CUARENTA Y UNO. forget her
🌸 CAPITULO CUARENA Y UNO
forget her / olvídala
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DEFINITIVAMENTE YOUNG MI ODIABA ESTAR sentada detrás de un escritorio teniendo reuniones, recibiendo una montaña de papeles para revisar y escuchando a personas que no le agradaba. No era su ambiente, muy a parte de que se sentía rechazada por todos y en cierta parte eso la empujaba más a sentirse mucho peor de lo que ya se sentía. Le faltarían dedos de manos y pies para contar todos los problemas que tenía desde que había llegado a Seúl, algo de lo cuál se mantenía alejada estando en Australia y China. Tal vez su regreso fue el causante de eso, se ponía a pensar que todo lo que tenía encima pudo haberse evitado si tan solo se hubiera quedado dónde estuvo esos últimos dos años pero no quería engañarse, esa no era su vida ni la sería.
Todo el desastre que dejó al irse de Seúl, eso es lo que estaba encontrando al regresar.
¿Por dónde empezaría a arreglarlo antes del día de su liberación? Falta muy poco y no había logrado ni el más mínimo problema que estaba arrastrando.
Su prioridad era Seo Jun, el chico al cuál no le dijo la verdad de su huida y ahora lo quería de vuelta. Aquel que no le otorgaba su perdón por haberlo abandonado sin darle una explicación, de nuevo. Luego estaba su madre, aquella que no luchó para que su hija se quedara a su lado y estuvo pagando por el daño causado pero ahora buscaba el perdón de ella.
Seung Dam podía esperar un par de días, ella jamás sería de su vida. Sin embargo, Han Seo Jun podría hacerlo en cualquier momento y a juzgar por las flores que le llevó a Ju Gyeong ese día, estaría a punto de perderlo para siempre.
Acordaron encontrarse esa misma tarde en la misma cafetería que visitaban cuando Seo Jun le estaba enseñando coreano y a veces cuando se reunían luego de la escuela. El lugar fue escogido por Young Mi en un intento de poder conmoverlo de alguna manera, hacerle recordar los buenos momentos que pasaron ambos y pudiera reconsiderar su decisión de ir detrás de otra persona que encima era su amiga. No podría con el dolor de verlos juntos, tendría que aceptarlo en algún momento pero sería demasiado dolor que no sería capaz de aguantar.
—Hola, presidenta Eun -Ju Gyeong ingresa a la oficina y hace una reverencia completa frente a su amiga–. Pidió verme.
—Deja las formalidades, Ju Gyeong -Young Mi se levanta de su silla y camina hacia su amiga con una gran sonrisa en el rostro–. Que bueno verte -La abraza tomando por sorpresa a la chica ya que se supone que eso no hacen los jefes. Young Mi se separa de su amiga para verla–. Al menos ahora puedo verte en tus cinco sentidos.
—¿Esto es correcto? Ya sabes, abrazarnos -Pregunta bastante preocupada por lo que pueda suceder si alguien los hubiera visto.
—Probablemente no pero no es algo que me vaya a importar luego -Young Mi encoge sus hombros y regresa a su escritorio para sentarse en el borde del mismo a pocos pasos de su amiga–. Fue una sorpresa grande para mí saber que trabajabas aquí.
—Igual para mí -Responde–. Te fuiste siendo una estudiante de secundaria y luego regresas siendo la presidenta de una gran empresa de entretenimiento. No lo hubiera imaginado, fue sorprendente.
—Sí, quisiera disculparme por eso -Lo señala y baja la cabeza unos segundos–. Lamento haberme ido sin avisar, surgieron varios problemas en mi familia que requerían que me vaya de aquí -Dice la verdad a medias sin entrar en detalles–. Pero he regresado para quedarme y recuperar lo que abandoné. Mi familia, mi vida, mis sueños, mis amigos.
—Cierto, ¿Seo Jun te escribió? Me prometió que lo iba a hacer -Ju Gyeong inquiere bastante curiosa.
