CUARENTA Y TRES. forever
🌸 CAPITULO FINAL
forever / para siempre
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UN MES DESPUÉS
YOUNG MI ESTABA EN EL AEROPUERTO SOSTENIENDO SU TELÉFONO en una mano mientras no dejaba de movilizar su dedo de un lado a otro por la pantalla esperando con insistencia la respuesta de su hermana menor, la cuál ya llevaba casi una hora de retraso. Se supone que llegaría al aeropuerto para recogerla pero no había señal alguna de ella, por lo que empezaba a hacerse de la idea de que no iba a llegar pronto y es probable que se haya olvidado.
Cuando estaba por avanzar hacia la parada de taxis para buscar uno que la llevara a casa, una camioneta se detiene frente a ella y baja la ventanilla del copiloto para hacerle saber de quién se trataba.
—Sube, hija -Llama Seung Dam con una pequeña sonrisa. Young Mi suspira aliviada y toma sus pertenencias para dejarlo en el maletero que fue abierto desde adentro por su madre–. Disculpa la tardanza, Han Dam no está en casa -Dice la mujer una vez que su hija subió al vehículo por el copiloto.
—Debí imaginarlo -Gruñe Young Mi mientras se abrocha el cinturón de seguridad y la camioneta se pone a andar hacia la salida del aeropuerto–. ¿Dónde está? Arreglamos hace unas horas que estaría aquí.
—Está devolviendo el vestido que utilizó para la boda de la hermana mayor de Ju Gyeong y el profesor Han.
—Sí, recibí una invitación por parte de Ju Gyeong pero estaba con todas las audiencias y reuniones que no pude asistir -Comento la pelinegra, quién ya había desteñido su cabello–. Les hice llegar mi regalo esa misma noche, espero que les haya gustado.
—De seguro que sí, hija.
—Y si no fue así, espero que lo sepan apreciar porque me costó demasiado -Seung Dam suelta una pequeña risa al escucharla–. ¿Cómo va todo entre ustedes? ¿Ya firmó?
—No, probablemente sea para complicarme las cosas en forma de venganza por haber firmado la venta pero no es nada que mis abogados ya no se estén encargando -Seung Dam resopló con fastidio de solo recordar lo que Jung Kyung le estaba haciendo–. No me arrepiento de nada, realmente. En los próximos meses nos separaremos por completo, eso me dijeron los abogados.
—Si deseas, puedo hablar con mi abogado y también encargarse de tu divorcio. Es de Australia pero tiene jurisdicción aquí.
—No es necesario, tengo todo bajo control -Young Mi asintió–. ¿Hoy irás al concierto?
—¿Por qué crees que estoy aquí? -Young Mi sonríe de oreja a oreja totalmente feliz–. Hice todo lo posible para poder librarme de las audiencias antes de hoy y lo logré, casi. Tengo un par de audiencias en los próximos días pero me permitieron realizarlo por videollamada, así que no interfiere con nada.
—Estoy feliz por ti, hija -Seung Dam sonríe–. Lograste obtener tu libertad luego de años. Podrás ser lo que quieras y vivir a tu manera.
—Sí, también estoy emocionada por eso -Admite la pelinegra bajando un poco la cabeza y viendo cómo sus dedos juegan entre ellos sin un anillo de por medio–. Soy libre.
El recorrido a casa fue una conversación sobre cómo Young Mi la había estado pasando al tener que alternar de entre Australia a China en las últimas cuatro semanas pero el nudo estaba por desatarse, sólo le quedaban dos reuniones más y quedaría libre para siempre. Ya no tendría que responder a la empresa en la que su padre la puso y ya no tendría ninguna responsabilidad de matrimonio, retomaría su juventud y la aprovecharía lo más que pudiera, y si todo salía bien, también estaría al lado de Seo Jun lo que le quedaba de vida.
Seung Dam con ayuda de Sung Hyun lograron sacar las pertenencias de la joven recién llegada del extranjero e ingresaron a los ascensores con dirección hacia el piso superior que era la nueva casa de todas, especialmente de Han Dam y Seung Dam al tratarse del apartamento en el que Young Mi y Alex estuvieron viviendo en su llegada a Seúl hace un mes. El chico decidió darle el apartamento para que pudieran vivir las tres sin tener que preocuparse por quedarse en la calle cuando el divorcio de Seung Dam y Jung Kyung culmine.
