TREINTA Y DOS. shine
🌸 CAPITULO TREINTA Y DOS
shine / brillar
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LAS COSAS IBAN MEJORANDO PARA YOUNG MI. Se podría decir que había arreglado las cosas con Han Seo Jun, que era lo que más la estuvo atormentando en los últimos meses y también se volvió más intima con Ju Gyeong desde que descubrió su secreto, la chica Lim se le acercaba mucho y le daba pequeños regalos cómo una forma de poder ganarse su compasión para que Young Mi no dijera nada sobre su verdadero aspecto debajo de todo el maquillaje, un detalle que la misma pelinegra se había encargado de repetirle que no haría por nada del mundo pero Ju Gyeong aún temía y prefería mantenerse alerta.
Quién no la estaba pasando tan bien era Su Ho, su padre había anunciado que plagió la canción de Se Jeon y renunció a ser una figura pública por tiempo indefinido, aunque los rumores apuntaban que sería para siempre. Muchas mujeres adultas lamentaban aquel hecho porque era un actor que robaba suspiros y con su retiro de los medios, se le extrañaría verlo en la televisión. Young Mi se sentía mal por Su Ho, podía hacer el esfuerzo de comprender por lo que él estaba pasando en un momento tan crítico como ese pero por ese momento se veía en la obligación de dejarle el trabajo a Ju Gyeong, quién estaba cerca de él y podría brindarle su apoyo mientras que la chica Eun no era tan cerca a él.
Hace unos minutos había recibido un mensaje en el grupo de amigas que tenían, Soo Ah quedó con sus amigas en encontrarse en el centro de la ciudad para comprar algunos productos nuevos de la línea de maquillaje. Soo Jin no respondió el mensaje y Ju Gyeong dijo que estaría ocupada, así que solo serían las dos restantes quienes aceptaron.
Young Mi estaba en una de las bancas de la calle esperando ver entre la multitud a alguna de sus amigas. Llevaba poco tiempo esperándolas mientras jugaba algo en su teléfono y estaba atenta a cualquier mensaje del grupo pero no obtuvo ninguna respuesta, incluso ingresó un par de veces a su chat con Seo Jun. Estuvo hablando con él por la mañana con intenciones de quedar para la tarde pero el chico le dijo que iría con Su Ho a visitar la lápida de Se Jeon, así que no quiso intervenir en eso y les deseó suerte, sobre todo les dejó buenos deseos para que pudieran arreglar su amistad. Ellos también merecían una oportunidad para aclarar las cosas e intentar regresar a lo que eran antes.
La pelinegra recibió la notificación de un mensaje del grupo y abrió el chat de inmediato. Era un mensaje de Soo Ah avisando que no podría llegar porque surgió algo en su casa.
Young Mi bloquea su teléfono y lo guarda en el bolsillo de su abrigo negro, se levanta de la banca y tiene intenciones de tomar el camino de regreso a casa pero se detiene al ver entre la gente a alguien conocida que llevaba un sobre blanco entre sus manos y una gran sonrisa en su rostro.
—Ju Gyeong -La llama y esta levanta la cabeza ante el llamado de su nombre–. ¿Qué haces por aquí?
—Young Mi -Se sorprende–. Acabo de recibir el pago de mi trabajo de tiempo parcial, así que tenía planeado hacer algo con ese dinero.
—Me alegro por ti. Felicidades -Le dedica una gran sonrisa y acaricia su hombro–. ¿Puedo saber qué es lo que harás con tu primer dinero?
—Planeo inscribirme en clases de maquillaje -Confiesa con cierta timidez e incluso sus mejillas empezaron a teñirse de rojo–. Siempre me ha gustado. Quiero hacer algo que me guste por primera vez y ahora que tengo el dinero, no puedo evitarlo.
—Tienes todo mi apoyo, Ju Gyeong -Aseguró la pelinegra–. Tienes un talento impresionante para el maquillaje, así que te irá mucho más que bien en el campo si deseas convertirte en una profesional.
