TREINTA Y SEIS. street fight

🌸 CAPITULO TREINTA Y SEIS
street fight /   pelea callejera
─────────────────

NO PUDO NEGARSE ANTE EL PEDIDO DE Soo Ah de pasear por el centro de la ciudad para compartir un lindo momento con sus dos únicas amigas y sincerarse cómo debe ser. Las tres recorrieron casi todas las tiendas en busca de cosas bonitas para comprarse pero en realidad era porque Soo Ah estaba arrasando con toda la mercancía de los boys groups que le gustaba. Young Mi había dejado un poco de estar al corriente de las nuevas canciones y grupos que aparecían casi a diario, conocía a un par por el cual sus amigas casi perdían la cabeza.

Era una gran fan en Australia, incluso estuvo soñando en convertirse en una y se preparó por un corto tiempo pero luego sucedió lo de Louisa y toda su vida junto a sus sueños se congelaron para, probablemente, siempre.

Las seguía como una sombra ojeando algunas cosas y buscando mercancía de los grupos que conocía. Compró algunas otras pocas cosas para su hermana menor porque sabía que ella amaba alguno que otro grupo, así que aprovechó ese momento que estaba sola para comprarle lo que quisiera porque si estuviera acompañada de Han Dam, ella no la soltaría jamás y le haría comprar todo lo que hubiera en la tienda.

—Wow, este photobook es tan lindo, ¿qué hago? -Dijo Soo Ah mirando el pequeño álbum que tenía entre sus manos. Se habían detenido frente a un puesto de comida callejera y estaban esperando su turno.

—Vaya, ¿cúanto tiempo ha pasado desde la última canción de Crash? -Pregunta Ju Gyeong sin quitarle la mirada a lo que tenía. Ambas estaban demasiado emocionadas por lo que habían comprado y tenían una gran sonrisa sobre sus rostros.

—Es inesperado de tu parte. Te ves tan adorable que te guste este tipo de música hardcore -Comentó Soo Ah.

—Nos sorprendió a ambas entonces -Apoyó Young Mi.

Las dos chicas de adelante se fueron luego de recibir sus respectivos pedidos y siguieron las tres chicas que estaban esperando.

—Por favor denos tres corndogs -Pidió la más pequeña del grupo.

—Se ve delicioso -Dijo la castaña viendo con hambre algunos de los corndogs que ya estaban preparados.

Cada una recibió sus respectivos pedidos y agradecieron, dieron la vuelta para seguir con su camino pero se detuvieron al ver cómo una de las chicas de su escuela era acosada por un trío de chicas y una de ellas le resultaba bastante conocida a Young Mi. La ubicaba cómo la chica que estuvo acompañando a Sung Yong esa tarde dónde ella iba a comer hamburguesas con Seo Jun y Cho Rong pero se encontraron con ese grupo en mitad de camino.

Tiraron de la mochila rosada que Hye Min cargaba al salir de la escuela e intentaban ver lo que había en su interior mientras la tímida chica les pedía que se detuvieran pero era ignorada.

—¿Qué? ¿Acaban de llevarse a alguien de nuestra escuela? -Pregunta Soo Ah en voz alta viendo cómo llevan a Hye Min a otro lado.

—Es a eso a lo que se dedican. Personas cómo ellas no tienen nada más interesante que hacer que acosar a quienes no pueden defenderse -Contestó Young Mi con desprecio, recordando los momentos de abuso que sufrió en su antigua escuela.

Ju Gyeong corrió hacía dónde ellas se habían llevado a Hye Min.

—¿A dónde vas? -Pregunta Soo Ah viendo a su amiga correr.

—A meternos en problemas -Suspira Young Mi al saber las intenciones de su amiga–. Vamos.

