VEINTITRES. vicious circle

🌸 CAPITULO VEINTITRES
vicious circle /   círculo vicioso
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LAS PELEAS QUE YOUNG MI y Seo Jun estuvieron teniendo desde que se conocieron, nunca fueron de gravedad y hasta las razones eran completamente una tontería pero en esa oportunidad, la pelinegra no estaba tan segura de que pudieran recuperar su amistad. Seo Jun tenía un carácter demasiado impredecible, era alguien firme y duro con sus decisiones, nunca antes lo había visto de esa manera como aquella noche donde se podría decir que Young Mi y Ju Gyeong fueron secuestradas por aquellos matones en el karaoke. Con anterioridad lo vio enojado, pero esa noche estaba furioso.

Young Mi se sentía culpable de que terminaran de esa manera, si tan solo no hubiera llamado a Alex, las cosas serían completamente diferente pero ella tampoco pudo imaginarse que Seo Jun estuviera en camino a librarla de su retención. Si lo hubiera sabido, no lo habría llamado pero parece que las cosas estaban destinadas a suceder así. Y dolía demasiado.

El timbre avisó que las clases habían culminado. Todos los estudiantes tomaron sus pertenencias para llenarlas a sus respectivos bolsos, Young Mi tenía la mirada perdida pensando en todo lo que había ocurrido en menos de un día. De no ser por el chico que se sentaba a su lado que la golpeó con su bolso, ella jamás hubiera salido de su leve distracción.

Gira la cabeza a su derecha viendo que Seo Jun ya no se encontraba en su lugar, puesto que él fue el primero en abandonar la clase. Tampoco tenía la valentía de ver a Young Mi luego de lo sucedido horas atrás, en la que el chico se acercó peligrosamente a ella y sus verdaderos deseos salieron a relucir pero no quería aceptarlo. Ambos reprimían sentimientos que eran demasiado obvios, ellos estaban sintiendo algo mucho más que una amistad y al menos Young Mi estaba enterada de aquello pero seguía siendo una cobarde, aún tenía muchas heridas en el interior y aunque sabía que Seo Jun estaba lejos de ser comparado con Alex. Ella temía por sus sentimientos.

Abandona la escuela a paso lento y completamente sola, sus amigos se habían adelantado y ella no quería buscarlos para que la acompañaran. Estaba fuera de sí, tenía muchas cosas de las cuales pensar en silencio.

—¿A caso te dijeron que Santa Claus no existe? ¿Por qué traes esa cara? -Pregunta Han Dam con una paleta en la boca, estaba apoyada en el auto esperando por su hermana mayor.

—No estoy para bromas -Resopla al mismo tiempo que empuja a Han Dam hacia a un lado, permitiéndole que abra la puerta trasera del vehículo e ingresara.

—Ya, te estoy preguntando. ¿Qué te sucede? ¿Te dijeron algo? ¿Te hicieron algo? ¿Quién fue? Hoy morirá -Habla con rapidez luego de subirse y cerrar la puerta a su lado-. Habla, no te quedes callada. ¿Es por Seo Jun?

Young Mi gira de inmediato a ver a su hermana menor, quién suelta el poco aire de sus pulmones al haber dado en el clavo exacto.

—¿Cómo lo sabes?

—Ya estoy enterada que cuando están peleados, siempre estás triste -Encoge sus hombros y luego pasa su brazo por detrás de los hombros de su hermana mayor acercándola a su pequeño cuerpo-. Cálmate, ¿sí? Los hombres son demasiado complicados, no deberíamos complicarnos la vida por ellos.

—¿Y tú cuántos años tienes? ¿Cincuenta? -Han Dam ríe y por primera vez en el día, Young Mi sonríe con sinceridad-. Es un consejo que daría una anciana, sin ofender.

—Dejaré pasar eso solo porque estás triste -Young Mi se aleja de su hermana, quién coloca un mechón de cabello detrás de su oreja-. Hoy tendremos un dia solo de hermanas, ¿está bien? Así podremos olvidar todo lo relacionado a cualquier hombre de tu vida, incluyendo a papá.

