de esa manera e iba aceptarlo, incluso Theo lo había aceptado ya y eso, era señal que ambos, estábamos tomando la decisión correcta.

Por lástima o lo que sea, la vida lo unió de nuevo a Rebecca y procrearon dos hijos, por un juego o lo que fuera, a mi me puso en el camino de Liam y me abofeteó fuerte al darme cuenta que tal vez la vida de él, estaba unida a Sophia. Por esa misma razón creía que yo era una broma del mundo y tal vez mi destino estaba en ser solo una buena aventura de alguien, simplemente eso.

Yo era el claro ejemplo de suerte en los negocios, pero muy mala suerte en el amor.

Di un respingo cuando el timbre sonó, era muy noche e imaginé que era Theo, lo que me pareció extraño ya que no había olvidado nada, pero aun así abrí, sin percatarme si era él o no.

— ¿Pasen buena noche? — Liam estaba parado frente a mi, aun con ropa de trabajo, el saco en su mano, su camisa fuera del pantalón y con arrugas en ella, las mangas arremangadas hasta sus codos y verlo así, sobre todo allí, frente a mi, hizo que mi corazón reaccionara de una manera extraña y mi estómago se calentara mas que con el alcohol. Su pregunta había sido irónica, había mucha diversión en su rostro, lo demostraba con su ceja alzada y su media sonrisa.

— ¿Qué haces aquí? — pregunté, intentando parecer desinteresada.

— Vine a aclararte algunas cosas, Bennett ¿puedo pasar? — me hice a un lado y lo dejé entrar.

Puso su saco sobre el respaldar de una silla y luego crujió su cuello para desestresarse, parecía muy cansado y tenso. Le ofrecí algo de tomar y aceptó un vaso de wisky, cuando le di la bebida, nuestros dedos se rozaron, logró ponerme nerviosa y lo notó de inmediato, su fallido intento de no sonreír lo delató y me molestó mucho que después de estar con Sophia, llegara a mi apartamento, a hacerse el galán.

— ¿Qué quieres aclarar? — pregunté un poco molesta.

— Mucho pero primero, dime por qué me colgaste.

— Era muy obvio, Foster — refunfuñé, comportándome como una quinceañera, me miró divertido — no quería interrumpirte.

— ¿Interrumpir qué? — cuestionó poniendo el vaso con bebida en la encimera del mini bar, después de darle un gran sorbo — ¿Un largo y pesado día de trabajo con Sophia? ¿O el momento en el que estaba cambiando un neumático de mi auto?

— ¡Ah! Y Sophia te ayudaba a eso, imagino — espeté con ironía.

— Solo a sostener la linterna — dijo casual.

— Imagino que linterna — pensé pero al ver su sorpresa y luego su tonta sonrisa, me di cuenta que pensé en voz alta.

— A ver Bennett, dejemos claro algo — habló tranquilo y llegó a mi en cuestión de segundos, se sentó sobre el apoya brazo del sofá y con agilidad tomó mi cintura y me metió entre sus piernas, ese acto suyo le hizo cosas locas a mi corazón y no podía evitarlo — Sophia es solo una buena amiga y compañera de trabajo, no me gusta mezclar lo personal con lo laboral — lo miré incrédula ante lo que había dicho, su sonrisa divertida no se borraba de su maldita y hermosa boca.

— Es estúpido que digas eso, después de acostarte con tu jefa — le recordé.

— Ves, hasta en eso eres única para mi — susurró bajando un poco sus manos hasta mis caderas, su contacto cosquilleó en mi piel.

— No juegues Liam, no estoy para eso.

— No juego Anabelle, estoy diciéndote la verdad, tu eres la única con la que no pude separar lo laboral de lo personal y no estaba con Sophia en plan de salida, como sé que te lo imaginas — comenzó a explicar, algo que no había pedido que hiciese — simplemente salimos tarde de la oficina, la corrección del nuevo libro nos comió el día, le ofrecí un aventón porque su auto está en mantenimiento y tuvimos la mala suerte que a mi auto se le pinchara un neumático, la cambié y sí, ella sostuvo la linterna — dijo recalcando aquello y lo miré de manera crítica, odiaba que se burlara de mí, pero él era como un niño en eso y no le importaba, seguía burlándose —. Tu llamaste cuando estaba haciendo aquello, por eso la escuchaste a ella, simplemente quería llegar pronto a su casa, la fui a dejar y luego me vine hacia acá, para aclararte lo de buena noche — finalizó y como idiota creí cada una de sus palabras, no sé si porque lo dijo con mucha sinceridad o porque sabía mentir, la verdad era que todo lo que decía, sonaba muy creíble y mi tonto corazón se alegró de que yo haya estado tan equivocada.