—Sí, lo hizo. Quisiera agradecerte por eso, Ju Gyeong -La mencionada sonríe–. Probablemente no lo hubiera logrado sin tu ayuda. Fue bastante testarudo en no vernos cuando nos encontramos esa noche en el restaurante.
—Hiciste muchas cosas por mí cuando estábamos en la escuela. Y aunque sigo molesta contigo por haberte ido sin avisarnos, quise recompensarte por lo que hiciste por mí.
—Estamos a mano, Ju Gyeong -Ella asiente y Young Mi le sonríe–. ¿Seo Jun y tú se han vuelto muy cercanos en estos dos últimos años?
Era una respuesta que le estuvo comiendo el cerebro y temía formularla pero necesitaba saberlo, sea la respuesta que sea aunque no se encontrara preparada para enfrentarlo. No podía culparlos si tuvieron un acercamiento durante ese tiempo en el que ella no estuvo presente, al final tienen toda la libertad de volverse amigos o algo más.
—Algo así -Responde la chica con un poco de duda–. Creo que le hiciste mucha falta. Necesitaba preocuparse de alguien y estar acompañado, por eso aceptaba que estuviera cerca -Confiesa la chica tomando por sorpresa a su amiga–. Se veía muy solo desde que te fuiste. Sabía cómo se sentía eso, así que nos acercamos volviéndonos un tipo de amigos.
—Me alegra mucho escuchar eso -En una parte era verdad pero otra parte le decía que esa persona pudo ser ella si tan solo se hubiera quedado–. Gracias por no dejarlo solo, todos necesitamos a alguien para aprender a sobrellevar los problemas -Pausa unos segundos antes de pensar en qué decirle–. Le hice mucho daño a Seo Jun, fue mi culpa que estuviera triste y solo estos dos años. Por eso te agradezco que lo hayas acompañado en este tiempo, Ju Gyeong.
—Sea cuál sea el problema que hayan tenido ustedes, sé que podrán arreglarlo -Alentó–. Nunca lo dije pero ustedes siempre han sido una buena pareja, aún siendo amigos. Los veía algunas veces y pensaba en lo bien que se veían juntos congeniando tan bien que daba miedo, cómo una pareja perfecta salida de la mejor película de romance -Young Mi sonríe con nostalgia–. Realmente esperaba que ustedes fueran novios, hubiera sido fantástico.
—Las cosas no salieron cómo ninguno de los dos esperaba -Suspira–. Ahora solo quiero que me perdone por haberme ido sin decirle nada, eso lo dañó.
—Estoy segura que lo hará, Young Mi. Si los demás pudieron, ¿por qué no lo haría?
—¿Los demás? -Alza una ceja curiosa–. ¿Y tú todavía no me perdonas?
—Debería perdonar a mi amiga jefa, ¿verdad? -Young Mi suelta una pequeña risa con gracia–. Claro que te perdono, Young Mi. Debiste tener tus razones para actuar así, sé que nunca harías algo que pudiera dañar a alguien y menos a tus amigos.
—Gracias por confiar en mí. Realmente te había extrañado demasiado -Ju Gyeong sonríe ampliamente–. No quiero distraerte más, probablemente debas tener mucho trabajo pendiente.
—Sí, nos vemos luego.
Ju Gyeong se da la vuelta dispuesta a irse pero se detiene cuando la llaman por su nombre.
—Ju Gyeong -Gira sobre sus talones de vuelta–. He visto el trato que tiene Chae Ni hacia ti -La sola mención dese momento hizo temer a la chica–. No dejes que haga lo que quiera solo por ser más influyente, recuerda que me tienes a mí y no me importaría sacarla si se intenta abusar de su posición -Ju Gyeong abre la boca para contradecirla, probablemente para hacerlo pasar como una situación sin importancia–. Voy a estar más al pendiente desde hoy. Cualquier queja, sabes que me tienes aquí y ella recibirá el castigo por sus actos. No tengas miedo de hablar, ¿de acuerdo?