Las puertas del ascensor se abren a la par dejando que las dos mujeres y el ayudante salieran del mismo, solo bastó unos cuantos pasos para que se escuchara un grito al unisonido.
—¡Sorpresa! -Gritaron todos al mismo tiempo mientras salían de sus escondites.
Young Mi se sorprendió demasiado que casi se cae pero logró agarrarse de la pared más cercana y luego al ver a algunos de sus amigos, terminó por reírse al ver que se trataba de una bienvenida sorpresa. Estaban presentes Soo Ah, Cho Rong, Hye Min, Hyeon Gyu y Han Dam, eran los únicos que quisieron quedarse en la vida de la pelinegra y estaba mucho más que feliz de verlos.
—Esto si no me lo esperaba -Vuelve a reír. Da pasos hacia sus amigos, especialmente a su hermana menor–. Eres un vil demonio, ¿lo sabías?
—Me lo dices seguido -Asiente Han Dam dándole la razón y luego ríe cuando su hermana mayor empieza a golpearle en el hombro en forma de broma–. Era la única forma de atraerte aquí. Además que tenía una fiesta por planear, sabes que soy la mejor en lo que hago y esto merecía ser algo demasiado bueno para un sorpresa digna de ti.
—¡Me alegro que estés de vuelta! -Chilla Soo Ah abrazando a su amiga–. ¿Cuánto tiempo estuviste afuera de nuevo?
—Un mes pero será la última vez. He regresado para quedarme, se los juro -Soo Ah sonrió y la abrazó con fuerza siendo correspondida de la misma manera.
—Entonces eso merece una celebración -Sugirió Cho Rong abriendo una botella de soju y el resto de los presentes vitorearon dándole la razón.
—Gracias por esto, Han Dam -La pelinegra se dirigió a su hermana menor y ella encogió sus hombros restándole importancia–. Es una de las mejores sorpresas que me han dado.
—¿Qué? ¿Esto? No es nada a comparación de la otra sorpresa que hay por aquí.
Young Mi la miró confundida mientras su hermana mayor sonrió diabólicamente, dando a entender que tenía algo entre manos.
—¿A qué te refieres?
—¡Sorpresa! ¡Ya sal de tu escondite! -Exclama la chica haciendo que todos la miraran.
—No podía faltar a algo así, ¿verdad? -Young Mi escucha a sus espaldas y gira de inmediato encontrándose con alguien que no pensaba ver ahí–. Hola, Young Mi.
—¡Jae Hyun! -Chilla con una gran sonrisa en su rostro y no demora en abrazarlo con fuerza, siendo correspondida igual.
—Los dejo para que se pongan al día -Canturrea Han Dam antes de acercarse a los amigos de su hermana para continuar con la pequeña reunión que formaron para recibir a Young Mi.
—¿Te gustaría conversar? -Jae Hyun le pregunta a Young Mi unos segundos después de haberse separado.
—Claro.
Young Mi lo guía hacia la cocina que se encontraba totalmente vacía cuando todo el alcohol y algunas bocadillos se encontraban en la sala, así que era el lugar ideal para tener un poco de privacidad. Pudo elegir el balcón pero luego de lo que hizo estaba en el ojo de cualquier periodista que no era de extrañarse que estuvieran a los exteriores esperando algún movimiento en el apartamento, por lo que corría el riesgo de ser fotografiada junto a su mejor amigo y así se preste a malas interpretaciones.
La chica se dirige hacia los gabinetes para sacar dos copas.
—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías trabajando en Australia -Dice Young Mi al girarse hacia él con una botella de vino en mano, la cuál llenó ambas copas.
—Estaba allá pero decidí darme una vuelta por acá antes de viajar -Responde y recibe su copa con una mano–. Han Dam se enteró que estaba aquí, así que me invitó.
—Ella se entera de todo pero yo no capto nada.
Young Mi gruñe con molestia mientras Jae Hyun asiente dándole la razón.
—¿Viajarás a dónde? -Young Mi pregunta mientras bebe de su vino.
