𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟎𝟐
Suspiré, mirándome en el espejo.
Estaba cansada y sinceramente me arrepentía profundamente de haber aceptado ir a casa de EJ, más con lo tenso que es el ambiente allí, la actitud pasiva agresiva del papá de EJ cuando yo iba era tan agotadora y cada que salgo de allá duermo como 12 horas.
Me coloco los aros y finalmente estoy lista, el vestido rojo y casual junto a los aretes que EJ me había regalado, no eran mucho de mi estilo ya que eran dorados y grandes, pero eran bonitos y le hacían mucha ilusión a EJ, si a él le gusta que los use, los usare siempre por verlo feliz, felicidad que era difícil de encontrar para él últimamente.
Una bocina de auto conocida me hizo sobresaltar, sonreí y me acerqué al balcón para ver allí a EJ saludándome con una linda sonrisa a lo lejos.
Tomé rápidamente mi teléfono y bajé a su encuentro.
— Te ves increíble — EJ tomó mi mano y me hizo girar sobre mi eje, reí y me sostuve de su pecho para no caer cuando termine la vuelta — Hermosa.
Me besó la punta de la nariz y me abrazo por la cintura acercándome más a él, escondió su cara en mi cuello y se quedó allí estático, respirando profundamente haciéndome cosquillas, le empecé a acariciar el cabello de su nuca que se encontraba recién cortado.
— Eres muy valiente, EJ, y estás haciendo lo correcto, de verdad, no vaciles, no ahora , tú puedes — tome su cara y le empecé a besar el rostro mientras hablaba, cuando EJ sonrió me separé y le miré a los ojos — Es ahora o nunca.
— Ahora — dejó un beso corto en mis labios y corrió a la puerta del auto — Arriba, señorita.
Reí y me subí con calma.
El viaje fue tranquilo, silencioso más que nada, EJ no soltaba mi mano por ninguna razón y podía sentir su nerviosismo a flor de piel, lo único que podía hacer ahora por el dorso su mano con el pulgar dejándole saber que yo estaba ahí, para el, como siempre él estuvo para mi, en silencio y dando todo el espacio necesario. Entrar a su casa siempre había sido algo incómodo para mi, desde el primer día, cuando lo vine a buscar, cuando me había dado cuenta que el realmente me gustaba. Apenas cruzar el umbral nos encontramos con su madre, una mujer amable y de una hermosa sonrisa, igual a la de su hijo, que era opacada igualmente por su marido, el ser más despreciable del mundo, según mi parecer, bueno, no era peor que mi padre, pero igualmente lo odiaba.
— Bienvenida, Samantha — escuchar mi nombre con ese tono me hizo temblar, su voz era parecida a la de mi padre, tanto que siempre me hacía temblar — Te ves hermosa con ese vestido.
— Me lo regaló EJ, tiene buen gusto — él se acercó a mi y dejó un beso en mi mejilla mientras yo sonreía como podía — Su camisa se ve igual que siempre — enserio no sabía que hacer.
— Pasen, pasen, la cena esta lista — la señora Caswell nos invitó a pasar al comedor donde una hermosa mesa estaba repleta de comida, solté una risita, ella siempre era muy preocupada de que EJ y yo comiéramos mucho, hasta estallar.
— Se ve increíble, señora Caswell — elogie dentándome junto a EJ que siempre se mantuvo silencioso y sin expresión, di un apretón a su mano que se soltaba lentamente, él me miró, le sonreí intentando transmitirle paz y entonces un silencio único se formó.
Con los cuatros bien sentados en la mesa y una estable guerra de miradas azules entre EJ y su padre me hizo hacer una mueca para mirar mi plato, EJ me había servido el plato y me había echado una ensalada que tenía arvejas, yo las odiaba con la vida así que solo los empujaba con el tenedor.
— EJ, ¿Recuerdas que tienes que irte en una semana? — comentó el señor Caswell comiendo de la ensala de papas.
