TREINTA. accident

🌸 CAPITULO TREINTA
accident /   accidente
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EL SENTIMIENTO de preocupación por Seo Jun empezaba a convertirse conocido en el cuerpo de Young Mi. Empezaba a perder la cuenta de las veces en las que sintió algo similar desde que había conocido a Seo Jun, corría de inmediato hacia él para asegurarse que estuviera y solo de esa manera poder calmarse pero ese día del accidente era completamente diferente. No solo sentía preocupación por el bienestar de Seo Jun, se sentía desesperada en toda su expresión, necesitaba llegar a él como diera lugar para ver con sus propios ojos que estuviera bien.

No era una situación en el que se haya peleado con alguien en la calle, lo habían atropellado y Young Mi ya había perdido a alguien por un accidente de auto, no estaba preparada para perder a otra persona importante en su vida, mucho menos a la persona por la que tenía sentimientos especiales.

Sin arreglarse y con sandalias, es así como llegó a presentarse en la recepción del hospital. Le preguntó a la encargada en recepción sobre el nombre de su amigo y sobre el número de habitación en la que se encontraba. Teniendo todos los datos necesarios para poder encontrarlo, es que se dirige hacia los ascensores pero estos se demoraban demasiado en llegar al primer nivel y lo último que quería hacer Young Mi era esperar, así que se cansó a los pocos segundos y se dirigió hacia las escaleras de emergencia.

Subió unos cuantos pisos hasta que llegó al cuarto nivel donde se encontraba internado Seo Jun. Abrió la puerta de un solo movimiento y lo primero que vio al chico que buscaba frente a las puertas del ascensor con ropa de hospital y un cabestrillo en el brazo derecho. Los ojos oscuros de Young Mi se llenaron de lágrimas acompañados de una leve sonrisa apareciendo en su rostro y sintiendo más alivio sobre sus hombros.

Se dirigió hacia él a paso lento mientras repetía en su cabeza que estaba bien y eso era lo único que importaba en un momento tan crítico como ese. Seo Jun se giró para regresar a su habitación pero se detuvo de inmediato al encontrarse con la presencia de Young Mi a pocos metros de él. La analizó tomándose su tiempo, viendo que se encontraba con pantalones de chandal gris, una camiseta blanca y sandalias rosadas, para nada era un atuendo común que utilizaba cuando se encontraba en casa y comprendió que había salido tan rápido de ahí que no le tomó tiempo para ponerse algo más presentable. Sus ojos brillaban con alivio pero también al borde de las lágrimas.

Pero aún a pesar de todo eso, seguía viéndose tan hermosa ante sus ojos.

Reaccionó cuando ella lo envolvió en un fuerte abrazo, aquellos que antes se daban y ambos necesitaban a gritos desde el momento en el que se pelearon. Una eternidad había pasado para ambos el volver a sentirse así, tranquilos y en paz en los brazos del otro. Tenían una habilidad increíble para hacerse sentir cómo que todos sus problemas se esfumaran por un tiempo en el primer segundo que sus brazos se rodeaban. No habían palabras para describir con exactitud cómo se sentían pero a la única conclusión que llegaban es que estuvieron esperando tanto por llegar a experimentar algo así luego de haber pasado por tantos problemas.

Un momento de debilidad fue la que correspondió el abrazo de Young Mi. Lo había necesitado tanto desde el momento en el que discutieron aquel día en el karaoke, ni la pudo abrazar por última vez ese día que fue secuestrada. Quería soltar todo lo que sentía y pensaba en ese momento.

Quería abrazarla con las mismas fuerzas que ella. Quería sostener su rostro, mirarla a los ojos y decirle que él también está enamorado de ella. Quería corresponderle el beso que ella le dio en el viaje escolar. Quería salir con ella y conocerla mucho más. Quería que todo sea como antes. Quería quedarse con ella para siempre.

Realmente quería hacer todo eso pero no podía, Young Mi merecía a alguien que estuviera a su nivel porque ambos eran de mundos completamente diferentes. Habían cosas que Young Mi se merecía pero entre ellas no se encontraba el amor de Seo Jun.

—Pensé que estarías peor -Fue lo primero que Young Mi le dice al alejarse de él.

—Tuve suerte.

