DIECISIETE. taxi
🌸 CAPITULO DIECISIETE
taxi
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La pelota fue lanzada hacía arriba dando por iniciado el partido de basquet. La pelota iba de un lado a otro pasándose entre ambos equipos mientras las tribunas alentaban a gritos y aplausos, la única persona con la tensión latente y los nervios a flor de pie era la chica Eun, que miraba la pelota con mucha atención y rogaba a los cielos para que el dicho partido amistoso no terminara en una enorme pelea.
Cada vez que Seo Jun y Su Ho estaban frente a frente intentado quitarse la pelota, su corazón latía de manera descontrolada y su cabeza empezaba a crear escenarios donde uno de los terminaba lanzando el primer golpe o empujón desatándose la riña. Desde el enfrentamiento que tuvieron en la cafetería, ella temía verlos cerca porque ya se hacía una idea de que pelearían a golpes y no quería eso para su mejor amigo, verse involucrado en más problemas era lo que quería evitar.
El equipo de Su Ho estaba ganando y la diferencia era abismal. Young Mi estaba nerviosa, temía que Seo Jun se enojara por eso y toda la situación pueda ser llevada a grandes consecuencias. Realmente estaba preocupada y nerviosa pero eso no impedía celebrar en secreto cuando Seo Jun anotaba los puntos sin que sus amigas se dieran cuenta o alguien de la tribuna porque terminarían por botarla, era lo más seguro. Todos esos sentimientos que la atormentaban fueron dejados de lado cuando en el primer punto que Seo Jun encestó, se lo dedicó a ella y no pudo ser evitado un inmediato sonrojo que quiso ocultar aunque nadie estuviera mirándola.
Hizo su corazón latir mucho más y no era por nerviosismo ni nada similar.
El equipo de Su Ho ganó sin mucha diferencia, la tribuna gritaba y saltaba mientras Young Mi solo se limitaba a aplaudir. Tenía su mirada puesta sobre su mejor amigo que estaba apoyado en sus rodillas e inclinándose hacía adelante intentando recuperar el aire, parecía ir todo normal hasta que pudo ver a Su Ho acercándose hacía él, alertándola de inmediato. Pasa entre las personas para llegar a las escaleras sin quitarles la mirada de encima por si ocurría algo.
Baja los escalones con lentitud intentando no caerse en el trayecto. Llega a la cancha de baloncesto a paso tranquilo pero preparada para separarlos si llegaban a pelear, porque a juzgar por la expresión seria que Seo Jun mostraba no iban las cosas bien.
—...No te dejaré -Es lo que Young Mi escucha de Su Ho cuando se acerca.
Los hombres se miran unos segundos antes que Su Ho se alejara de ambos. La chica se acerca con cuidado viendo a su mejor amigo, estaba enojado y era evidente para ella, fue algo de lo que Su Ho le dijo que lo puso de ese mal humor. Él suspira con fuerza y logra verla luego de varios segundos que ella estuvo en frente pero no se dio cuenta en lo absoluto, estaba demasiado ocupado en su enojo como para darse cuenta.
—Seo Jun, ¿Qué sucede? -Pregunta calmada, pero él estaba lejos de sentir lo mismo.
—Nada -Dice entre dientes y da pasos dispuesto a irse.
—Podemos ir a comer -Lo detiene sujetándolo de la muñeca. Se gira hacía ella con rapidez y Young Mi le sonríe intentando transmitirle tranquilidad–. No importa si no hayas ganado, jugaste bien.
—No tengo hambre.
La sonrisa de Young Mi se fue apagando con lentitud bajo la expresión enojada de Seo Jun. Le dolió, negarse a que sus palabras le dolieron sería una mentira pero realmente fue así y no entendía la razón de por qué fue como un golpe en el corazón. Seo Jun estaba enojado y no quería ser una molestia para él, debía dejarlo solo hasta que pudiera relajarse aunque quisiera hacer todo lo contrario. Fue soltando su muñeca con lentitud rompiendo cualquier tipo de contacto físico entre ambos.
