DOCE. fault
🌸 CAPITULO DOCE
fault / culpa
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LOS DÍAS PASARON CON RAPIDEZ. Young Mi y Seo Jun pasaban más tiempo juntos considerándose mejores amigos, la química de ambos era indiscutible.
Young Mi entendió la relación que Seo Jun tenía con Ju Gyeong y Su Ho. Esa noche luego del castigo en el gimnasio, Seo Jun le explicó que mantenía una cercanía con Ju Gyeong debido a que ella se llevó su casco de casualidad el día del accidente en Itaewon y lo quería de vuelta. Mientras que respecto a Su Ho no dió casi nada de detalles diciendo que por culpa de él expulsaron a un buen amigo suyo de la escuela, es por esa su enemistad.
Creyó en cada palabra que le dijo aunque fuera una verdad a medias, al menos lo de Ju Gyeong porque en el caso de Su Ho es completamente diferente.
No era nadie para seguirle insistiendo, así que dejó el tema de lado cuando ya se sintió satisfecha de obtener las respuestas que quería sin hacer mucho esfuerzo porque Seo Jun ya le tenía confianza, o al menos eso es lo que pensaba.
Esa mañana volvía a convertir el auto en una especie de karaoke dónde Sung Hyun era víctima de las desafinaciones atroces de Han Dam. La canción What Is Love de TWICE sonaba a todo volumen dejando sordo al pobre hombre que conducía y a cualquier persona cerca del vehículo. Así es como se estacionó frente a la escuela, llamando la atención de algunas personas que caminaban por ahí.
—Gracias, Sung Hyun -Dijeron al mismo tiempo bajando del auto.
—Hoy se cena lasagna -Han Dam le recordó a su hermana–. Si vas a salir con Seo Jun, cancelalo.
—No siempre voy a salir con él, Han Dam -Young Mi rodó los ojos viendo a su hermana alejarse.
—¡No te creo! -Fue lo último que dijo antes de correr hacia su grupo de amigas. No tiene remedio a su locura.
Cuando ingresó a su salón de clases, caminó directamente hacia su lugar dejando su bolso en el suelo y luego dando leves saltitos hacia donde Seo Jun se encontraba durmiendo, como siempre.
—¡Bú! -Young Mi gritó en la oreja de Seo Jun obligándolo a despertarse casi de inmediato y sosteniéndose de su mesa antes de caer al suelo–. Tonto.
—¿Qué te sucede, niña rara? -El chico se queja sintiendo el corazón en la garganta al casi caerse–. Pude haber muerto.
—Sino moriste con mi belleza, no puedes morir por nada más -Hizo a un lado su cabello de manera dramática casi citando de manera literal lo que él le dijo una vez.
—¡Ja! Qué graciosa -Seo Jun lo dijo sin ni una pisca de gracia por ser una víctima de su broma–. ¿Por qué tanta alegría junta hoy? Estás hiperactiva que de costumbre.
—Solo estoy feliz, ¿Es un delito, amargado? -Revolvió su cabello sonriente.
—Necesito más lattes para recuperar la energía de mi vida, ¿Me invitarías? -El rostro de Seo Jun cambió casi de inmediato pasando de ser un abuelito amargado a ser un niño pidiendo por un dulce.
—¿A caso te caíste de cabeza? No te voy a invitar nada.
—¿Por qué? He hecho muchas cosas por ti -Se quejó, porque eso es lo único que sabe hacer cuando no consigue lo que quiere en el primer intento.
—Lo único que has hecho es sacarme dinero como si fuera tu propio banco, solo lo gastas en comida y lattes. ¿Crees que eso es de vital importancia?
—Si no como me muero, Young Mi -Intentó ser razonable pero no convencería muy fácil a Young Mi–. Solo será esta vez, lo prometo.
—No. Tú nunca me has invitado ni una sola vez, ¿Crees que siempre será así? ¿Dónde quedó tu caballerosidad?
—¡Ya! Te estoy jurando que esta va a ser la última vez -Intentó parecer serio pero Young Mi ya conocía sus jugadas para convencerla.
—Eso dijiste la segunda vez, luego hubo una tercera y hasta una quinta, Han Seo Jun -Alzó una ceja interrogante–. ¿A caso quieres que le diga a tu mamá?