—De acuerdo -Asiente Ju Gyeong.
—Que tengas buen día, Ju Ju.
Ju Gyeong abandona la oficina dejando a Young Mi completamente sola de nuevo con algunas cosas en su cabeza luego de escuchar la versión abreviada de lo que había pasado con Seo Jun durante el tiempo que estuvo sin ella. Pasó tiempo con Ju Gyeong, eso aumentaban todas las posibilidades de que ambos pudieran sentir algo más que cariño amistoso por el otro y eso generaba miedo en ella al ver que cada vez estaba más cerca de perderlo para jamás recuperarlo. A esas alturas ya no le importaba si recuperaba su amor, sólo quería tenerlo cerca cómo un amorío o un amigo en el peor de los casos.
Han Seo Jun, no estabas sufriendo solo y nunca lo hiciste. El corazón de Young Mi fue destruido esa última tarde en la que se vieron y no volvió a latir durante dos años completos, solo hubo una esperanza de regresar a la vida cuando te vio esa noche en el restaurante pero ahora que sabía que querías acercarte a quién fue tu compañía durante ese tiempo, había menos esperanzas de volver a latir.
¿Qué sería de Young Mi ahora?
La presidenta de la empresa hizo que su secretaria se encargara de recibir todos los recados que pudieran dejarle esa tarde y salió temprano, dejándole la indicación estricta de solo contactarla cuando sucediera algo importante. Quería ir a casa, cambiarse de ropa y prepararse para su reunión con Seo Jun, era un encuentro que estuvo esperando por dos años y ahora que había llegado el momento tenía muchos sentimientos encontrados.
Al llegar a casa vio que todo estaba perfectamente ordenado y al pasar por la habitación de Alex lo encontró en medio de una videollamada con sus padres, le hizo saber que estaría en su habitación por medio de señas y este asintió al verla. El chico estaba demasiado aburrido en esas cuatro paredes y su única distracción durante esos días era limpiar la casa, cocinar a veces aunque no fuera fanático de hacerlo pero le salía muy bien.
Sus padres le habían quitado cualquier tipo de herencia o participación grande en la empresa familiar, sólo vivía del dinero que ganaba al cerrar contratos con otras empresas fuera de Asia. Su padre lo utilizaba para eso ya que Alex era bueno en los negocios, sobre todo en el tema de los contratos y siendo representante de la empresa en algunas oportunidades. Lo mantenía lejos porque él lo quiso así luego de que se le prohibiera asistir a los juicios de Louisa a testificar a favor de Young Mi, en ese entonces la familia Wong y Yang eran socios que beneficiaban al otro pero con el tiempo el acuerdo se rompió por completo orillando a que los Wong y los Eun volvieran al negocio cómo socios frente a la competencia.
Todo se trataba de los negocios y Young Mi estaba harta de eso.
Los negocios en los cuales nunca se involucró arruinaron su vida, pero ella no iba a dejar que eso suceda de nuevo.
—¿Qué tal? -Alex asoma su cabeza por la puerta e ingresa a la habitación al verla sentada frente a su tocador mirando su reflejo–. Disculpa que no pude saludarte, estaba hablando con mis padres.
—No te preocupes por eso, lo entiendo -Contesta la teñida mientras se coloca crema en el rostro–. Fue igual que todos los días, estresante. Definitivamente el trabajo de escritorio no es lo mío y necesito salirme cada cinco minutos antes que me lance por la ventana.
—Te dije que no sería fácil.
—Pero no dijiste que sería el mismo infierno -El chico encoge sus hombros–. ¿Cómo va avanzando el asunto? Ya es casi una semana que llevábamos en la ciudad.
—Están haciendo todo lo posible por arreglar los papeles necesarios -Contesta–. Sabes que lo legal demora un tiempo pero debemos regirnos a las leyes si queremos acabar con esto de una vez -Young Mi asiente dándole la razón–. Además que se están complicando las cosas con la negociación. No quieren ceder tan fácilmente.
