Capítulo 15
Cuatro meses después...
Estaba parada frente a la lápida con su nombre, las letras cursivas estaban grabadas a la perfección sobre la piedra y el epitafio había sido escogido a la perfección, suspiré fuerte y sequé las lágrimas de mis ojos. Nada había sido fácil después de aquel día y si no hubiese sido por mi hija, mis amigos, familia y Liam, mi vida se hubiese ido a la mierda.
Theo había sido declarado muerto oficialmente, treinta minutos después de que yo estuve con él y ese casi había sido mi final. Darcy y Liam corrieron hacia mi en ese momento, ninguno de los dos dijo nada, ambos sabían que las palabras no servían de nada, yo solo necesitaba a Theo, vivo y a mi lado y eso no me lo podían dar. Desde ese día, iba al cementerio cada semana, solo para recordarme que el hombre que tanto amaba, había sido un cobarde que tomó la decisión de abandonarme, lo hizo después de jurar que me amaba y eso era algo que no le perdonaría nunca.
Llegué al auto, ahí me esperaba Liam y luego nos conducimos hacia una cafetería. Él se había convertido en mi mayor apoyo, en mi mejor consuelo y vaya que me consolaba muy bien; no guardé luto, la razón era sencilla: no tenía que guardarle luto a nadie.
¿Por qué?
Pues porque Theodore Lee, no se lo merecía.
No.
El seguía vivo y su muerte había sido una farsa para despistar a Nicholas, una farsa que lo hizo huir junto a Rebecca y su hijo. Para mí era un cobarde y tal vez yo podía ser una mal agradecida pero, cómo no serlo, cuando el hombre al cual amas, prácticamente te abandona, cuando en lugar de enfrentar las adversidades juntos, mejor corre lejos de tu lado con la excusa de que es lo mejor para ti.
No acepté esa decisión de Theo, hablé con él cuando lo lograron estabilizar, le pedí que lucháramos juntos pero, su decisión había sido tomada, todo estaba listo, los médicos solo esperaban su orden para declararlo oficialmente muerto y la dio estando yo frente a él. Me dolió, porque cuando yo creí que todo se arreglaría entre ambos, él decidió irse.
— Confía en mí, Bel, por favor — pidió tomándome de la mano. Aun le era difícil hablar — Te amo y no permitiré que algo malo te pase a ti o a nuestra hija.
— ¿Pero, por qué alejarme? ¿Por qué alejarte tú de nosotras? ¿Por qué Rebecca si puede estar contigo? Dime eso porque si dices amarme, entonces no comprendo por qué esta decisión — dije y odié que me viese con lástima.
— Porque le hice una promesa a Rebecca — soltó —. Anabelle, cuando descubrimos su embarazo, también descubrimos un cáncer que le está robando la vida — cubrí mi boca ante la impresión que me causó tal noticia. Recordé como noté el deterioro en ella, pero jamás imaginé que fuese por una enfermedad tan cruel — y tuvimos dos opciones, una era interrumpir el embarazo en el momento e iniciar un tratamiento para combatir la enfermedad, la segunda fue dejar transcurrir el embarazo hasta su final y con el, también la enfermedad — solo podía negar con mi cabeza al escuchar aquello, ninguna palabra salía de mi boca —. Como verás, creo que sabrás que decisión se tomó y no, no la tomé yo, la tomó Becca y lo único que me pidió a cambio, era la promesa de mantenerme a su lado, hasta que llegase el final, la hice y he de mantener mi promesa.
Con mi otra mano, tapé mi boca y nariz al mismo tiempo e intenté callar los sollozos y el llanto que salía de mí. Si aun guardaba una esperanza en mi interior, murió en ese momento y me sentí culpable, no solo por haber juzgado mal a Theo en algún momento, si no también por ser egoísta y odiarlo por haberse acostado con ella y sobre todo, por seguir odiando que se alejara de mí, a pesar de sus razones, a pesar de poder tenerlo para mí.
Luego de que Rebecca diera a luz, intentarían buscar alguna alternativa, alguna esperanza para combatir la enfermedad que la aquejaba y aunque era poco probable, no se darían por vencidos y mientras su final no llegase, Theo cumpliría su promesa. Presioné con fuerza su mano y besé el dorso de ella.
— Eres un cobarde por alejarte de mi — susurré, él también lloraba en esos momentos.
— Es la única manera en la que puedo protegerte — se defendió.
