Capítulo 2
Los días pasaron volando y deseaba con todas mis fuerzas que se detuvieran un poco, que cada día durara por lo menos treinta horas y así el viaje se alargaba más. Pero bueno, ya estaba acostumbrada a que la vida jamás cumpliera mis deseos.
Con Ryan todo había seguido igual, me apoyaba incondicionalmente y amaba a mi hija como si fuera suya, seguía siendo únicamente mi amigo aunque por las noches la pasión surgía entre ambos y la sala se había vuelto nuestro lugar favorito; nos entregábamos mutuamente y disfrutábamos de nuestros cuerpos como en los viejos tiempos. Él siempre había sido un buen amante y con los años se había vuelto excelente; tocando y acariciando donde debía, en el momento correcto, sin necesidad de pedírselo, hasta que lograba volverme loca y me hacía explotar en miles de sensaciones maravillosas.
Así era Ryan Johnson, siempre complaciente y muy paciente.
— ¿Te quedarás en tu apartamento o en casa de tus padres? — preguntó, ambos estábamos en la misma posición de siempre, él con su pecho pegado a mi espalda y su brazo alrededor de mi cintura, tirados sobre la alfombra de la sala.
— Aun no lo he decidido, mis padres querrán tener a Lea con ellos, pero ya sabes, me gusta mi privacidad — me giré para quedar frente a él.
— De cualquier manera, las extrañaré mucho, a mi niña en el día y a ti por las noches — acarició mi mejilla y ambos sonreímos con lo que dijo.
— Eres un descarado Ryan — asintió en respuesta y solo rodé mis ojos — podrías quedarte con nosotras — sugerí. Habíamos vivido todo este tiempo juntos, de hecho, la casa era de él, nosotras éramos sus invitadas.
Él no siempre se quedaba con nosotras, habían tiempos en los que viajaba, regresaba a California y se ocupaba de sus empresas y la sociedad que tenía con Be&Le, pero al volver, siempre se quedaba con mi hija y conmigo y no creía que era justo alejarlo de ella durante el tiempo que estaríamos en Beverly Hills.
— Aquí en Venecia, todo es diferente y siento la libertad de quedarme con ustedes pero, en California... no sé si a tus padres les agrade, digo, sé que eres adulta y tomas tus propias decisiones, pero no quiero que te afecte lo que la gente piense — reí ante lo que decía, a mi nunca me importaba lo que gente pensara.
— Sabes lo que pienso ante lo que has dicho — dije y asintió — además no quiero alejarte de Lea, sé que la amas y ella a ti.
— Yo también sé que tus padres y tu hermana querrán a Lea con ellos, tú querrás espacio para estar con Darcy y nosotros... no somos una pareja — suspiró — así qué, no debo pretender quererte a ti y la nena solo para mi — me alegraba que el tuviese tan claro todo y me hacía sentir tranquila que no confundiera nada de lo que había pasado entre ambos. Seguía manteniendo su palabra y eso era bueno.
— Gracias por comprender, además yo también sé que querrás tiempo para tus chicas — bromeé y su cara me hizo saber que no le agradaba mi broma pero no me importó.
Seguimos hablando un rato más y al final nos quedamos dormidos en la sala, desde que había aceptado acostarme con él, era la primera vez que eso sucedía y decidí no darle importancia. A la mañana siguiente nos levantamos todos adoloridos por el lugar en el que decidimos dormir, de inmediato nos arrepentimos ya que teníamos un viaje largo por emprender, pero bueno, ya no servía de nada.
Las chicas que trabajaban en la casa, me ayudaron con las maletas y todo lo que necesitaría para el viaje. Me sentía tranquila pero, por momentos los nervios me atacaban al pensar en todo a lo que me enfrentaría al llegar a California. Me sentía feliz por volver a ver a mis padres, mi hermana y Dorothea, me emocionaba ver de nuevo a mi mejor amiga y su novio, ansiaba llegar a AnBe, ver a Sara y su pequeño hijo, pero me aterraba que el día de la boda llegara y tener que ver de nuevo a Theo, sobre todo porque lo vería acompañado y sabía que saberlo con ella era una cosa, pero verlo, eso en realidad me desgarraría el alma.
— ¿Están listas? — preguntó Ryan y asentí. Tomé a mi hija en brazos y caminé fuera de la habitación.
La hora había llegado y no había vuelta atrás.