Seo Jun miró por última vez a Young Mi antes de seguir con su camino cuando ella pudo soltarlo, sin importarle dejarla sola en medio de la cancha.
Desde que Seo Jun desapareció dejándola sola, Young Mi no quería estar con nadie. Tuvo que librarse de sus amigas justificándose que debía vigilar a su hermana y no podía estar con ellas, es así como estuvo caminando de un lado a otro pensando en lo que Su Ho le pudo decir a Seo Jun pero no era justificación alguna para que él pudiera tratarla así, ella no tenía la culpa de nada. No quería ver que la única culpa era de Seo Jun, creía que ella hizo algo mal para molestarlo o fue demasiado insistente con él.
Su madre le había avisado que había recogido a Han Dam porque al parecer comió algo que le cayó mal, insistió en que Young Mi se quedara con sus amigas a pesar que ella no quería hacerlo pero su madre no le dio opción a negarse. Es así como Young Mi quedó sola caminando en busca de sus amigas, probablemente pueda mantenerse acompañada un rato aunque no quisiera hablar con nadie y haría todo lo posible para evitarlo.
La noche ya había caído y la gran mayoría de los asistentes a la feria estaban presentes en un pequeño concierto que estaba dando una banda que al menos Young Mi no conocía, pero Soo Ah le mandó un mensaje avisándole que estarían ahí.
—¡Young! -Chilla Soo Ah–. Ahora estamos completas. ¿Veremos desde el frente o desde atrás?
—Estoy cansada y me gustaría...
—No te atrevas a decir que te irás primero -Soo Ah interrumpe a Ju Gyeong, luego amenaza con la mirada a Young Mi advirtiéndole lo mismo–. ¿Por qué te irías a casa cuando lo mejor aún está por llegar?
—Ella tiene razón -Apoya Soo Jin–. Quédate y mira la actuación con nosotras.
—Ven
—Sentémonos ahí.
Las cuatro chicas corren a ocupar otro asiento un poco más cerca del escenario. Young Mi se dio cuenta que ella no era la única que no quería estar ahí, tal parece que Ju Gyeong también quería irse y se notaba deprimida. ¿Había sucedido algo con Su Ho luego de que ella se fue? Y es que Young Mi sentía que estaba en lo correcto. Antes de que se fuera de los vestidores, Ju Gyeong estaba mucho más que feliz y luego de que la dejó sola con Su Ho, estaba un poco decaída.
Los hombres de sus vidas les habían arruinado la noche.
—Esta canción no es muy conocida -Dijo el vocalista de la banda–, pero es uno del difunto Jeong Se Yeon, de quién era un gran admirador. Les traigo esta canción en memoria de Jeong Se Yeon, que dejó este mundo hace un año.
El chico empezó a cantar y las personas movían sus brazos de un lado a otro con sincronización. Young Mi sentía que conocía esa canción de algún lado, era como si la hubiera escuchado antes pero no recordaba donde.
—¿Jeong Se Yeon? -Una chica delante de ellas le preguntó a su amiga al lado. Lo que dijo no pudo pasar desapercibido para Young Mi.
—Jeong Se Yeon. Es ese cantante que se suicidó hace un año.
—Es cierto.
—Tiene razón.
—¿Por qué tenía que ser esa canción? -Pregunta Soo Jin distrayendo a Young Mi, quién escuchaba atenta a la conversación de las tres chicas de adelante–. Han Seo Jun podría empezar de nuevo con Su Ho.
—¿Por qué? ¿Existe una historia entre ellos? -Young Mi está atenta a la respuesta que le pueda dar a Soo Ah. Quería entender a lo que su amiga se estaba refiriendo, podría ser la causa por la cuál ambos se habían peleado o similar.
—Eran cercanos. Su Ho, Seo Jun y Jeong Se Yeon -Gira hacia ella–. ¿No te lo dijo Su Ho?
—¿Qué? -Pregunta Ju Gyeong.
—Claro, por supuesto. Creo recordar eso -Comenta Soo Ah.