—Iré a Paris para la Fashion Week -Contesta generando sorpresa en su acompañante que lleva ambas manos a cubrir su boca–. Me ha invitado una marca grande, así que iré a representarlos en la pasarela.
—¡Eso es genial! No tienes ni idea de lo sorprendida que estoy -Confesó acompañado de una risa–. Me siento feliz y orgullosa de ti, Jae Hyun. Es una gran oportunidad para tu carrera.
—Sí, gracias -Asiente el chico bebiendo de su copa–. ¿Y tú? Han Dam me ha puesto al día un poco sobre lo que ha sucedido.
—Debía imaginarlo -Suspiró la chica revoloteando sus ojos y Jae Hyun rió–. Entonces debes estar enterado de lo que me hizo mi padre y lo que acabo de hacerle.
Jae Hyun asintió mientras apretaba sus labios formando una línea recta.
—¿Te sientes bien ahora?
—No fue en cuestión de sentirme bien, fue para recuperar mi libertad -Contestó luego de pensarlo unos segundos–. ¿Pudo ser de otra manera? No, era mi única opción de recuperar mi vida. Si intentaba abandonar la empresa encontraría la manera de amenazarme para no hacerlo, probablemente volvería a utilizar a Han Dam o incluso provocar que alguno de mis amigos perdiera su trabajo en la empresa. Él pudo ser capaz de eso y mucho más para evitar que esa empresa se quedara sin un jefe en mando que estuviera de su lado, no le convenía.
—No pretendo saber mucho de los detalles sobre el problema que hubo pero tengo una idea, según lo que ha insinuado Han Dam. Entiendo todo lo que me dices y puedo darte la razón -Young Mi le sonríe de lado–. ¿Ahora planeas ir a verlo?
—Hoy es su primer concierto frente a muchas personas, es obvio que iré a verlo.
—¿Estás segura que decidió esperarte?
—No estoy segura, hoy lo descubriré -Contestó dándole un último sorbo a su vino–. Si no decidió esperarme cómo se lo pedí, entenderé que me ha sacado de su vida para siempre y yo tendré que hacer lo mismo mientras sigo adelante.
—Suena demasiado dramático.
—Capaz lo sea -Young Mi ríe acompañada de Jae Hyun–. Es bueno tenerte de vuelta.
—Si estuviste en Australia y ni siquiera me comentaste, era mejor venir hacía ti -La chica asiente dándole la razón–. Aunque te entiendo, no estabas allá vacacionando pero me hubiera gustado que me invitaras al matrimonio si quiera para sostener el ramo de flores.
—Sabes que no fue un matrimonio totalmente legitimo -Pausa unos segundos–. Cuando me case de verdad, serás el primero en ser invitado.
—Esperaré esa invitación entonces. Aunque es una lástima que la persona con la que te casarás no seré yo.
—Oh, claro. Viviré con miseria porque no serás mi esposo -Young Mi dramatiza siguiéndole el juego y Jae Hyun asiente dándole la razón–. Imagino que no tienes nadie en mente, ¿verdad? La agencia no permiten que sus artistas estén en una relación con alguien hasta cierta edad o pasado una cantidad determinada de años, forma parte del contrato muchas veces.
—No funciona de la misma manera en Australia -Comenta el chico–. Por el momento, sólo quiero pensar en mi carrera y en lo mucho que está creciendo en estos meses.
—Tienes razón. El trabajo es importante ahora, el amor puede venir para ti después.
—¿Y para ti, Young Mi? -Pregunta–. ¿El amor va primero o después del trabajo?
La pelinegra se detiene unos segundos a pensar en su respuesta aunque ya sabía qué decirle. Era demasiado obvia la respuesta porque fue lo que hizo hace unas semanas atrás.
—Va primero -Contesta–. El amor que hay en mi vida siempre será primero, no importa las circunstancias ni a quien deba de enfrentar.
Jae Hyun le sonríe y asiente estando de acuerdo con ella.
—Fue la respuesta que esperaba viniendo de ti.