—Eres tan infantil.
—Igual que tú -Rió y Seo Jun la miró ofendido–. No puedo invitarte nada hoy, debo regresar a casa para la cena. Es casi obligatorio cuando cocinan lasagna.
—Entonces será mañana -Aseguró convencido.
—No, Seo Jun. Será nunca -Young Mi regresó a su lugar ignorando al chico que la llamaba intentando convencerla de que le comprara un latte.
Las clases pasaron con normalidad aunque Seo Jun le tiraba papelitos a Young Mi para convencerla de comprarle lo que quería, pero la chica se mantenía firme solo para molestarlo un rato porque últimamente se había vuelto su pasatiempo preferido. La campana del receso sonó y ella salió casi corriendo huyendo de que Seo Jun la retenga para seguir insistiendo con su propósito, así terminando por llegar al baño de las chicas.
Miró su reflejo viendo cómo su pecho subía y bajaba al haber tenido que correr entre los pasillos esquivando a los demás para no ocasionar ningún accidente.
Juntó sus manos haciendo que un pequeño pozo de agua para luego refrescarse el rostro, sintió alivio al hacer contacto con el frío. Su sonrisa se hizo presente pero siendo sorprendida al mismo tiempo cuando unas chicas detrás de ella la miraban curiosidad, hasta murmuraron entre ellas mirando el teléfono que sostenían antes de salir del baño, como si estuvieran huyendo de alguien. Young Mi se confundió por unos segundos pero luego no le importó, secándose las manos para salir de la habitación.
En los pasillos de camino a la cafetería, todos se abrían paso a ella murmurando cosas que no podía escuchar y mirándola con temor, como si les fuera a hacer algo terrible. No entendía nada de lo que estaba ocurriendo, pero cada persona que murmuraba en secreto y se alejaban de ella sostenían un teléfono, pareciendo haber leído algo de ahí.
El silencio reinó cuando Young Mi llegó a la cafetería sintiéndose observada por todos hasta que a lo lejos pudo ver como Soo Ah se acercaba a ella sosteniendo su teléfono en una mano para luego enseñarle mucho antes que pudiera saludarla.
—¿Qué es esto, Young Mi? -Preguntó la chica pelinegra confundida.
Se trataba de la bandeja de comentarios en el vídeo original que subieron de ella cantando en la audición.
"¿Cómo es posible que esté como si nada?"
"Es una psicópata"
"¿Puede dormir con la consciencia limpia luego de cometer un pecado?"
"¡Por su culpa murió!"
"¡Es una asesina!"
Al leer los comentarios, sus manos empezaron a temblar como gelatinas y el teléfono resbaló de ellas impactando contra el suelo. Su labio inferior temblaba, sus latidos incrementaron de un momento a otro y no podía reaccionar, era como si hubiera sido congelada en ese lugar. Ahora entendía por qué todos la miraban de esa manera, había sido descubierta y la señalarían a partir de ese momento porque la sombra de su pasado la perseguirá a todos lados, hasta su último día de vida.
Seo Jun apareció agitado luego de haber buscado a Young Mi con desesperación luego de haber leído los comentarios de su video, sabía que ella no estaría bien con eso. Cuando dió un paso para acercarse, ella salió corriendo del lugar ignorando los llamados de Soo Ah y Seo Jun, pero este último no se detuvo persiguiéndola por toda la escuela si fuera posible.
Young Mi corría con dirección hacia la salida de la escuela ignorando todas las miradas y murmuros que le lanzaban en el transcurso, solo quería salir de ese lugar y hacer desaparecer esa sensación de sentirse ahogada, aplastada por las paredes tratando de hundirla como hace un tiempo. No quería volver a ese oscuro lugar, no quería volver a ser señalada como una asesina, no quería volver a repetir la historia.
Salió de la escuela por completo mientras las lágrimas corrían a grandes cantidades quemando la piel. No tenía un rumbo determinado, solo quería huir porque eso es lo mejor que se le daba cuando tenía enormes problemas. Caminaba por las calles pensando una y otra vez en lo malo que ocurría en su vida, las agallas que le faltaban y lo malas que podían ser las personas, más aquellos que alguna vez consideró como sus amigos.
No pudo evitar recordar por lo que pasó estando en Australia.