Entendió que Seo Jun era muy cercano a Se Yeon, quién se suicidó. Luego de eso Seo Jun y Su Ho se pelearon por alguna razón, ¿Tendría que ver con eso? No le interesaba en lo absoluto, lo único que podía pensar es en lo mal que lo pudo pasar Seo Jun en ese momento porque Young Mi pasó algo similar. Se imaginaba lo malo que fue para él, en lo mucho que sufrió sumado a la pronta enfermedad de su madre y su corazón se estrujó de dolor imaginar todo lo que su amigo pasó pero ella no tuvo ni idea sobre eso. ¿Seguiría estando mal? Las probabilidades eran altas, incluso Young Mi no superaba la muerte de Louisa y eso ocurrió hace poco más de un año.
Estaba tan sumergida en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta cuando Ju Gyeong se levantó y se fue, unos minutos después vio su ausencia al lado de Soo Ah. Se percata que su amiga no estaba al mismo tiempo que puede reconocer la canción que los chicos estaban tocando y pertenecía a Se Yeon, es la misma que Seo Jun cantó cuando ambos fueron al karaoke.
No pudo evitarlo y se levantó de su asiento despidiéndose rápidamente de sus amigas avisándoles que se iba. Toma su teléfono mientras sube los escalones y busca el contacto de su mejor amigo con la intención de llamarlo, oprime la opción unas cuatro veces pero todas la enviaban al buzón de inmediato viendo que probablemente su teléfono estaba apagado. Ella no quería darse por vencida, quería verlo y aunque tuviera que buscarlo por todo el país.
Le escribe a su madre pidiéndole un favor, cuando obtiene la respuesta le avisa que llegará a casa en taxi y que no se preocupe si llega tarde. Detiene al primer taxi que pasa frente a la escuela, le indica la dirección emprendiendo camino directamente hacía su destino a unos minutos de distancia.
Habían pasado varios minutos, capaz casi treinta pero ella no planeaba moverse de ese lugar hasta que pudiera cumplir con su propósito. Estaba sentada teniendo una puerta ajena a sus espaldas mientras miraba el reloj de su pantalla cada segundo que pasaba, sentía ansiedad y desesperación pero su prioridad era tener paciencia, así que esa era la razón por la cuál no quería levantarse e irse aunque estuviera pasando frío en esa oscura calle completamente sola. No le interesaba en lo absoluto, esperaría lo que sea necesario.
Como si sus plegarias fueron escuchadas, pudo ver una silueta hacerse presente en la oscuridad caminando hacía donde ella se encontraba. Llevaba las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones negros y la mirada puesta en el suelo sin mirar al frente, por lo que no se dio cuenta de ella hasta que se detuvo frente a su puerta con la intención de insertar las llaves y abrirla.
—¿Young Mi? -Pregunta al verla y la chica se levanta de inmediato–. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en tu casa, ya es tarde.
La chica no pudo formular ninguna respuesta a la pregunta de su mejor amigo, solo se quedó en silencio preocupándolo porque podría verla afligida y ese no era un comportamiento normal en ella. Sentía que algo no estaba yendo bien en ella, mucho más cuando se lanzó hacía él envolviéndolo en un abrazo fuerte sin ninguna causa de por medio pero se veía que ella lo necesitaba.
—¿Young Mi? ¿Sucedió algo? Me estás asustando -La separa con fuerza, se inclina hacía ella quedando casi a su altura tomándola del rostro entre sus manos intentando asegurarse que estuviera bien–. ¿Te hicieron algo? ¿Qué pasó?
—Sé lo que te ocurrió -Confiesa luego de unos segundos, tomando por sorpresa al chico–. Sé lo de Se Yeon.
Ahora era Seo Jun quién no pudo articular ni una sola palabra cuando le respondió. No le había contado sobre lo ocurrido ya que aún no estaba preparado para hacerlo y sabía que Young Mi jamás lo presionaría para que lo hiciera, sabía que lo iba a esperar hasta que estuviera listo. Pero no entendía cómo ella pudo enterarse de ello. ¿Quién se lo dijo? ¿Su Ho? Nadie sabía sobre la cercanía que los tres mantenían antes que Se Yeon muriera.
—¿Quién te lo dijo? ¿Su Ho? -Pregunta con un poco de seriedad.