Ambas pelinegras corren detrás de Ju Gyeong siguiéndola a dónde sea que ella estuviera yendo con tanta prisa para evitar que ese grupo de acosadores sigan molestando a Hye Min. Atravesaron el parque en el que se encontraban hasta llegar a una pequeña zona alejada dónde no había nadie cerca y aunque hubiera, muy pocas personas se atreven a intervenir en un caso de abuso.

—¡Oye, Park Sae Mi! -Se escucha la exclamación de Ju Gyeong al llegar.

—¿Lim Ju Gyeong? -Pregunta con burla al verla.

—Es nuestra dumpling -Ríe una de las otras chicas.

—Nosotras íbamos a ir a verte de todos modos, pero nos encontramos así -Sigue hablando Sae Mi y luego mira a la otra pelinegra que estaba al lado de Soo Ah–. La novia de Seo Jun, te encuentro en todos lados.

—Deja ir a Hye Min -Fue un intento de orden por parte de Ju Gyeong pero las chicas se rieron.

—¿Qué pasa si no quiero?

—Ju Hye Min, ven aquí.

La mencionada corre hacia Ju Gyeong a pesar que una de las chicas quiso retenerla pero se liberó fácilmente, se colocó al lado de ella en busca de protección.

—Estás saliendo con Lee Su Ho y tienes a Han Seo Jun de tu lado. Definitivamente creciste mucho -Sonríe–. Pero, ¿escuché que el vídeo y las fotos se difundieron en el tablero de anuncios? Sus vidas se arruinaron, ¿qué harán? No es cómo si Ju Gyeong pudiera volver a nacer y Young Mi pueda evitar querer salir con chicos que tienen pareja.

—¡Oye! -Ju Gyeong avienta su corndog dándole a Sae Mi en la cara generando sorpresa por parte de todas las chicas presentes.

—Esta... Estás loca, ¿quieres morir de verdad? -Le grita.

—En tus propias palabras, ustedes morirán hoy -Ju Gyeong alzó su póster enrollado y corrió hacia Sae Mi, golpeándola con este repetidas veces.

Pronto ambos grupos empezaron a pelear a golpes cómo podían ya que no eran unas experimentadas peleando. Young Mi sabía una que otra cosa del karate pero no es que tampoco quisiera aplicarlo en esa pelea, sólo le traería más problemas e hizo un juramento que las lecciones solo serán aplicadas durante las clases y trataría de evitarse ser utilizada para la vida diaria. Pateó a alguna que otra chica e esquivaba sus golpes pero decidió que eso era suficiente, recibió otros golpes también y jalones de cabello librándose rápidamente de estos.

—Eres una quita novios -Dijo una de las chicas luego de jalarle el cabello negro de Young Mi y tirarla al suelo–. ¿Estás jugando con Seo Jun también? Es una vergüenza.

—Sólo cállate -Young Mi la pateó en la pantorrilla haciendo que caiga al suelo.

Las chicas terminaron tirándose de los cabellos unas con otras formando un círculo

—¿Qué están haciendo? ¡Quítate!

Un chico logró separarlas y alzó la mano dispuesto a abofetear a Hye Min por estarle tirando del cabello a una de las chicas, probablemente se trataba de alguien de la escuela de Sae Mi. Young Mi se apresura a sostenerle el brazo antes que pudiera abofetear a la chica que se mantuvo quieta esperando ser golpeada. El desconocido mira a Young Mi y esta le mira de vuelta retándolo.

—Hazlo y te arrepentirás.

—¡Oye, hermano! -Una voz masculina los interrumpe cuando el chico estaba por contestarle. Giraron a ver notando que se trataba de Cho Rong–. ¿Qué imbéciles se están metiendo con mis amigas de Saebom? -Todos dejaron de sostenerse, incluso Young Mi soltó con asco el brazo del chico–. Oye, me encargaré de esto. Ustedes deberían irse -Les habló a las chicas que conocía antes de darle un mordisco al corndog que sostenía en una mano.