—No sabes el miedo que sentí... -Tragó en seco y pasó el dorso de sus manos eliminando cualquier pequeña lágrima de sus ojos-. Pensé que también te perdería a ti.

—Estoy bien, Young Mi. No fue casi nada, no pienses en eso -La pelinegra asiente ante sus palabras-. ¿Viniste sola? -Young Mi asiente-. Deberías regresar a casa, es tarde. Tienes que preocuparte por la escuela.

—Recién acabo de llegar, no me digas que me vaya -Seo Jun quiso volver a insistirle que se fuera pero terminó callándose a sí mismo porque sabía que no había caso seguir-. Estaré aquí hasta que estés mejor para regresar a tu rutina normal y no me importa lo que digas, ¿entiendes?

Seo Jun la mira por unos segundos sintiendo la nostalgia inundarlo, había extrañado tenerla a su alrededor y que pudieran intercambiar palabras cómo si nada hubiera ocurrido. Necesitaba esa normalidad de regreso, así que solo se iba a limitar a disfrutar de esos pequeños momentos donde se olvidaba todo lo que sucedió entre los dos.

Le brinda una sonrisa y asiente con lentitud ante su respuesta.

Young Mi le sonríe de vuelta.

Seo Jun se dirige hacia su habitación siendo acompañado por la pelinegra que se negaba a dejarlo solo. Ambos pelinegros se desplazan por los pasillos mientras él le cuenta cómo sucedió el accidente y se ganaba una llamada de atención severa por parte de su acompañante que juraba golpearlo en el momento que él se recuperara, asegurando que lo dejaría peor por el susto que le había dado.

El chico Han ingresa a la habitación que compartía con Su Ho mientras Young Mi se dirigía hacia la cafetería por algo caliente para tomar y calmar sus latidos acelerados por todo el torbellino de sentimientos que estuvo sintiendo. Con el poco dinero que había en su abrigo, pudo comprar dos vasos de café y regresó hacia la habitación de su amigo. Estaba por llegar hasta que vio la puerta abierta por completo, Su Ho estaba en silla de ruedas, Seo Jun se encontraba recostado en una de las dos camillas pero lo más raro fue ver a Ju Gyeong de rodillas junto a Su Ho.

Se veía bastante nerviosa y fue mucho peor cuando vio aparecer a la pelinegra a las espaldas de Su Ho, su rostro se puso de todos los colores posibles. Young Mi frunció sus cejas con confusión mientras su mejor amiga tenía los párpados abiertos hasta el tope y movió su cabeza de un lado a otro, indicándole de alguna manera que no dijera nada. Lo que fue mucho más sorprendente para ella fue que no era la misma Ju Gyeong de siempre, esta tenía la cara roja naturalmente por presencia de algunos granos, tenía la piel grasosa y utilizaba anteojos negros.

Pero aún estando a rostro lavado, ella pudo reconocerla de inmediato.

—Hola -Saluda Young Mi, llamando la atención de Su Ho y Seo Jun. Desplaza su mirada hasta Ju Gyeong que le rogaba en silencio para que no hablara-. ¿Quién es ella? Hola, soy Eun Young Mi.

—Es mi prima mayor -Su Ho contesta antes que Ju Gyeong lo haga-. ¿Cuándo llegaste, prima?

—Ahora mismo -Responde tratando de no tartamudear.

Young Mi mantiene su mirada fija en su amiga, quién evita mirarla a la cara debido a la vergüenza que recorría su cuerpo en ese momento. ¿Cómo podría mirarla de ahora en adelante si había descubierto su más grande secreto? Temía que ella le dijera a Soo Ah o lo divulgara por toda la escuela a pesar que no era de ese tipo de personas que le gustara hablar sobre los secretos o la vida del resto. Obviamente que no, Eun Young Mi estaba muy lejos de ser alguien así y le constaba a cualquier persona que la conociera, incluso a la misma Ju Gyeong pero en ese momento no estaba pensando claro y se dejaba manejar por el miedo.

Deja de mirarla y centra la mirada en su amigo, le brinda una leve sonrisa y se acerca hacia él.

—Seo Jun, mira -Arrastra una silla y se sienta al lado del mencionado-. Te traje un vaso de café -Le extiende el vaso blanco mientras el chico se reincorpora para sentarse en la camilla-. No es el mejor café que hayas probado o uno de los lattes que te gustan pero será suficiente para hacerte entrar en calor en este frío.

