Capítulo 12
— Sabes que estas comportándote como una loca adolescente. En serio Annabel, creo que ni en tu adolecencia hiciste tales cosas — me reprochó Darcy, el ser una mujer casada la había vuelto mas formal y eso no me gustaba. Necesitaba a mi amiga loca.
— ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Reprocharle en la cara a Theo lo que hice o follarme a Liam? — pregunté.
— Reprocharle eso a Theo, lo de Liam está bien y espero que no dejes de hacerlo — añadió, mi loca amiga luchaba por resurgir y reí ante ese pensamiento.
Estábamos en mi oficina, habían pasado tres días desde que sucedió el encuentro con Liam y luego con Theo y Rebecca. Mi amiga al fin había vuelto de su luna de miel y desde que le conté acerca de que le había dicho toda la verdad a Theo, sobre nuestra hija, lo primero que hizo al bajarse del avión, fue irse hacia Be&Le. Era seguro que Tom ya sabía todo y no por Darcy, al igual que ella era mi confidente, Tom era el de Theo y seguro en algún momento, el marido de Darcy, le reclamaría el haberle ocultado tal cosa.
— Por cierto, tengo que mostrarte todo lo que he preparado para el cumpleaños de mi sobrina — puse mis ojos en blanco.
Darcy era la mejor en organizar fiestas y en obviar temas, el primer cumpleaños de mi pequeña estaba cerca y por supuesto, así como lo hacía con los míos, también se encargaría de los de Leanne.
— Cuando quieras — le animé.
— Ahora que Theo sabe todo ¿Puedo incluirlo en la fiesta? — Callé a lo que dijo, eso no me lo esperaba — El tema de la fiesta será de princesas y me gustaría que él fuese su príncipe, había pensado en Ryan pero Ann, él no es el padre.
— Es como si lo fuese — inquirí.
— Y lo sé, pero lo es porque tú así lo quisiste no porque Theo sea un irresponsable.
Tenía razón, pero ese era un tema que tenía que analizar; no quería excluir a Ryan y si bien él estaba consciente que ocupaba un lugar que no le correspondía, yo no me sentía a gusto con eso.
Darcy se fue rato después con mi promesa de darle una respuesta pronto acerca de lo que me pedía, algo que en verdad me estaba provocando un fuerte dolor de cabeza. La tarde había caído y me sentía muy exhausta y lo peor de todo, es que me tocaría quedarme hasta muy tarde debido a junta. Mi puerta fue tocada y sin esperar a ser invitado o invitada, la persona entró y mi rostro se iluminó.
— Hola mami — Ryan fingiendo la voz de mi pequeña, entraba junto a ella, me puse de pie de inmediato y me fui a su encuentro.
— Hola mi tesoro precioso — dije tomándola en brazos y besando su mejilla, ella balbuceó algo y se aferró a mi, amaba cuando hacía tal cosa.
— Este día ha sido y será aun mas pesado, así que me tomé el atrevimiento de ir por ella, luego de salir a comer — explicó.
— ¿Y Kelly? — pregunté.
—¡Eh! No sé — titubeó — ¿Por qué me preguntas por ella? — lo miré haciendo mis ojos más chicos y reí por su nerviosismo.
— Te vi salir con ella, Ryan, por eso pregunto.
— ¡Ah! eh... me pidió que la llevara a una tienda, luego de eso, no sé de ella — su nerviosismo se me hizo sospechoso y tenía que averiguar el por qué.
— Gracias por traerla — dije calmándolo y sonrió.
Seguí disfrutando de mi hija un instante mientras él tuvo que irse a atender algo de la empresa, Leanne jugaba en mis brazos y yo disfrutaba verla. Tan solo minutos después, tocaron la puerta, esta vez si esperaron a que invitara a pasar y tontamente me puse nerviosa al ver a Liam, con su sonrisa ladina y sensual, se sorprendió al ver a la pequeña en mis brazos y más me sorprendí yo cuando su lado juguetón salió con ella.
— Es una hermosa princesa — dijo mientras la hacía sonreír — pero eso es obvio al ser hija de la más hermosa reina — en esos momentos reí yo — ¿Puedo cargarla? — asentí y la tomó en sus brazos.