—¿Eso crees? Realmente estoy demasiado nerviosa.
Young Mi lo toma de ambos hombros haciendo que se miraran fijamente.
—Es normal tener miedo pero no dudes del talento que tienes -Le comenta–. Ve por ello y consíguelo, lo lograrás sin ninguna dificultad. Te puedo asegurar que tendrás mucho éxito.
—Muchas gracias, Young Mi -Sonrió y bajó la cabeza un poco pensativa. Era el apoyo que necesitaba escuchar de alguien y lo que Young Mi le había dicho estaba lleno de sinceridad, también sus palabras de aliento surgían efecto–. ¿Quieres acompañarme? No me vendría algo de compañía. Si es que no tienes nada importante que hacer ahora.
—Claro, me gustaría -Asiente y ambas empiezan a andar con dirección hacia la escuela de maquillaje.
El camino no fue tan largo mientras hablaban sobre algunos temas de la escuela, sobre todo de las tareas y algunas quejas de las mismas porque no se abastecían de tiempo ni ganas de realizarlas. También hablaron sobre algunas trivialidades de las cosas que les gustaban puesto que no habían tenido mucho tiempo para interactuar solas desde que se conocieron, siempre estaban en grupo con Soo Ah, Soo Jin o hasta Tae Jun, ese momento era solo para ambas y fue agradable. Desde que Young Mi descubrió el secreto de Ju Gyeong, había una la complicidad de algo que solo las dos sabían y eso las hacía volverse más cercanas que antes.
Las cosas surgieron tan profundo que incluso Young Mi se atrevió a hablar un poco sobre lo que sucedió en Australia y lo que la llevó a regresar a la ciudad.
—Fue difícil sobrevivir allá -Resopla–. Espero no haberte agobiado con toda mi tragedia.
—¡No! Para nada -Ju Gyeong niega de inmediato–. Las chicas de mi escuela anterior me acosaban por mi apariencia física -La castaña empezó a contarle de un momento a otro–. Vertieron harina y huevos en mí el último día que estuve ahí, es por eso que decidí cambiarme de escuela y aprender a maquillarme para que nadie más volviera a molestarme por cómo me veo -Tragó en seco, incluso su voz se apagó un poco al recordar todo lo que pasó en la escuela–. Complicaron mi vida mientras estuve ahí pero aquí fue diferente, me aceptaron por como me veían.
—No, Ju Gyeong -Young Mi niega y Ju Gyeong gira a verla–. Te aceptaron por cómo eres en realidad, no por como te ves -La castaña vuelve a mirar al frente–. Te lo dije y te vuelvo a repetir, eres perfecta tal y cómo eres como persona, por eso soy tu amiga. Con o sin maquillaje, siempre serás mi amiga y estoy segura que Soo Ah, Soo Jin, Tae Jun y Su Ho opinan lo mismo que yo -Young Mi toma la mano de su amiga–. Seremos tus amigos siempre, no lo olvides.
—Estoy agradecida contigo, por todo el apoyo -Young Mi le sonríe levemente–. Seo Jun es tan afortunado por haberte conocido antes.
—Realmente no recuerdo mucho de mi amistad con él cuando éramos niños -Suelta una corta sonrisa al recordarlo–. Dejé Seúl cuando teníamos ocho años y poco a poco fui olvidando los recuerdos de todas las cosas que hicimos juntos, pero él se acuerda perfectamente -Ríe–. Me reconoció cuando nos volvimos a ver.
—¿En serio? -Ju Gyeong se sorprende y su acompañante asiente–. Suena tan mágico, como alguna película o serie de romance. Es tan emocionante.
—¿Lo crees? -Levanta una ceja interrogante y ella asiente repetidas veces.
—¡Claro que sí! Solo espero verlos a ambos tan enamorados y terminando en el altar.