____***____
El viaje fue muy largo y cansado, Leanne se había inquietado mucho — era su primer viaje en avión — y creía que había tenido suficiente como para odiar los viajes por el resto de su vida. Era de noche cuando llegamos al aeropuerto de Los Ángeles, Kelly nos esperaba junto al chófer de mis padres y me sentí feliz al verla de nuevo; corrió a recibirnos y cuando llegó me di cuenta que su emoción era más por mi hija. Reí cuando la arrebató de los brazos de Ryan, mi pequeña la miraba con cara de ¿Quién es esta loca? Cuando Kelly la abrazaba y besaba; era comprensible ya que era la primera vez que la veían en persona. Ni mis padres, ella o Darcy la habían visto desde que nació, no quise que viajaran a verme pues conocía a Theo y sabía sus intenciones de conocer mi paradero, por lo tanto, era lógico que usaría su dinero e influencias para saber hacia donde salían mis padres o con quién se comunicaban. Tomé mis precauciones y Ryan me ayudó en eso, era por eso que comprendía la emoción de mi hermana.
— ¡Oh, Ann! Al fin vuelvo a verte — me observó con sus ojos llenos de lágrimas y me abrazó con mi hija en brazos, devolví el abrazo y en eso momentos mis lágrimas también se hicieron presentes junto a la felicidad de poder tener la oportunidad, de ver de nuevo a mi familia.
— Los extrañé mucho — susurré en su cuello, las lágrimas salieron y no me importó — pero ya estoy de nuevo aquí, por lo menos por unos días — le recordé separándome de ella. Todos sabían que mis intenciones eran regresar a Venecia, mi tranquilidad y la de mi hija estaban ahí.
Ryan ya había subido las maletas al auto, seguimos hablando con Kelly y nos informó de todo lo que había sucedido en este tiempo que nos habíamos ausentado. Be&Le había decaído un poco luego de mi partida — un detalle del que Ryan no me habló —, ella había tomado mi lugar pero no se le daba muy bien, Theo seguía siendo el presidente pero se había descuidado mucho de su cargo. Mi empresa por otra parte, estaba en buenas manos, Sara hacía un buen trabajo y por lo tanto seguía creciendo en el mercado. Rachel estaba próxima a su juicio por encubrir a Nicholas mientras el susodicho, seguía desaparecido.
Kelly había terminado su relación con Evan — el hermano de Theo — pero seguían siendo amigos y en ocasiones salían juntos, era una lástima que mi hermana aun no sentara cabeza, pero ya llegaría el momento y con la persona indicada.
— Cuida mucho a mi nena — pidió Ryan entregándome a mi hija, ya nos habíamos bajado del auto, el chófer y otros trabajadores se habían encargado de las maletas y Kelly se había ido hacia dentro de la casa para regalarnos privacidad.
— ¿Vendrás mañana a verla? — pregunté y asintió.
— No dejaría de hacerlo por nada en este mundo, además tengo que hablar con tu padre — anunció y asentí — cuidense mucho y por favor, me extrañan.
— Claro que lo haremos — dije y se acercó para dar un beso en mi frente y luego besó la pequeña frente de Lea.
Cuando entramos a la casa de mis padres, ellos nos recibieron con mucha efusividad y amor, su reacción fue la misma de Kelly, corrieron para tomar a mi hija en brazos y mi pobre pequeña en verdad era muy expresiva, los miraba a todos de manera extraña y creyéndolos locos, sólo pude reír al ver la imagen que se desarrollaba frente a mi. Mi corazón se aceleró cuando vi a Dorothea salir de la cocina, a diferencia de todos, ella corrió hacia mi y me envolvió en sus brazos, esos brazos que siempre me transmitieron un amor puro de madre.
Thea lloraba y susurraba lo triste que había estado cuando me creyó muerta, el alivio que sintió cuando supo que estaba viva y la impotencia que le provocó el no poder verme, el no poder estar a mi lado durante mi embarazo y cuando el momento del parto se adelantó. Lloré junto a mi nana y de nuevo, volví a dar las gracias — al señor de allá arriba — por permitirme estar de nuevo con mi familia, con las personas que en verdad me amaban.
— Theo sufrió mucho cuando te creímos muerta — me tensé al escucharla — fue el que más sufrió, sobretodo después de leer tu diario — me separé de ella al escuchar bien lo que había dicho.