Era lindo ver ese lado de Liam y no solo al seductor casanova, incluso mi hija disfrutaba de ese lado juguetón y sus melodiosas carcajadas inundaron la oficina a causa de los juegos de Liam, Ryan llegó pero al vernos ahí, me dijo que regresaría luego, no lo vi molesto, ni celoso, más bien fue comprensivo y se marchó. Liam siguió jugando con Lea mientras hablábamos acerca de trabajo, supe sus intenciones de hablar acerca de lo que había sucedido entre nosotros pero agradecí que respetara a mi hija a pesar de que ella no comprendiera lo que hablábamos.
— Vamos a comer hoy en la noche — dijo y lo miré, Lea me pedía el juguete que yo tenía en la mano así que, me acerqué a dárselo, Liam aprovechó para tomarme de la cintura.
— Liam — dije en tono casi amenazante.
— Acepta — pidió y mordí mi labio para no sonreír.
— Supe que mi... — la puerta se abrió de nuevo y las palabras de Theo murieron al verme con Liam, tomando mi cintura y con Lea en brazos de él — ¡Vaya! Creo que es la primera vez que lamento el no tocar, antes de entrar — espetó, me separé incómoda de Liam y carraspeé, él no se inmutó ante el tono empleado de Theo.
— Tu hija está aquí — dijo tranquilo — es muy hermosa, gracias a la madre — Theo rió sin gracia por las palabras de Liam y se acercó.
— ¿Me permites? — dijo extendendiendo sus brazos hacia mi hija.
— Claro, es tu hija — recalcó Liam, sabía que Theo se estaba conteniendo mucho por nuestra hija y Liam era educado —. Piensa en lo que te pedí y me avisas otro momento — dijo hacia mi y asentí. Entregó a la bebé a su padre y luego descaradamente se acercó a mi y me besó en los labios.
Se despidió de Theo con un movimiento de cabeza y yo me quedé pasmada ante lo que acababa de suceder; Liam quiso provocar a Theo, estaba segura de eso y lo había logrado, la mirada de Theo me lo comprobaba.
— Ryan la trajo, quiso hacerlo para que yo pudiese verla despierta ¡eh!... ya sabes, por lo de la junta de hoy, no podré llegar temprano a casa y por si acaso ella duerme cuando yo llegue, ya la he disfrutado aunque sea un momento — dije cuando pude recuperar la movilidad de mi boca y lengua.
— Tengo que confiar en Ryan, tengo mucho que agradecerle — respondió, su voz era más ronca en esos momentos y sabía por qué —, pero no confío en ese imbécil que se cree con derechos sobre mi hija solo porque te folla — abrí y cerré mi boca varias veces después de escuchar aquello.
Me había descolocado su respuesta, era absurdo que creyese que Liam, se sentía con derechos sobre nuestra hija, era la primera vez que la veía y en ningún momento lo vi de esa manera y sobretodo, era indignante que me hablara como lo hizo, tampoco era una puta, mucho menos su esposa y en mi cabeza se cruzaron y formaron muchas respuestas que podía darle pero me contenía, lo hacía solo por mi hija, ella no lo comprendería, pero todo lo que tenía que decir en esos momentos, provocarían una fuerte discusión entre nosotros. Respiré profundo, mordí mi lengua y conté hasta diez antes de hablar.
— Está bien si no confías en él, es suficiente con que yo lo haga — cerré fuerte mis ojos, estaba a punto de desconectar mi lengua de mi cerebro — y yo no lo vi con derecho de nada, simplemente entraste en un mal momento, él apenas y la acaba de conocer, solo fue amable al cargarla — lo vi con intenciones de decir algo pero no se lo permití —. Mira Theo, hagamos algo, quédate un momento aquí con Lea, mientras voy por un café — no lo dejé alegar y salí rápido de la oficina.
No necesitaba ningún café, solo quería respirar un poco de aire y calmarme, además de buscar a Liam y hablar con él acerca de lo que había sucedido. Me daba temor el pensar que él se estaba confundiendo mucho después de lo que había pasado y en verdad era una lástima que lo hiciera y tener que dejar de follar con él, con lo bien que lo hacía.
Llegué a la oficina de él y no toqué, simplemente entré y lo encontré frente a su portátil, concentrado en su trabajo, usaba unos lentes tipo hipster con el marco negro y vaya que ese hombre lucía precioso de esa manera y creo que luciría así aunque usase harapos.
— ¿Qué fue eso? — solté de inmediato.
— ¿El qué? — cuestionó inocente, se puso de pie y se acercó a mí.
