CATORCE. unbearable

🌸     CAPITULO CATORCE
unbearable /   inaguantable
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YOUNG MI ESTABA SENTADA EN una de las tantas mesas de la cafetería a dónde Alex la había llevado. Él estaba frente al mostrador ordenando lo que iban a tomar, que consistía en un café americano con leche y un vaso de agua.

—¿Estás segura que solo quieres agua? -Pregunta sentandose frente a ella.

—Sí, porque así será más fácil de medir mi tiempo. Cuando acabe este vaso de agua, me iré -Alex sonríe asintiendo.

—Me equivoqué sobre tí, cambiaste en muchas cosas -No dejaba de mirarla con cariño. Aunque podría sonar retorcido, la extrañó demasiado–. Quería expresarte mis más sinceras disculpas, una vez más. Sé lo mucho que pudo ayudar mi presencia en el juicio de ese día -Young Mi desvió la mirada por unos segundos–. Mis padres me tenían colgando de un hilo, estaba prácticamente amenazado y era un chico de diecisiete años dependiendo de sus padres. Todos fuimos víctimas de ellos, al final -Suspira.

Tenía razón. Todos fueron manipulados por sus padres de alguna manera, que involucraron a sus hijos en busca de poder y ellos salieron lastimados. De solo volver a recordar que su padre le insistía en vincularse con Alex de forma amorosa, la hacía enojar a pesar que ya lo perdonó.

—¿Esa es tu excusa?

—No es ninguna excusa, Young Mi. Es lo que realmente pasó.

—Te fuiste a China al día siguiente de la muerte de Louisa, huíste como un cobarde.

—Mis padres me tenían amenazado, era demasiada presión para mí -Intentaba explicarle cómo sucedieron las cosas–. Me cansé de su control en mi vida, así que regresé a Australia unas semanas después de irme.

—¿De qué estás hablando?

—Regresé y dí mi testimonio, pero de forma anónima -Responde dejando sorprendida a Young Mi–. Es por eso que te declararon inocente.

Alex hizo que la liberaran del juicio. Él la había ayudado en ese momento y sin embargo ella lo estuvo juzgando mal todo ese tiempo, pensando que él jamás llegó a declarar porque era un cobarde y justo como Han Dam le dijo, estuvo jugando con ella desde un principio pero estuvo equivocada. Ahora se sentía culpable de todo lo malo que pensó de él.

—¿Por qué me dejaste sola? -Los ojos de Young Mi empezaron a cristalizarse.

—No fue mi intención, solo quería huir de mis padres. Escuché varios rumores de que no querías ver a nadie, lo comprobé cuando fuí a tu casa y no quisieron decirme absolutamente nada de tí.

—¿Fuiste a mi casa?

Habían demasiadas cosas que le ocultaron a Young Mi, cosas que no hubieran servido de base para un resentimiento y odio naciera de lo más profundo de ella, porque eso es lo que sentía hacia Alex antes de que llegara a Corea. Lo culpaba de todo el mal que le había ocurrido, pero sin embargo era una equivocacion, y sus padres se lo estuvieron ocultando todo ese tiempo al no decirle que él quiso verla en algún momento estando en Australia.

—Yo... No lo sabía -Solloza dejando derramar una lágrima. Alex toma las manos de ella con lentitud y suavidad antes de dirigir su pulgar hacia su rostro eliminando la lágrima.

—No es necesario que te sientas culpable. Eso está en el pasado, no quiero ni recordarlo -Alejó su mano de ella–. Lo correcto es que no me perdones ahora. Sé que de alguna manera te hice mucho daño, soy culpable y lo admitiré siempre. No pretendo recuperar el tiempo perdido porque no se podrá nunca -Pausa por unos segundos–. Pero quiero demostrarte que he cambiado. Intentar recuperar tu confianza de alguna manera.

Alex realmente estaba arrepentido por todo lo que había hecho indirecta o directamente, era consciente de sus errores adolescentes pero aún así no quería justificarlos porque al final eran errores. Solo quería que Young Mi algún día pudiera llegar a perdonarlo, aunque tuviera que esperar cincuenta años para que eso suceda porque ella realmente era importante para su vida. Y la esperaría el tiempo necesario.

—Si te es difícil darme una respuesta ahora, lo entiendo -El chico dice un poco desanimado–. No pretendo quitarte más tiempo, Young Mi -Se levanta y extiende una mano hacia la chica, quién lo mira confundida–. Te llevaré a casa. Vamos.

