TREINTA Y OCHO. business
🌸 CAPITULO TREINTA Y OCHO
business / negocio
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⚠️ CAPÍTULO EXTREMADAMENTE LARGO ⚠️
DESDE QUE YOUNG MI HABÍA REGRESADO A SEÚL a coleccionó una infinidad de buenos momentos junto a sus amigos de los cuales no se olvidará jamás, incluso los malos ratos que vivió durante el desamor y por su pasado haciéndole sombra. Aún a pesar de todo, nada se comparaba con lo que había vivido la noche anterior. No solo fue una salida entre ella y Seo Jun que acabó con un beso, sino que ambos estuvieron esperando mucho por eso y disiparon cualquier niebla que les nublaba el camino correcto. Su amistad había terminado y una nueva barrera había sido destruida dándoles la opción de volverse algo más que simples amigos o convertirse en desconocidos.
Las intenciones eran claras y compartían el mismo sentimiento de afecto por el otro, aún así tenían que aclararlo de forma verbal para poder determinar qué serían en el futuro. No podían dejar pasar algo así con tanta simpleza, tenían que decirlo y no guardarse nada.
Lo primero que hizo Young Mi al despertar al día siguiente fue gritar y soltar patadas junto a vueltas por toda su cama como una niña pequeña sin ocultar su felicidad desbordando casi por los poros de su cuerpo entero. Saltó de la cama y fue a verse al espejo notando su sonrisa que se había formado en inconsciencia de lado a lado. La felicidad la iba a matar, se sentía como una bomba preparada para explotar en cualquier momento y solo verías brillos, arcoíris y caritas felices por todos lados.
Saltaba de un lado a otro tarareando la canción más alegre que se le haya ocurrido y de esa manera descendió las escaleras. Llega al comedor llamando la atención de su familia que recién se habían sentado a desayunar pero veían de manera extraña a la pelinegra, sobre todo por su expresión de felicidad una mañana en domingo.
—Buenos días, familia -Dijo al sentarse en su respectivo asiento sin borrar su sonrisa–. Espero que hayan tenido una noche maravillosa y deseo que su día sea aún mejor.
—¿Qué insecto te mordió ahora? -Han Dam le pregunta confundida y casi asustada de verla de buen humor.
—¿Tendría que pasarme algo para estar feliz? Qué amargada -Se quejó y empezó a comer lo que una de las trabajadoras de su casa le sirvió para el desayuno.
—Quiero decirles que esta noche tenemos una cena y es importante que estén todas aquí -Jung Kyung repasó la mirada desde su esposa hasta sus hijas.
—Los Wong vendrán, ¿no? -Young Mi suelta la pregunta mientras tiene toda la atención puesta en su ensalada de frutas y luego levanta la cabeza para mirar a su padre esperando su respuesta.
—Sí -Asiente y traga en seco-. Eviten salir esta tarde, ¿está bien?
—Bien -Han Dam asiente con molestia. Siempre tenía planes para salir con sus amigas pero ese día debía faltar y más teniendo en cuenta que era una cena donde los Wong estaban involucrados.
Podía presentir que tendrían alguno que otro problema porque ese tipo de situaciones siempre arrastraban a algo que involucraba a los herederos: Alex, Young Mi, Rose y Han Dam. Cualquiera de los cuatro terminaría siendo arrastrado a cualquiera de los negocios que ambas familias tuvieran de por medio, estaba totalmente segura. Sólo rogaba que en esta oportunidad no planeen un compromiso entre Young Mi y Alex porque sería la gota que derramaría el vaso, la chica no sería capaz de soportarlo pero terminaría cediendo ante la obligación de ver por el bienestar de su familia, siempre veía por los demás menos por sí misma.
Han Dam estaba con los nervios de punta, tenía que descubrir de alguna manera cualquier información sobre la razón de esa dichosa cena.
Una vez que toda la familia Eun terminó de desayunar en completo silencio y con una tensión que pesaba en el ambiente, las dos hermanas agradecieron y salieron rápidamente de la mesa cuando Han Dam arrastra a su hermana mayor escaleras arriba hacia la habitación de Young Mi en dónde ambas se encerraron. La pelinegra estaba confundida por la repentina acción de su hermana y sobre todo en la expresión de preocupación que tenía en el rostro.
—¿Qué sucede? -Young Mi le pregunta luego de escuchar la puerta cerrarse con llave.
—Siento que algo va a ir mal, Young Mi. Esa cena no es lo que nos quiere hacer ver -Señala–. Esta es la primera cena que tienen luego de la última, dónde al terminar nuestro padre te dijo que te acerques a Alex por el bien de la compañía.
—No volverá a hacer lo mismo -Dice con seguridad.
—¿Qué te asegura que no lo hará? ¿A caso no lo conoces?
—Alex no está en Seúl y se ha alejado completamente de los negocios de su padre.
—Oh, que ingenua eres -Han Dam niega–. ¿De qué crees que vive? El dinero no le cae del cielo, Young Mi -Expone–. Sé que no trabaja con su padre pero recibe el dinero de él para lo que sea en lo que quiera gastar. En algún punto tiene que dejar su resentimiento de lado y regresar al negocio porque tiene un puesto asegurado ahí, es su fuente de dinero cómo es lo nuestro.