Había olvidado el diario cuando salí de su apartamento, estuve escribiendo en el para desahogarme y los nervios que tenía me hicieron olvidarlo. No quería que cayera en sus manos, ni en las de nadie pero ahora él sabía todo. Mi vida al lado de James y Ryan, mi corto tiempo con él y lo que sentí con ellos; cuanto amé a cada uno en su momento y lo mucho que me dolió perderlos. Me sentía patética en esos momentos, nunca quise que nadie se enterará de lo que ahí estaba escrito y precisamente fue Theodore el que lo descubrió; y dolió más al recordar que a pesar de haber leído todo, él estaba ahora con ella. Ardía en celos cada vez que pensaba en ellos juntos, pero, era algo que tenía que superar, de una manera u otra.
— Ahora todo eso ya no importa, lo importante es que estoy aquí — dije a mi nana tratando de encubrir la amargura en mi voz. Ella asintió sin decir más, me conocía a la perfección y sabía que no era mi momento para hablar acerca de mi pasado.
Porque eso era Theo, sólo mi pasado.
Luego de los ataques de besos y abrazos hacia mi pequeña, mis padres siguieron conmigo, todo era como un sueño, uno hermoso que había tenido desde hace mucho. El cansancio del viaje desapareció para mi — aunque no, para mi hija, ella se durmió de inmediato — y nos quedamos hablando por un muy buen rato, hasta que Thea nos corrió a nuestras habitaciones, a veces ella mandaba más en esa casa que mis padres, pero todos la amábamos y por eso se lo permitíamos, sobretodo porque ella siempre velaba por nuestro bienestar.
____***____
La mañana siguiente de haber llegado, fue todo un duro trabajo para salir de la cama, aun me sentía muy agotada, pero tenía muchas cosas por hacer y lo más importante era mi desayuno con Darcy. La noche anterior habíamos hablado y quedamos para desayunar en nuestro restaurante preferido.
Llegar ahí fue un poco como volver al pasado, a aquellos días en los que nada más que ir a fiestas importaba, cuando el amor no existía y la vida era más fácil, por un momento añoré esos días pero pensar en Lea, borró la añoranza.
Al final del día, luego de sufrir por los recuerdos de los días pasados, ver a Leanne lo cambiaba todo, a pesar del dolor, nada importaba más que mi hija y la felicidad que ella me daba, el amor verdadero si existía para mi, me lo daba mi pequeña y ese amor nadie me lo podría robar jamás.
— Si fuese hombre, te aseguro que en estos momentos estaría teniendo un orgasmo solo con verte — dijo mi amiga al verme — luces malditamente caliente con ese look.
— Gracias Dars — dije en respuesta a su halago — es bueno saber que provoco esos comentarios aun en las mujeres.
Mi amiga sonrió y se apresuró a envolverme en sus brazos, respondí sin pensarlo a su abrazo, al fin estaba con mi amiga, después de creerla muerta en aquella explosión de coche, luego de que ella me creyó muerta en manos de Nicholas, todo se borraba mientras nos abrazábamos con efusividad, con amor. El tiempo separadas fue mucho, pero aquí estábamos de nuevo, amándonos como hermanas, cuidándonos como amigas; nada acabaría nunca con nuestra amistad, como lo dije antes, Darcy era la hermana que yo elegí y no una que la vida me haya impuesto y no es que no amara a Kelly, claro que lo hacía, pero con Darcy era diferente, nuestras vivencias juntas nos habían unido de una manera inimaginable y ni el tiempo, las pruebas o los hombres, cambiarían jamás eso.
— Es increíble que de nuevo estemos juntas, como en los viejos tiempos — dije mientras tomábamos asiento.
— Con la diferencia que ahora yo, ya no soy una perra y tu eres una mamá muy caliente — bromeó — muero por conocer a mi sobrina, Tom está igual, desea ver a tu hija, conocerla al fin.
— Él no sabe nada ¿cierto? — pregunté un poco nerviosa.
— No te preocupes Ann, él puede ser mi futuro esposo pero antes de él, tú ya eras mi amiga, mi mejor amiga. Tom cree que Ryan es el padre de tu hija y no porque yo se lo haya dicho —aclaró y no me agradó que dedujera eso pero tampoco quería que Tom supiese que mi hija era de Theo ya que eran muy amigos — incluso no me agradó que creyera eso, pero si no cree que es así, sería muy fácil adivinar quién es el padre — explicó y asentí.
En definitiva, no era lo mejor que creyera que mi hija era de Ryan, pero de no ser así, Tom sabría que el padre era Theo y era algo que no podía permitir, no deseaba que él, al saberlo quisiera estar cerca de nosotras — no por obligación — suficiente dolía lo que ya sucedía, además, deseaba que Theo recuperara el tiempo perdido con su hijo y no se merecían que nosotras nos inmiscuyeramos en una relación que apenas y comenzaba.