Han Dam podría cometer millones de errores porque al final del día, era una adolescente igual que el resto pero se preocupaba mucho más por su familia de lo que cualquiera pudiera pensarlo. Especialmente se preocupaba por Young Mi, su hermana mayor había sufrido demasiado y ella fue testigo de todo ese tiempo en el que estuvo sufriendo. Las noches en las que no podía dormir o se despertaba gritando con lágrimas en los ojos mencionando el nombre de su difunta amiga, fue doloroso para toda la familia Eun pero tuvo un gran impacto en Han Dam.

Desde ese entonces en el que vió a su hermana sufrir demasiado cuando todo ocurrió en Australia, ella se había prometido que siempre estaría para Young Mi y apoyarla en lo que sea.

En lo que restaba del día, permanecieron en casa haciendo lo que antes solían hacer cuando vivían en el extranjero. Se maquillaron mutuamente, intercambiaron ropa, vieron películas de romance adolescente con demasiado cliché como tema principal y comieron hasta el borde del mareo. Todo fue realizado entre risas y burlas, sus padres en ningún momento hicieron el intento de hacerlas callar porque sabían que la estaban pasando muy bien y días así no sucedían a diario. Ellos también estaban felices que su hija mayor ya no era la de antes, incluso sonreía más seguido.

—¿Crees que esté enojado de verdad?

Young Mi y Han Dam se encontraban el suelo de la habitación de la mayor, miraban el techo blanco y permanecieron en completo silencio hasta que fue interrumpido por la pregunta anterior.

—No, no lo creo. Es evidente que te tiene mucho cariño, sería incapaz de enojarse por una tontería así -Responde la menor unos segundos después-. Solo está herido, le diste en el ego de todo hombre. Cualquier en su lugar hubiera reaccionado igual, no te tortures demasiado.

—Pero no me habla.

—Todos tenemos orgullo, Young Mi -Han Dam gira su cabeza hacia su hermana mayor-. Cómo te dije, solo está herido.

—¿Qué hago para que me vuelva a hablar? -Young Mi también gira hacia Han Dam, así haciendo contacto visual.

—Solo sigue con tu vida, Young Mi. No tienes la culpa de nada, él debería aprender a controlar sus impulsos frente a ese tipo de situaciones -Pausa por unos segundos-. Llegará el momento en el que te hablará, como anteriores oportunidades.

—Siento que este problema es mucho más serio que otras veces.

—No, no es así. Sigue siendo una razón tonta -Resopla y regresa su mirada hacia el techo blanco-. Le importas mucho, Young Mi. Él no soportará por mucho tiempo haber quedado mal contigo y te hablará como si nada hubiera ocurrido, lo sé -Young Mi imita a su hermana menor, mirando al techo y luego se quedan en un corto silencio-. Si no, me encargaré de que se arrodille rogando por perdón.

Ambas terminan riendo por la broma dicha, aunque no estaba lejos de que llegara a suceder porque Han Dam sería capaz de eso para ver a su hermana feliz.

Al día siguiente, las hermanas se encontraban ingresando a la escuela hablando sobre la noche anterior en las que estuvieron solas. Hablaban sobre las malas actuaciones de las películas que vieron, así como los peores momentos y lo que más les agradó de las cinco cintas cinematográficas que vieron durante toda la noche. Estaban riendo hasta que las amigas de Han Dam aparecieron para llevarsela, se despidió de su hermana mayor como pudo antes de ser casi arrastrada por su amigas hacia el interior del edificio.

—¡Young Mi! -Soo Ah apareció sorprendiendo a la nombrada, quién pegó un salto del susto.

—Soo Ah -Dice a penas con la mano en el pecho mientras su pequeña amiga la miraba preocupada-. Casi me matas.

—Lo siento -Repite con rapidez arrepentida por haberla asustado. Ambas empiezan a caminar cuando Young Mi recuperó el aliento-. No pretendía asustarte.

—¿Qué sucede?

—Estuve enviándote mensajes ayer por la noche, pensé que te había ocurrido algo porque no me respondiste.