—Hoy me veré con él -Resopla mientras camina hacia su armario para sacar el conjunto de ropa que se pondría–. Ayer me escribió diciendo que había un problema.
—¡Eso! -Han Dam la señala y exclama cómo si hubiera descubierto algo–. Él sabe de lo que se hablará en la cena de hoy y te lo contará para que te prepares. Tienes que ir a verlo, no importa que el cielo se caiga a pedazos.
—¿No escuchaste a papá? Dijo que no podemos salir hoy.
—Tú dile que te verás con Alex y estoy segura que te dejará ir hasta Plutón -Young Mi revolotea los ojos–. Debes ir, Young Mi. Él está de tu lado y debes aprovecharlo en momentos cómo estos dónde prácticamente nuestro futuro depende de un hilo delgado.
—Lo haces sonar con tanto drama.
—No estoy mintiendo -Dice con seriedad–. Ya eres más grande, sería capaz de casarte con Alex.
Young Mi gira rápidamente hacia su hermana a mirarla con preocupación al escuchar su comentario. ¿Su padre sería capaz de eso? La primera vez sólo fue un pequeño acercamiento pero tuvo un desenlace atroz aunque nadie se hubiera imaginado que ese sería el final para todo el plan que los adultos tenían. Lograron salvarse esa vez porque los accionistas y socios mayoritarios tuvieron piedad de todas las familias involucradas en la muerte de Louisa, incluyendo a los Eun.
No podía permitir que su padre tomara una decisión tan importante por ella de esa manera, no podía casarse con alguien si no es con Seo Jun. Ella ya tenía mentalizada una vida feliz y plena al lado de él, no quería estar con nadie más si no es con él. Además, ¿cómo podría ser capaz de hacerle algo así? No tendría la valentía para verlo a la cara jamás, no sería capaz de tener el estómago en buen estado para hacerlo sin que el alma se le fragmentara en millones de pedazos.
—No sería capaz...
—¡Young Mi, reacciona! -Han Dam se acerca a su hermana y la toma de los hombros sacudiéndola un poco–. ¿Por qué insistiría tanto que nosotros estemos presentes si supuestamente es una reunión de negocios y que solo le concierne a ellos? -Young Mi no responde pero sabe que su hermana menor tiene razón–. Despierta, no puedes cegarte a sus intenciones solo porque es nuestro padre -Suelta a Young Mi con lentitud y toma un poco de distancia al ver a su hermana mayor preocupada–. ¿No recuerdas que todo inició por una cena igual? Dijo las mismas palabras de ese día. Ambos tienen algo en mente y una de nosotras perderá.
No era capaz de olvidar ese día en el que luego de mantener una cena con la familia Wong, su padre llamó a un lado a su hija mayor para recomendarle acercarse más a Alex Wong para poder ganárselos como socios y a los pocos días se logró el cometido del patriarca pero luego su hija fue señalada como principal sospechosa de la muerte de Louisa. ¿Ahora su padre ya no le pediría que se acercara a Alex sino que se casen?
—¿Y bien? ¿Irás?
La noche anterior cuando llamó a Alex luego de leer su mensaje al llegar a casa, él le dijo que era un problema que debían arreglar en persona y le propuso hablar en la misma cafetería dónde se encontraron hace unos meses atrás cuando la encontró. Young Mi no supo que responderle y le dijo que lo iba a pensar pero le iba a responder la mañana siguiente. Era el momento para darle una respuesta y más ahora que sabe a lo que se enfrentará en la noche.
¿Debería saberlo Seo Jun? Ella hizo un compromiso consigo misma en el que acordó decirle a Seo Jun cuando se vería con Alex, ¿tendría que hacerlo ahora? No era una junta por simple diversión o solo para saber cómo estaba, era algo importante y de lo cuál no quería preocupar a Seo Jun porque sabía que él no podría evitar preocuparse al saber de la cena y las razones que podrían tener los adultos para obligar a los herederos a estar presentes. No iba a preocuparlo por problemas de ella, ya había tenido demasiado.
Toma su teléfono entre sus manos para escribirle un mensaje a Alex y darle una respuesta.
YOUNG MI
Hola, Alex
Hay que hablar.
Era un nuevo día, la noche anterior fue un completo desastre y Young Mi no había logrado cerrar un solo ojo debido a las lágrimas que rodaban por sus ojos durante toda la madrugada. Estaba hecha un ovillo en el piso de su habitación con la quijada entre sus rodillas mirando a algún punto muerto de la pared que estaba a metros de distancia. Sus cortinas estaban corridas de par a par dejando entrar muy pocas luz del día y sólo podía familiarizar la situación a aquellos días en los que paraba encerrada en su habitación mientras estaba en juicio, sufría agresiones físicas en la escuela y todo el mundo la llamaba por adjetivos terribles a pesar que era una menor de edad en el anonimato.
Aún tenía puesto el conjunto de ropa elegante que su madre le había indicado que se colocara para la cena que tuvieron con los Wong. El delgado delineado de sus ojos deben haberse corrido luego de todas las largas sesiones de lágrimas por las que atravesó durante la madrugada y recién se estaba recuperando de una. Su vida fue destrozada de nuevo en manos de su padre y el mundo de los negocios en los que la envolvía simplemente por ser su hija mayor.