Mi actitud en esos momentos tal vez no era la mejor, pero era mi escudo, mi manera de protegerme ante todo lo que sabía que se iba a desencadenar cuando mi pasado, se mezclara con mi presente e interifiriera en mi futuro.
— Amiga, cuando sepan que tienes una hija y dedujan que es de Ryan, te creerán una puta — la franqueza de mi amiga, muchas veces no se agradecía.
— Eso ya lo sé, es un riesgo que tomaré — bufé — además, lo que digan no me importa.
— Y lo que crea Theo ¿No te importa? — cuestionó dando un trago a su copa.
— ¡Él regresó con su esposa a los pocos días de creerme muerta, Dars! — espeté — creo que no debería de importarme lo que crea de mi.
— Buen punto — aceptó — odié eso, odié que te traicionara de esa manera pero, Tom fue testigo de que también, la pasó muy mal al creerte muerta y me lo hizo ver.
— ¡Já! Ahora lo defiendes — me indigné.
— Actúas como una niña, Anabelle y no ves las cosas de manera coherente — se defendió — odio que halla hecho eso, pero se enteró de que tenía un hijo y creyó que la mejor manera de recompersarlo, era regresando con la madre del niño — acabé mi copa de un sorbo, estaba harta de oír eso — no lo justifico pero tampoco puedo juzgarlo.
— Bien, creo que es hora de parar aquí con este tema — dije y lo comprendió, tenía un límite y ya había llegado a él.
Hablar de lo que había sucedido, no nos llevaría a nada y yo estaba de regreso en el país por ella y su boda, debíamos concentrarnos solo en eso y dejar de lado todo lo demás. Gracias al cielo, Darcy no insistió más y cambiamos de tema; por supuesto ella no dejó de lado el interrogarme acerca de Ryan, la confianza que existía entre ambas, no me dejó ocultarle lo que había sucedido con él, semanas atrás — y seguía ocurriendo casi cada noche — y ella casi se atraganta con su bebida al escucharme.
— Te cuidado, eso se puede volver un juego peligroso — fue lo que dijo.
Y aunque lo sabía a la perfección, no le daba importancia, total, tanto Ryan como yo, estábamos conscientes de lo que hacíamos y cuando debíamos parar.
La cena de ensayo para la boda sería dentro de dos días, tiempo suficiente para pasar tiempo con mis padres e ir de compras con ella, a parte, también tenía que ponerme al día con las cosas en mi empresa, así, para cuando el día de regresar a Venecia llegara, todo estaría resuelto en California.
— Dentro de dos noches lo verás de nuevo — ya estábamos fuera del restaurante, el chófer que me llevó hasta ahí se había ido por órdenes mías, así que Darcy se encargaría de llevarme a casa — ¿Crees estar lista para verlo? — dudé de mi respuesta por unos segundos, me quedé en silencio mientras ambas subíamos al auto y cuando estábamos listas para irnos, Darcy me observó, esperando una respuesta.
— Jamás lo estaré — confesé — llegará ahí, acompañado de su esposa y eso dolerá, igual o más que como estar en el infierno.
— Nunca has estado en el infierno — dijo y sonreí con ironía.
— No solo muriendo, conoces el infierno — dije segura de lo que hablaba — Estar al borde de la muerte, saber al hombre que amas con otra y alejarte de su vida sólo para que pueda ser feliz — la miré para que viera en mis ojos lo que mis palabras expresaban — es como estar ahí, Darcy — aseguré.
Sus ojos se volvieron cristalinos al escucharme y me abrazó con compasión y odié que lo hiciera, odié que sintiera lástima por mi.
— Lo siento amiga — sollozó — siento mucho no haber estado para ti y dejarte vivir ese infierno sola.
— No te preocupes — sonreí cuando se alejó de mi — he aprendido a vivir en mi propio infierno.
No mentía, con el tiempo acepté vivir de esa manera y seguiría enfrentándome a eso, me conformaba con tener en medio de mi infierno, a un ángel que hacía todo más fácil.
Mi pequeña Leanne, mi hija, mi vida.
________________________________
Perdón por no actualizar el lunes, sigo teniendo muchos contratiempos pero, aquí estoy de nuevo.
Si hay errores ortográficos, pudo disculpas. Luego los corrijo.
Nos leemos el lunes y si hay algún cambio, avisaré en mi tablero.
¡Gracias por seguirme apoyando!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top