La fiesta de bienvenida que le dieron a Young Mi transcurrió justo como Han Dam lo había planeado. Todos estaban muy felices al beber alcohol y comer alguna que otra cosa que la joven había comprado para celebrar el regreso definitivo de su hermana mayor. Aprovecharon la reunión para anunciar el divorcio de Young Mi y Alex, así cómo la retirada de Young Mi de la presidencia de la empresa de entretenimiento que formaba parte de la firma de los negocios de su familia. Soo Ah quiso consolar a su amiga pero ella le dijo que estaba muy bien, que fue un divorcio de mutuo acuerdo y que nada cambiaría entre ambos luego de separarse.
No podía contarle la verdad porque era un tema demasiado personal, así que decidió contarle la verdad a medias y Soo Ah tampoco preguntó por más. Así que el anuncio del divorcio y la renuncia de su puesto de trabajo fue suficiente razón para seguir celebrando, al menos para los amigos de Young Mi porque la pelinegra planeaba quedarse sobria.
La noche ya había caído, sus amigos se retiraron en el momento que Soo Ah empezó a ver la mesa de centro cómo una pista de baile. Han Dam y su madre tuvieron que pedir un taxi para los amigos, luego se vieron obligadas en recoger todo el desastre que habían hecho luego de la pequeña reunión de bienvenida.
Young Mi se encontraba en su habitación preparándose el evento que tendría en las próximas horas y de alguna manera requería su presencia, aunque no de forma laboral pero era algo que no se lo iba a perder ni aunque el mundo se le cayera encima. Ya había dejado a Han Seo Jun dos veces, no iba a dejarlo solo en el momento más importante de su vida.
Mira su aspecto en el espejo de su tocador dándole un repaso a su aspecto y asegurándose que todo estaba en perfecto estado. Una vez que le dio su visto bueno, se levantó de su pequeño asiento y caminó hacia la puerta de su habitación para salir de la misma. Al salir se encuentra con su hermana menor y su madre, quienes dejaron de colocar la basura en una bolsa negra para centrarse en lo hermosa que se veía Young Mi.
Han Dam le dio una sonrisa de aprobación mientras Seung Dam se sorprendió de verla tan arreglada.
—¿Qué les parece? -Hace la pregunta mientras los nervios recorren su cuerpo.
—Te ves hermosa, hija -Seung Dam es la primera en responder encantada con lo que estaba viendo.
—Demasiado para un concierto, ¿no crees?
—Han Dam -Regaña su madre.
—Es broma -Aclara de inmediato–. Te ves fantástica, hermana mayor. Si Seo Jun no acepta hablar contigo viéndote así, realmente algo va mal en su cabeza.
Young Mi ríe por su comentario mientras Seung Dam le regaña.
—¡No es algo que no sea cierto! -Protesta Han Dam ante los llamados de atención de su madre.
—¿Sung Hyun te llevará?
—No -Young Mi niega ante la pregunta de su madre mientras camina hacia la barra de desayuno donde se encontraban las llaves de su auto, el cuál Alex también le había obsequiado–. Creo que puedo manejar desde que obtuve mi licencia de conducir, ¿o no podía hacerlo?
—Además, es probable que te demores, ¿verdad, hermana? -Han Dam sonó con picardía a propósito provocando que su madre volviera a llamarle la atención–. ¿Qué? Les falta sentido del humor.
—No digas tonterías -Reclama Young Mi sintiendo todos los colores pintar su rostro de sólo imaginarlo, reaccionando cómo si fuera una adolescente–. No quiero escucharla más, ya me voy.
—¡Que lo disfrutes, hija! ¡Suerte! -Exclama Seung Dam mientras ve a su hija ingresar al ascensor.
Young Mi oprime el botón que la lleva hacia el sótano del edificio mientras teclea algo en su teléfono, tratándose de Alex que la va poniendo al día de todas las novedades sobre el caso en China. El comité de socios en la empresa Wong negó darle su confianza a la nueva persona a cargo de la empresa de entretenimiento que Young Mi les cedió, por lo que desde esa noche dejaron de ser socios en ese espacio del negocio en el cuál esperaban recuperar todo el dinero perdido desde los disturbios por la muerte de Louisa.
La noche no podía ir mejor, así que Young Mi estaba mucho más que contenta al saber que ella iba ganando.