Sin que él se lo esperara, me acerqué a su rostro y lo besé, lo hice como tanto había deseado, acaricié sus labios con los míos y amé cuando él me respondió, a pesar de sentirse débil, me besó con fuerza, con ganas, con deseo, con amor. Yo lo besé de la misma manera pero le agregué el dolor que me provocaba en esos momentos aquel beso agridulce, aquella despedida.
— Hazla feliz y de verdad deseo que su vida no sea tan corta — dije y eso, lo dije de verdad, sin hipocresía —. Descansa en paz Theo — susurré y me miró asustado, sin comprender por qué le decía aquello — desde ahora, de verdad morirás para mí — aseguré y me alejé de él.
— Hermosa — me llamó pero no le hice caso.
Salí de la habitación sin ver atrás, porque si lo hacía, temía que terminaría rogando y no estaba dispuesta a eso. Terminé contra una pared, llorando incesablemente, tratando de analizar y aceptar lo que estaba pasando y ya que sabía la verdad de la promesa de Theo, decidí ayudarle a cumplir esa promesa y alejarme de una vez por todas de él.
Así lo había decidido él y así se haría.
Solo sus padres, hermanos, Rebecca, los doctores, Liam y yo sabíamos la verdad y ante el dolor que significaba para mi perderlo, no me fue difícil fingir, porque mis lágrimas si eran de dolor. Liam se enteró porque su padre fue el médico que atendió a Theo y me dijo que todo sería como Theo quería y de su boca no saldría nada y yo, le creía.
Era increíble todo lo que el dinero podía lograr, el funeral de Theo fue muestra de ello y todo estaba resultando cómo él quería; Nicholas volvió a desapecer y al creerlo muerto, quizás no regresaría para joder.
El cumpleaños de mi hija había sido celebrado y su príncipe fue Ryan, la fiesta fue increible, aunque por respeto a su padre, ya no se celebró cómo Darcy había planeado, pero eso había sido lo de menos. Me molesté mucho cuando me enteré que Leanne ya era oficialmente Leanne Lee y claro, Theo no podía fallecer sin antes dejar listo el papeleo, él me había hecho saber sus intenciones pero en ningún momento hablamos acerca de eso de manera detenida y ya que no me podía comunicar con él, me tocó tragarme el enojo. Yo me había convertido en la presidenta de Be&Le y el libro de Sophia, había salido a la venta, colocándose en los primeros lugares con tan solo dos semanas en el mercado y llevando a la empresa a la cumbre. Evan se había convertido en vicepresidente y me era muy fácil trabajar con él, mucho había cambiado en cuatro meses e ir al cementerio y pararme frente a una falsa tumba, me ayudaba a tener claro todo en mi vida.
Theo ya no era parte de mí, la vida seguía y habían muchas cosas por descubrir y disfrutar aún.
Ese pensamiento cruzó cuando vi al hombre frente a mí.
Liam.
(****)
Un vestido beige hasta un poco más abajo de mis rodillas, zapatos de taco a juego y accesorios que combinaban a la perfección, eran mi atuendo esa noche; Liam abrió la puerta del coche para mí y me ayudó a salir de el. Un día anterior, me había pedido que lo acompañara a una cena con su familia, su padre estaba cumpliendo años y no quería enfrentarse al huracán de su familia — así lo había denominado él — solo. Entre nosotros, teníamos claro que éramos amigos y lo acompañarla como tal, él lucía increíblemente guapo, en su traje negro.
— Te dije que eso no era necesario, Bennett — inquirió, señalando la bolsa en mi mano, que contenía el regalo de su padre.
— Lo sé, pero igual, quise hacerlo. ¿Estás nervioso? — aproveché a preguntar al verlo inquieto, me miró un tanto serio y misterioso, segundos después, me regaló una sonrisa ladina y poco forzada y negó.
— No — dijo pero no le creí — ¡Vamos!
Pidió ofreciéndome su brazo, entrelacé el mío y comenzamos a caminar hacia el lujoso restaurante donde su familia nos esperaba. Yo era conocida en ese lugar ya que mi padre y el dueño eran muy amigos, por lo tanto, tuve el atrevimiento de pedirle a uno de los camareros que pusieran el vino en una cubeta con hielo y me la llevasen a la mesa que teníamos reservada. Ese vino, era mi regalo para el padre de Liam, antes él me había dicho que era su favorito y muy difícil de encontrar, en el restaurante no lo servían así qué, quise tener ese detalle con el doctor Foster y regalarle algo que disfrutara en una noche tan especial.