—Esta noche, a parte de ser una cena para reencontrarnos luego de un largo tiempo sin vernos, es una cena para celebrar un evento sumamente especial para ambas familias...
Pequeños fragmentos de la noche anterior llegaban a su cabeza de nuevo para torturarla y nuevas lágrimas volvían a rodar por sus mejillas que se mantuvieron mojadas durante toda la noche. Tenía miles de cosas pensando al mismo tiempo, su cabeza era un completo lío en ese momento y no sabía de dónde sacar fuerzas para enfrentar todo lo que se le venía encima luego de haber terminado cediendo ante lo que su padre quería y siempre estuvo buscando lograr.
No iba a hacerse la pregunta si su decisión fue lo mejor para ella, definitivamente no lo fue pero tampoco tenía una vía auxiliar para poder elegir otro camino. Siempre el peso del destino de su familia y los negocios terminaban recayendo sobre ella, y Young Mi sacrificaba todo para mantenerlos a flote sólo porque era su familia pero ella estaba cansada de eso. ¿Cuándo podría vivir de verdad sin preocuparse que su familia solo recurra a ella para salvarlos? Quería gritarles y decirles que estaba harta, que la dejaran tranquila de una vez por todas pero no podía hacerlo, no aún.
Juntó fuerzas para levantarse del suelo pensando en su hermana menor, aquella que es su razón para seguir adelante en ese momento. No podía ni siquiera pensar en Seo Jun, no sabía cómo decirle todo lo que había sucedido la noche anterior y temía cómo pueda terminar todo cuando lo vea para contarle porque aunque no quisiera, no era una opción ocultarle lo que iba a pasar. Ya le hizo daño una vez hace diez años, no quería volver a herirlo aunque al final sabía que terminaría dañado de alguna u otra manera.
Luego de colocarse una ropa más adecuada y quitado el maquillaje que se corrió por toda su cara, abrió su puerta lentamente encontrándose con la figura de Han Dam sentada a un lado de la puerta y sumergida en un profundo sueño. Luego de haber insistido en tocar la puerta de su hermana mayor por horas, terminó por quedarse dormida esperando que en algún momento Young Mi saliera de su habitación para poder hablar cómo corresponde. Young Mi la mira y pasa por encima con cuidado de no despertarla, camina hacia las escaleras de su casa bajando hacia el primer nivel de la misma arrastrando sus pasos.
Young Mi subía rápidamente las escaleras de la casa ignorando los llamados de su padre a sus espaldas y los pasos de él tratando de alcanzarla hasta que lo logró a la mitad del camino, tomándola de la muñeca y haciéndola girar hacia él quedando frente a frente.
—No quiero hablar contigo, entiéndelo -Young Mi se libró del agarre de su padre de un solo movimiento–. Déjame en paz si quiera un segundo. Ya volviste a arruinar mi vida de nuevo, ahora déjame respirar, ¿o es que tampoco puedo hacer eso?
—No te he obligado a nada, Young Mi. Que no se te olvide eso -La señala y Young Mi lo mira sorprendida no por su actitud, sino por sus palabras. Niega lentamente transformando su expresión a una de horror.
—Ya no te reconozco, papá. Definitivamente no lo hago.
Fue lo último que dijo antes de seguir con su camino apresurado hacia el segundo nivel de la casa y luego se encerró en su habitación.
La pelinegra llega al primer piso ve que no hay nadie, por lo que aprovecha rápidamente en salir de la casa sin avisarle a nadie. Por suerte, Sung Hyun no estaba en casa porque debía estar con sus jefes en la empresa porque ellos si habían continuado con su vida cómo si nada hubiera sucedido el día anterior; en cambio Han Dam y Young Mi tuvieron que quedarse en casa faltando a la escuela en el primer día de la semana.
Young Mi no había revisado su teléfono, estaba segura que tenía mensajes de Alex y Seo Jun preguntándole cómo se encontraba aunque ambos tenían diferentes razones para hacerlo. Alex estaba preocupado por ella debido a lo sucedido en la cena mientras que Seo Jun estaba preocupado por ella debido a su ausencia en la escuela ya que ella sólo había faltado la última vez que se publicaron las fotos en el foro estudiantil. No les había respondido a ninguno y tampoco tenía ganas, al menos no quería responderle a Alex porque las cosas ya no volverían a ser igual.
Estuvo caminando por las calles sin un rumbo en específico, sólo quería estar fuera de casa y pasear durante un rato para poder despejar su cabeza de todo lo que le estaba atormentando al mismo tiempo. Pensaba en todo lo que había vivido en Seúl y cómo todo su esfuerzo por encajar fue en vano, siempre volvería a ser la persona que sus padres querían moldear a su conveniencia y no dejaban que ella siguiera con la vida que se le fue robada. ¿Quién podía pensar por su bienestar? ¿Quién sería capaz de pensar en ella y lograr todos sus sueños? Los intentos que ella hizo para pensar en sí misma no valieron lo suficiente, los desecharon a la basura cómo si se tratara de un papel y la tomaron cómo arcilla para formarla a la manera que quisieran.