Los estudiantes de la escuela secundaria Brockstow no podían creer que la hermosa Nicole Eun había sido acusada de asesinato. La publicación en la página estudiantil de forma anónima fue popular en cuestión de minutos, todos se enteraron que Nicole Eun estuvo presente en la muerte de Louisa Yang y que ella fue la culpable de eso.
Ese día, la insultaron de todas las formas posibles sin excepciones. Sus amigos se volvieron en su contra porque eran más amigos de Louisa que de ella, quisieron hacerle pagar por su muerte prematura sin entender que todo fue un accidente y así lo dictaminó la policía cuando el cuerpo fue reportado, aún así creían plenamente que Nicole tuvo la culpa y desgraciadamente, los antecedentes entre ambas daban grandes razones para haberla asesinado. Nadie le creía, todos la señalaban como la asesina de Louisa Yang, la única hija de Saúl y Sarah Yang, así como la heredera al negocio familiar de automóviles Scorpius.
Fue toda una noticia mediática a nivel mundial que se guardó luto por tres días seguidos, nadie hablaba de la familia Yang. Pasado el tiempo de silencio, fue revelado el rumor de un asesinato siendo cometido por una de sus compañeras. La familia Eun hizo todo lo posible para que la identidad de Young Mi no sea revelada y las investigaciones se lleven en completo silencio al tratarse de una menor de edad, así fue pero los días en el colegio fueron una tortura total. Hasta el punto de lastimarla físicamente.
Eun Young Mi conocía el infierno y no quería volver a tener una experiencia parecida, nunca más.
Pudo reaccionar cuando estaba a punto de cruzar la calle y un auto pasó a toda velocidad tocando el claxon para que pudiera retroceder, le gritaron que era un loca pero ella estaba fuera de sí, no tenía consciencia de lo que estaba ocurriendo a su alrededor y seguía el camino por el cual sus pies la llevaban sin rumbo exacto.
Mientras que Seung Dam estaba completamente desesperada llamándola sin obtener respuesta alguna debido a que su teléfono estaba en el bolso que dejó en la escuela cuando salió huyendo. Seo Jun apareció frente a la mujer entregándole el bolso oscuro que pertenecía a Young Mi, y de donde provenía el sonido de una llamada, por lo que tuvo que colgar al darse cuenta que nunca le llegaría a contestar.
—Gracias -Suspiró recibiendo el bolso y luego abriéndolo, dándose cuenta que ahí estaba el teléfono con muchas llamadas perdidas suyas–. Así nunca la pude haber encontrado. ¿Te dijo a donde fue?
—Salió corriendo mucho antes que pudiera hablarle. Parecía muy triste y angustiada por los comentarios -Recordó el rostro de Young Mi–. ¿Qué es lo que está pasando, señora Choi?
—Es muy difícil poder explicártelo ahora, Seo Jun -Miró la preocupación del chico–. Estoy segura que cuando encuentre a Young Mi, ella te lo contará personalmente. Te necesitará como apoyo, estarás ahí para ella como es debido, lo sé. Pero ahora no es el momento correcto, espero que entiendas mis razones porque hasta para mí es complicado de explicar, son heridas que nunca sanan -Seo Jun asintió luego de unos segundos–. Han Dam te avisará cualquier novedad que tengamos de ella. No tengas miedo -Agarró su mano con delicadez guardando la compostura para no derrumbarse también–. No es la primera vez que lo hace, la encontraré.
Quiso que sus palabras sonaran convincentes no solo para Seo Jun, sino también para ella. Tenía razón cuando dijo que no era la primera vez que Young Mi escapaba de esa manera y sin dejar rastro alguno de su paradero.
Pero esperaba encontrarla a tiempo, como la última vez.
La noche había caído en un solo parpadeo y no tenían ninguna noticia sobre donde se encontraba Young Mi, ni hizo el intento de comunicarse con ninguno de sus padres ni con Han Dam. Seung Dam estaba a punto de perder la cabeza buscando por la ciudad en compañía de su hija menor en secreto de Jung Kyung, quien se negó a levantar una búsqueda policial debido a que la última vez Young Mi apareció unas cuantas horas después. Seung Dam y Han Dam no se pudieron quedar tranquilas, sabían lo frágil que era Young Mi y sus altas probabilidades de romperse luego de que su vida volviera a desmoronarse. No querían ni imaginarse lo que podría llegarle a pasar en ese estado tan vulnerable, ni lo que pudiera hacer.