La pelinegra no puede evitar sonreír de oreja a oreja de solo imaginárselo pero estaba predicho que solo quedaría en eso: un sueño. A Young Mi le gustaba soñar, así que quiso disfrutar de ese sueño aunque sea por esos cortos segundos y ser feliz con el futuro perfecto que quería para ella. Sus mejillas empezaron a tener un poco de color rojizo y ni hablar de sus orejas que, por suerte, eran cubiertas por su cabellera de carbón.
—Eso es demasiado -La sonrisa ilusionada se mantiene iluminando su rostro, incluso los ojos le brillaban.
—¿No lo ves? -Young Mi frunce las cejas confundida–. Es el inicio de una buena historia de amor, vas por buen camino. La química que hay entre ustedes se puede sentir a kilómetros, juntos hacen la pareja perfecta y los ojos deben decirlo todo, ¡tienes que verlo!
—¿Los ojos?
—Si brillan sus ojos es que realmente siente algo por ti -Ju Gyeong le explica–. Algo mucho más que una simple amistad de infancia -Añade mientras Young Mi trata de recordar todos los momentos que pasó con Seo Jun dónde sus ojos hayan brillado mientras está cerca suyo–. ¡Un amor verdadero! -Concluye.
Las esperanzas volvía a picar en el corazón herido de Young Mi, aquel que ya se había dado por vencido de gustarle a Seo Jun o al menos encontrar alguna señal de que él sentía lo mismo. El lado racional de la pelinegra le gritaba al cerebro que era mejor que alejara esas esperanzas del corazón porque de lo contrario, no había vuelta atrás y volvería a ser herido cómo la última vez, donde recibió incontables puñaladas en la misma zona. Young Mi estaba enamorada, locamente enamorada de su mejor amigo y esos sentimientos nublaban su razón cada vez que llegaba una mínima esperanza de que Seo Jun pudiera corresponderle.
Las palabras revivieron algo que Young Mi se esforzó por enterrar pero la verdad es que no podría mantenerlo siete metros bajo tierra y hacer cómo si nada porque sus sentimientos eran más fuertes que ella.
Esa tarde, Young Mi logró acompañar a Ju Gyeong a aquella academia donde enseñaban todo sobre la apariencia física desde maquillaje hasta peinados. La chica logró llenar el papel de inscripción y pagar el dinero que correspondía, estaba demasiado feliz que no dejaba de recorrer las instalaciones con una sonrisa gigante en su rostro y la ilusión adornando sus ojos. Mientras que su otra amiga también estaba ilusionada pero con la cabeza en otro lado forzando a su memoria a recordar los momentos que estuvo con Seo Jun, manteniendo la esperanza de encontrar algo en específico pero hasta ese momento no había tenido resultados positivos.
Era un nuevo día, Young Mi llegaba a la escuela con su hermana menor y se despidió de ella antes de caminar rápidamente hacia su aula de clases viendo en el transcurso la motocicleta de Seo Jun ocupando un lugar en el estacionamiento. Algunas personas la miraron extrañados al verla casi correr por los pasillos y pidiendo permiso cada vez que empujaba a alguien por la velocidad a la que iba.
Llegó al aula viendo que la mayoría de sus compañeros ya estaban en sus respectivos lugares pero a ella no les interesaba ellos, su atención estaba únicamente en aquel chico pelinegro del tamaño de un árbol que había sufrido recientemente un accidente y se encontraba recostado en su pupitre durmiendo como suele hacerlo durante todo el horario escolar. Ella sonríe inevitablemente al verlo de regreso luego de días de ausencia y siendo el mismo de siempre, una particularidad que la envolvía y le provocaba siempre una sonrisa.
Camina lentamente hacia él y termina por posicionarse frente a él, se agacha hasta quedar casi a su altura y viendo su rostro al dormir tranquilamente. Young Mi había visto muchas cosas lindas que le provocaban sentimientos extraños y nuevos en ella pero eso era diferente, ver a Seo Jun le generaba sentimientos únicos y probablemente de aquellos que jamás sentiría por alguien más.