Estaba triste, iba a dejar su vida en Seúl y todo lo que había conocido en esa nueva ciudad a la cuál llegó convencida de que podría ser una persona diferente, reescribir su futuro pero alguien más la reescribió por ella y debía adaptarse al guion impuesto.
Había llegado hacia un mirador, un espacio con bancos y áreas verdes para que las personas pudieran disfrutar de la hermosa vista de la ciudad en cualquier momento pero esa mañana se veía hermosa. Algunas personas pasaban por su lado, mayormente adultos mayores o alguno que otro niño pequeño acompañado de su madre o padre. Los miraba y vio a una niña jugando a otro niño, no pudo evitar relacionar esa imagen con algún momento que ella tuvo con Seo Jun cuando eran muy pequeños pero ya se conocían desde entonces.
Han Seo Jun, su mejor amigo del cuál se había enamorado profundamente. Ella sobrevivió a muchas cosas desde que se dio cuenta que sentía algo por él, atravesaron muchos problemas juntos y cuando ya habían logrado dar un paso adelante de la amistad, las cosas volvían a derrumbarse para Young Mi. ¿Es que a caso ella no podía tener un final feliz? ¿Por qué la vida era tan cruel con ella? ¿No le había arrebatado lo suficiente? No volvería a encontrar un amor tan fuerte como el que sentía por Seo Jun y nadie la amaría de vuelta con la misma fuerza con la que él lo hace. Todas las lágrimas que derramó por él, la perseverancia que la motivaba a despertar cada día y los maravillosos momentos que ella atesoraba en su alma, todo eso se los llevó el viento pero jamás saldrían de ella.
Volvió a llorar por ella y el futuro que quería junto a Seo Jun, todo lo que se mantuvo entre las paredes de su imaginación y seguirían viviendo en sus más bonitos sueños.
Toma su teléfono viendo la hora y los mensajes de Han Dam sumándose a la fila de notificaciones. Ignoró todo sólo para abrir el chat de conversación que mantenía con Seo Jun leyendo sus mensajes dónde preguntaba si iba a asistir a la escuela, si se encontraba bien, que había llamado a Han Dam pero ella jamás le respondió las llamadas y que iba a ir a su casa para visitarla porque no estaba tranquilo con su ausencia. Ella sonríe levemente y teclea en la pantalla de su teléfono.
YOUNG MI
Hay que vernos.
Es urgente.
Sabía que Seo Jun se encontraría en clases en ese momento, probablemente recostado en su mesa durmiendo porque él era así casi todo el día durante el horario escolar. Extrañaría esos momentos dónde lo veía dormir en medio de un tema importante y ella lo molestaba desde lejos lanzándole pequeñas bolas de papel o tomándole fotografías para luego enviárselo con caras divertidas dibujadas.
Estaba por borrar el mensaje para enviárselo más tarde cuando estuviera en algún descanso pero una respuesta inmediata llegó a ella.
SEO JUN
Está bien, dime dónde.
Ella le escribió la dirección del lugar dónde quería que se vieran luego de las clases y él accedió de inmediato. Young Mi salió de la conversación y cuando estaba por bloquear su teléfono, un mensaje de Han Dam le llega preguntando si estaba bien y que se encontraba demasiado preocupada por ella. Miró durante unos segundos el mensaje pensando en sí debía responderle aunque su cabeza le gritaba que la ignorara porque básicamente todo estaba sucediendo desde ella pero su corazón entendía que Han Dam no tenía la culpa sobre aquello, ella también era una víctima más de las jugadas que sus padres hacían en el negocio.
HAN DAM
Sólo quiero saber si estás bien, por favor
YOUNG MI
Estoy bien, no te preocupes.
Regresaré más tarde a casa, estaré con Seo Jun.
HAN DAM
No llegues tarde.
Tienes cosas por hacer antes que oscurezca.
Claro que sabía lo que debía hacer y eso era lo que le daba más miedo. ¿Cómo sería capaz de empacar todos los buenos recuerdos en una maleta que jamás sería abierta? Sólo había empacado muy pocas veces en su vida y la última vez que lo hizo, la maleta que arrastraba estaba llena de sueños, esperanzas e ilusiones sobre como esperaba que sea su nueva vida. Estaba por empezar otra nueva vida pero sin sueños, esperanzas e ilusiones, sólo deseaba ser libre y no convertirse en el títere de alguien.
El tiempo pasó muy rápido y ella no se movió de su lugar ni un solo centímetro tratando de capturar ese momento único de la vista que tenía de la ciudad desde lo alto. Le pareció algo maravilloso, probablemente una de las últimas cosas hermosas que pueda llevar en su memoria para siempre.
Abandonó el mirador no sin antes darle una última mirada hacia los dos niños que estuvieron jugando en los toboganes y siguió con su camino hacia la bajada del monte en el que se encontraba. Subió a un taxi con rumbo hacia el punto de encuentro pactado con Seo Jun y en el camino él le dijo que ya había llegado al lugar, el vehículo se detiene cuando ella lee el mensaje y desciende del mismo luego de haberle entregado el dinero al conductor. Mira al frente encontrándose con la mirada de Seo Jun que estaba del otro lado de la calle y ella estaba esperando que el semáforo cambiara a rojo para poder cruzar.
Fue una mirada a larga distancia pero Seo Jun ya podía ver que algo no iba bien con ella y eso empezó a preocuparle un poco.