— No era necesario que vinieras hasta acá, a explicarme algo que no me incumbe — dije y sé que era estúpida por actuar así, pero no podía evitarlo, mi subconsciente luchaba por mantenerme cuerda y no caer de nuevo.

— Así es, no era necesario, pero quise hacerlo, era la excusa perfecta para verte, después de semanas — bajó su mirada hacia mis pechos y luego volvió a subirla hasta mis labios y llegó a mis ojos — ¿Está todo en orden? — preguntó, pero su tono de voz había cambiado, tanteando mi reacción, bajó sus manos hasta mis pompas y como si mi cuerpo lo reconociera, reaccionó de inmediato a él, pero no podía pasar nada entre ambos.

— Si, todo en orden.

— ¿Has aclarado tus ideas? ¿Tomado alguna decisión? — siguió y me acercó mas a él, mi cuerpo temblaba con su simple mirada, su respiración chocaba en mi cuello debido a la posición y me estaba derritiendo y más cuando sus grandes manos, apretaron mi trasero.

— Si y no lo sé — respondí ambas preguntas, poco a poco su rostro llegaba mas cerca del mío.

— Hablemos de eso luego ¿si? — pidió con voz sensual — te deseo tanto, Bennett — susurró y sus palabras dieron justo en mi entrepierna.

— Estoy con la regla — mentí, no quería tener nada con él aun, pero su manera de seducirme, me estaba venciendo.

— Soy un buen marinero — dijo con orgullo y una sonrisa, con labio inferior mordido, incluido.

— ¡Dios, Liam! Eso es asqueroso — me quejé y rió mas, su sonrisa me contagió y arrancó una leve de mi boca.

— Ya te demostraré yo, que no es asqueroso — aseguró y sin hablar mas, besó mi cuello, un beso casto y seco que solo me provocó más.

Puse mis manos en sus hombros para tener un apoyo, cerré mis ojos disfrutando de sus besos, subió poco a poco hasta llegar a mi oreja y lamer el lóbulo de ella, mordí mi labio para evitar jadear. Yo también lo deseaba, pasé días sin él y la abstinencia me estaba matando; amé cuando llegó a mi mejilla, él me estaba torturando y se torturaba a él mismo, alargaba el momento de unir nuestro labios y eso era agonizante.

— Te he extrañado y mucho — confesé sin pensarlo y lo sentí sonreír.

— Y yo a ti, cariño, mas de lo que imaginas — dijo y al fin llegó a mi boca.

Besó de forma rápida mis labios, tres veces y luego mordió mi labio inferior con fuerza, gemí ante el dolor provocado pero me encantó como lo lamió para calmar aquel dolor, tomé su rostro con mis manos y decidí ser yo la que profundizara el beso, apoderándome de sus labios, mordiendo y lamiendo de la misma manera que él lo había hecho antes, mi lengua encontró cabida en su boca y pronto la suya le daba la bienvenida a la mía.

Abrazó mi cintura con uno de sus brazos y su mano libre llegó a mi cuello, ambos nos estábamos volviendo locos de deseo, nos comíamos con aquel beso y nos quedábamos sin respiración, pero no parábamos, nos besábamos con impetú, deseo, hambre, con pasión, pero también había amor, lo sentía de su parte y no sabía si él lo sentía de mi parte, pero no importaba, solo importaba las ganas que nos teníamos y que al fin volvíamos a estar juntos. Aunque yo no le haya pedido alguna explicación, él me la dio sin problema y debía admitir que me sentía feliz y aliviada al saber que no había estado con Sophia, pero mas feliz me hacía, sentir que Liam era mío, así como yo era suya.

¿Será que la vida se había apiadado de mí? No lo sabía y no me importaba ya.

— No quiero estar mas tiempo sin ti — susurré entre besos.

— Te estabas tardando en decirlo — respondió y bajó el cierre trasero de mi vestido — sé que eso de la regla era una excusa — aclaró y sonreí avergonzada.

— Deberíamos hablar antes — sugerí pero él ya había sacado el vestido de mi cuerpo, dejándome solo en ropa interior.

— Solo respóndeme algo — pidió, sus labios estaban rojos y manchados de mi labial, yo quizás lucía peor — ¿Estuviste con Theo en este tiempo? Y me refiero a si tuviste sexo con él — tragué fuerte, no me esperaba esa pregunta pero era lógico que tuviese aquella duda.