Dirige su mano hacia su rostro acariciando lentamente su cabellera negra y terminando por dejar la palma de su mano en su mejilla, acto que provoca el levantamiento del chico. Sus parpados fueron abriéndose lentamente hasta encontrarse con el delicado rostro de su mejor amiga con una pequeña sonrisa pero de esas que le gustaban a él aunque realmente le gustaba todo de ella, hasta la más mínima imperfección que existe en alguna parte de su cuerpo.
—Despierta, bella durmiente -Young Mi se burla pero Seo Jun solo se le queda viendo por unos minutos.
—¿Estoy soñando? -La sonrisa de la pelinegra se agranda más y niega.
—¿Eso quisieras?
—Realmente no -Niega de inmediato y los latidos de Young Mi se aceleran considerablemente pero mantiene su emoción a raya tratando de no ser demasiado evidente ni aumentar sus ilusiones o probabilidades.
—Las clases empezarán pronto -Young Mi toma distancia, algo que molesta a su mejor amigo pero eso hace que él se reincorpore–. Te traje un regalo.
Seo Jun frunce sus cejas confundido mientras que Young Mi le sonríe abiertamente teniendo las manos a sus espaldas. Le enseñó un envase marrón y el cuál el chico sabía de lo que se trataba, lo cuál le levantó un poco el animo pero sobre todo la emoción e intención con la cuál su mejor amiga le estaba dando ese regalo.
—Es tu favorito, de cappucccino -Young Mi señala el envase que deja sobre el pupitre de su amigo–. Es de la misma cafetería a la que íbamos cuando me enseñabas la tabla periódica. Probablemente esté un poco más fría que de costumbre porque lo traje corriendo por toda la escuela pero si tienes problema puedo ir a la sala de profesores y...
Las palabras de la chica fueron interrumpidas cuando Seo Jun se levantó de su silla y la abrazó tomándola por sorpresa y sin saber cómo reaccionar en ese momento. Se habían abrazado algunas veces en momentos que realmente lo ameritaban pero cada uno de esos sucesos era diferente aunque hacía latir sus corazones de la misma manera. Sus compañeros presentes estaban igual de sorprendidos que la misma Young Mi puesto que era la primera vez que se reflejaba dicho acto de cariño entre los amigos y que daba pie a que se dieran malos entendidos en el futuro pero eso estaba lejos de importarles.
Cuando Seo Jun se dio cuenta, la vergüenza de ser visto frente a todos lo inundó y se separó lentamente de su mejor amiga.
—Tenías un insecto aquí -Finge quitarle algo del blazer color vino y luego carraspea recobrando la compostura–. Gracias por el latte. Es un bonito detalle de tu parte.
—De nada -Young Mi le sonríe mucho más que alegre y regresa a su sitio casi saltando de un lado a otro por el sentimiento positivo que la dominaba.
Se sienta delante de Su Ho como es costumbre pero algo la hace girar hacia su compañero que siempre la ignoraba y miraba con cara tan neutra como el valor del número cero. Su Ho levanta la cabeza para encontrarse con la mejor amiga de su novia que lo miraba de manera particular, no sentía el miedo que ella siempre transmite las pocas veces que se habían visto o intercambiado palabra si quiera.
—Sé que no somos para nada cercanos -Empieza la pelinegra–. Y tampoco soy alguien para meterme en tu vida o problemas pero quiero que sepas que, como eres amigo de Seo Jun y cercano a Ju Gyeong, tienes toda mi solidaridad y apoyo emocional en este momento trágico por el que estás pasando con el problema con tu padre -Su Ho relaja su expresión pero se mantiene alerta, sobre todo viniendo de una desconocida prácticamente–. Los padres no son perfectos, lo sé más que nadie. Hacen cosas pensando por el bien común sin pensar en las consecuencias o cómo eso repercute en su alrededor, pero al final del problema, siguen siendo nuestros padres y siempre querrán lo mejor para nosotros.