Cuando el semáforo cambió de color, ella cruzó la calle lentamente mientras el chico al otro lado la esperaba. Al estar frente a frente en el mismo lugar que estuvieron hace dos días atrás reavivaba muchas cosas para ambos. Seo Jun estaba un poco nervioso mientras que Young Mi sentía el nudo empezar a formarse en medio de su garganta y las ganas de llorar la invadían de nuevo pero se contuvo reteniendo su respiración y mordisqueando levemente su labio inferior.
Lo tenía de frente y eso dolía, lo vería derrumbarse frente a ella y de solo imaginarlo la mataba por dentro. Todo por lo que se esforzaron y empezaban a construir sería destrozado en millones de pedazos, ella sería la causante de eso.
—Young Mi, ¿qué sucede? -Seo Jun le pregunta preocupado–. Tus ojos están hinchados y tu nariz roja, ¿estuviste llorando? -Young Mi siente el tacto del chico en su mejilla. Cierra los ojos disfrutando de la última caricia mientras su labio inferior tiembla dando señal que estaba al borde de romperse–. Dime, sé que sucede algo.
Young Mi abre los ojos y lo mira viendo su impaciencia en ellos, atento a lo que tenga que decir sin saber que frente a él tenía al verdugo de su felicidad.
—Me iré.
Seo Jun queda petrificado al escucharla y aleja lentamente su mano del rostro de la chica dejando que ella vuelva a sentirse vacía. No puede emitir palabra alguna mientras escucha esas dos palabras retumbar en su cabeza cómo un eco y ver el rostro de Young Mi esforzándose por mantenerse fuerte ante la situación pero la conocía, ella estaba luchando consigo misma por dentro. La noticia le cayó cómo agua fría en todo el cuerpo, tuvo una reacción tardía.
—¿Qué?
—Me iré hoy -Volvió a repetir y él se sintió un poco anonadado por todo lo que estaba sucediendo–. Por eso no asistí hoy a la escuela, no me sentía con las ganas de poder ver todo lo que estoy dejando atrás...
—¿Por qué? -La interrumpe-. ¿Por qué te vas? -Alza un poco la voz y luego suelta el aire en sus pulmones–. ¿Por qué lo haces?
—No puedo decirlo -La voz de Young Mi sale en un susurro y quebrada pero él pudo escucharla, aumentando su molestia.
—¿Cómo que no puedes decirlo? ¿Es que a caso es un secreto nacional? -Seo Jun suelta una corta risa cargada de acidez y nada de humor–. Me dices que te irás pero no eres capaz de decirme la razón. ¿Es por lo que sucedió en el foro estudiantil? Me he encargado de que nada así vuelva a ser dispersado por las redes sociales. ¿Tiene que ver con Soo Jin? La amenazaré de ser necesario si es que te molesta su presencia y la convenceré de que se cambie de escuela -Young Mi baja la cabeza y niega ante las suposiciones de Seo Jun–. ¿Es por lo que pasó hace dos días? -La pelinegra cierra los ojos con fuerza y sus lágrimas le ganan logrando desbordarse por sus ojos–. Prometo que jamás volveré a hacer algo así.
Young Mi no dejaba de llorar cabizbaja y cubrió su rostro con ambas manos impidiendo que Seo Jun la viera. El chico coloca ambas manos en el rostro de ella y la obliga a quitarse las manos para limpiar las lágrimas que salían de segundo en segundo, lo hacía con el dorso de su mano pero no era suficiente porque las lágrima salían por montones y no daban señales de detenerse en algún punto.
—Young Mi, te prometo que jamás volveré a besarte sin tu permiso pero por favor no te vayas -La mencionada sintió su corazón romperse en ese instante y su llanto incrementó sin importarle que se encontraban en un espacio público–. Te suplico que no te vayas por favor -Seo Jun tampoco se quedaba atrás, estaba por llorar junto a ella pero se contuvo. En cambio la abrazó con fuerza dejando que llore en su pecho–. He esperado por ti diez años, no vuelvas a dejarme.
Seo Jun derramó un par de lágrimas y cerró sus ojos con fuerza, apretó de vuelta a Young Mi contra su cuerpo casi estrujándola tratando de mantenerla siempre a su lado pero sería imposible con la reciente noticia. La chica lo escuchaba sollozar por lo bajo y junto a sus palabras solo la arrastraban a tener ideas locas de mandar todo al demonio, proponerle a Seo Jun huir lejos para jamás ser encontrados pero ella no podía hacerle eso a Han Dam y menos a Seo Jun que tenía metas por delante. Sabía lo que significaba que alguien te arrastrara a su conveniencia y que tus metas se vean estancadas por eso, y no sería capaz de hacer pasar a Seo Jun sólo por querer huir.
—Te quiero. No me olvides nunca, regresaré por ti -Young Mi le susurró en su oreja y luego le dejó un beso en la mejilla antes de empujarlo con fuerza y correr ignorando los llamados de Seo Jun a sus espaldas. No quiso ni mirarlo de reojo porque sabía que regresaría a sus brazos, no se detuvo a pesar que algunos autos le tocaron el claxon y le gritaban que estaba loca por cruzar la calle de esa manera.