—Lo siento, estuve con mi hermana todo el día y vimos películas hasta la madrugada. Tiene la tonta regla de apagar nuestros teléfonos para que nada nos distraiga -Se excusa con rapidez mientras saca su teléfono de su bolsillo y lo enciende, se había olvidado de hacerlo al despertar-. ¿Por qué tanta urgencia de contactarme?

—Quería preguntarte si quieres ir a un partido de béisbol, Ju Gyeong también irá.

Una distracción con sus amigas no sonaba tan mal para Young Mi, justo cuando quería hacer algo más que no dejarse lamentar por sus acciones y no mirara el teléfono esperando que Seo Jun le escribiera pidiendo para que se vean.

—Está bien, las acompañaré -Sonríe la pelinegra y Soo Ah aplaude alegre de que haya accedido, incluso entrelaza su brazo con el de ella y así siguen con su camino hacia el edificio.

Llegan al salón de clases y cada una se va a sus respectivos lugares, especialmente Young Mi que tenía mucho por estudiar debido a que la noche anterior ni siquiera miró su libro de Literatura y ese día tenía un examen por rendir pero no había estudiado. Esperaba que unos cuantos minutos sirvieran para aprenderse todo lo necesario para no reprobar. Saca sus pertenencias con rapidez, deja lo necesario para estudiar sobre la mesa y busca en las hojas del libro el primer tema que debería memorizarse.

Por otro lado, Seo Jun llega al salón de clases en compañía de Ju Gyeong con quién se había encontrado al ingreso de la escuela. Como si fuera una reacción inmediata, gira la cabeza hacia el otro lado de la habitación donde una conocida pelinegra se encontraba sentada en su lugar y movía la mano con rapidez copiando el resumen de los temas que debía estudiar. Él ya se imaginaba encontrarla así, era una gran estudiante y se esforzaba siempre por sacar las mejores calificaciones, a diferencia de él que no le gustaba estudiar y mucho menos prestaba atención a las clases pero eso no le molestaba en lo absoluto. Cada uno tenía diferentes aspectos en los cuales sobresalir.

Ya empezaba a sentirse mal por no hablarle como acostumbraban desde esa noche. El enojo estaba dejado de lado, ahora era completa vergüenza por lo que casi sucede entre ambos cuando estuvieron en el pasillo.

Era consciente de los deseos que se presentaron cuando estuvieron tan cerca de por fin arruinar su amistad, tanto como habían querido en lo más profundo de sus intenciones. No negaba las ganas que tuvo de besarla, sabía lo que había sentido pero eso solo lo confundía más de lo que ya estaba con anterioridad. ¿En serio sentía esas cosas por su mejor amiga? Si bien se conocían de toda una infancia de la cuál no recordaba a detalle y luego de poco menos de diez años después se volvieron a encontrar, ¿en serio sería capaz de tener sentimientos por alguien que empezaba a conocer? Y es que lo poco pero mucho a la vez que Young Mi le había mostrado, era suficiente para tenerle un afecto justificado pero, ¿era suficiente?

No lo sabía, no sabía nada y eso lo frustraba a grandes cantidades que solo quería golpearse la cabeza contra la pared más cercana.

¿Por qué pensaba en ella? ¿Por qué quería pedirle disculpas? ¿Por qué quería rogarle por perdón? ¿Por qué quiso besarla? ¿Por qué ella? Y sobre todo, ¿por qué empezaba a sentirse mareado por dos chicas? No era normal, sentimientos nuevos que lo asustaban y confundían.

La mira, tan tranquila con la atención puesta solamente en su cuaderno sobre la mesa y su mano agarrando el lapicero negro moviéndose con ligereza. No era la gran cosa pero para Seo Jun fue lo necesario para que se quedara un gran rato mirándola sin parpadear por largos segundos. Es en ese entonces donde recuerda parte de lo que había sucedido en el karaoke, esa noche que fue desenlace para que ambos dejaran de hablarse.

Cuando Seo Jun ingresó a la habitación del karaoke, no esperaba encontrarse a Young Mi que también fue retenida por Sung Yong. No pudo evitar descargar todo su enojo contra el matón que se había atrevido a hacer una estupidez como esa, podía hacerle cualquier cosa y él lo aguantaría pero al ver que su amiga estaba en una situación que no le correspondía y tan solo pudo tocarle un solo mechón de cabello, lo volvió loco. Se desquitó con Sung Yong no tanto como quiso pero fue suficiente cuando Young Mi lo interrumpió antes que lo matara a golpes.