—¿Cuántas calles nos faltan? -Pregunta Seung Dam observando con detenimiento a su alrededor en busca de su hija mayor.
—A estas alturas de la noche, puede estar en cualquier parte de la ciudad -Han Dam suspira pasando sus manos con desesperación por su cabello negro hasta que suena el teléfono–. ¿Encontraste algo, Seo Jun?
—No he encontrado nada. Estoy saliendo de Itaewon y nadie la ha visto -Dijo mientras caminaba hacia su moto estacionada en una de las transitadas calles de vida nocturna.
—Nosotros tampoco tenemos novedades. Me estoy empezando a preocupar -Confesó Han Dam.
—La encontraremos, Han Dam. Ella no sería capaz de hacerse nada -Seo Jun tragó en seco y sufrió de un rápido escalofrío de solo imaginarse a Young Mi herida–. Llámame si encuentran algo. Seguiré buscando.
—Está bien. Ten cuidado -Dijo antes de colgar y resoplar de frustración, empezaba a sentirse desesperada–. Es mi culpa, si tan solo hubiera ignorado a esa tonta. Estaría ahora con ella sin necesidad de preocuparlos.
—No digas eso -Seung Dam la miró con seriedad de inmediato–. Hiciste lo correcto para defender el honor de tu hermana. No podemos permitir que gente así pueda decir atrocidades de tu hermano, no de nuevo. Sé que las cosas no se solucionan a golpes pero me siento orgullosa de ti -Han Dam había golpeado a una de sus compañeras por haber insultado a Young Mi–. No solo por haber golpeado a esa niña, sino por todo lo que has estado haciendo con tu hermana. La has ayudado a recuperar la felicidad que creíamos perdida, gracias por eso.
Ambas lloraron hasta terminar abrazadas dejando desahogarse por el difícil momento que estaban pasando sumado a otras emociones más que tenían retenidas en sus interiores. Fueron interrumpidas por el sonido de una llamada proveniente del teléfono de Seung Dam, en la pantalla se iluminaba el nombre de Sung Hyun.
No tuvieron límites de velocidad cuando recibieron la noticia que Young Mi apareció en casa pero subió directamente a su habitación, encerrándose sin dejar pasar a absolutamente nadie, y fue así. Cuando Seung Dam y Han Dam llegaron, corrieron hacía el piso superior a la habitación de Young Mi tocando repetidas veces pero nadie le respondió ni hizo el intento de abrir la puerta. No insistieron demasiado porque entendieron el espacio que Young Mi se estaba dando para poder aclarar toda la situación por la que estaba pasando, no sería tan fácil para ella y era mejor dejarla sola por un tiempo.
Estaba en el suelo de su habitación hecha un ovillo recordando todos los golpes y patadas que recibió en uno de los callejones cerca a la escuela de Brockstow. La llevaron ahí luego de clases para insultarla al comienzo hasta terminar siendo atacada mientras seguían acusándola de ser una psicópata, traicionera y asesina. Algunos se reían de lo patética que se veía aclamando por piedad y que dejaran de hacerle daño, sus gritos eran desgarradores pero eso no les importó en lo más mínimo siguiendo con su cruel accionar. Al día siguiente, empezó a rondar entre los estudiantes el vídeo de aquella agresión como si hubiera sido un total espectáculo digno de risas.
Young Mi temblaba como un pequeño cachorro abandonado bajo la lluvia a su suerte, volvió a llorar en silencio aferrando sus rodillas a su pecho y escondiendo la cabeza entre las mismas. Escuchó el crujir de una rama proveniente de su balcón pero no le prestó demasiada atención hasta que pudo divisar una sombra aparecer entre las cortinas blancas acercándose a ella, no pudo identificar bien su rostro pero podía ver su largo cabello revolotear por el aire. Sus ojos se cerraron con fuerza volviendo a abrirlos en cuestión con la esperanza de no encontrar aquella silueta.