Young Mi detuvo a un taxi que pasaba cerca y se subió inmediatamente en este antes que Seo Jun pudiera detenerla para evitar que huyera. La pelinegra volvió a romper en llanto en el vehículo pasando ambas manos por su rostro y tirando de su cabello en una manera de castigarse a sí misma por la vida que estaba llevando aunque no era su culpa en lo absoluto. Veía cómo su vida se iba derrumbando lentamente y ella se moría por dentro al no poder hacer nada para evitarlo mientras las personas que la arrastraron a eso crecían de a poco.
—¡Tienes que hacerlo por tu familia! -Jung Kyung levanta la voz mientras Young Mi lo mira llena de enojo y las lágrimas aproximándose.
—No te equivoques, esto lo hago por mi hermana -Young Mi le responde entre dientes–. Y cuando suba a ese avión, olvidaré que eres mi padre.
Podría olvidar pero nada cambiaría el hecho que estaba siendo utilizada por ellos y no podría volver a tener nada de lo que había obtenido en Seúl.
El taxi se detuvo frente a su casa y vio el vehículo de los Wong estacionado en frente así que sabía que tenía compañía dentro de casa con altas probabilidades de convertirse en un fuerte pelea. Le pagó al taxi lo último que tenía en el bolsillo y dejó que el hombre se llevara el cambio del dinero, sólo quería bajarse de ahí para enfrentar a todas las víboras que tendría a su alrededor por tiempo indefinido. Limpió sus lágrimas con el dorso de su mano y miró la entrada de su casa esperando juntar el coraje suficiente para verlos a la cara y soportar evitar gritarles todo lo que tenía pensado, debía morderse la lengua por un rato hasta que pudiera deshacerse de todos por fin.
Ingresó a su casa llamando la atención de todos los presentes en la sala que se le quedaron viendo sorprendidos no por su llegada sino por su terrible aspecto. Tenía los ojos rojos al igual que la nariz y su rostro estaba hinchada debido a las largas horas continúas por haber derramado litros de litros de lágrimas. Han Dam y Alex suspiraron aliviado al ver que se encontraba bien, mientras que los padres de Alex la veían con algo de desaprobación pero eso era lo de menos para Young Mi. Jung Kyung mantenía la mirada fija en su primogénita mirándola con la misma desaprobación que sus socios mientras que Seung Dam la miraba con remordimiento.
—Buenas tardes, Young Mi -La madre de Alex forzó una sonrisa que era demasiada obvia para ella–. ¿De dónde llegas, querida?
—Salí a dar una última vuelta aprovechando mi libertad plena.
—Young Mi -Jung Kyung advierte y la mira reprochándola pero ella lo mira con indiferencia.
—Subiré a mi habitación a arreglarme un poco y a empezar a empacar.
—¿Aún no lo hiciste, linda? -Vuelve a hablar la señora.
—No, aún no.
Young Mi mira a su padre que estaba a punto de ahorcarla con sus propias manos pero ella simplemente lo ignora y sigue con su camino hacia las escaleras para subir a su habitación a alistar sus maletas. Llega a su habitación y puede soltar todo el aire que estuvo reteniendo en sus pulmones desde que cruzó la puerta principal de la casa topándose con todos juntos, debía esforzarse un poco más para poder enfrentarlos sin ponerse mal o se aprovecharían de su vulnerabilidad para hacer un poco más lo que quisieran con ella.
Saca todas las maletas que tenía y las deja abiertas sobre su cama. Escucha su puerta abrirse pero ella no se detiene y sigue sacando todas las prendas de ropa que habían en su armario.
—Young Mi -Escucha la voz de su hermana menor–. Lo siento mucho. Todo esto está sucediéndote por mi culpa.
—No, no es tu culpa -Contradice pero no deja de sacar la ropa del armario–. Esto es culpa de la obsesión que tiene mi padre de involucrarnos en sus negocios y manipular nuestro futuro cómo si se tratara de un juego de ajedrez. Sólo somos peones en esto, Han Dam.
—Estás dejando tu vida entera por mi culpa, Young Mi. ¿Cómo quieres que lo tome? Es claramente mi culpa y me duele demasiado que tengas que pasar de nuevo por esto justo cuando volvías a tener una vida normal -Han Dam estaba derramando algunas lágrimas y las limpiaba con rapidez–. Realmente no sé qué hacer, me encuentro perdida y siento que todo se me viene encima cómo un el derrumbe de un rascacielos.
—Sólo debes tranquilizarte y dejarme que esto lo resuelva yo -Empieza a colocar la ropa dentro de las maletas doblándolas lo más rápido que pudiera.
—¿Cómo puedo hacer eso sabiendo todo lo que debes vivir por mí? Estás dirigiéndote al infierno por mi, Young Mi. No seré capaz de cargar con tanta culpa -Young Mi sabía por donde se estaba dirigiendo todo así que dejó a un lado su ropa y tomó a su hermana por los hombros.
—Tienes que ser fuerte por las dos, ¿está bien? Esto no va a durar para siempre, te lo juro -Han Dam siguió llorando en silencio mientras escuchaba a su hermana menor–. Demuestra que eres la más fuerte entre las dos y así podremos ganar frente a nuestros padres. Cree cuando te digo que las cosas van a mejorar pero debo hacer sacrificios en el camino, ¿sí? No estés triste, toda acción tiene su causa y recompensa.