—Soo Jin -Confiesa desviando la mirada–. Fue ella, pero no le digas que te lo dije...
—No lo haré -La interrumpe de inmediato y ella asiente porque confiaba plenamente en él–. No me gusta la manera en cómo te enteraste sobre eso -Ahora es el turno de él bajar la cabeza–. No me sentía preparado para contártelo.
Young Mi dirige su mano a la mejilla de él obligandolo con gentiliza a que levantara la cabeza para que ambos pudiera verse, notando que Seo Jun había suavizado su mirada y hasta estaba levemente cristalizada.
—No es lo que interesa, Seo Jun. Lo único que me importa es que confíes en mí, no en cuanto tiempo planees decírmelo -Lo mira con cariño y su voz tan suave acariciando el lado adolorido de él–. Te esperaré cien años si es lo que deseas porque siempre estaré para ti. Lo prometimos, ¿Lo recuerdas? -Intenta sonreirle y él asiente con lentitud–. Haré como que no escuché nada y esperaré por ti. ¿Está bien?
Seo Jun no podía entender donde cabía tanto cariño en ella, era demasiado perfecta para poder tenerla a su alrededor y como su mejor amiga. Desprendía felicidad, tenía muchas buenas vibras que le transmitían a él y pudo compararla como una luz que no desaparecía incluso en el lado más oscuro de la vida, que por suerte llegó a él para iluminar su camino e intentar eliminar los malos momentos de su pasado con buenos momentos junto a ella en su presente y futuro. No podía permitirse dejarla ir, era consciente de sus últimos comportamientos inmaduros y se esforzaría por tenerla a su lado.
Sin responderle, se reincorporó abrazándola justo como ella lo hizo hace unos segundos atrás. La chica le correspondió de inmediato apretando la cintura del chico con fuerza, fundiendo su rostro en el pecho de él oliendo su perfume masculino y dejándose perder en su aroma que le brindaba tanta tranquilidad. Ambos encerrados en el sentimiento de paz que mutuamente se daban como una burbuja dejando fuera de ellos todo lo que sucedía a su alrededor, solo disfrutando del otro.
La experiencia fue cortada cuando el teléfono de Young Mi empezó a vibrar dentro de su bolsillo, viéndose obligados de separarse. En la pantalla se iluminaba el nombre de su madre, probablemente podría estar esperándola porque aunque le haya avisado donde iba, sabía que la seguiría controlando durante los próximos meses debido a su última recaída emocional. Y es que en la primera experiencia que Young Mi vivió luego de la muerte de Louisa, los pensamientos y las acciones negativas la invadieron por completo, llevándola hasta al borde de un acantilado literalmente.
—Es mi madre -Avisa. Se dio cuenta en todo lo que sintió estando abrazada con Seo Jun, y no pudo sentir el calor en sus mejillas mientras que el chico solo carraspeo también sintiéndose un poco avergonzado–. Creo que ya me tengo que ir.
—¿Quieres que te acompañe? No tengo la moto pero podemos ir caminando o en taxi, como desees.
—No, gracias. Mi madre ya pidió uno -El chico asiente apretando sus labios, ambos se mantienen en silencio formándose un poco incómodo–. Debe estar llegando, es mejor que me vaya ahora.
—No -Demanda casi de inmediato antes que la chica diera un paso–. Te acompañaré, aunque sea lamentable, no es bueno que camines sola de noche. Vamos.
Young Mi lo mira por unos segundos antes de sonreír y asentir a su propuesta, así caminando hacía la calle principal donde llegaría el taxi. Ambos caminan a paso lento, sin emitir ni una palabra en el transcurso y es que aún se sentían avergonzados por lo vivido segundos atrás como para poder articular algo hasta que la chica toma la iniciativa porque no hablar la ponía más incomoda.
—¿Y? -Alarga–. ¿Sabías que Go Woon conocía a Ju Gyeong?
—No, no lo sabía -Niega–. ¿Y tú?
—Tampoco -Pausa–. Pero sabes que Ju Gyeong no tiene maldad, sería bueno que Go Woon pueda tener a Ju Gyeong como amiga.
