Adiós

Seoyun

El vestido pesaba una tonelada, no sabia que podía contener tanta agua un pedazo de tela, cuando entre a la casa, todo estaba en silencio, hasta que vi la luz de nuestra habitación encendida, apenas puse un pie dentro, Yoongi salió del armario, corrió hacia mi y me abrazo con demasiada fuerza.

—¡Seo! ¿estas bien? —miro de arriba abajo con preocupación—estas empapada.

Fue al baño por toallas secas y regreso, yo estaba viendo fijamente la enorme maleta que había en la cama.

—¿Yoon?

Mi pecho empezaba a contraerse, el suavizo su mirada hacia a mi, empezó a secar mi cabello sin decir nada, también ayudo a quitarme el vestido mojado, haciendo que el silencio entre los dos cada vez fuera mas hiriente. Fue por una camisa de él y me la coloco después de quitarme toda la ropa húmeda.

—Me voy a ir —finalmente dijo —pensé que no regresarías rápido, le comente a Siwon que hablara contigo después.

—Yoongi.

Levanto la mano para dejarlo hablar.

—¿Sabes que es lo peor? —continuo secándome el cabello —Yo lo sabia, sabia que jamás me amarías, como lo haces con él —sus ojos se llenaron de lagrimas —intente aferrarme a la idea estos años de que podías cambiar.

Nunca había visto a Yoongi así, se sentó en la cama cubriéndose el rostro un poco.

—Pero estoy aquí.

—Porque eres una buena persona Seoyun, porque no quieres herirme, pero eso lo que mas me lastima, que tengas compasión de mi —sonrió —no lo haces apropósito, tu eres así, eres muy buena, eres amable, se que me quieres Seo, pero también se que no me amas, y la verdad ya me canse —siguió llorando —me canse de luchar contra los sentimientos que tienes por Jungkook, si hubiera tenido una real oportunidad contigo jamás habrías dudado de la boda ni una sola vez.

Me extendió la mano, la tome sin dudar me jalo hacia el sentándome en su regazo, yo también estaba llorando sin darme cuenta, el limpio algunas de mis lagrimas.

—Debí haber sido egoísta, casarme contigo sin tanto embrollo, llevármelas desde que nacieron las gemelas lejos de aquí, pero no podía hacerle eso a las niñas, las amo demasiado como para quitarles a su familia, por ellas también hago esto —me abrazo contra su pecho —quiero que sepas, que jamás te odiare, que jamás te guardare rencor, y tampoco te olvidare —beso mi frente presionando sus labios como no queriendo soltarme —se muy feliz Seo, solo concédeme eso, si ese idiota no se hace cargo de tu felicidad, lo matare tenlo por seguro.

Nos quedamos abrazados un largo rato, no quería dejarlo ir, pero es verdad todo lo que dijo, el se esforzó mucho, siempre lo hizo, no existe hombre mas perfecto que Min Yoongi, yo no lo merecía, no cuando es verdad que dudaba de una vida a su lado.

Después de ayudarle a terminar de preparar la maleta, me dio un beso antes de irse sin volver a mirarme, con toda la poca cordura que tenia en este momento le mande un mensaje a Siwon diciéndole que ya estaba en casa, que no se preocupara, porque seguro estaba pensando en llamar al FBI o algo así, se que las gemelas están con su abuela.

Solo me quedaba hacer una llamada mas, se que eran casi las dos de la mañana, pero también estoy consciente de que esta despierto.

—¿Seo? —su voz estaba temblando, le dije que tenía que hablar con Yoongi antes de cualquier decisión se tomara, pero Yoon se me adelanto — di algo.

—No quiero estar sola en casa.

—Estoy en camino.

Lo espere en la puerta, era verdad que no quería entrar ahí, me dolía, porque herí demasiado a Yoon, a pesar de que el se mostro tan fuerte, tan templado había roto su corazón, se que es esa sensación, Jungkook llego como si su vida dependiera de ello, cuando lo vi, el abrió sus brazos y yo me eche a llorar contra su pecho.

—Vámonos.

Quería controlarme, pero en realidad no podía, Jungkook no dijo nada solo condujo hasta su departamento, me ayudo a bajar, mi vista estaba nublada por el llanto, los hipidos y la falta de aire se hicieron presentes, era el día de mi boda, pero estaba sin esposo, llorando y con una enorme culpa encima.

—Iré al sofá, tu quédate en la cama.

Lo sostuve de la camisa, ahora ni tristeza estaba siendo algo de enojo.

—No quería estar sola en casa.

Lo mire a los ojos esperando que entendiera lo que necesitaba en este momento, no dijo nada solo levantó las sábanas para acostarnos juntos.

Me dejó llorar hasta quedarme dormida el solo se preocupo por acariciar mi espalda y demostrándome que estaba ahí.

La luz del sol me despertó, no sentí a Jungkook en la cama, el sentimiento de vacío quiso apoderarse de mi hasta que escuche su risa fuera de la habitación.

Con cuidado asome mi cabeza, el estaba en una caminadora trotando de manera rítmica, tenía puesto el teléfono en un soporte mientras sonreía.

—Vamos al paque, omma nos va a lleval.

La voz de mis pequeñas termino de despertarme, Jungkook me miró y luego a la pantalla.

—Mami quiere hablar con ustedes.

Me pasó el teléfono, ellas se veían tranquilas y es lo que importaba, se que harán preguntas más adelante y debo tener el valor de decirles de todo. Estaban contentas y emocionadas por qué se la pasarían con sus tíos.

Cuando colgué escuché el sonido de un timbre, Jungkook fue abrir la puerta y después un sonido fuerte llevo al conejo al suelo.

Lo siguiente que vi fue a mi hermano sobre de él, sujetándolo de la camisa.

—¡Siwon detente!

Trate de quitarlo de encima pero mi hermano es casi dos veces mi tamaño y fuerza, así que lo único que me quedo fue cubrir a Jungkook con mi cuerpo para que el parará.

—¡Muévete Seoyun! ¡Déjalo que se defienda el solo!

—¡No lo va hacer! Así que detente.

Escuché que mi hermano gruño,  pero se levantó, logré mirar por mi hombro y él se había alejado un poco pero aún se veía furioso.

—Seo es mejor que te bajes de mi antes de que tú hermano se enfade más.

Me moví hacia aun lado, Jungkook se paró y termino por ayudarme a levantarme.

—En verdad deseo romperte la cara.

—¿Más? —le señale el rostro —casi le destrozas la mejilla.

—Se lo merecía, desde que lo conoces te a arruinado la vida.

—Escúchate Oppa, es una tontería lo que dices.

—¡Es el padre de tus sobrinas!

Golpeó la pared porque sabía que acaba de decir una estupidez, sin Jungkook Sun Hee y Min seok no estarías aquí. No me había dado cuenta que Jungkook había ido a la cocina por un paquete de comida congelada y se la aplicó en el rostro.

Sabía que era mejor no meterse cuando Siwon y yo peleábamos, después de gritar durante un rato más mi hermano se calmo.

—Tres meses.

—¿Disculpa?

—Es todo el tiempos que tiene este idiota para cambiar mi opinión de él —se le acercó —si no fuera por mis sobrinas ya estarías más que molido a golpes.

—Lo entiendo —se quitó el paquete del rostro —no necesito los tres meses, estuve casi cuatro años siendo un idiota, ahora será diferente.

Me sonrió con tanta confianza que ahora yo quiero golpearlo.

 
Yo sé que quieren pero no sé si se lo merezcan...
 









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