Los padres de Liam eran personas amables y muy carismáticas, en cuanto llegamos a la mesa, Liam me presentó con ellos y me saludaron y acogieron como si tuviesen años de conocerme. La hermana menor de él, también era una chica muy amable, aunque un poco callada y la noté nerviosa cuando nos vio llegar, minutos después, sentí a Liam tensarse cuando a nuestra mesa, llegó una pareja.
El chico era muy guapo, unos dos años mayor que Liam y con un parecido increíble a él y la mujer, era hermosa y de mi edad. Ellos también se tensaron al vernos y no comprendía la razón; cuando saludaron al padre de Liam, me di cuenta que el chico, era su otro hijo y hermano de Liam y la chica era su novia, pero había algo extraño ahí y lo comprobé cuando Branden — que era el nombre del chico, no tan chico — y Daniela — su chica — saludaron un poco forzados a Liam.
— Chicos, ella es Anabelle, una amiga especial de Liam — dijo el señor Foster cuando se percató que Liam no tenía la intención de presentarme y eso me molestó un poco — Ann, ellos son mi hijo Branden y su novia Daniela — concluyó y los saludé amables.
Daniela fue muy prepotente al saludarme, Branden en cambio, se portó muy amable conmigo y cuando sostuvo mi mano, sentí a Liam acuchillándolo con la mirada. Algo pasaba con ellos, la tensión era demasiada y llegué a sentirme un poco incómoda ante eso.
Agradecí enormemente al camarero cuando llegó con la botella de vino e intervino en ese momento tan raro; el padre de Liam se sorprendió y sus ojos brillaron al ver su vino favorito, le guiñé un ojo a Liam y por primera vez en toda la noche, éste sonrió con diversión al ver mi gesto.
— Quienquiera que sea el responsable de esto — dijo el señor Foster, señalando la botella — se merece el cielo — todos reímos al escucharlo.
— La tienes vestida como un ángel frente a tus ojos — inquirió Liam y su padre no podía creerlo.
— Bueno cariño, ahora sabes que la responsable, si viene de cielo — dijo su madre y me sentí avergonzada.
— Y si no vienes de allí, pues ya te lo ganaste. Papá delira por ese vino — agregó la hermana de Liam.
— Feliz cumpleaños — fue lo único que pude formular.
El señor Foster me agradeció por lo que había hecho por él y sirvió un poco del vino a todos, a excepción de Daniela, ella se negó a tomarlo por alguna razón. Branden y ella se mantuvieron un poco alejados de la conversación que entablamos luego y hasta los sentí un poco excluidos; en algunas ocasiones quise montarles charlas pero ella seguía siendo prepotente y Branden — avergonzado por la actitud de su novia — trataba de responder lo que la chica, dejaba a medias. Entre él y Liam no hubo la típica y buena relación entre hermanos, al contrario, por momentos se decían cosas sarcásticas y en verdad había una muy mala relación entre ambos y noté también las miradas que se robaban él y Daniela de vez en cuando. No me molestaba pero si despertaba en mí, una enorme curiosidad.
Todos salimos fuera del restaurante a esperar nuestros autos, cuando la cena hubo terminado, el auto de Branden y el de los padres de Liam, llegaron primero. Me despedí primero de los señores Foster y la hermana de Liam y les agradecí que me hayan aceptado en su cena, fueron muy amables y sentí que la pequeña Foster, al fin dejaba la timidez. Dejé a Liam con sus padres y hermana y me acerqué a Branden y Daniela para despedirme.
— Fue un gusto conocerlos a ambos — dije sincera — aunque no creo que tu opines lo mismo — miré a Daniela y le sonreí.
— No, para nada. Es solo que me he sentido un poco indispuesta — se excusó con una sonrisa fingida que no creí para nada.
— Fue bueno conocer a la nueva novia de mi hermano. No se equivocó al compararte con un ángel — dijo de pronto Branden y me sonrió amable — me gusta que seas tan directa — halagó por lo que antes le había dicho a Daniela, noté el fastidio en ella al escuchar las palabras de su novio e intenté corregir lo de novia cuando me tomó la mano, para besar el dorso de ella.
— Eso también me gusta a mi — escuchamos los tres. Liam estaba a mis espaldas y colocó una mano en mi cintura de manera posesiva —. Anabelle es directa, no finge lo que no es, no es hipócrita, no traiciona ni te apuñala por la espalda — añadió y sentí cierto rencor al pronunciar cada palabra.
— Y no olvides que soy capaz de asesinar al que se atreve a traicionarme — bromeé tratando de aligerar el momento.