—Sí, eso creo -Responde luego de unos segundos, y es que de nuevo Ju Gyeong viene a su cabeza–. Creo que me he equivocado con ella.
—¿Crees? -Ríe levemente–. Estuviste muy molesto desde hace días, se merece una disculpa por tu idiotez.
—Está bien, ya lo entendí -La interrumpe casi de inmediato mirándola con fastidio al escucharla nombrar los errores que tuvo con Ju Gyeong–. También te mereces una disculpa de mi parte.
—¿Por qué?
—Por lo que te dije en la tarde. No debí tratarte así -Realmente estaba arrepentido, y es que se dejaba dominar demasiado por sus emociones–. Fue mi error, disculpame.
—Lo entiendo, Seo Jun. Estabas enojado y yo estaba en un mal momento -La forma como lo decía, le daba entender al chico que no fue de mucha importancia aunque para él sí–. No fue tu culpa.
—Sí, si lo fue, Young Mi -La contradice–. Déjame aceptar mi error y disculparme por eso, no volverá a ocurrir.
—Está bien -Llegan a la avenida y ambos se giran a verse, ella con una pequeña sonrisa–. A la próxima podremos salir con tranquilidad, no te preocupes. Te debo una cena.
El chico se detiene para apreciar la sonrisa de ella y lo tierna que la hacía ver haciendo ese gesto tan alegre, podía pasarse así durante horas tan solo viéndola sonreír y jamás se cansaría de hacerlo, sin saber la razón de por qué pensaba ni sentía eso pero no quería seguir centrándose en eso y solo se detendría para disfrutar la vista que tenía frente a él. ¿Por qué sentía su interior removerse como si se tratara de un temblor? ¿Por qué sus latidos incrementaron de un segundo a otro? ¿Por qué no dejaba de mirarla? ¿Por qué quería tenerla así para siempre?
Eran preguntas que lo invadieron pero no obtuvieron respuesta.
Seo Jun reaccionó cuando el taxi se estacionó frente a ambos, le abrió la puerta de los asientos traseros para que ella pudiera ingresar y luego lo cerró cuando estuvo dentro. Camina hacía el lado del copiloto y le indica al conductor mediante señas para que bajara la ventanilla, se inclina sobre la puerta mirando al hombre que estaba tan desubicado como Young Mi.
—¿Qué sucede? -Le pregunta el hombre.
—Cuida bien a la chica -Lo señala–. Tiene que llegar a su casa así como se fue de aquí. He memorizado tu número de matrícula, si le sucede algo te arrepentirás por el resto de tu vida. ¿Entendiste?
—¡Han Seo Jun! -Regaña la chica soltando una pequeña risa avergonzada–. Ya vete, chico raro. No asustes al pobre hombre.
—Solo es una advertencia. Avísame cuando llegues a tu casa, chica rara -Young Mi asintió y le indicó con señas para que se fuera, una última vez señaló al hombre amenazante antes de alejarse permitiendo que el vehículo se fuera.
Suspira una última vez viendo como el vehículo desaparecía por la autopista. Estaba confundido, fueron demasiadas emociones por una sola noche y no todas fueran causadas por Young Mi. Aunque se sentía mejor, sabía que contaba con Young Mi para lo que él necesite.
Los dos pasaron por momentos tan malos durante los últimos diez años que no se vieron, fueron diez años en los que le faltaba la compañía del otro. Pero la espera fue buena, porque ahora las dos almas se habían reencontrado de nuevo y prometieron no volverse a separar.
¿Podrán cumplir con la promesa y no volver a separarse?
baila como juana la cubana, turu turu
¡UN NUEVO CAPÍTULO LLENO
DE INTENSIDADES!
la verdad es que ya quiero que
Young Mi y Seo Jun se casen,
mis pequeños bebitos.
Pero no se puede...
o nunca podría suceder.
no lo sé, no quiero hacerles spoilers
de absolutamente nada porque ya
tengo el final determinado aunque
no lo haya escrito.
sin nada más que decirles,
más que no se olviden comentar y votar.
lxs quiero
— ASLAN
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