—Debí suponerlo -Resopla la chica dejando la crema facial a un lado–. Sabía que debía ser yo quién haga el trato.
—Eso sólo empeoraría las cosas, Nicole -Le recuerda el chico–. No nos quieren ver a ninguno de los dos, es mejor que lidien con nuestros representantes porque sino las cosas se saldrían de control y no estaríamos ni en el primer paso para hacer el negocio.
—Tampoco damos una buena imagen estando escondidos en representantes.
—Dejemos que se encarguen los profesionales, ¿sí? -La chica no responde pero farfulla por lo bajo–. ¿Saldrás?
—Sí, conversaré con Seo Jun.
Alex se tensa un poco al escuchar el nombre del chico que no había salido de la cabeza de Young Mi durante ese tiempo. Sabía quién era desde que lo conoció la primera vez que llegó a Seúl y podía hacerse una idea de la importancia que él tenía en la vida de Young Mi, confirmó sus sospechas poco después de irse a Australia cuando ella se quedó dormida luego de haber llorado por horas y sostenía en su mano una foto de ambos. Ella no dijo nada explícitamente pero extrañaba mucho a Han Seo Jun, él lo sabía.
Sabía que él y Han Dam eran la única razón por la cual Young Mi se había esforzado demasiado en regresar a Seúl, ellos son demasiado importantes para ella que haría lo que fuera para tenerlos cerca suyo. Han Dam nunca se escapó de las manos de Young Mi y sabía completamente la verdad de su viaje, por otro lado Seo Jun no recibió más que enredos y lo alejaron por completo de su única amiga. Young Mi no se iba a rendir hasta hablar con él, lo intentó esa noche en la que tuvieron la reunión de amigos y Alex los vio aunque hizo de cuenta que no lo hizo solo para respetar la privacidad de su esposa, pero sabía lo que ella estaba haciendo y solo esperaba que las cosas salieran bien.
No soportaría verla volver a pasar por el dolor.
—Me alegro por ti. ¿Quieres que te acerque un poco a la cafetería?
—No eres mi chofer, Alex -Le recuerda–. No me parece bien que me lleves de un lado a otro cuando tengo pies, manos y una licencia de conducir. Esta vez manejaré yo.
—Lo que mande, presidenta -Alex se burla y Young Mi lo mira mal a través del espejo–. Te he dejado comida en el microondas. Ya decides tú si deseas comerlo ahora o prefieres dejarlo para tu cena.
—Siempre tú tan considerado -Young Mi gira en la silla mirando frente a frente a Alex–. No me cansaré de agradecerte todo lo que estás haciendo por mí, Alex. Eres la única persona que tengo a mi lado en este momento.
—Y yo te digo que es lo mínimo que puedo hacer por ti luego de haberte fallado en un momento importante. No pienso volver a hacerlo -Young Mi le sonríe con tranquilidad–. Dejaré que termines de alistarte. Estaré en la sala por si necesitas algo.
—Está bien.
Alex abandona la habitación unos segundos después dejando que la chica terminara de hacerse los últimos retoques en el maquillaje.
Alex Wong no solamente estaba ayudando a liberar a Young Mi de cualquier vínculo con el negocio familiar, él también estaba sacrificando el hecho que sus padres lo desterrarían para siempre de la familia por ayudarla a ella. Cuando llegara el día en el que Young Mi pueda elegir por razón propia, ese día Alex Wong dejará de tener una familia y probablemente termine en bancarrota pero eso era lo de menos, estaba enfocado en ayudar a su amiga y nadie lo haría retroceder.
¿Quién podría hacer eso por Young Mi?