—¿Estás bien? -Pregunta Seo Jun a Young Mi, quién se encontraba en el pasillo mirando el pequeño rasguño que tenía en la mano producto de la pelea. Habían dejado inconscientes al resto de los matones en el interior de la habitación.

—Sí, solo fue un rasguño -Responde pero aún así, Seo Jun toma la mano de la pelinegra con delicadeza y la mira con más detenimiento, provocando que Young Mi centrara su mirada en él un poco sorprendida por su accionar-. Estoy bien -Retira la mano con las mejillas quemando pero por la oscuridad del lugar, no pudo ser notado-. Tengo que irme, ya es tarde.

—Te acompaño -Dice de inmediato-. Al final, es mi culpa que terminaras en esta situación.

Young Mi mira a su amigo, se veía bastante mortificado por haberla arrastrado a ese problema en donde ella no tenía nada que ver y quería compensar parte de su culpa haciendo todos los méritos que pudiera. Ella relaja su cuerpo y le sonríe con tranquilidad, haciéndole saber que no estaba enojada y triste por lo que había ocurrido para que él no se sintiera mal.

—Está bien -Asiente-. Vamos.

Los dos estaban a punto de salir del edificio, el camino fue en completo silencio pero no tenían mucho por decirse así que estaba bien, no fue para nada incómodo. Cruzan la puerta principal saliendo a la calle y es cuando ambos se detienen al ver a una persona bastante conocida frente a ellos. Estaba apoyado en el vehículo oscuro con una mano sosteniendo el teléfono pegado a su oreja, llamaba a alguien con insistencia pero no le contestaba y era notable que estaba preocupado por la forma en como empezó a caminar de un lado a otro.

Seo Jun gira hacia su amiga al lado, esperando ver su reacción pero solo pudo ver asomarse un poco de sorpresa por verlo.

—¿Alex? -Pregunta Young Mi lo suficientemente alto para que el mencionado escuchara, se detuviera y girara al escucharla. Suspira aliviado y cuelga la llamada a la que no obtuvo respuesta, da pasos hacia ella pero se detiene a unos metros de distancia.

—Pensé que te había pasado algo grave, Young Mi. Te estuve llamando muchas veces pero no contestabas -No hace falta reiterar lo preocupado que se veía y escuchaba.

—Creo que mi teléfono dejó de funcionar arriba -Se excusa con rapidez la pelinegra. Luego recuerda que no estaba sola y gira hacia su acompañante, que estaba serio y en completo silencio-. Alex, él es Seo Jun -Señala al mencionado y el extranjero sonríe con naturalidad-. Es mi amigo.

—Mucho gusto, Seo Jun. Soy Alex Wong, un placer.

El chino extiende su mano con educación esperando que también sea correspondido por el pelinegro que era casi de la misma estatura, por lo que no tuvo esfuerzo de hacer contacto visual con él. Seo Jun mira la mano del desconocido y alza una ceja con confusión, mueve sus manos y Young Mi tiene la esperanza de que le corresponde pero su desilusión fue notoria cuando él metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Alex termina por bajar la mano un poco avergonzado por haber quedado así, era la primera vez que le sucedía algo similar pero solo puede reaccionar soltando una sonrisa despreocupada.

—Seo Jun es mucho de formalidades -Excusa Young Mi casi de inmediato, esperando que así su amigo no quede tan mal.

—No es problema para mí -Alex se mantuvo sereno y Seo Jun solo quiso golpearlo-. ¿Nos vamos? -Dirige su mirada a Young Mi esperando a su respuesta, aunque ella tampoco lo sabía.

Por un lado estaba Seo Jun, quién también esperaba su respuesta y se había ofrecido primero a acompañarla a casa. Teniendo como dato extra que no soportaba a Alex y era demasiado evidente desde la primera vez que se vieron en la escuela, podría justificarse con que sabía sobre el daño que le había hecho en Australia y lo mucho que estaba involucrado en ese problema pero algo dentro de Young Mi no estaba completamente segura sobre eso.