Las cuatro chicas asintieron y se alejaron del grupo de Sae Mi pero no las dejaron de casi amenazarlas con las miradas. Recogieron sus pertenencias y caminaron hacia el mismo camino por el cuál habían llegado sin quitarles la miradas de encima a las chicas. Todas estaban con los cabellos hechos un desastre y los rostros rojos cómo un tomate luego del enfrentamiento, incluso tenían alguna que otra marca debido a las agresiones.

No dijeron nada en todo el camino pero acordaron que irían a comer algo porque habían perdido energías luego de una pelea bastante intensa. Las cuatro chicas estaban sentadas en la misma mesa y habían decidido ordenar lo que más querían mientras algunas personas a su alrededor las miraban raro por sus aspectos preocupantes.

—Gracias, Ju Gyeong -Dice Hye Min.

—Desde ahora en adelante, nunca vayas con ellas -Aconseja la castaña al lado de Soo Ah–. Si ellas tratan de llevarte llama a la policía de inmediato, ¿está bien?

—Pero ahora ya no tengo miedo de Sae Mi -Confiesa con seguridad–. Antes parecía tan poca cosa. ¿Por qué tuve miedo todo este tiempo? Debería haberlas enfrentado antes.

—Eso es verdad. También debería haberlo hecho antes -Asiente Ju Gyeong dándole la razón.

Soo Ah rebusca entre sus pertenencias y saca uno de los tantos álbumes que había comprado esa noche pero era el único que salió severamente dañado.

—Lo compré hoy -Dijo con tristeza al ver lo roto que estaba su álbum–. Chicos, perdón que no pude protegerlos. Duele mucho, ¿verdad?

—¿Quieres este? Normalmente compro dos al mismo tiempo -Dice Hye Min entregándole un álbum en buen estado.

—¿De verdad me estas dando este a mí? -Soo Ah lo toma un poco sorprendida–. ¡Muchas gracias! Te compraré algo delicioso. Por cierto, ¿también eres Gelatin?

—Sí, el tercer grupo de Gelatin. ¿Qué hay de ti?

—Yo también soy del tercer grupo.

—¿De verdad? -Pregunta sorprendida–. ¡Increíble! ¡Es bueno saber eso!

Ambas empiezan a chocar las palmas de sus manos con emoción mientras Ju Gyeong y Young Mi se miran para luego reír un poco debido a que no entendían nada de lo que estaban hablando pero parecía que habían encontrado algo que Soo Ah y Hye Min tenían en común.

El desenlace de esa noche fue bastante agradable, algo de lo que Young Mi no creía que iba a suceder luego del rumor y el enterarse de que Soo Jin estuvo detrás de todo eso. Estaba segura que al final de la noche iba a sentir un gran vacío al tener una salida grupal de amigas sin Soo Jin pero con la inesperada llegada de Hye Min no sintió nada en lo absoluto, incluso se sintió mucho mejor que de costumbre. Las cuatro disfrutaron contándose cosas e integrando a Hye Min al nuevo grupo de amigas, compartieron gustos y en su mayoría congenió bastante con Soo Ah.

Las cuatro anduvieron por las calles entrelazando sus brazos y riendo de chistes tontos cómo si fueran amigas de toda la vida.

Cada una se dirigió a su propia casa luego de que Tae Hoon haya recogido a Soo Ah en un punto que acordaron. Young Mi decidió tomarse un taxi no sin antes tomarle fotos a la matricula del vehículo para enviárselo a su hermana menor y avisarle que estaba de regreso para que nadie de su familia se alterara por su larga ausencia sin haberlo comunicado. El taxi se desplazó por las calles con dirección hacia la dirección que la joven le había indicado. Un recordatorio apareció en las notificaciones de Young Mi avisándole que debería dar su examen de manejo en un par de días y ese era el primer recordatorio de los muchos que colocó para no olvidarse.