—No importa -Le resta importancia y recibe el vaso humeante-. Gracias, Young Mi.

La mencionada pelinegra agranda su sonrisa y le da un sorbo al café en sus manos.

Su Ho se encontraba recostado en su camilla mientras estaba en compañía de Ju Gyeong, quién había optado por colocarse una toalla blanca en la cabeza en su intento de no ser reconocida ni por Young Mi o Seo Jun aunque su amiga ya era consciente de quién se trataba pero decidió permanecer en silencio. Quería hablar con ella en privado al salir del hospital.

—No llores. Estoy bien -Su Ho le comenta a Ju Gyeong, que estuvo soltando pequeños sollozos-. Dijeron que mis lesiones no son graves.

—Es un alivio.

—¿Tú también llorarás por mí? -Seo Jun bromea con Young Mi, quién desvía la mirada hacia él y niega con la cabeza mientras deja su vaso blanco a un lado.

—Ya he llorado lo suficiente por ti, Han Seo Jun.

La respuesta fue sincera pero no era lo que él se esperaba, no pensaba que iba a ser tan directa o que al menos pudiera negarse en forma de seguirle la broma. Fue diferente y eso chocó contra Seo Jun, quiso decirle que si bien él no había llorado por ella, desde hace varias semanas estuvo lamentándose por no ser el indicado que mereciera su amor. Quería decirle muchas cosas pero al mismo tiempo no quería hacerlo, sabía que ella estaba empezando a superar sus sentimientos por él y solo era cuestión de tiempo para que él también superar los suyos.

—Young Mi, yo...

—No es momento de decir nada -Lo interrumpe de inmediato-. Acabas de tener un accidente y lo último en lo que quiero preocuparme es en lo que tengas que decirme -Seo Jun la mira por unos segundos antes de asentir y terminar cediendo a su pedido-. Gracias.

Ambos se mantuvieron en un silencio, por primera vez, bastante incómodo.

—Pareces bastante cercano a tu prima -Seo Jun se dirige a Su Ho-. Está llorando por un simple yeso.

—Somos realmente cercanos -Su Ho le contesta de inmediato.

—Ya veo.

—Deberías descansar un poco -Ju Gyeong se levanta con intenciones de irse pero es detenida por la mano de Su Ho que la sostiene de la muñeca.

—¿Te vas tan pronto? -Le pregunta.

—Sí, viniste hasta aquí. Deberías descansar un poco -Seo Jun interviene en la conversación de ambos.

—Oye, no te metas -Young Mi le regaña a su amigo, quién entrecierra los ojos con fastidio-. Déjalos tranquilos.

—No, ya me voy.

Antes que Su Ho o Young Mi pudiera decir algo para que se quedara, Ju Gyeong salió casi corriendo de la habitación aún sosteniendo la toalla sobre su cabeza evitando que alguien la viera. Young Mi gira su cabeza hacia Seo Jun y lo mira molesta, el chico le corresponde la mirada y encoge sus hombros sin importarle haber logrado que la chica se fuera tan rápido.

Su Ho se levanta de su camilla y con dificultad, se sienta en la silla de ruedas hasta que abandona la habitación dejando a Young Mi y Seo Jun en el interior.

—Eres un tonto, ¿lo sabías?

—Me has dicho cosas peores -Chasquea la lengua con fastidio-. Deberías irte, ya es tarde y nadie de tu familia sabe dónde estás.

—A estas alturas sospecho que han llamado a tu mamá para preguntar dónde estás -Encoge sus hombros con tranquilidad-. Sabrán que estoy aquí cuando les diga que tuviste el accidente.

—Igual debes irte, no te quiero ver aquí, te lo estoy ordenando -La señala amenazador. Ella ríe por la seriedad utilizada y el dedo índice señalador, se inclina hacia adelante logrando morderle la yema del dedo y que este soltara un pequeño quejido de dolor-. ¿Ahora eres caníbal?

—Te sorprendería saber todo lo que he cambiado -Sonríe y se levanta de su asiento-. Me voy pero no porque tú me lo ordenes, sino porque mañana tengo que ir a la escuela.

—Cómo quieras -Young Mi se dirige hacia la salida de la habitación mientras Seo Jun la sigue con la mirada hasta que la llama-. Young Mi -La mencionada gira hacia él-. Gracias por venir.