Dejó a su hermana menor y regresó a ordenar su ropa con un poco más de calma mientras Han Dam limpiaba sus lágrimas. Las palabras de su hermana la ayudaron un poco pero eso no iba a evitar que se sintiera culpable por un tiempo pero tenía razón diciendo que debe mostrarse fuerte, ella siempre fue así y Young Mi necesitaba que lo sea más que nunca.
—¿Cómo reaccionó Han Seo Jun?
De sólo recordarlo era cómo sentir una puñalada en el corazón.
—¿Cómo crees? Estoy segura que me odia y no lo culpo, yo también lo haría si fuera él -Young Mi tiene pequeños recuerdos de ese breve momento que tuvieron en la calle. Fue corto y suficiente para ella, no pudo haber soportado pasar más tiempo con él.
—Me siento mal por él, sé que te ama demasiado -Recuerdos llegaron a Young Mi–. Y también sé que te va a esperar, Young Mi. Él sería capaz de hacerlo por ti.
—Eso espero -Suspiró y cerró una maleta luego de ver que estaba demasiado llena.
Con ayuda de su hermana menor terminó de ordenar sus maletas y llevarse alguna que otra cosa de la decoración de su habitación que era importante para ella, eso incluía dos cintas de fotografías instantáneas que una se había tomado con sus amigas y la otra era solo de ella con Seo Jun en uno de los días que salieron al centro de la ciudad. Tenía todo listo para irse pero ella decidió bajar un momento a comer algo ya que no había ingerido nada desde la noche anterior y aunque no tuviera la sensación de hambre, su estómago rugía con fuerza esperando comida.
Alex se acercó a ambas chicas cuando estaban sentadas en la barra de desayuno en completo silencio. Han Dam se dio cuenta que el chico había llegado por lo que se alejó unos metros para dejar que ambos hablen en privado.
—Estuviste con ese chico, ¿verdad? -Fue lo primero que él le pregunta y ella asiente–. Debo imaginar que no se lo tomó muy bien.
—Estás en lo correcto.
—¿Te retirarás?
—Claro que no, quiero terminar con esto de una vez por todas -La pelinegra suspira–. Pero duele demasiado dejar atrás todo por lo que me esforzado en conseguir. Todo por lo que había imaginado luego de la muerte de Louisa y el juicio que llevé.
—Volverás a encontrar la normalidad, créeme -Alex se acerca a ella y ambos se miran–. Young Mi, si pudiste conseguirlo una vez podrás hacerlo de nuevo.
—Lo que conseguido se me fue de las manos hoy y no creo que regrese a mí.
—Si le importas lo suficiente, regresará.
Young Mi asiente porque tenía razón y sabía que Han Seo Jun sería capaz de esperarla, ella haría lo que fuera para que el tiempo separados sea lo más corto posible.
Han Dam aprovechó que no estaba cerca de su hermana para escribirle a Seo Jun y decirle la hora exacta en la que el vuelo de Young Mi saldría para que puedan verse por última vez. El chico Han solo lo leyó, no era capaz de responderle pero fue suficiente respuesta para Han Dam al lograr su cometido aunque realmente esperaba que él aparezca aunque sea unos cortos minutos para despedirse de la chica que está enamorado.
Llegó el momento de irse hacia el aeropuerto. Las maletas eran llevadas por Sung Hyun hacia la maletera del vehículo de sus jefes mientras que Young Mi le daba una última mirada a su habitación antes de cerrarla. Desciende las escaleras y siente un maullido seguido de algo pasando entre sus piernas hasta que se encontró con el pequeño Simba que trataba de llamar su atención, ella lo alza con ambas manos y le sonríe.
—Se un buen gato con Han Dam, ella no tiene la paciencia que yo tengo -Ríe levemente y el gato vuelve a maullarle, probablemente sabiendo que su dueña se irá–. No te preocupes, también regresaré por ti.
El vehículo de la familia Eun salió detrás de la camioneta negra de los Wong con dirección hacia el aeropuerto. Las hermanas Eun se mantenían con las manos entrelazadas desde que subieron al auto y no tenían intenciones de soltarse en algún momento. Seung Dam le daba miradas a su hija de momento en momentos por el espejo retrovisor viendo la tristeza en sus ojos frente a la ventanilla de la puerta del auto, ella también se sentía mal por Young Mi pero protestar en contra de la decisión de su esposo sería iniciar una nueva pelea y no se encontraba en condiciones de enfrentar algo así. También le beneficiaba a ella que su hija se fuera, así que hacer mucho tampoco podía porque su moral era casi inexistente.
Seo Jun estuvo viendo el mensaje de Han Dam dándole vueltas al asunto. Estaba enojado por la decisión de Young Mi y porque ella no le dijo la razón por la cual se estaba yendo, lo hacía ver como si había sido su culpa que estuviera yéndose y eso también lo ponía triste. ¿Realmente se estaba yendo por él? ¿Besarla estuvo mal? No creía que algo así sea la razón, la conocía y no tomaría una decisión tan extrema por eso.
Sabía que había algo más detrás pero tampoco era capaz de obligarla a hablar, ¿verdad?