Llegó a casa, saludó a sus padres y entregó los regalos que compró para su hermana menor, la cuál no sabía de qué manera agradecerle pero estaba demasiado feliz por ese gran detalle. Abrazó con fuerza Young Mi y no la soltó un largo rato mientras le repetía lo mucho que la quería, lo buena hermana que era con ella y lo agradecida que estaba por un regalo así. Han Dam se separó de su hermana con mucho esfuerzo pero al final la liberó, dejando que Young Mi subiera a su habitación luego de una agotadora noche.

Se deshizo del uniforme escolar y vistió su ropa de dormir más cómoda. Ya estando cómoda en su cama tomó su teléfono para ver todos los mensajes que tenía de Seo Jun preguntándole si estaba bien pero al no obtener respuesta siguió insistiendo hasta el punto de casi preocuparse para luego decir que llamó a Han Dam y le dijo que su hermana había salido, eso lo puso más tranquilo y le mandó un último mensaje diciéndole que le respondiera en el primer segundo que viera ese mensaje. Young Mi sonrió al ver todos los mensajes que le mandó y cómo él entró en pánico para luego calmarse al llamar a Han Dam y ella le dijera dónde estaba su hermana mayor.

Decidió llamarlo y el segundo timbre le contestó.

—Parece que tienes el teléfono atado al cuello -Young Mi se burló por su rapidez al contestar.

—Pensé que te había sucedido algo. No contestabas mis mensajes.

—Siempre piensas que me sucede algo. Tengo una vida y amigos, ¿sabes?

—Eso me hace sentir mal, ¿no era tu único amigo?

—¿Eso es lo que quieres?

—Por supuesto -Young Mi ríe y Seo Jun sonríe a pesar que ella no puede verlo–. ¿Cómo la pasaste?

—Muy bien pero hice algo de lo que nunca creí capaz de ser participe.

—¿Robaste un banco?

—Algo peor -Mordió un lado de su labio inferior antes de seguir hablando–. Participé de una pelea callejera. ¡Pero no te asustes! -Exclamó rápidamente antes que Seo Jun le dijera que estaba yendo a su casa para asegurarse que estaba bien–. No tengo ni un rasguño, te lo juro por lo que más quiero.

—¿Y qué es lo que más quieres?

, pensó Young Mi.

—Simba -Respondió luego de carraspear. Estaba avergonzada por su propio pensamiento involuntario–. Te juro por Simba que no me ha pasado nada, sólo tengo el cabello hecho un lío.

—¿Dónde sucedió? ¿Por qué sucedió? ¿Quiénes fueron?

—¿Ahora esto es un interrogatorio?

—Me respondes ahora o voy a tu casa a preguntártelo -Demandó con seriedad y Young Mi resopló sabiendo que él estaba hablando en serio.

—En el parque. Fue Sae Mi y su grupo, estaban molestando a una chica de la escuela -Contestó luego de darle vueltas al asunto un par de veces sabiendo que Seo Jun las conocía y probablemente sería capaz de ir a enfrentarlas–. Cho Rong fue quién detuvo la pelea, apareció de un momento a otro.

—Ese idiota. No me dijo nada -Farfulló con molestia y luego suspiró–. ¿Al menos ganaste?

—Obvio -Escuchó una risa por parte de Seo Jun–. No iba a dejar que se salga con la suya de nuevo. Y siento que de alguna manera ya me la debía, estoy feliz.

—Creo que debería enseñarte algunos trucos.

—¿Y ser inquebrantable cómo tú? -La chica se burló al recordar esa palabra con la cuál Seo Jun se definió alguna vez.

—¡Ya! ¡Young Mi! -La pelinegra empezó a carcajear al lograr molestarlo–. ¡Tú, mocosa! Olvídate de eso.

—Jamás. Vivirá en mis recuerdos para siempre -Seo Jun gruñó del otro lado–. Me debes una salida, ¿puede ser mañana?

—Está bien, no tengo nada por hacer mañana.