Branden sonrió forzado y Daniela miró con dolor a Liam, en mi cabeza comenzaron a hacer click muchas cosas; en algún momento Liam mencionó que tenía un pasado que intentaba olvidar, uno que lo marcó y dañó de maneras inimaginables, pero jamás profundizó en el asunto y respeté eso, así como él respetaba mi privacidad acerca de todo lo que se refería a Theo. Pero presenciando tan incómoda situación entre los hermanos, mi mente comenzó a formular muchas hipótesis.
— Espero volver a verlos — añadí, era hora de marcharnos.
— Yo igual — concordó Branden —. Liam fue un gusto verte hermano, lo digo en serio — dijo estirándole el brazo para tomar su mano.
— Lástima que yo no pueda decir lo mismo — dijo él limitándose a observar la mano que su hermano le tendía, sin tomarla.
— Adiós — dije apenada al ver lo sucedido, Brande me sonrió con comprensión y Daniela... ella miraba triste a Liam quien ni siquiera, le dirigió una mirada a ella para despedirse.
Caminamos hasta el auto de Liam cuando el valet parking lo llevó, en ningún momento dejó de tomar mi cintura hasta que me ayudó a subir al coche, él aun seguía tenso, incluso molesto y yo no sabía que decir.
— Eso fue raro — me atreví a susurrar cuando él estuvo en su lado del coche y lo puso en marcha para llevarme a mi apartamento.
No dijo nada, simplemente me sonrió o intentó hacerlo; me vi reflejada en él en esos momentos y sabía sin siquiera escucharlo de su boca, que estaba pasando por uno de esos momentos en los que toda la mierda en tu vida te ataca y el dolor es tan fuerte que no sabes ni como expresarlo. Pensé en cuántas veces había pasado yo por lo mismo, cuántos momentos de decepción me llevaron a situaciones en los que mi apartamento terminaba siendo un desastre porque sólo así, lograba desahogar un poco de mi ira. Liam pasaba por un momento igual y aunque yo quería que me contase todo, no podía pedírselo, porque cuando yo pasé por esos momentos en días pasados y él estaba a mi lado, jamás preguntó nada y solo tomaba mi mano, así como yo lo estaba haciendo en esos momentos, en señal de apoyo, para que supiese que yo estaba ahí para él.
— Una vez mi nana me dijo, que yo sufría mucho por Theo, porque él me había dado todo de él — dije y me miró con ironía, sonreí ante eso —, la miré de la misma manera en que tú, me miras en estos momentos.
— Es que eso es absurdo — dijo y rió con burla.
— Lo mismo le dije y entonces ella me explicó el por qué me decía eso — suspiré fuerte al recordar sus palabras —. Literalmente, Theodore me dio las rosas con todo y las espinas, sufrí porqué amé demasiado esas rosas sin importar que las espinas me hiciesen sangrar — dije y me miró fugazmente comprendiendo todo.
— El te dio todo, lo bueno y lo malo — asentí ante lo que decía y supe que me miró de soslayo.
Nos quedamos en silencio luego de aquello, era la primera vez que hablábamos de mi vida con Theo y se sintió bien, muy bien. El viaje a mi apartamento fue mas corto de lo que había sido la ida al restaurante y pronto él estaba estacionado.
— Gracias por acompañarme esta noche — dijo y asentí.
— Gracias a ti por incluirme — dije, nos quedamos mirando unos segundos, vi en sus ojos la agonía que atravesaba y entonces decidí salir del auto y dejarlo marchar para que se desahogase —. Nos vemos mañana — me despedí y besé su mejilla, giré para salir del auto pero el me detuvo antes de lograrlo.
— Estuve comprometido y locamente enamorado de una chica hace dos años — soltó, cerré fuerte mis ojos antes de mirarlo. Yo imaginaba quién era la chica —. Nos íbamos a casar y una semana antes del matrimonio, la encontré en la cama con otro — mi corazón se aceleró al escucharlo, sabía que la traición que él había sufrido, era la peor de todas —. Sé que sabes de quién hablo — intuyó con una sonrisa irónica y asentí —, casi los mato Anabelle y te juro que lo hubiese hecho.
— Yo lo habría hecho — dije y sonrió — ¿Qué te detuvo a ti?
— Daniela me confesó que estaba embarazada en ese momento y aseguró que yo era el padre de ese bebé.
_______________________________________
Sé que no hay excusa válida para mi descuido con esta historia chicas, pero lo siento mucho. Ojalá les guste el capítulo, nos leemos luego.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top