—Fue tu culpa, Young Mi
Sus ojos fueron abiertos de inmediato encontrándose con el rostro de Louisa frente al de ella con cortes en el rostro y gran cantidad de sangre viniendo de su cabeza rota, justo como la vio por última vez. No pudo gritar de miedo como quiso, solo se arrastró por el suelo alejándose de aquella aterradora imagen con la expresión digna de haber visto un fantasma, pero solo ocurrió en su cabeza.
—Young Mi -Escuchó el llamado de una voz familiar y Louisa fue reemplazada por la presencia de Seo Jun, mirándola a unos metros de distancia con sus manos al frente en signo de paz para no alterarla–. Soy yo, no tengas miedo.
En cuestión de segundos, la chica se abalanzó hacía Seo Jun envolviéndolo con sus delgados brazos dejándose envolver por su comodidad y sentimiento de protección que él influenciaba en ella únicamente. Tenerla en sus brazos fue como haber recuperado algo que no sabía que perdió, fue una satisfacción indescriptible por lo que la apretó más a él sin intensiones de dejarla con facilidad. No le importó cuando ella empezó a llorar de forma desconsolada liberando todo lo que había estado guardando en su interior, sentía seguridad sin límites que no pudo evitarlo, fue una reacción natural.
La cabeza de Young Mi descansaba en el hombro de Seo Jun mientras ambos se mantenían en silencio, solo escuchando sus respiraciones tranquilas disfrutando de la presencia mutua. Él esperaba que ella pudiera estar más tranquila para hablar como es adecuado. Mientras ella esperaba encontrar la suficiente valentía por lo que pasó, siendo Seo Jun la primera persona que se enteraba de la verdad.
—Cuando tenía quince años, ingresé a la escuela Brockstow en Australia -Empezó Young Mi tomando desprevenido a Seo Jun pero escuchó en silencio y calmado–. No conocía a nadie, pero los más conocidos de la escuela se hicieron mis amigos -Sorbió su nariz–. Sentí una conexión particular con Louisa Yang, ella era mi mejor amiga. Me sentía afortunada de tener a alguien como ella en mi vida, me hacía superarme cada día y perder mi miedo -Pausó–. Tenía un novio y peleaban casi todo el tiempo en secreto. Él era el chico ideal para muchas pero nunca lo vi más que un amigo, era el novio de mi mejor amiga -Su voz tembló un poco y Seo Jun acarició su mano lentamente dándole seguridad para continuar.
Reavivar esos momentos críticos de su vida le afectaban demasiado pero no podía seguir reteniéndolo mucho más, necesitaba ser escuchada por alguien que no sea su familia.
—Un año atrás, mi familia estaba pasando por un tema laboral muy crítico a punto de ir a la quiebra. Mi papá hizo lo imposible para salvar la compañía y su única opción era encontrar un buen socio para un nuevo negocio. Es así como me convencieron de acercarme a él -Apretó sus labios–. Eramos amigos, yo no tenía segundas intenciones con él, pero mi padre quería que sea mucho más que su amiga y yo no sabía eso. Hasta que llegó el aniversario de la escuela y fuimos escogidos para participar juntos, él iba a tocar el piano y yo iba a cantar.
Young Mi se detuvo empezando a sollozar y Seo Jun pasó su brazo por sus hombros acercándola a él.
—No necesitas contarme, aún no estas preparada para hacerlo...
—No quiero seguir viviendo suprimida en ese sentimiento de culpa, duele mucho -Young-mi lo interrumpió–. Ese día, hubo una conexión particular entre ambos que nunca había sentido en ningún chico pero sabía lo mal que estaba. Me alejé de él pero fue demasiado tarde -Resopla. Se detiene a si misma antes de continuar–. No sabía que él había terminado con Louisa ese mismo día y nuestra cercanía en la presentación fue malinterpretada por muchos. Ella me acusó de haberle robado el novio y mostró supuestas conversaciones entre él y yo. Intenté hablar con él para que desmienta todo pero nunca lo hizo, dejó que todos me señalaran como una mala persona. Estaba sola, nadie me creyó y me quedé sin amigos -Suspiró–. Luego de un partido de fútbol escolar, quise enfrentarla para que detuviera todas esas falsas acusaciones y lo hice frente a los demás. Ella intentó huir de la vergüenza mientras yo la seguía. No entendía sus razones para hacerme tanto daño. No prestó la suficiente atención para cruzar la calle principal que un auto la terminó atropellando frente a mí.