— No podía estar con él, cuando solo te deseaba a ti — dije sincera y sonrió con orgullo. Aumenté su ego sin proponérmelo y lo hice en cuestión de segundos.

— Es todo lo que necesito saber — aseguró.

Se puso de pie y tomó mi cintura, me cargó sin dificultad hasta hacer que mis piernas envolvieran su cintura, mis brazos rodearon su cuello y seguimos besándonos sin parar, hasta llegar a la encimera. Liam me sentó allí y con sus manos acariciaba mis piernas, subiendo a mi cintura, llegando a mis pechos y liberándolos del sostén, mi piel se sentía ardiente, todo a causa de lo que él hacía, los besos que daba en mi cuello me enloquecían y más, cuando su boca llegó a uno de mis pechos y los succionó con tantas ganas, que un grito escapó de mi boca.

— ¡Sshss! Despertarás a Dorothea y Lea — susurró tapando mi boca con su mano. Entre cerré mis ojos indignada, sabiendo y haciéndole saber que él había provocado eso.

Con una maldita y sexi sonrisa, llegó de nuevo a mi pecho y sacó su lengua para lamer mi pezón, sin dejar de verme a los ojos, sin dejar de seducirme.

— ¡Ummm! — dijo y cerró los ojos, disfrutando de lo que me hacía, pero yo lo disfrutaba mas.

Con picardía subí mi pie hasta su entrepierna y sentí lo duro que estaba, lo acaricié de esa manera y su agarré en mi trasero se hizo mas fuerte, hice mis manos hasta la parte de atrás de la encimera y me agarré del borde de ella, me recliné un poco para dejarle mas espacio, cuando comenzó a bajar su rostro, buscando el sur de mi cuerpo y muriéndome de ganas porque llegara pronto.

Mi pecho y mi estómago se movían rápido debido a la adrelina, al deseo que tenía en aquellos momentos, Liam me torturaba con sus besos lentos, mi braga era de tela satinada, color rojo y sobre ella, se notaba la humedad de mi sexo, él me miró allí con deseo y sin escrúpulos, pasó su lengua sobre mi sexo cubierto e hizo que la tela se mojara más.

Mi vagina ardía y dolía por la necesidad, ya había soportado mucho, en un momento de desesperación, quise cerrar mis piernas para encontrar alivio y Liam lo notó.

— ¿Duele ahí? — preguntó con descaro.

— Demasiado — respondí entre molesta y suplicante.

— Déjame ayudarte — pidió, haciendo la braga hacia un lado.

Me besó primero como si se tratase de mi boca y me volvió desquiciada la manera en la que me estaba besando, copiaba los mismos movimientos que hacía cuando me daba uno de sus besos apasionados y hambriento en la boca y juro que sentí que iba a hacer pedazos la encimera de la presión que hacía con mis manos. Abrió mis piernas cos sus manos y se hizo mas espacio para enterrar su rostro, lamía, chupaba y mordía con tanta experiencia que mis caderas comenzaron a responder a sus caricias, moviéndose con la necesidad de más. Se bajó un poco más y con sus dedos acariciaba mi clítoris, mientras que con su lengua, follaba mi entrada.

Mordí con fuerzas mi labio inferior para evitar gritar y despertar a Dorothea y a mi hija, pero me era imposible no gemir; había deseado tanto a Liam, que volverlo a tener, me enloquecía, él me daba placer y me hacía querer más y más, estaba a punto de correrme y por dentro rogaba que no se fuese a detener y así fue, comencé a correrme en su boca y él lamió y chupó como era necesario para aumentar mi placer, mi éxtasis, mientras explotaba como tanto lo había deseado. Y siguió así mientras mis espasmos seguían y hasta que yo lo aparté de mi sexo.

— Ésta es mi definición de pasar una buena noche — dijo y luego me besó. Yo aun estaba jadeante, pero correspondí a ese beso, con deseo y sintiendo mi sabor, mezclado con el de él.

— También la mía — acepté mientras desabotonaba su camisa y la sacaba de su cuerpo, deleitándome con su torso dorado y muy bien trabajado, adoraba ver como su pantalón caía bajo en sus caderas y me permitía admirar su cinturón de adonis, esa V tan bien marcada que solo me provocaba lamerla hasta donde terminaba y seguir mas allá.

— Ahora déjame hacerte el amor — pidió y casi detengo mis movimientos, cuando estaba desabrochándo su pantalón —. No soy idiota Bennett — susurró acariciando mi rostro — si no estás, ni estuviste con Theo, después de lo que te propuso, es porque tomaste tu decisión y eres tan orgullosa que no me lo vas a decir.