—Estaré contigo siempre que me necesites.







Era un nuevo día. La noche anterior, Young Mi se ganó una llamada de atención bastante grave por parte de sus padres aunque ellos ya sabían a dónde se había ido con tanta prisa porque cómo ella lo supuso, su madre llamó a la madre de Seo Jun y le contó sobre el accidente que el chico tuvo junto a Su Ho. No le quedó más alternativa que disculparse por su accionar pero que fuera de todo, la perdonaron porque sabían la importante razón por la cuál lo hizo y no la juzgaron.

Estaba caminando por el pasillo junto a Ju Gyeong, Soo Ah y Tae Ju. Ju Gyeong había estado evitando a Young Mi desde el primer instante en el que la vio cruzar por la puerta del aula. Cuando la pelinegra quiso acercarse para hablarle y aclarar lo que había sucedido la noche anterior pero fue interrumpida por la campana, avisando que la clase estaba por empezar.

Sabía que Ju Gyeong sentía miedo, era obvio en su expresión facial pero quería acercarse para aclararle que no había necesidad de sentirse así porque ella no se lo diría a nadie y mucho menos, la encararía por algo así.

—Cariño, sobre Han Seo Jun y Lee Su Ho -Soo Ah empezó a hablar dirigiéndose a su novio, del cuál se aferró-. En lugar de un accidente automovilístico, escuché que fue porque se pelearon.

—¿En serio?

—Sí -Afirma Soo Ah con total seguridad-. Es extraño que hayan ido juntos al hospital. Los rumores dicen eso, ¿quién crees que ganó?

—Es cierto que fue un accidente automovilístico -Ju Gyeong habla por primera vez en presencia de Young Mi-. Sucedió frente a la compañía de mi hermana y ella lo vio.

—¿Entonces no fue porque pelearon frente a la compañía de tu hermana? -Soo Ah engancha su brazo con el de Ju Gyeong.

—No es así.

—Claro que no es así porque fue un accidente de auto -Young Mi fue la siguiente en intervenir en la conversación-. Cuando llamé a Seo Jun, uno de los testigos me contestó el teléfono y me dijo lo que sucedió.

—¿No deberíamos visitar a Lee Su Ho? -Tae Ju pregunta.

—¿Eso crees? Entonces, ¿deberíamos ir todos mañana? -Soo Ah habla emocionada, moviendo su cabeza de un lado a otro mirando a sus amigos.

—Voy a llegar tarde a mi trabajo de tiempo parcial. Me iré primero -Avisa Ju Gyeong antes de salir corriendo hacia la salida de la escuela.

—¡Adiós, Lim Ju Gyeong! -Soo Ah se despide de su amiga mientras la ve irse.

—Yo también debo irme, me están esperando afuera.

Young Mi se despide de su amigos y sigue el mismo camino que Ju Gyeong para abandonar la escuela con dirección hacia el lugar habitual donde Sung Hyun se encontraba esperando a las hermanas Eun cómo de costumbre. Le abre la puerta trasera del vehículo para que ella ingresara y esperara a que su hermana menor saliera para dirigirse hacia su casa.

El auto negro se desplaza por las calles mientras las hermanas Eun platican sobre cómo les había ido en su día pero hasta que fueron interrumpidas por la misma Han Dam que le pedía a Young Mi que le contara sobre los detalles de su visita a Seo Jun, no pudo negarse al conocer lo insistente que podría llegar a ser su hermana menor. Abandonaron el vehículo cuando este llegó a la residencia Eun, las hermanas ingresan a su casa que se encontraba vacía como de costumbre pero la única en subir al segundo nivel fue Young Mi.

—¿No vas a almorzar? -Han Dam le pregunta a su hermana mientras la ve subir las escaleras.

—No, voy a ir a visitar a Seo Jun.

—¡Está bien! -Escucha a lo lejos mientras camina por el pasillo con dirección a su habitación.

Iba a deshacerse del uniforme escolar y ponerse algo adecuado para salir, algo mucho mejor que el día anterior dónde salió en pijama pero tampoco cómo si fuera a salir a una cita. Debía encontrar un balance en verse bien sin exagerar pero evitando verse como una indigente al mismo tiempo. Normalmente cualquier cosa le quedaba bien a ella pero desde que admitió a sí misma sus sentimientos por Seo Jun, se esforzaba por verse mucho más que bien cuando sabía que iba a verlo.