La chica se coloca el conjunto de ropa que eligió para esa tarde y miró su reflejo en el espejo, viendo que siempre le ponía esfuerzo a lo que llevaba puesto cuando estaba por encontrarse con Seo Jun. Ese tipo de detalles seguían repitiéndose nuevamente y eso le provocaba felicidad con un poco de nostalgia porque era alguien feliz en ese entonces, una chica que le faltaba un año para acabar con la secundaria y estaba llena de sueños por cumplir. Volver a tener ese tipo de comportamientos la hace sentir como su antigua "yo", aquella que se quedó en Seúl y se perdió.
Toma su teléfono mirando la hora que se marcaba en la pantalla del mismo. No faltaba mucho para encontrarse y la emoción la empujaba a acelerar el paso.
—Alex -Llama al chico haciendo que gire a verla sorprendiéndolo por la forma en que iba vestida. Siempre le pareció linda pero esa tarde había algo diferente–. Ya me voy.
—Llámame para lo que necesites.
—Está bien.
—Suerte -Fue lo último que escuchó del chico.
Young Mi entra al ascensor que la lleva hacia el estacionamiento del edificio en el primer sótano del mismo. Juega con los dedos de su mano y estos sudan de los nervios como si estuviera a punto de hablar con el presidente y no con su amigo de toda una vida. Muchas cosas podrían salir mal pero ella no quería enfocarse en lo mano, ya tenía suficiente desastres en su vida como para agregarle la negatividad, así que prefería creer plenamente que lograría arreglar las cosas con él y poco a poco recuperaría su confianza.
Sube a la camioneta que le pertenece siendo un obsequio de Alex el día que ella sacó su licencia de conducir, la cual fue unos días después de haber llegado a Australia. Ese día se sintió mal porque se supone que ese momento lo iba a compartir con Seo Jun pero no pudo ser posible.
Sale del edificio por completo ingresando a la calle principal tomando camino hacia la cafetería cerca del centro de la ciudad.
Estaba por decirle toda la verdad sin omitir algún detalle y rogaría por su perdón sin importar lo que tenga que hacer en el proceso, le hablaría sobre la verdad de su matrimonio con Alex y confesaría de una vez por todas que ella sigue sintiendo algo por él desde mucho antes que se fuera. Ya era casi una adulta completa, había madurado lo suficiente en ese tiempo lejos como para poder afrontar situaciones directas y evitar que el resto reciba las señales que ella daba. Tenía que hacerlo, ya no habían excusas y esperaba que él también le dijera cómo se sentía al respecto, saber si siempre fue correspondida o en algún momento lo hizo.
Cuando su vehículo se detiene frente a la cafetería ella no baja de la camioneta, mantiene la mirada fija en la entrada principal del local deteniéndose un momento a pensar. Esto es lo que había querido todo el tiempo que estuvo afuera, ¿cómo podría desperdiciarlo? Estaba a un solo paso de poder juntarse pero estaba nerviosa con justa razón.
—Vamos, no desistas ahora -Dice para sí misma antes de bajar de la camioneta por fin.
Camina hacia la puerta viendo por los ventanales en el interior del local en busca de la persona con la que se iba a encontrar, lo vi sentado en una de las mesas dándole la espalda y esperando mientras movía su pie de arriba a abajo. Su corazón empezó a latir con rapidez por primera vez en dos años solo de la única manera que él podía hacerlo. Ingresa a la cafetería en un arrebato de valentía y camina lentamente hacia donde se encontraba la mesa de dos sillas pero solo una persona estaba sentada.
Young Mi llama la atención de Seo Jun al pasar por su lado para ocupar asiento en la silla de enfrente. Ambos se miran analizando al otro viendo mejor los rasgos físicos que habían cambiado en el tiempo que llevaban sin verse.
Ella había cambiado el color de su cabello, ya no se le notaba tan oscuro como antes y había recortado la mitad de su flequillo. Ahora utilizaba maquillaje aunque sea casi imperceptible, lo que le hacía resaltar mucho más sus ojos. La forma en cómo se vestía era digna de una persona adulta de alta sociedad, justo el lugar donde ella pertenece y jamás hubiera pensado verla así. Se veía demasiado hermosa para ser real, tal cual como la recordaba pero mucho mejor.