No, ella no podía irse sin antes habla realmente con él.
Toma su casco y abandona su casa dejando confundida a su made que estaba en el interior. Sale del edificio de su casa y se sube a su motocicleta, aquella que le había prometido a Young Mi que no volvería a utilizar por el bienestar de su propia madre pero en un caso como ese no importaba nada más que llegar rápidamente hacia al aeropuerto para poder detenerla.
En el camino hacia el aeropuerto se reprochó a sí mismo por no haber insistido en que le cuente la verdad, en seguirla hasta su casa y armar todo un espectáculo de ser necesario pero quería que ella se sincere con él. Sabía que había algo muy fuerte detrás y podría tratarse de situaciones de su vida en Australia que seguía arrastrando, estaba suponiendo pero pronto escucharía la verdad salir de su boca. No estaba preparado para lo que sea que tenga que decirle pero tampoco se iba a ir para atrás, lo afrontaría y le haría saber que la esperaría el tiempo que ella necesite para regresar.
Le mostraría que era la persona correcta para sus momentos difíciles y desde el momento que lo dejó entrar en su vida, no se iría jamás.
Llega al aeropuerto en tiempo record y aunque un personal del lugar le llamó la atención por el lugar en el que su motocicleta fue dejada, a él no le importó mucho y se adentró en el aeropuerto. Sacó su teléfono para mirar la hora viendo que faltaba casi una hora para que el avión saliera, así que ella ya debía estar por ingresar a la sala de embarque y ya no podría verla.
Young Mi ya había pasado los trámites necesarios y tenía todas sus maletas a la mano aunque el resto la estaba ayudando a Alex ya que él no tenía maleta alguna. Se detuvieron frente a las escaleras eléctricas que los llevarían hacia la sala de embarque en el segundo nivel del aeropuerto por lo que ese lugar sería su punto de despedida. Ella mira a sus padres y ve la seriedad en su padre mientras que su madre lloraba en silencio reteniendo las ganas de abrazarla porque sabía que Young Mi la rechazaría de inmediato y de solo pensarlo la lastimaba.
—Te voy a extrañar mucho -Han Dam se abalanza hacia su hermana mayor–. Lo siento tanto, de verdad.
—Ya deja de disculparte -Pide Young Mi mientras acaricia la espalda de su hermana menor que solloza sobre su hombro–. Hablaremos todos los días y haremos videollamada las veces que quieras, ¿sí? Sólo deja de llorar y sigue con tu vida, aprovecha cada segundo antes que te lo arrebaten -Hizo que sus palabras fueran escuchadas por sus padres–. Te amo mucho. No te metas en problemas y cuida a Simba muy bien.
Young Mi le dio un beso en la frente a Han Dam y luego se separaron. Miró a sus padres luego de que su hermana menor se alejara unos metros, no tenía expresión alguna en su rostro para hacerles saber lo que sentía en ese momento y es que Young Mi sentía nada más que vacío dentro de ella.
—Cuídate mucho, hija -Seung Dam se atrevió a pedir y Young Mi la miró de pies a cabeza con desprecio.
—Adiós -Fue lo único que les dijo a ellos antes de darse la vuelta para seguir a los señores Wong y a Alex hacia las escaleras eléctricas.
Alex vio el rostro de Young Mi cambiar por completo y supo que estaba por llorar pero estaba reteniéndolo, no quería que sus padres la vieran de esa manera porque no se lo merecían en lo absoluto. El chico no tuvo que preguntar si estaba bien, solo pasó un brazo por detrás de los hombros de ella para acercarla a su cuerpo brindándole apoyo emocional.
A lo lejos, Seo Jun había llegado unos segundos antes pero se detuvo a sí mismo al ver que Young Mi se encontraba acompañada del chico que le había destruido la vida en Australia y al parecer estaba viajando solamente con él. El corazón del chico fue destruido en millones de pedazos al verlos irse juntos y entendió que darle ese beso fue un posible error porque ella tal vez había dejado de sentir lo mismo por él desde hace mucho. Se equivocó con los sentimientos de ella y no fue correspondido, ahora sentía lo que ella sintió todo este tiempo y dolió por montones.
El corazón de Seo Jun fue roto.
—¿Estás lista? -Alex le pregunta a Young Mi aprovechando que sus padres se alejaron unos metros para entregar sus pasaportes y boletos al personal de revisión.
—Sí -Young Mi asintió mientras se limpiaba las lágrimas–. Estoy lista.
El viaje no solo era por obligación de sus padres, ella estaba yéndose para poder cortar los hilos que la manejaban como títere. Ella no solo estaba yendo a luchar por Han Dam, estaba yendo a luchar por si misma y su libertad.
Pelearía por Seo Jun y su futuro feliz con él.
Solo pedía que él siga esperándola cuando haya ganado, si es que ya no era demasiado tarde.
con 7188 palabras, cerramos
el primer acto de esta fic.
ya les dije que cada sufrimiento
valdrá la pena, solo confíen en mí.
en el segundo acto se revelará
lo que hablaron Alex y Young Mi
antes de la cena y sabrán
parte de lo que ocurrió en la cena,
no se me desesperen o piensen
que me faltó narrar esa parte.
Les quiero
— ASLAN
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