Las puertas se abrieron permitiendo que saliera del ascensor. Caminó por el estacionamiento subterráneo del edificio dónde habían varios vehículos estacionados en fila. Saca las llaves de su bolsillo y oprime el botón del control manual haciendo que el vehículo desactivara el seguro mientras la chica se va acercando a la camioneta hasta que es detenida cuando ve a alguien salir de la oscuridad al lado de su auto.
Ella se detiene de inmediato y activa sus alertas por si esa persona planeaba hacerle daño pero al agudizar su vista, reconoce de quién se trata.
—¿Papá? -Pregunta confundida al sorprenderla de esa manera–. ¿Qué haces aquí?
—¿Ya estás feliz, Young Mi? -No responde a la pregunta que su hija le hizo. Va acercándose lentamente hacia ella viéndose bastante enojado y no era para menos teniendo en cuenta lo sucedido–. Me quitaste todo, ¿eso es lo que querías? Lo lograste, te felicito.
—No tuvo que terminar así, padre -No permite que la intimide ni un poco. Él no sería capaz de hacerle daño, ¿verdad?–. Si tan sólo te hubieras encargado de tus propios negocios sin involucrarnos a Han Dam o a mí, pudimos ser todos felices. Los Wong, Yang y tú pudieron obtener el dinero que querían. Alex pudo trabajar con su familia. Han Dam pudo ser una adolescente libre de preocupaciones. Mi madre pudo seguir casada contigo. Yo pude lograr mis sueños y ser feliz con la persona que amo. ¡Louisa no pudo haber muerto!
—¡Eso no fue mi culpa! ¡Fue un accidente!
—¡Algo que no pudo suceder si tan sólo no me hubieras orillado a acercarme a Alex! -Levanta la voz de la misma manera que él hizo–. ¿Sabes cuánto dolor le he causado antes de que muera? ¡Pudo haberse evitado, maldita sea! Si no puedes hacer una idea de lo mucho que dañé a mi mejor amiga, no podrás hacerte una idea del daño que tú causaste en mí -Se señaló colocando su dedo en el medio de su pecho–. Fuiste testigo de todo lo que pasé. Los días que me golpearon por ser la culpable, cómo mis propios compañeros me señalaban por haberlo ocasionado, los periodista y las personas hablando sobre mí. Todo el dolor y la culpa que estuve cargando por años, ¿no fueron suficientes?
A ese punto los ojos de Young Mi empezaban a juntar lágrimas que no tardarían en derramarse pero no era de tristeza, era de coraje junto a valentía de por fin decirle todo lo que quería a su padre. Tenía la oportunidad y no iba a gastarla, quería que viviera con sus palabras para siempre.
—Nos destruiste, Young Mi. A todos -Señala el hombre con enojo–. Destruiste a tu propia familia.
—No, lo hiciste tú por tu avaricia -Lo señala con su dedo–. Y no nos destruiste, te destruiste tú sólo porque mi hermana, mi madre y yo no estamos tristes en lo absoluto -Young Mi traga sus lágrimas para evitar seguir llorando–. Mi madre no ha perdido ningún trabajo, ella tiene con lo cuál sustentarse. Han Dam seguirá sus estudios cómo debió ser desde un principio. Y yo retomaré lo que abandoné cuando me fui de aquí, me convertiré en lo que siempre quise y estaré al lado de quienes quiera -Asegura, aunque sólo le está contando cómo van las cosas en su vida–. Siempre amaste a tu empresa y el dinero más por encima de tu familia. Así que ahora que lo tienes, no vengas a culparme de nada.
—No tengo nada y lo sabes bien -Dice entre dientes–. ¡No debiste darles la empresa a los Yang! Ahora la familia de Alex dejará de ser socio de la central, estaré en bancarrota sin alguien con el cuál repartirme los gastos de los negocios. ¡Nadie querrá cerrar tratos conmigo!
—Resuelve tus problemas -Young Mi camina para acercarse hacia su vehículo pasando por el lado de su padre–. Hazte cargo de una vez de tus negocios y deja de arrastrar a otros a que asuman la responsabilidad.
—Eso mismo te digo a ti, Young Mi. Hazte cargo de tus responsabilidades -Gira a ver a su hija que estaba por subir a su vehículo–. Hazte cargo por dejarme en bancarrota. Por dejar en bancarrota a tu propio padre.