Una idea llegó a la cabeza de Seo Jun pero se mordió la lengua para evitar decirlo. Sabía y sentía que las cosas habían mejorado demasiado con Young Mi, los sentimientos que tenía por ella volvía a tocarlo y el ambiente iba cambiando dejando de lado la sensación de ser solo una amistad cómo lo era al principio. La empezaba a mirar con otros ojos y el ser consciente de todo le cambiaba la percepción de muchas cosas, por ejemplo la idea de querer interpretar esa salida cómo una especie de cita entre ambos.

Quería decirle y definir esa salida cómo una cita entre ambos, probablemente para empezar a compartir momentos que ya dejarían de ser catalogados como una simple amistad pero, ¿estaría en lo correcto?

La confesión que ella le hizo en el viaje escolar fue clara: sentía algo por Seo Jun. ¿Seguiría sintiendo lo mismo luego de todos los problemas por los que pasaron? Quería descubrirlo, ya no quería sentir miedo de lo que sentía por ella y estaba convenciéndose de arriesgar un poco más por corresponder lo que su corazón siente y no por lo que su cerebro le demanda.

Pero a pesar de eso, él no habla.

—Entonces, nos vemos mañana, Han Seo Jun.

—Nos vemos mañana, Eun Young Mi.

La llamada es colgada por parte de la pelinegra, dejó el teléfono sobre su pecho y luego sonrió abiertamente. La salida del día siguiente podría ser ideal para poder tratar de confesarle sus sentimientos de forma directa y estando sobria.

Estuvo toda la noche dando vueltas en su cama pensando en las maneras de cómo empezar a llevar la conversación hacia la confesión que debía planificar paso por paso. No tenía conocimientos en declararse a alguien en la vida real, solo conocía alguno que otro truco que había visto en millones de películas y series pero era todo ficción. ¿Qué mejor que recurrir al internet? No dejó ni una sola página web sin revisar nutriéndose de toda la información posible sobre cómo declararte a alguien que te gusta y es así cómo tuvo un pequeño plan para poder decírselo a Seo Jun.

Fueron pocas las horas que logró dormir y no fueron las suficientes para encontrarse en buena forma pero su emoción por lo que pueda suceder esa tarde fueron mayores que ella, tenía la adrenalina corriendo por sus venas desde que colgó la llamada la noche anterior. Eran alrededor de las nueve de la mañana y ella recién se removía en su cama saliendo de su corto sueño, giró hasta quedar boca arriba mirando el techo blanco tratando de asimilar que su vida podría cambiar esa tarde, para bien o para mal.

Esperaba que sus sentimientos sean correspondidos porque de lo contrario, la amistad se arruinaría por completo y dolería demasiado perderlo para siempre.

Estaba corriendo un gran riesgo pero lo valía, ¿no? Ahora la inseguridad tomó posesión de cada célula de ella y pronto entró en un estado de indecisión tremenda, causando que volviera a rodar por su cama pataleando una y otra vez por la difícil situación por la que estaba pasando. Que difícil era estar enamorada.

Deshizo las sabanas que envolvían su cuerpo y arrastró sus pasos hacia la salida de su habitación. Estuvo en el baño haciendo lo que tenía que hacer, luego regresó a su habitación para quitarse la ropa de dormir y por último terminó bajando hacia el primer nivel de la casa para desayunar algo. Han Dam se encontraba en la sala con su teléfono tecleando algo en la pantalla mientras el comedor se encontraba completamente sucio ya que sus padres se encontraban trabajando.

—Buenos días -Saluda Han Dam sin quitarle la mirada a su teléfono.

—No tienen nada de "buenos" -Murmura mientras abre el refrigerador de la cocina.

—¡Esa es la actitud! -Exclama con sarcasmo–. ¿Ahora qué te sucede, princesa felicidad? Estaba segura que estarías más contenta al despertar tarde por primera vez en dieciocho años de tu existencia.