— Lo recuerdo, padre. Pero sobre eso te quería hablar hoy, yo no iré a Sant Louis — habló claro y conciso EJ, sonreí por debajo de mi cabello, EJ apretó mi mano, lo había hecho.
— ¿Como que no iras, Elton? Ya pagué la matrícula y es el único camino para ti viable — ya empezando a crecer la molestia en él soltó su tenedor.
— No, no es así, conseguí una beca de artes escénicas en la Lewis College en Chicago.
— No, no, claro que no, no vas a ser un inútil, no en esta familia, Elton — ya molesto empezó a subir el tono de voz.
— David, amor, tranquilo — intentó calmarlo la señora Caswell.
— Estudiaré artes escénicas, papá, y no aceptaré un no, porque yo ya soy un adulto, un adulto que decide que hacer con su vida.
— Y mira lo que has hecho, pudiste ser grande, EJ — gritó el señor Caswell colocándose de pie y golpeando la mesa — Duke, el Waterpolo y ahora lo mejor que tienes es a tu novia, el único logro que tendrás es a ella, la increíble heredera de SM Company, serás un mantenido sin futuro y...
— Basta, no la metas a ella — empezó a gritar EJ.
Me estremecí y sin poder aguantar más los gritos me levanté de mi silla, EJ me miro y le intenté sonreír con calma, le asentí con la cabeza dejándole en claro que estaba con él, pero necesitaba salir de allí, el asintió y salí con rapidez de la casa.
Afuera suspiré mirando el cielo que formaba una feas nubes, temblé de frío y me apoyé en el auto con las manos temblando, los gritos nunca habían sido un buen ambiente para mi, tengo tímpanos delicados. Cerré los ojos y apreté los puños con fuerza intentando calmarme.
Entonces luego de unos largos minutos de espera EJ salió de la casa, sostenía dls maletas y una mochila grande le colgaba del hombro con dificultad, me acerqué rápidamente a él y tomé una de sus maletas hasta llegar al auto, donde las dejó siempre en silencio y esa expresión sería en el rostro, al cerrar el maletero se detuvo mirando fijamente el vidrio frente a él .
— EJ — le hablé con suavidad tomando su mano — Hey, mírame.
— ¿Puedo quedarme en tu casa hoy? — preguntó aún sin mirarme, le tomé la mejilla y con suavidad le giré la cara haciéndolo que finalmente me mire, sus ojos estaban brillosos por las ganas de llorar — Estaré bien.
— Estarás bien — le sonreí atrayendo su cabeza a mi hombro, inmediatamente me abrazó por la cintura escondiendo u su rostro en mi hombro, a los segundos sentí la humedad en él y lo único que pude hacer por él fue estar allí, y acariciar su espalda.
La noche había sido tranquila, EJ tras haberme contado todo durmió con calma, cansado, pero ya liberado, sin poder dormir solamente lo observé durante horas descansar y cuando llegó la mañana, el momento había llegado también, esta parte no me la había dicho EJ, pero lo comprendía, irse lo más pronto posible, era lo mejor para él.
Y ahora estando afuera del sector de abordaje EJ estaba mirándome fijamente con unas tiernas bolsas oscuras bajo sus ojos. Me acerqué más y sin pensarlo dos veces me lancé a sus brazos, colgándome de su cuello, él e abrazó con fuerza, casi dejándome sin aire, pero lo disfrutaba, era un abrazo de hasta luego.
— ¿Ven a visitarme cuando puedas, si?
— Claro que lo haré, EJ. Disfruta de la vida universitaria y escríbeme cada que puedas —
— Te quiero, Sam — tomó mi cara entre sus manos, le sonreí con todo el cariño que le tenía.
— También te quiero, EJ.
El chico entonces con un deje de tristeza me sonrió y se acercó cada vez más a mi, para besarme, por última vez en quizás mucho tiempo. Mi corazón se lleno de cariño y entonces cuando nos separamos, algo de mí se fue con él.
Todavía no le había pedido ser novios.
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