Lee Su Ho la mira por unos segundos pensando en sus palabras, en el peso y la razón que tenía en cada una pero no lo admitiría en ese momento, incluso se esforzaría más por no expresar alguna emoción en su rostro. La había observado y escuchado en silencio muchas veces desde que ella llegó a la escuela desde Australia, sobre todo desde que empezó a juntarse con Seo Jun y como este se veía tan a gusto a su alrededor. Contando la vez en la que el chico se quedó dormido sobre su hombro y cuando la cargó en sus brazos en la actividad durante el viaje escolar.
Pero a pesar de eso, seguía siendo una desconocida para él.
—Gracias -Fue lo único que logró salir de él y era suficiente para ambos.
—De nada -Young Mi le sonrió una vez más antes de volver a girarse.
Soo Jin llegaba al aula y fue testigo de ese intercambio de palabras entre ambos. Había tenido a la pelinegra en la mira desde el acercamiento que tuvieron en el juego dónde Seo Jun y Ju Gyeong estaban compitiendo contra ellos. Era su amiga pero su interés por Su Ho era mucho más grande que cualquier amistad, incluso estaba haciendo sus jugadas en secreto para que Ju Gyeong sea afectada de alguna manera y así pueda separarse de Su Ho. Creía que Eun Young Mi estaba interesada en Seo Jun pero parece que estaba equivocada, también tendría que encargarse de ella y se le ocurrían algunas ideas para que eso suceda.
Ese día celebraron que Ju Gyeong haya ganado el primer lugar del concurso que se realizó en redes sociales y por la cuál fue casi obligada a tomarse fotos por Soo Ah, a Young Mi también le obligaron a hacerlo pero decidió no subir sus fotos porque aún tiene cierto temor por las redes sociales a pesar que Seo Jun casi la convence de hacerlo. Quiso guardar las fotos en su teléfono y solo tenerla para ella misma, era mejor mantener su privacidad.
Ju Gyeong no se veía tan feliz de haber ganado el concurso, incluso Young Mi la notaba bastante nerviosa y preocupada por algo. Quiso acercarse en algún momento a preguntarle si estaba bien pero la chica se había convertido en una especie de celebridad y por lo tanto no la dejaban ni un segundo a solas, la perseguían para hablarle o incluso hasta pedirle alguna que otra foto. Solo faltaba que alguien le pidiera un autógrafo para impulsarla a la fama escolar.
Incluso la empujaron a convertirse en la imagen de la escuela para promocionar una que otra cosa, así que todos sus compañeros de aula se encontraban viendo como la chica luchaba contra su timidez, inexperiencia e incomoda frente a una cámara. Tenía un fondo completamente en blanco, un fotógrafo profesional y un subdirector bastante insoportable que le decía como debía posar para la foto. Eun Young Mi solo podía compadecerse de su amiga desde la multitud que le aplaudía, lanzaba buenos comentarios e incluso fotografiaban con sus teléfonos celulares.
Al finalizar la sesión de fotos, todos tuvieron que deshacerse de sus uniformes para colocarse el uniforme deportivo porque tendrían clases en el gimnasio y Young Mi sufría en silencio mientras salía de los vestuarios femeninos en compañía de sus amigas. Odiaba hacer actividad física de alguna manera, a penas soportaba respirar y eso era suficiente para ella.
—¿Se reconciliaron esos dos después de estar hospitalizados juntos? -Soo Ah les pregunta a sus amigas mientras mantiene su mirada fija en Seo Jun y Su Ho, quiénes estaban realizando los ejercicios juntos–. ¿Es como simpatía mutua o algo así?
—No lo sé con certeza, pero me alegro por ellos -Young Mi es la única que le contesta y sonríe al verlos juntos–. Se lo merecen.