—No pude dormir más de cuatro horas, eso es lo que sucede -Dijo antes de darle un largo sorbo al jugo que había vertido en un vaso–. Siento que me ha atropellado un camión.

—Entiendo el sentimiento, me sucede todos los días sin importar que haya dormido más de doce horas -Han Dam deja a un lado su teléfono y centra la atención en su hermana–. Te acostumbrarás, no te preocupes. ¿Puedo saber por qué no pudiste dormir?

—Estuve pensando e investigando en demasiadas páginas web.

—¿Sobre qué? -Han Dam abandona su lugar en el sofá y camina lentamente hacia la cocina dónde se encontraba su hermana mayor.

—Hoy saldré con Seo Jun y quiero confesarle mis sentimientos -La menor regresa al vaso el jugo que le había robado a su hermana y la mira con los dos ojos bien abiertos por la sorpresa–. Ese era mi jugo y no lo quiero de vuelta ahora que salió de tu boca.

—¿Cómo dijiste? ¿Le dirás lo que sientes por él? -Young Mi baja la cabeza pero termina asintiendo–. ¡Anda por eso, reina! Toma tus riegos, por fin -Ríe Han Dam tomando por sorpresa a su hermana–. Él es demasiado tímido o un tonto por completo para tomar las riendas de la situación, entonces hazlo tú misma. Ya sabes, una mujer siempre termina haciendo el trabajo de un hombre -Encoge sus hombros–. Además, marcarías una gran diferencia y romperías con algunos estereotipos pero te admiraré por eso, hermana mayor.

—No eres buena para brindar apoyo en estos casos.

—Sabes a dónde quiero llegar -La señala y ella asiente–. Anda por ello. Si ese tonto te rechaza, se estará perdiendo la oportunidad de su vida y lo acabaré con mis dos puños.

—Sí, te creo -Comenta con ironía–. Tengo miedo.

—Sólo un tonto no sentiría miedo por esto. Muy pocos tienen la seguridad de enfrentarse a algo de este tamaño y me alegro que seas tú una de ese pequeño porcentaje -Coloca una mano sobre el de Young Mi y le sonríe abiertamente–. Estoy orgullosa de ti.

—No digas eso que me harás llorar -Aleja su mano de ella y gira a mirar a otro lado–. No te pongas sentimental, no es la gran cosa.

—Oh, claro que lo es -Sonríe–. Espero que Seo Jun termine siendo mi cuñado. Sería una gran tristeza no verlos juntos después de la historia que tienen detrás, casi parecida a una película muy buena de romance.

—Así que mi vida es una película.

—Completamente, sólo nos queda rogar por un buen desenlace.

Las horas pasaban rápidamente y Han Dam había acordado con sus amigas llegar más tarde a su punto de encuentro diciendo que tenía algunos asuntos que atender primero cuando en realidad tomó la decisión de quedarse en casa a ayudar a su hermana a prepararse para su salida tan importante con Seo Jun. Estuvieron algunas horas buscando en redes sociales alguna que otra tendencia de moda para poder formar un buen conjunto de ropa que dejara sorprendido a Seo Jun pero lo que no sabían era que él podía verla hasta en pijama y siempre le parecería la chica más hermosa que haya conocido.

No dejaron que las personas que servían a la casa se quedaran esa tarde, así que les dieron el día libre para que regresen a casa mientras las hermanas juraron ocuparse del almuerzo y la cena aunque en realidad sólo pidieron pizza y una ronda de pollo frito con diferentes salsas, y para la cena iban a convencer a sus padres de que cenaran en algún restaurante.

Young Mi se encontraba sentada sobre su cama revisando algunas revistas de moda que Han Dam tenía en su habitación mientras su hermana menor estaba sentada frente al tocador revisando todos los productos de belleza y maquillaje que su hermana tuviera disponible. Estaban en completo silencio hasta que el teléfono de Young Mi empezó a sonar, ambas se miraron confundidas pero teniendo la idea de que se trataba de Seo Jun probablemente para comunicarle alguna mala noticia. La pelinegra empezó a rebuscar entre toda la pila de revistas su teléfono que seguía sonando sin parar hasta que lo encontró y leyó el nombre que se iluminaba en su pantalla, un nombre que no esperaba leer.