La puerta estaba abierta a mis espaldas y sin que yo hiciese nada, llegó frente a mí, di un paso hacia atrás y él me siguió, hasta que cerré la puerta con mi espalda y él metió su mano entre mi cintura y mi brazo izquierdo hasta llegar a la manija y cerrar con seguro. Ni siquiera rozó mi piel pero, el hecho de que estuviese tan cerca, me puso nerviosa y erizó mi piel.
— El beso — susurré, subí mi cabeza para poder verlo, era alto. Sonrió mostrándome sus dientes y mi manos picaron por poder sentir su barba.
— No pude evitarlo, moría por hacerlo desde que entré a tu oficina — fue su simple explicación.
Moví mi cabeza para poder concentrarme, su cercanía me afectaba mucho y estaba a punto de desviarme del tema y hacer otras cosas que no eran convenientes en ese momento.
— Liam, no quiero que confundas lo que pasó entre nosotros — llevó la mano que tenía en la manija hacia mi cintura y la otra a mi mejilla. No me ayudaba —. Quedamos que era solo un juego, eso no cambiará nuestro trato y mucho menos tendrá etiqueta... — me callé cuando se bajó un poco y dio un casto beso en mi cuello.
— Claro que es solo un juego — susurró y lamió el lóbulo de mi oreja, mis ojos se cerraron — nada cambiará entre nosotros — la mano que tenía en mi cintura, bajó a mi cadera y su boca llegó a mi mejilla, besó de nuevo —. Seremos siempre trabajador y jefa — llegó a la comisura de mis labios —. Yo el trabajador que se folla a la deliciosa jefa — agregó y luego unió su boca a la mía.
Había logrado persuadirme y me vi correspondiendo a su beso, ese beso hambriento y excitante que amenazaba con derretirme de pies a cabeza, en segundos yo, ya lo estaba deseando, el cosquilleo en mi vientre aumentaba. Llevé mis manos hacia su espalda y lo uní más a mí, su pelvis chocó a mi vientre y sentí su dureza; sonreí en medio del beso al comprobar que yo provocaba lo mismo en él y agradecía que todo estuviese claro. Mis manos bajaron a su trasero y lo acaricié con deseo pero mi lucidez salió a flote y recordé que alguien muy importante me esperaba.
— ¡Ya! — dije separándome de él y respirando profundo para recuperar el aire que ese hombre me había robado — Dejé a mi hija con Theo en la oficina, solo quería aclarar lo que pasó y si sigo un instante más aquí, terminaré follándote — rió al escucharme y hasta a mi me causó gracia lo que acababa de decirle.
— Puedo persuadirte y lograr que me folles — dijo juguetón.
— ¡Basta! Liam — puse mis manos en su pecho —. No acepto tu invitación a cenar pero si quieres, acepto una copa contigo — dije y aunque no le gustó mi rechazo a cenar con él, aceptó la copa.
— En mi apartamento — propuso y asentí.
— Allí será — confirmé y me separé de él para abrir la puerta.
Me fui de nuevo hacia a la oficina y me reí de lo que había sucedido, suspiré otra vez, Liam había devuelto mi buen humor y estaba preparada para enfrentarme al ogro que cargaba a mi hija. Al llegar ahí, abrí con cuidado, no entendí por qué lo hacia de aquella manera pero al ver a Theo, moviéndose con mi hija en brazos — como si bailaba una melodía romántica con ella — mi corazón casi se detuvo. Él tarareaba una canción de cuna y mi pequeña estaba a punto de dormirse, lucía tranquila y a gusto en los brazos de su padre y él... ¡Dios! Theodore Lee, el ogro, era un completo príncipe con ella. Olvidé lo que él me había dicho antes, ese momento con mi hija era digno de un retrato y odié que mi móvil estuviese sobre el escritorio; si lo hubiese tenido en mis manos, con seguridad habría guardado el momento.
Theo se percató que yo estaba ahí, me hizo una señal de silencio y entré con cuidado; Leanne ya se había dormido, me acerqué a él y observé a mi hija, sonreí cuando suspiró y mientras sus hermosos ojos estaban cerrados, con su boca hacía un movimiento gracioso — como si succionaba algo —. El olor delicioso de Theo llegó a mi nariz y lo aspiré sin pretenderlo, imágenes de él sudando mientras estaba sobre mí, llegaron a mi mente; las veces que estuve con él, su olor corporal se mezclaba con su fragancia y cada vez que hacíamos el amor, ese olor era tan excitante que lograba volverme loca.
Yo estaba mal, muy mal.