Alex siempre fue y será un caballero muy a pesar de los errores que cometió con Young Mi. Eso fue lo que la cautivó en primer lugar y tenía a muchas chicas a sus pies cuando estaban en la secundaria de Australia, sin importar que él tuviera novia, tenía a las chicas babeando en secreto por él porque si Louisa se llegaba a enterar que alguien más si quiera miraba a Alex, no viviría para contarlo. Era una persona tóxica en su relación.

Young Mi acepta que Alex la lleve a casa y ambos salen de la cafetería rumbo hacia la residencia Eun. No dicen nada durante el camino, puesto que todo lo que tenían reprimido en su interior había sido liberado hace varios minutos atrás. Sus dudas fueron resueltas en su gran mayoría y ahora solo quedaba elegir el rumbo de su relación, si es que Young Mi quería seguir manteniendo contacto con él luego de saber la verdad de la situación.

Le creía, ¿Por qué no debería hacerlo? Alex no era un mentiroso, tenía educación después de todo y aceptaba sus errores. Le dijo tal cual sucedieron las cosas, ella estaba lo suficientemente lastimada como para mentirle.

El auto se estaciona frente a la casa. Young Mi se deshace del cinturón de seguridad bajando con rapidez, sosteniendo su mochila escolar entre sus manos con la intención de refugiarse en su casa. La situación le había resultado un poco incómoda, y no soportaba estar mucho tiempo cerca de Alex, aún le guardaba un poco de resentimiento por el dolor que pasó.

—Fue agradable hablar contigo, Young Mi. Aunque el tema de conversación no era lo que esperaba -Apretó sus labios en una ligera sonrisa–. Sabes dónde encontrarme cuando tengas una respuesta. Descansa, nos vemos luego.

Alex le sonríe abiertamente moviendo su mano en despedida y luego indicandole que ingrese a casa porque él no planeaba moverse de ahí hasta verla cruzar la puerta principal. Young Mi asiente, le hace una leve reverencia al haber diferencia de edad entre ambos e ingresa a su casa dejando a Alex fuera. Apoya su espalda contra la puerta soltando un suspiro sonoro, había sido un largo día y solo quería descansar lo que pueda.

Tendría mucho tiempo para pensar en lo que Alex le había contado y todo lo que entendió sobre el papel que jugaron sus padres en eso, porque de alguna manera los adultos eran responsables directos de toda la desgracia en la vida tanto de Young Mi como con Louisa y Alex.

Al día siguiente, se levantó un poco tarde al darse cuenta de todas las tareas que tenía pendiente y sin haberse desarrollado ni un poco. Estuvo gran parte de la madrugada haciendo sus deberes que durmió muy poco, parecía casi un muero viviente de no ser por el poder del maquillaje y las manos de su hermana menor.

Caminaba a paso rápido esquivando a sus compañeros con la intención de llegar antes que la campana sonara, estaba cruzando el gran jardín encontrándose con Seo Jun frente a Ju Gyeong. El chico le entregó lo que parecían ser las llaves de su motocicleta. ¿Por qué lo hizo? La escena la confundió, no entendía el contexto de lo que estaba ocurriendo y le preguntaría a Seo Jun luego. Quiso dar un paso adelante para acercarse pero de volvió a detener al ver que Seo Jun acercó peligrosamente su rostro al de Ju Gyeong.

¿Qué demonios estaba haciendo? ¿Por qué hace eso? ¿Tiene algo en especial que Seo Jun no le contó? ¿Le gusta? ¿Por qué? ¿Por qué Ju Gyeong?

Young Mi resopló agitando su cabeza de un lado a otro borrando esas preguntas fuera de lugar y siguió con su camino, evitando mirar a Seo Jun para que no la reconociera. Colocando una mano en su rostro, pasó por el lado de ambos apresurando sus pasos. Su Ho también era un espectador de esa escena de ambos, pero él estaba entendiendo todo y sentía enojo en vez de confusión.

La pelinegra logra llegar a su aula de clases, siendo saludada efusivamente por Soo Ah.

—Dime tu secreto -Gruñe Young Mi cuando su pequeña amiga se separa de ella mirándola confundida.

—¿Qué secreto?

—¿Qué haces para levantarte con tanta energía? Yo despierto y me detengo treinta minutos solo para mirar mi zapato -Young Mi se notaba cansada y eso sus amigos lo notaron.

—No pudiste dormir, ¿Cierto?

Soo Ah sigue a Young Mi, quién arrastra sus pasos hacia su asiento, suelta su bolso en el suelo y se sienta dejando caer la cabeza sobre el pupitre mirando a su amiga desde esa baja altura.