Había finalizado su vestimenta simple con una gran abrigo gris encima debido al invierno que se estaba viviendo en la ciudad. El maquillaje no quiso que sea demasiado obvio, quiso hacerlo ver lo más simple y natural que se pudiera. Su cabello estaba suelto por completo y perfectamente peinado como siempre. Mira su reflejo en el espejo de cuerpo completo de su habitación y sonríe en forma de aprobación al recorrer su mirada por su misma silueta. Toma sus pertenencias antes de abandonar su habitación.

Baja las escaleras con rapidez y se encuentra con Han Dam abandonando la sala principal de la casa. Analiza a su hermana mayor y extiende su sonrisa por todo su rostro.

—¿Está bien? -Young Mi se señala y espera la aprobación de su hermana menor.

—Completamente, hermana mayor. Te esfuerzas mucho por intentar gustarle al cabeza hueca de Seo Jun, me alegro por ti.

—No quiero esforzarme ni ese es mi propósito.

—Supongamos que te creo -Han Dam ríe mientras pasa por su lado y sube las escaleras hacia su habitación en el segundo nivel de la casa-. Mándale saludos a mi cuñado, dile que espero verlo pronto por aquí.

—Eres insufrible -Young Mi se queja al escuchar el apodo que dijo.

Young Mi sale de su casa y camina hacia la calle principal para tomar un taxi. En el camino, tiene el teléfono en sus manos escribiéndole a su madre que iría a visitar a Seo Jun, para que así no se preocupara por su ausencia cuando llegara a casa. Debía avisarle siempre a su madre cada paso que diera fuera de la casa porque de lo contrario, su madre volvería a caer en un cuadro intenso de preocupación por el bienestar de su hija mayor.

El taxi que Young Mi abordó en la calle, se detuvo frente al hospital dónde Seo Jun y Su Ho se encontraban internados por unos cuántos días hasta que estuvieran lo suficientemente bien para que fueran dados de alta. Young Mi baja del auto y se dirige hacia la entrada principal del edificio, en el interior habían más persona que el día anterior debido a que eran los primeros horarios de visita para los pacientes. Camina hacia los ascensores para subir hacia el quinto piso dónde se encontraba la habitación de los heridos.

Caminando por el pasillo, se encuentra con Ju Gyeong que también camina hacia allá. Está mejor vestida que el día anterior y no cabe duda que también llevaba maquillaje, cómo lo estuvo haciendo todo este tiempo frente a sus amigos y en la escuela.

—Ju Gyeong -Young Mi la llama y ella se gira de inmediato, su rostro palidece al instante cómo si hubiera visto un fantasma.

—Eh, Young Mi -Su voz tiembla-. ¿Qué haces aquí?

—Vengo a visitar a Seo Jun. Somos amigos, ¿lo recuerdas?

—Oh, cierto -Lo recuerda y evita hacer contacto visual con la pelinegra.

—Sé que vienes a ver a Su Ho -Ju Gyeong la mira bastante sorprendida pero Young Mi suelta una pequeña risa al ver su expresión-. Es tu amigo también, ¿no?

—Sí... Quiero decir, no... -Se contradice al hablar con prisa-. No somos tan cercanos cómo parece.

Young Mi muerde la punta de su lengua para evitar contradecirla porque ella sabía perfectamente que había algo mucho más en la relación de Su Ho y Ju Gyeong, ella no era tan ciega como el resto de sus amigos.

Ambas caminan hacia la habitación de los chicos y cuando Ju Gyeong abre la puerta para ingresar, las dos se quedan sorprendidas y completamente quietas al ver la imagen que se les muestra. Su Ho estaba sobre Seo Jun en una de las camillas, el chico Han tenía una parte de su pecho al descubierto, lo que dejaba malinterpretar por completo lo que estaba sucediendo antes que llegaran. Ellos también estaban igual de sorprendidos al verlas aparecer de improviso y encontrarlos de esa forma.

Una enfermera ingresa a la habitación pero se aleja de inmediato al ver la misma escena comprometedora.

—Volveré más tarde -Avisa antes de salir corriendo.