El teléfono de Soo Jin suena avisando que le había llegado una notificación, Young Mi gira su cabeza a verla ya que estaba a su lado.
—¿Quién es? -Soo Ah le pregunta intrigada pero antes que ella pudiera ver lo que había en el teléfono ajeno, Soo Jin se apresura en guardarlo en el bolsillo de su chaqueta deportiva.
—No es nada -Resta importancia e incluso le sonríe levemente.
La clase de deportes terminó con una Young Mi mucho más que cansada luego de haber hecho todos los ejercicios junto a Soo Ah y con dolor debido a los abdominales que hizo, solo pensaba en llegar a casa y no volverse a levantarse en los próximos siete días. Vio a Seo Jun, así que no pensó dos veces en acercarse a su amigo para entablar una conversación con él.
—¡Han Seo Jun! -Exclama la chica en el momento que coloca ambas manos con fuerza sobre los hombros de su amigo sacándole un quejido de dolor–. ¡Lo siento!
—No hagas eso -Dijo a penas mientras que con su brazo izquierdo agarraba el derecho y tenía la nariz arrugada.
—Lo había olvidado por completo -Lo hace detenerse y se coloca frente a él centrando toda su atención en el brazo derecho tratando de aliviar su dolor. Seo Jun no la detiene pero sí se queda quieto analizando todos sus movimientos y sintiendo las descargas eléctricas recorrer su cuerpo debido a la cercanía–. Me avisas si te duele, ¿está bien?
Young Mi empezó a ejercer leve presión en el brazo de su amigo esperando encontrar alguna reacción de él y poder aliviarle el dolor pero el chico no emitía palabra o sonido alguno, tenía toda su atención puesta en la concentración de su mejor amiga. Sentía bien cuando ella se preocupaba por él y lo cuidaba, incluso antes que se metiera en problemas o le sucedieran cosas, era precavida y le gustaba esa sensación de ser cuidado por ella. Admiraba sus ojos oscuros solamente concentrado en él, y la forma en cómo le hablaba con cuidado y tranquilidad tratando de tranquilizarlo.
Pequeños detalles que no pasaban desapercibidos por su vista.
—¿Seo Jun? -Young Mi levanta la cabeza encontrándose con la mirada de él puesta en ella en todo momento, causando que la sangre se instalara en sus mejillas y el corazón empezara a acelerarse cómo lo sabía hacer cada vez que estaban juntos.
Estaban demasiado cerca y eso pudo notarlo cuando lo miró, cayó en cuenta de eso pero no se alejó en lo absoluto porque le gustaba estar de esa forma con él y fue aprovechado para notar más de cerca lo que tanto quería comprobar. El brillo en los ojos del chico se hicieron presente mientras analizaba el rostro de ella cómo si fuera la primera vez que la veía y eso disparó todas las probabilidades de Young Mi a niveles considerables, su corazón aumentó sus movimientos cómo si fuera posible. Había la posibilidad que Seo Jun también sintiera algo por ella y estaba en lo correcto.
Ninguno de los dos estaba al tanto que había cierta "amiga" que tenía su teléfono en manos y tomó algunas fotografías de ambos manteniendo esa cercanía que podría ser malinterpretada por cualquiera que los viera en ese momento. Soo Jin envió esas fotografías a cierta persona de otra escuela que se dedicó a hacerle la vida imposible a Ju Gyeong durante un tiempo antes de cambiarse a Saebom, pero no solamente haría que el pasado de Ju Gyeong regrese para atormentarla, también haría que Young Mi estuviera en medio en una zona de guerra declarada dónde no tenía razones para estar.
Los problemas parecían haber abandonado a Young Mi, pero la verdad era que recién habían empezado y su cercanía con Seo Jun volvería a ser una complicación.
eeeeeh tamos de vuelta AJANKJA
— ASLAN
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