𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟎 𝟏

Todo estará bien.

¿Todo estará tranquilo si simplemente los ignoro, no? Finalmente Ricky yo solo somos amigos ahora, supongo, no hemos hablado desde que vio mi beso con EJ en el trailer del Reality, no puedo ni siquiera imaginar lo qué pasó por su mente en ese momento.

Pero sinceramente, no puedo ignorarlos. Aún es algo nuevo para mi.

Entonces simplemente bajo con seguridad del auto de EJ, rápidamente él se baja al mismo momento y rodeó el auto antes que diera un primer paso hacia la escuela y me detuvo del brazo con delicadeza, me giro a verlo con la mirada un tanto perdida y finalmente lo enfoco, tenía una expresión algo preocupada, yo simplemente le sonreí y dejé un suave beso en la comisura de sus labios.

— Todo estará bien, ve tranquilo.

— ¿Cuídate, si? Cuida tu pequeño corazoncito que lo quiero junto a mi mucho tiempo.

— No te preocupes, no pelearé y me buscaré amigos, como lo planeamos. ¿Nadie se me podrá resistir, verdad? — solté una risa y quite mi bolso de su mano que se me había olvidado bajar — Nos vemos, EJ.

— Te quiero.

— Y yo a ti. Quédate atento, lo más probable,e es que te llame.

— Lo sé, estaré ahí para escuchar tus problemas del primer último día de escuela, Sam. Iré a buscarte a las ocho en punto, ¿Ponte más bonita de lo que eres, si?

— ¡Eso es imposible! — me reí seguí caminando ahora si dejando la lindo chico de ojos zafiros detrás.

Empecé a caminar hacia la escuela con una sonrisa a medias, aún no la podía hacer totalmente natural, pero me sentía tranquila, aún sentía la mirada de EJ pegada en mi por detrás, quizás el espacio debajo de mis bubis si este sudando como loco, pero no me hacia colocar más nerviosa, solo tenía calor aunque anduviese en la mini camiseta que me compró Maddox la última vez que nos vimos.

Caminando con tranquilidad y mis ojos puestos fijamente en el camino que recorría, mis nuevos rizos moviéndose con cada uno de mis pasos. Me sienta extraña, pero ni triste, ni mal por verlos juntos, creo que esa parte ya la superé, pero obviamente algo quedaba en mi, un sentimiento que he decidido callar hace tiempo ya.

Justo al pasar a su lado les saludo con una sonrisa y paso sin culpa junto a ellos.

Ahora solo debía pensar en mi y nadie más que en mi, mi felicidad, mi vida. Y en pensar cómo hacer este último año, el mejor de mi vida.

Al estar caminando por los pasillos el ruido que tanto extrañaba de la escuela había vuelto, hice una mueca y caminé hacia donde se suponía era mi primera clase, la cual era matemáticas, lo cual no me complicaba demasiado, siempre había sido fácil para mi cualquier cálculo, no me gustaba, pero tampoco me quejaba. Apenas llegar me senté donde siempre tranquilamente me puse mis AirPods y la música remplazó el horrible ruido. Miré hacia la ventana apoyando mi mano sobre mi mejilla, el clima estaba cálido y mi vestimenta estaba perfectamente elegida para este, había una que otra nube bajó el cielo azul y traían bastante calma.

Una notificación me hizo volver mi vista a mi teléfono, era Maddox, solté una risa por la idiotez que me había respondido al meme que había subido y entonces una mano sobre mi hi bro me hizo sobresaltar, mi corazón se detuvo y un audífono se me cayó, miré rápidamente hacia atrás y era el profesor, le sonreí con todo los dientes intentando parecer inocente.

Hola, profe — dije en español ya que ambos teníamos un origen hispanohablante.

— No está prestando atención, señorita Brown — me contestó neutral.

— Lo siento.

— ¿Quiere pasar adelante a contestar el ejercicio en la pizarra? — hice una mueca y miré al frente analizando el ejercicio, me levanté sin contestara y tomé la tiza sobre el escritorio — Esto está mal — limpié una parte del ejercicio y la reescribí, después empecé a responderla paso a paso — No tenía resultado, ahora que lo cambie, esto se resuelve así y llegamos a 0.347639.

— ¿Sabe lo que acaba de hacer, señorita Brown?