—Gracias por aceptar hablar conmigo -Fue lo primero que ella le dice. Seo Jun se mantiene con una expresión neutral tratando de esconder la mirada de admiración cada que la veía.
Quería demostrarle que nada de lo que estaba sucediendo le afectaba y mucho menos le importaba, que su presencia le era indiferente pero dentro de él no era así. El lado verdadero de él la veía con nostalgia casi queriendo llorar de tenerla de vuelta, quería abrazarla y hacerle saber lo mucho que le había hecho falta en los últimos años; pero el otro lado lastimado le gritaba que se mantuviera inmóvil, que le hiciera saber que no le había afectado lo que le hizo.
Que la había olvidado por completo.
—No tengo mucho tiempo -Enciende la pantalla de su teléfono viendo la hora que se ilumina en ella–. Así que empieza con esto rápido.
—¿Cómo estás? -Seo Jun eleva una ceja confundido por su pregunta, esperaba que empezara a disculparse.
—Young Mi...
—Quiero saber cómo te va -Lo interrumpe de inmediato–. Posiblemente no me lo merezca por haberte dejado sin darte una explicación concreta, pero eres mi prioridad ahora. Siempre lo has sido, Seo Jun.
—¿De verdad? -Pregunta con ironía cargada de resentimiento.
—Sé que no lo crees pero te lo he demostrado muchas veces -Traga en seco. Seo Jun baja la mirada unos centímetros para ver las manos de Young Mi que se encontraban sobre la mesa, notando el anillo que llevaba en el dedo anular. Ella se percata de eso y se quita el anillo de inmediato.
—No lo creo -Niega desviando la mirada para verla.
—No es lo que crees...
—¿Entonces qué es, Young Mi? -La interrumpe con dureza-– ¿No te fuiste sin querer decirme la verdad? ¿No te fuiste con él? ¿No te casaste con él? -Young Mi a esas alturas no podía evitar sentir la tristeza y la culpa recorrer su cuerpo–. ¿No dijiste que regresarías por mí?
—He regresado por ti, Seo Jun.
—Casada con otro -Le recuerda y ella baja la cabeza negando–. Realmente quise hacerlo, ¿sabes? Esperar a que pudieras regresar para retomar lo que estabas por dejar, estaba dispuesto a hacerlo -Confiesa mientras el nudo se va formando en la garganta de la chica–. Han Dam me escribió un mensaje diciéndome a la hora que tu vuelo saldría, fui hacia el aeropuerto para prometerte que te iba a esperar lo que sea necesario pero me detuve cuando lo vi a él yéndose contigo -La chica se quedó sorprendida por lo que dijo–. Te fuiste y te llevaste una parte de mí, Young Mi.
—Lo siento mucho, Seo Jun.
—Ahora no pretendas regresar para arreglar todo luego de que tú misma lo destruiste -Young Mi derrama una lágrima haciendo que el corazón de Seo Jun doliera. Tuvo que mirar a otro lado o terminaría cediendo.
—Te prometo que todo esto terminará, ¿sí? Sólo tienes que confiar en mí. En un par de días recuperaré mi libertad y podremos retomarlo todo dónde lo dejamos, pero por favor cree en lo que te digo.
—Ya confíe una vez en ti, Young Mi. Mira cómo terminamos -Señala a ambos–. Tengo que irme ahora.
Young Mi lo toma de las manos rápidamente impidiendo que se fuera y él gira a verla notando cómo las lágrimas rodaban por sus mejillas.
—Juro que me separaré de él, Seo Jun. No quiero perderte para siempre, no podría seguir viviendo sabiendo que me odias así -El chico aprieta su mandíbula aguantando todo lo que quería decir en realidad–. Te ruego que me des una segunda oportunidad, te prometo que no te decepcionaré de nuevo.
—No creo poder hacerlo...
—Te quiero, Seo Jun -Lo interrumpe. Seo Jun no podía quedarse más tiempo ahí o terminaría quebrándose igual que ella.