—Si no tuviste piedad de mí cuando prácticamente me vendiste, ¿por qué ahora yo tendría que tener piedad por ti ahora? Es el karma y ahora te toca sufrir lo que yo he sufrido por años -Young Mi sentencia y estaba por ingresar a su camioneta pero se detiene–. Y por favor, ni se te ocurra acercarte a mi madre y a Han Dam, o hablaré con mis abogados para colocarte una orden de restricción por hostigamiento -Jung Kyung mira con furia a su hija por su amenaza–. Hasta nunca, padre.
Young Mi sube por completo a su vehículo y cierra la puerta a su lado. Toma el volante con ambas manos y suelta el aire que estuvo reteniendo en sus pulmones que mantuvo ahí durante lo que duró la discusión con su padre. Lo miró por última vez antes de encender la camioneta y abandonar su lugar con dirección hacia la salida del estacionamiento sin siquiera mirarlo por el espejo retrovisor.
Enfrentarlo hizo que sintiera algo diferente. Cuando habló con Seung Dam sintió indecisión, no sabía si debía perdonarla por lo que hizo indirectamente pero al final lo hizo cuando ella no dudó en firmar para que Young Mi pudiera abandonar su posición cómo presidenta de la empresa. Y cuando habló con Seo Jun sintió miedo de que él no pudiera perdonarla. Mientras que ahora con el último encuentro de su padre sintió solamente el valor inundar sus venas para poder decirle todo lo que estuvo reteniendo por años, y ahora se sentía aliviada.
No sentía culpa ni remordimiento por todo lo que su padre la acusó. Se sentía realmente libre ahora que ya no tenía la empresa por detrás y le dijo todo a su padre.
Derramó unas lágrimas en el camino pero al final terminó sonriendo de felicidad, se sentía más ligera que nunca y estaba feliz por eso. Era un sentimiento que no había experimentado en un largo tiempo y era agradable volver a vivir algo así.
Estaciona su camioneta cerca del anfiteatro dónde se daría el primer concierto de Han Seo Jun cómo artista. Escogió el primer lugar vacío que encontró porque casi todo el lugar estaba lleno de vehículos de personas que habían llegado para formar parte del público, y eso aumentó la alegría de Young Mi. La chica se dirigió hacia el lugar haciendo entrega de su ticket en la entrada para que le permitieran el ingreso a las instalaciones y eso que logró conseguirlo a duras penas porque a los minutos se agotaron las entradas. Ese día tuvo que levantarse demasiado temprano para conseguir un ticket e incluso llegó tarde a una audiencia debido a eso pero no le intereso mucho, ya tenía lo que quería.
Casi pelea con una persona en el público porque pretendía robarle su lugar, al final tuvo que cederle el asiento porque no quería que nada ni nadie le arruinara esa noche. Se sentó en la cuarta fila y por suerte no tuvo que discutir con nadie para lograr sentarse lo suficientemente cerca del escenario para que Seo Jun pudiera verla.
Las personas empezaban a ocupar lugar en los espacios libres y en cuestión de minutos, todo el anfiteatro estaba repleto de personas esperando a que los artistas nuevos se presentaran esa noche. El Garden Stage brillaba a colores debido a que el público llevaba diferentes lightsticks que adquirieron a las afueras del local para hacer una experiencia mejor del espectáculo, Young Mi se sentía mal por no haber comprado uno debido a su desesperación por ser una de las primeras personas en ingresar al recinto.
Las luces del escenario se apagaron dando a entender que la presentación estaba por comenzar, así que la emoción fue creciendo entre los presentes específicamente de cierta pelinegra que se encontraba en el público preparada para dejar sus mejores gritos y desgarrar sus cuerda vocales con tal de demostrarle el apoyo que Seo Jun se merecía. De pronto las luces se encendieron mostrando a los cuatro chicos sobre el escenario detrás de sus respectivos instrumentos, el público hizo ruido entre gritos y aplausos mientras algunas personas miraban raro a Young Mi que gritaba con fuerza el nombre del único chico que se ha robado su corazón.
Han Seo Jun empieza a cantar y el público mueve ambas manos de un lado a otro con total coordinación, así que Young Mi se suma a los movimientos con una gran sonrisa en su rostro. Sus ojos brillaban con fuerza, su corazón golpeaba contra su pecho y la alegría era demasiada para ser contenida dentro de ella, era inexplicable todo lo que sentía al mismo tiempo de ver a Seo Jun sobre un escenario cantando frente a muchas personas demostrando de lo que realmente está hecho.