Su Ho se aleja de inmediato soltando algunos quejidos de dolor por su pierna. Por otro lado, Seo Jun también se quejó por la manera descuidada en la que Su Ho se alejó de él porque presionó ciertas partes de su cuerpo que le dolían por el accidente. Ju Gyeong carraspea antes de hablar mientras que Young Mi relaja su semblante para luego sonreír con gracia, estando más consciente de lo graciosa que fue la situación.

—Hola -Saluda Ju Gyeong.

—Viniste.

Young Mi pasa por el lado de su amiga para dirigirse hacia su amigo que tenía la camisa del hospital abierta e intentaba arreglarse con una sola mano debido a que su brazo derecho se encontraba con yeso.

—Hola -Saluda la pelinegra y en su tono de voz era notable las ganas de reírse que tenía.

—Veo que se han vuelto muy cercanos -Comenta Ju Gyeong.

—Lo estoy vistiendo -Señala Su Ho a su lado.

—¿Deberíamos esperar afuera?

—¡Apúrate y vísteme! -Exige el chico Han en un casi chillido, causando que Young Mi riera por lo bajo al verlo muy avergonzado.

—¡Seré rápido! -Avisa Su Ho mientras Ju Gyeong tira de Young Mi, alejándola de la habitación para dejar que Seo Jun se vistiera.

Una vez que Su Ho haya terminado de ayudarlo, les dijo a las chicas de afuera que podían pasar. Ju Gyeong ingresó un poco dudosa mientras que Young Mi fue la primera en entrar, estaba bastante tranquila y su amiga no podía entenderlo. Habían visto a Seo Jun con el pecho descubierto mientras intentaban cambiarle de ropa, ¿por qué Young Mi no había reaccionado ante eso?

—¿Por qué tanto escándalo? -Fue lo primero que pregunta Young Mi al entrar a la habitación y dirigirse hacia su amigo-. No es la primera vez que lo veo así.

Los tres presentes restantes la miran sorprendidos por su declaración pero sobre todo, Seo Jun se encontraba bastante avergonzado por lo escuchado y al recordar esa vez en la que lo vio salir de la ducha recién bañado. Aunque ese momento fue mucho más vergonzoso que el vivido en esa habitación del hospital, no era fácil acostumbrarse a la idea de que lo vieran mostrando más piel de lo normal y que justo, sea la chica de la cuál estaba enamorado.

Las cosas se veían y sentían diferentes desde que confirmó su enamoramiento por Young Mi.

—¿Qué? Es la verdad, no me miren de esa manera -Se quejó. Su Ho y Ju Gyeong desviaron la mirada, retomando su conversación en voz baja. Mientras que Seo Jun intentaba cubrir su rostro con la mano sana para evitar que Young Mi viera su leve sonrojo de vergüenza-. ¿Estás avergonzado?

—Claro que no. No digas tonterías -Niega y se pone de pie, da pasos con dirección hacia la salida de la habitación.

—¿Vas al baño? ¿Necesitas ayuda? -Su Ho le pregunta a su compañero de habitación, causando sincera sorpresa en las mujeres presentes que creían haber superado lo anterior pero eso fue el detonante.

—¿Lo ayudas con eso? -Ju Gyeong le pregunta sorprendida-. Cierto, debe ser difícil hacerlo por ti mismo.

—No lo imagines -Reclama Seo Jun.

—Esto se está poniendo cada vez más extraño -Young Mi siente escalofríos recorrer su cuerpo-. ¿Por qué no podemos tener un tema de conversación como las personas normales?

—Voy a salir a caminar -Avisa su mejor amigo, ella se levanta de un salto y se acerca a él.

—Está bien, vamos -Coloca una mano en su espalda y lo empuja con delicadeza hacia la puerta de la habitación.

Suponía que debe dejar a Su Ho y Ju Gyeong a solas para que conversen como debe ser. Además que ella y Seo Jun también tenían algunos temas pendientes que arreglar, ese podía ser el momento para hablar con tranquilidad, calma y privacidad.

—¿Qué? Yo no quiero que me acompañes -Seo Jun sigue protestando mientras obligado por su amiga a abandonar la habitación.

—Ya, cállate, tigre.

Le recrimina antes de cerrar la puerta, dejando que las personas en su interior conversaran.

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