En el otro lado estaba Alex, quién había llegado hasta ahí para rescatarla o ayudarla en lo que fuera necesario. Fue educado con Seo Jun pero el pelinegro no le correspondió de la misma manera, dejando de lado eso, volvía a ser un caballero ofreciendo a llevarla a casa sin saber que Seo Jun se lo había ofrecido primero. Y ahora el problema era que no sabía a quién negarle la compañía.

—Yo la acompañaré -Sentencia Seo Jun con dureza y casi agresividad.

—¿Sí? -Alex mira a Young Mi, esperando que ella confirmara lo que Seo Jun dijo y eso solo colocó a la pelinegra en un gran aprieto.

—Sí -Asiente luego de unos segundos–, pero tengo que cosas importantes que hablar contigo -La pequeña sonrisa victoriosa de Seo Jun fue borrada de inmediato, y vuelve a girar su cabeza hacia su amiga, quien también lo mira–. Lo siento, Seo Jun, pero en serio es importante que hable con él a solas.

Decir que Seo Jun estaba dolido era muy poco, prefería que lo hubieran golpeado esos matones a escuchar eso. Dolido y enojado al mismo tiempo porque Young Mi eligió irse con Alex aunque tuvieran unos temas que discutir, no era suficiente para que el chico pudiera aliviarse ni una sola gota. Podrían hablar de lo que sea más adelante, ¿por qué hacerlo en ese momento? Le molestó demasiado.

—Como sea -Seo Jun no iba a soportarlo, si permanecía ahí terminaría en una gran pelea y era por lo último que quería pasar.

Se aleja del lugar dejando a Young Mi con Alex, ignorando los llamados de la chica que vió con claridad que él se fue enojado. No le gustaba que discutieran, claro que no y siempre intentaba no cometer errores para que Seo Jun no reaccionara así pero a veces hasta por la más mínima situación, termina por enojarse. Era alguien complicado de tratar y sin duda, su elección dejó como secuela que Seo Jun dejara de hablarle.

Pero luego de eso, él no se pone en los zapatos de ella.

Young Mi intentaba no cometer más errores que termine en un desenlace de discusión, lo odiaba con toda su alma pero Seo Jun era alguien especial por el cual tratar. A veces, las buenas intenciones o reacciones de ella terminaban por ser malinterpretadas por el chico, y es así como de alguna u otra manera él terminaba por alejarse molesto. No sabía qué más hacer para evitarlo, empezaba a volverse un círculo vicioso en el que la tristeza e incertidumbre eran los protagonistas.

¿Estaba siendo lo correcto? ¿Su relación realmente estaba tomando un rumbo exacto? No lo sabía, para nada. La confundía demasiado y la respuesta era clara, pero le dolía aceptar que no estaban yendo a ningún lado bueno.

Pero tampoco quería dejarlo, ya se había convertido en parte importante de su vida y dar vuelta atrás no era una opción, más cuando tenía una enorme duda por resolver: Sus verdaderos sentimientos hacia él.

¿Qué debía hacer? No quería volver a equivocarse, pero tampoco quería arriesgarse demasiado para perderlo todo.

Los dos tenían miedo de aclarar y aceptar por completo lo que empezaban a sentir. Estaban confundidos pero de maneras diferentes.

Ella quería decirle lo que realmente siente pero no quiere arriesgarse a que no sea correspondido y termine perdiéndolo por completo.

Y él no sabe si realmente gusta de ella, agregando el hecho que siente la misma aceleración de latidos y el corte de respiración por una segunda persona. No quiere lastimar a su amiga y por las señales malinterpretadas que le estuvo dando, parece que ella tenía una inclinación más por volver a relacionarse con Alex y al lado de él, no tenía oportunidad alguna.

¿Qué debían hacer dos enamorados que no tienen oportunidad?

disculpen la tardanza, estaba
esperando que el último capítulo
llegara a la cantidad de votos
muchas gracias por su apoyo.

lxs amo muuuuucho <3
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lxs leo siempre.

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