—Hola, Alex -Han Dam mira sorprendida a su hermana al escucharla mencionar ese nombre–. ¿Qué tal?

—Hola. Espero no haberte interrumpido algo.

—No, claro que no interrumpes nada -Han Dam formula un "mentira" con sus labios y luego revolotea los ojos con molestia–. ¿Sucede algo?

—Sólo quería avisarte que estaré viajando a Seúl en unas horas. Cuando llegue podría avisarte para poder vernos dónde desees.

—Sí, está bien -Hubo un corto silencio luego de eso–. Pudiste habérmelo dicho por mensaje, ¿sabías?

—Sí, pero recién lo recuerdo y estoy manejando por lo que no puedo tener el teléfono en la mano -Respondió rápidamente–. Parece que estaba interrumpiendo algo. Te escribiré cuando llegue a la ciudad.

—Bien, esperaré entonces.

La llamada fue colgada por ella y soltó un suspiro cuando lo hizo mientras Han Dam la miraba atenta a que dijera algo, especialmente porque no esperaba que su hermana hablara con él.

—¿Cuándo empezarás a explicarme cómo es que ahora te mensajeas y llamas con Alex con tanta confianza? Teniendo en cuenta que casi me cortas el cuello cuando te enteraste que hablé con él hace unos meses.

—Es diferente ahora.

—Oh, claro que no lo es -Negó repetidas veces–. ¿Me lo dirás? ¿O es que tengo que llamarlo a él para preguntarle?

—Eres insoportable -Gruñó y dejó su teléfono a un lado–. Se enteró de lo que me ocurrió y me llamó para preguntarme cómo estaba. Empezamos a hablar y acordamos en vernos cuando regresara a la ciudad, por eso me estaba llamando ahora. Eso es todo, deja de mirarme así.

—¿Cómo se habrá enterado de eso? Si se supone que la publicación solo fue en el tablero de anuncios de nuestra escuela -Han Dam frunció sus cejas confundida mientras pensaba en alguna posible respuesta a su propia pregunta pero no encontraba nada.

—No lo sé, le preguntaré cuando lo vea -Encoge sus hombros y sigue ojeando las revistas–. Tengo que decirle a Seo Jun que veré a Alex, no quiero que se vuelva a enojar cuando lo vea y yo no le haya avisado. La última vez que ambos se vieron sin saber sobre la presencia del otro, Seo Jun se enojó conmigo y no hablamos en meses.

—Seo Jun es un completo tonto en ese lado, no me gusta ese gran defecto que tiene -La menor arrugó su nariz disgustada–. Sólo coméntalo. Si se le ocurre enojarse, tendremos graves problemas él y yo.

—¿Debería hacerlo hoy? ¿Justo cuando planeo decirle lo que siento?

—Que gran dilema es tu vida, me cansa -Resopla mientras pasa ambas manos por su cabello y piensa en una respuesta a las preguntas–. Hazlo mañana. No es que vayas a salir mañana con Alex, no es un asunto de urgencia.

—Estoy siguiendo tus consejos. Si sale algo mal, serás tú quien pague todo esto -La señala amenazante y Han Dam levanta ambas manos en señal de rendición.

—Con esas vibras, ¿cómo podrían salir mal las cosas? Tienes que ser positiva y pensar en que todo irá bien para que veas cómo manifiestas cosas buenas -Movió sus manos de forma exagerada sacándole una risa a su hermana mayor.

—Que gracioso. Está bien, seré positiva.

Si Young Mi se convencía a sí misma que las cosas saldrían bien, ¿eso sucedería?

literal, falta un capítulo o dos
para entrar al segundo acto
que es la recta final :)

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top