— Un problemas de matemáticas — confundida a

— Acaba de llegar a una parte de la solución de la hipótesis de Riemann, sin siquiera conocerlo, es un problema que costó mucho tiempo y dinero a los mejores matemáticos llegar actualmente, más de 10 años intentando resolver solo esto y usted llegó en menos de 3 minutos — dijo el profesor empezando a caminar hacia mi. Yo no sabía que decir, no es que yo quieres a causar esto, solo respondía un problema de matemáticas que él me molestó para que hiciera.

¿Qué quería que yo hiciera? ¿Llorar de la felicidad o ponerme como loca? Ni que fuera la gran cosa.

Levanté los hombros y me valió mierda sinceramente, volví a mi asiento mientras el profesor intentaba hablar conmigo, pero sinceramente, no me podía molestar menos. Vi cómo salía de la sala dejando a todos a su libertad mientras que yo volvía a colocarme mis audífonos, y le respondía finamente a Maddox.

Después de un tiempo ya me había aburrido y sin mucha energía salí de la sala para darme unas vueltas antes de ir a la próxima hora a la sala de ensayos, donde un nuevo año en el club de teatro empezaba, caminé tranquila y ahora escuchando mi propio soundtrack, empecé a cantar mientras caminaba por los pasillos casi vacíos, una de las muchas canciones que he escrito en mi vida y jamás nadie conocerá.

— There's things I wanna say to you, but I'll just let you live...Like if you hold me without hurting me. You'll be the first who ever did.

Murmuré la melodía un poco más mientras veía por el gran ventanal de las escaleras y entonces allí me detuve, mis labios se quedaron entre abiertos y el propietario de mi canción se apareció tan rápido que no lo pude prevenir.

Sus cabello estaba alborotado al igual que siempre y llevaba una ropa parecida a la mía, combinábamos.

Solté una risa y le sonreí.

— Hey, Brown. Que coincidencia — el rio acomodándose su mochila.

— Hey, Bowen — me senté en la escalera y le miré fijamente — Esta linda tu camisa.

— Gracias, me demoré bastante en elegirla, ya sabes, primer día, debo lucir presentable — se sentó junto a mi, miré hacia abajo donde nuestros pies rosaban, sus vans azules iguales a las mías me hicieron reír. Teníamos un gusto muy parecido, desde siempre.

— Siempre luces bien, solo debes quizás.... Peinarte — alcé mi mano y a milímetros de tocarle el cabello, me detuve. Desvíe mi mirada y la dirigí a la ventana sobre nosotros, y suspiré.

Era como cuando eres pequeño y ves al cielo, con anhelo de saber que son esos puntos sobre ti, que se ven tan lejanos y cercanos a la vez, y crees que puede llegar a tocarlo, pero no es así, como una nube, suave e inalcanzable.

— Es mi estilo, no puedo cambiarlo, este cabello hace lo imposible — soltó una broma codeándome, haciéndome reír nuevamente.

— ¿El conquistador, eh? No vayas a bromear así frente a Gina, es celosa y se la creerá, conociéndola le rondaría por la cabeza un día entero — sonreí y negué con la cabeza divertida mientras me levantaba de mi asiento.

— ¿Gina? ¿Qué, de que hablas? — se rió nervioso mientras también se levantaba y intentaba sostener su mochila con dificultad, se le resbalaba, estaba nervioso.

Fruncí mi ceño y ladeé la cabeza confundida.

— ¿Son novios, no?

— No, no — negó inmediatamente sonriendo falsamente.

Entonces el timbre sonó y el ruido de los chicos saliéndose de clases se escuchó. Ya era hora de irme.

— Esta bien, Ricky. No me molesta — acomodé mi mochila mejor y empecé a bajar la escalera tranquilamente— Además los vi hace unos días de la mano en el cine. Eso de relación secreta, no les saldrá, son demasiados obvios, también malos para mentir. ¿Háganlo bien, si?

— Sam... Lo siento.

Negué con la cabeza y le sonreí.

— Somos amigos, Ricky, no pidas perdón, nos vemos allá, me adelantaré.

Me dila vuelta y cerré los ojos respirando profundo, si que me había dolido

— Nos vemos... — escuché finalmente de parte de él detrás de mí mientras solo quería huir de ahí.

Huir de la verdad.

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