— Liam yo... — pensé en alegar, pero me calló con un beso.

— Lo sé mi amor — susurró y acunó mi rostro, mi corazón se estrujó con su manera de hablarme. Me besó, en ese momento de manera profunda, me tomó en sus brazos y nos llevó hasta el gran sofá — lo sé y estoy tan feliz — siguió diciendo mientras me tumbaba y terminó de sacar su ropa — que no es necesario que lo digas, sé que lo has aceptado en tu interior, Anabelle — aseguró y se colocó en mi entrada —. Eso es lo único que importa — comenzó a introducirse en mi, sin la protección de un condón, dejándome sentirlo piel a piel, mi interior picó por su intromisión, pero pronto, nuestros jugos se mezclaron e hicieron el trabajo mas fácil — Te amo y sé que me amas, aunque no vas a decirlo — dedujo y simplemente sonreí, lo hice con amor y acaricié su rostro.

Sonreí mientras disfrutaba de sus penetraciones, lentas pero fuertes, mientras disfrutaba de sus besos llenos de amor y se los devolvía de la misma manera. En algo tenía razón, no iba a decirle esas palabras, pero ya no podía seguir ocultando el sentimiento, por mas que lo intentara, no podía hacerlo, porque por primera vez estaba con un hombre libre, un hombre que sentía mío, sin esposa viva o muerta, un hombre que sabía lo que quería y me lo demostraba con cada acción. Liam Foster estaba para mí, desde el primer día que apareció en mi oficina, desde el primer momento en que nuestras manos se juntaron e hicieron un cortocircuito, tal vez la vida estaba jugando de nuevo conmigo, no lo sabía, pero si sabía que iba a disfrutarlo mientras durara, mientras nuestra burbuja no se explotara. Darcy envió a Liam para que trabajara en mi empresa, pero algo me decía que si lo escogió a él, también fue para que trabajara en mi vida, para que arreglara cada parte que había sido dañada y al sentirme allí, bajo su cuerpo, complementándonos de manera tan perfecta, haciéndonos el amor... le daba gracias a mi amiga, por haber hecho tan buena elección.

Liam no llegó solo para ayudarme a salvar la empresa, también lo hizo para ayudarme a salvar mi vida.

Le dio otro sentido y me enseñó a disfrutarla.

— No lo diré — susurré entre jadeos, cuando ambos estábamos a punto de corrernos — pero también me duele y si duele, es porque es muy fuerte — aseguré y en ese momento ambos nos besamos con fuerza y nos corrimos con intensidad.

Acepta el amor con sus rosas y espinas, con su cielo y su infierno y ama con intensidad, ama hasta que duela, porque si duele, entonces es verdadero.

Esas fueron las palabras de Dorothea, palabras sabias y certeras, palabras que sólo en esos momentos comprendía y aceptaba con todo el corazón.

Dolía amar, pero estaba dispuesta a hacerlo, aun así no pronunciara esas famosas dos frases, aun así no existieran etiquetas entre Liam y yo, estaba dispuesta a demostrarle cúanto sentía por él y enseñarle que para que algo perdure, no es necesario que nada nos una. Disfrutaría mi vida con él, así como él mismo me lo había enseñado, viviendo nuestro día como si fuese el último y demostrarle al mundo entero que no siempre el que ha sido destruido, sabe como destruir.

Esta vez demostraríamos que el que ha sido destruido, también sabe como reconstruir y lo hace de una manera perfecta.

Había vivido el primer amor, el amor imposible y el amor verdadero, creí que solo existían esos tres tipos, pero no. Liam Foster llegó para demostrarme que también existía el amor único.

Y él, era mi amor único.

                                                 FIN.

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Perdón por el tiempo que esperaron con esta historia, pero nunca escribo solo por escribir. Algunas me preguntaron si habrá tercera parte pero no, esta es la última y después de este capítulo, solo me queda pendiente el epílogo, que no sé cuando lo subiré.

No soy buena para los finales felices, pero espero que este no me haya quedado tan mal, a mi me gustó mucho, aunque soy mejor para los finales inconclusos 😅

Nos leemos de nuevo en el epílogo y gracias por el apoyo que me han dado. Para las que querían a Bel a con Theo, solo puedo decirles esto: A veces aferrarse, daña mas que soltarse y no todas las relaciones funcionan después de los daños, Theo y Bel son una de esas relaciones.

Gracias a las que aceptan mis finales y las que no, lo siento mucho, pero es así como los quiero y escribo.

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