Algunas lágrimas involuntarias escaparon de Young Mi al recordar la noche donde Louisa murió. Pudo ver sus ojos sin vida frente a ella, viendo nacer la culpa en su interior.
—No fue tu culpa, Young Mi. Fue un accidente...
—Hasta ahora me acusan de eso, ellos no han olvidado lo que ocurrió esa noche. Yo tampoco lo haré, nunca -Negó limpiando sus propias lágrimas con el dorso de su mano–. Su muerte me perseguirá hasta mi muerte, lo sé muy bien. No quiero seguir siendo señalada por ellos, no me quieren dejar vivir en paz.
—Entonces no nos dejaran vivir en paz a los dos -Young Mi miró a Seo Jun con confusión–. No pienso dejarte sola en esto, Young Mi. Si tenemos que enfrentarnos a ellos, lo haremos, pero estando juntos -Se mantuvieron en silencio, Young Mi estaba siendo protegida y lo disfrutaba.
Las palabras que Seo Jun le brindaba eran reconfortantes, la hacían sentir valiente contra el mundo sin excepciones. Terminó asintiendo de acuerdo con la promesa de ser valientes para enfrentar cualquier problema que se les ponga en frente, ellos podrían contra eso y más porque estarían juntos.
Tres días pasaron después de esa noche donde Young Mi pudo expresarse a su mejor amigo, depositando toda su confianza en él sin secretos de por medio aunque Seo Jun no haya sido totalmente sincero con ella, aún quedaba tiempo para que eso sucediera. Ella salió de su habitación al cuarto día por la mañana, su familia estaba desayunando en un ambiente frío sin emociones más que la incertidumbre bajo una nube negra en cada uno.
Cuando Young Mi apareció en el comedor, Han Dam no pudo evitar lanzarse a sus brazos soltando algunas lágrimas de felicidad y Seung Dam estaba sentada cubriéndose la boca llorando en silencio. Creía que su hija no volvería a salir de esa habitación como antes pero no fue así, ella estaba bien como si nada hubiera pasado. Sung Kyung sabía que su hija era una guerrera, saldría de eso con facilidad porque tenía al compañero a su lado.
—No te preocupes por los comentarios, alguien los ha borrado por mí -Susurró Han Dam a su hermana para que se quedara más tranquila y ella asintió no muy convencida por los contactos que pueda tener su hermana, y pronto tendría toda la razón.
Esa fue la primera vez que Seo Jun la llevó a la escuela en su motocicleta porque como prometió, no iba a dejarla y ahora sería su sombra durante todo el día si fuera necesario estando al pendiente de ella. No le interesó los murmuros de los demás a su alrededor, caminó hacía la escuela con la cabeza en alto porque no tenía razones para avergonzarse, ella no cometió nada malo y se lo demostraría a los demás sin importar qué.
Estaba a punto de dar su primer paso hacia el interior de la escuela cuando uno de sus llaveros cayó al suelo.
—Espera -Le dijo a Seo Jun retrocediendo para alcanzar su llavero que estaba a metros de distancia luego de haber rodado. Se agachó para recogerlo pero una mano apareció primero tomando el llavero.
Young Mi se levantó al mismo tiempo que el desconocido hasta que ella alzó su cabeza conectando sus miradas. Algo en su interior se removió como un temblor dejando que el tiempo a su alrededor se detuviera y un dolor en el lado de su corazón se hiciera presente. Su labio inferior empezó a temblar y su rostro palideció, hasta podría jurar que su presión bajó considerablemente. La estabilidad emocional, aquellas barreras que había creado en poco tiempo para que nada la derrumbara fue en vano al tenerlo frente a ella, de nuevo.
—Hola, Nicole -Sonrió de lado. Esa maldita sonrisa que le causó desgracia.
—Alex
este es el capítulo más largo que
he escrito en mi vida JSKSK
ya entendieron por lo que Young Mi
tuvo que pasar y dejó de ser un secreto
para Seo Jun.
ahora llegó el personaje que pondrá en
desequilibrio las cosas por un laaargo tiempo.
Lxs quiero
—ASLAN
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