Quería decirle que también la quería, siempre lo había hecho pero las palabras se quedaron en la mitad del camino. Él cerró la boca antes de poder decirlo, volviendo a guardar lo que sentía y pensaba en realidad. Estaba tratando de olvidarla, no quería que le complicara más las cosas.
—Yo también te quise, Young Mi. Siempre lo hice -Le confesó–. Ahora te quiero lejos de mí. Tengo una vida y carrera en la cuál enfocarme, he conocido a alguien que no podría decepcionarme cómo tú lo hiciste.
La chica podía hacerse una vaga idea de quién podría hacer pero no era capaz de preguntárselo directamente no porque él podría negarse a responderle, sino que ella no estaría preparada para escuchar su respuesta. Sabía que ella era, una parte dentro de ella le decía que se trataba de su amiga pero la otra parte que mantenía la esperanza se negaba a aceptarlo. ¿Qué pasaría si era Ju Gyeong? No sabía exactamente pero estaba segura que el dolor la destruiría hasta el punto de poder regresar al abismo en el cuál había caído luego de la muerte de Louisa y del cuál el mismo Seo Jun la salvó sin siquiera saberlo.
¿Cómo podría digerir que el amor de su vida estaba con su mejor amiga?
—¿Puedo hacerte una última pregunta? -Limpió sus lágrimas con el dorso de sus manos, había aprendido a hacerlo desde que estaba sin Seo Jun–. ¿Qué hizo Ju Gyeong para que aceptaras venir aquí?
Seo Jun la analizó. La conocía demasiado bien y sabía que tenía curiosidad aunque también podía percibir miedo, miedo de escuchar la respuesta a su pregunta y que eso pueda destruirla pero si eso sería suficiente para mantenerla lejos de él, le daría lo que pedía.
—Aceptó salir conmigo -Respondió unos segundos después de pensarlo–. Tengo que irme.
El chico se levanta de la mesa sin quitarle la atención a su acompañante que tenía la mirada perdida luego de haber recibido una apuñalada en el corazón al escucharla, la respuesta seguía resonando en su cabeza cómo un eco. Seo Jun estaba luchando con ambos lados de sí mismo, un lado que aún quería a Young Mi y el otro lado que estaba demasiado dolido con lo que le había hecho.
—Te deseo suerte y un feliz matrimonio, Young Mi -Fue lo último que hizo antes de irse rápidamente de la cafetería antes de dar su brazo a torcer.
Seo Jun caminó lo suficiente hasta entrar en un pequeño callejón con la respiración agitada y el corazón latiendo con fuerza, se da cuenta de la conversación que tuvieron y el daño que le hizo al mentirle con la última respuesta que le dio. El chico se apoya en la pared más cercana y no puede evitar derramar lágrimas de tristeza por lo sucedido, la había alejado para siempre aunque eso es lo que quería para poder olvidarla de una vez. Intentaba ser feliz sin ella y seguía siendo difícil aún todo el tiempo transcurrido, y es probable que nunca lo sea porque su felicidad era ella.
Young Mi salió unos segundos después, subió a su auto y dejó que sus lágrimas salieran con total libertad. Toma el volante con ambas manos y deja caer su cabeza sobre este sin dejar de llorar a grandes cantidades justo cómo lo hacía los primeros días que estuvo en Australia. Lo había perdido para siempre, ahora estaba junto a su mejor amiga y el futuro que ella se había dibujado en su cabeza fue deshecho. Todo era su culpa y la culpa de sus padres por haberla obligado a hacer todo lo que no quería hacer, ella había perdido su vida entera esa tarde.
Y desde ese momento, el corazón de Young Mi no volvería a latir más.
a este paso ya nadie me cree cuando les digo
que tengan esperanza con el final AJAJNAJ
pero de verdad ténganlo, aprendan a confiar.
El siguiente capítulo es el penúltimo :P
— ASLAN
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