Las lágrimas fueron acercándose a sus ojos al verlo cantar.
No importa el resultado de esa noche. Si es que Seo Jun había aceptado esperarla durante ese mes entero que duró el proceso de su renuncia a la empresa y su divorcio con Alex, o es que había decidido seguir con su vida y ella también debía hacer lo mismo con la suya. No interesaba en lo absoluto, nada podría hacerle olvidar toda la felicidad que había sentido al ver a Seo Jun cumplir con sus sueños y triunfar en lo que mejor sabe hacer.
Seo Jun repasa su mirada entre el público en busca de alguien en específico pero no la encuentra en ningún lado, incluso reconoce el rostro de Su Ho acompañado de Ju Gyeong por un lado pero no era a quién él estaba buscando. Detiene su búsqueda hasta que la encuentra en la cuarta fila a su izquierda, tenía una gran sonrisa en su rostro y movía sus manos junto al público.
Esa sonrisa, aquella que él estuvo admirando en secreto por meses hasta que aceptó sus sentimientos por ella. Young Mi era la única chica de su vida y por la cuál iba a sentir un amor tan fuerte, no iba a ser capaz de encontrar a alguien cómo ella y con todos los recuerdos que guardaban juntos. Era a ella a quién le dedicaba esa canción que estaba cantando, también la siguiente canción y todas las que hablen sobre amor.
El concierto fue un éxito total, el público aplaudía y algunos gritaban los nombres de los integrantes mientras que Young Mi fue la primera en colocarse de pie una vez que la segunda canción acabó. Las personas siguieron sus aplausos mientras ella gritaba el nombre de Han Seo Jun e incluso se atrevió a colocar dos dedos en su boca para silbar sorprendiendo a las personas a su lado, no creían que alguien con ese aspecto fuera capaz de silbar de esa forma poco educada pero hacía todo con tal de hacer el ruido más alto posible.
Incluso animó a otras personas a ponerse de pie y aplaudir con más ganas porque habían unos cuantos que no lo hacían cómo debía ser, así que ella les enseñó cómo tenía que hacerse.
Young Mi se dirigió hacia los camerinos para poder felicitar a la banda por su presentación pero sobre todo para poder verse cómo Seo Jun cómo le había prometido en la carta que le dejó antes de irse. Saludó a algunas personas que conocía de la empresa y unas cuantas también la saludaron con respeto cómo si siguiera siendo su jefa, ella no pudo decirles nada así que decidió responderles de la misma manera. Incluso saludó a la hermana mayor de Ju Gyeong que también estuvo trabajando en la empresa, a la cuál felicitó por su reciente matrimonio y le preguntó si le había gustado el regalo que les envió.
La atención de la pelinegra fue captada por Seo Jun cuando este llegó al pasillo siendo felicitado por los miembros del staff. El grupo ingresó a sus camerinos mientras Seo Jun se detuvo al ver que Young Mi se encontraba a unos pasos, lo miraba con una sonrisa extendiéndose por sus labios. Debido a la luz vio que su cabello había regresado a su color natural, lo cuál le recordaba a esos momentos que pasaron en la secundaria. Todo lo que pasaron juntos, no era algo de lo cuál pudiera olvidarse de la noche a la mañana aunque lo intentó por dos largos años pero no pudo hacerlo.
Young Mi no saldría jamás de su cabeza, mucho menos de su corazón.
Camina hacia ella. Young Mi siente sus nervios empezar a causar estragos en su corazón pero eso era lo de menos, era el momento de la verdad y sólo era Seo Jun quién tenía la respuesta para marcar el futuro de ambos.
Seo Jun llega a detenerse frente a la pelinegra.
—Hola, chico raro -La sonrisa no abandona el rostro de Young Mi.
—Hola, chica rara.
Y es ahí donde las verdades fueron dichas. El futuro cambiaría para ambos, quienes siempre fueron un solo corazón que latía.
Sin importar lo que pasara, el corazón de uno le pertenecía al otro.
Para siempre.
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