No me arrepentía de acostarme con Liam, incluso deseaba que eso se repitiera pero, también deseaba a Theo, lo amaba y estar con él era único y lastimosamente, también era prohibido. Sentí su mirada penetrante y subí mi rostro para verlo, sus bellos ojos me escrutaban detenidamente.
— Darcy prepara la fiesta de su primer cumpleaños — dije al no poder sostener su mirada —. Ya sabes como es ella y pues... el tema de la fiesta será sobre princesas — él sonrió, lo hizo de verdad. Theo era precioso y con esa barba lucía perfecto, entonces supe que ya tenía la respuesta para mi amiga —, propuso que tu fueses el príncipe y...
— Me encantaría serlo — respondió de inmediato — es su primer cumpleaños y ya que estuve excluido de su vida todo este tiempo, quiero estar ahí, quiero estar en todos los momentos de su vida — me sentí un poco incómoda al escuchar aquello, por momentos lograba hacerme sentir culpable.
— Está bien — dije y di un paso hacia atrás, me encontraba demasiado cerca de él. Mi cuerpo se calentó cuando me tomó de la mano para evitar que me alejara.
— Perdón por lo que te dije antes — negué para que callara, no quería discutir con él y tocar ese tema no era bueno —. Bel, estaba molesto, celoso al verlo a él con mi hija y contigo en sus brazos.
— No hables de eso — pedí.
— La envidia me cegó — continuó e ignoró mi petición — deseé ser yo en su lugar.
— Tienes una hermosa familia, con la que puedes hacer eso — dije amargamente, su mano presionó la mía. No me zafé, no quería hacerlo.
— El problema es, que no es la familia que me hace feliz — alegó y me molesté.
— Eso me lo dices a mí, a ella le dirás lo contrario y yo no voy a caer en ese juego — hablé un poco fuerte y Lea se removió; Theo me soltó entonces y movió sus brazos para que nuestra hija volviese a dormir tranquila.
— Algún día comprenderás todo, hermosa.
— Tal vez, pero ese día llegará tarde, Theodore — negó en señal de frustración, en verdad lucía frustrado, cansado, tenso y estresado. No me agradaba imaginarlo con Rebecca y su hijo pero al verlo frente a mí, noté que estaba desesperado, pero no quise preguntar nada.
— ¿Puedes ir a comer conmigo, después de la junta? — preguntó, esa no era buena idea — Como amigos, Bel, por favor — su voz iba cargada de súplica, miré sus ojos y cometí el peor error.
— Ya me mudé a mi antiguo apartamento, Dorothea me espera siempre con la cena lista — dije y noté su tristeza.
¡Demonios!
Ese hombre me estaba manipulando sin pretenderlo.
— No me gusta dejar de cenar en casa porque Leanne está despierta a esa hora — dije y suspiré fuerte —. Puedes ir y cenar con nosotras si quieres — propuse y un brillo se instaló en sus ojos —. Como amigos Theo, no quiero problemas con Rebecca así que evita que sepa donde estás — advertí.
— Nos vamos juntos, Adam puede llevarnos — negué y supe que no le gustó pero calló.
— Si lo hago tendría que dejar mi auto aquí.
— Adam y yo, podemos pasar por ti mañana.
— Lo sé, pero necesito mi auto hoy — dije y cuando su rostro se crispó, supe que había entendido lo que quería.
— No saliste por un café ¿cierto? — me quedé en silencio y lo miré a los ojos, el leyó la respuesta en los míos. Rió irónico y entonces creí que nuestra cena juntos, sería cancelada — Llegaré a tu apartamento a las siete, así tendrás tiempo de arreglarte — ironizó y su frialdad fue sorprendente en esos momentos. Con sutileza, besó la frente de Lea y luego me la entregó. La tomé en mis brazos y luego volvió a besarla. Mi corazón se aceleró al tenerlo tan cerca de mí, mordí mi labio para no jadear cuando su cabello, intencionalmente acarició mi pecho y barbilla.
Me miró a los ojos, lo hizo intensamente, era como verlo en sus momentos de sadomasoquismo, en el apartamento blanco. En sus ojos había celos y ganas de defender el lugar que creía suyo pero por primera vez, Theo calló y salió de mi oficina sin despedirse.
Algo cruzaba en su cabeza y no sabía si era bueno o malo, como tampoco sabía si había cometido un error al permitirle ir a cenar a mi apartamento y esperaba no arrepentirme de ello.
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Perdón por la tardanza pero no tiene idea de lo dificil que se me está haciendo escribir.
Espero les guste este nuevo capítulo.
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