—No dormí por hacer la tarea de Literatura. Me había olvidado por completo.

—No te presiones por eso -Dijo acariciando su cabello con suavidad–. El lado bueno es que ya lo terminaste todo. Pero estás demasiado cansada para mantenerte despierta durante la clase -Young Mi asiente dandole la razón–. Deberías dormir durante clases. Seo Jun lo hace todo el tiempo.

Tenía un buen punto. Han Seo Jun podía ganar el récord guinness a pasarse la mayor parte del tiempo de clases durmiendo como un koala consumidor loco de lattes y perfecto para sacar de sus casillas a Young Mi con el mínimo acto.

—Tienes razón. Me merezco un buen descanso -Le sonríe a Soo Ah y ella le responde de la misma manera.

—Si te sientes mejor cuando las clases terminen, Soo Jin y yo planeamos ir a pasear. ¿Te parece?

—Estaría fantástico -Asiente y Soo Ah se va dando saltitos hacia el asiento de Soo Jin para contarle que tendrán una persona más en la salida.

No se había dado cuenta que Ju Gyeong ya había llegado a la habitación y miraba las llaves de Seo Jun con confusión, así como si estuviera pensando mucho sobre las razones de su repentino comportamiento con ella. Y es que Seo Jun era todo un completo misterio, cambiaba de personalidad con rapidez que nadie podría comprenderlo por completo.

Así como por arte de magia, aparece el nombrado dirigiendose a su asiento pasando por el lado de Ju Gyeong que estira su brazo hacia él devolviéndole las llaves.

—Tenla de nuevo. ¿Por qué me la diste?

—Para que yo no conduzca mi moto -Empuja su brazo regresandole las llaves–. Tendrás que quedarte con la llave, ¿Por qué? Porque solo te estoy escuchando a partir de ahora.

Ese pequeño cosquilleo en la boca de su estómago y el burbujear de la bilis en Young Mi se hizo presente, era como un reaccionar automático cada vez que Seo Jun se acercaba demasiado a Ju Gyeong. ¿Por qué? Ni la propia Young Mi sabía ni quería saberlo, de tan solo pensar en la respuesta la aterraba.

Seo Jun dejó una pequeña botella de jugo de naranja sobre la mesa de Ju Gyeong y retomó su camino hacia su asiento, sentandose casi de inmediato.

—De hecho, prefiero las fresas -Ju Gyeong gira hacia Seo Jun y el chico se congela por unos segundos al darse cuenta de su error.

A quién le gustaba el jugo de naranja era a Young Mi, no a Ju Gyeong.

El chico recuerda a su mejor amiga, gira hacia donde ella se sentaba encontrándose con su mirada clavaba en él tomándolo por sorpresa. Ella gruñe y rueda los ojos antes de girar su cabeza dejando de verlo y mirando a la pared a su lado izquierdo, quería descansar y olvidarse de esa terrible sensación que quemaba sus órganos en ácido.

Durmió durante las primeras clases hasta que por desgracia, era el turno de la clase de Química. Young Mi estaba en un grupo sin sus amigos, ya que los lugares junto a ellos estaban vacíos y por eso tuvo que ir con otros de sus compañeros con los cuales no tenía tanta relación. Escribía en su cuaderno los apuntes principales del tema hasta que pudo ver de reojo a alguien sentarse a su lado.

—¿A dónde fuiste a noche? Cuando regresé ya no estabas.

—Lo mismo debería preguntarte a tí -Ataca sin despegar su mirada del cuaderno y total atención escribiendo–. Cuando salí de pagar, te esfumaste como humo.

—Estuve huyendo de Sung Yong y su grupo de idiotas. Me persiguieron por varias calles -Responde y Young Mi lo mira preocupada al escucharlo decir la verdad.

—¿Te hicieron daño?

—Sabes que no pueden conmigo -Acomoda su blazer con egocentrismo exagerado y su mejor amiga lo golpea en la cabeza con fuerza–. ¡Au! ¿Y eso por qué fue? -Dice mientras se soba la parte afectada.

—Por ser un idiota. Pudieron haberte matado -Pausa–. ¿Si quiera tienes para pagarles? Te podría prestar dinero.

—No quiero eso. Son mis problemas, no te involucres -Dice mirándola de reojo–. ¡Ya! ¿Y tú dónde estuviste? Te respondí con la verdad.

Mentira. Se te olvidó contarme que ibas acompañado. Pensó Young Mi y se mordió la lengua para no decirlo en voz alta.

—Estuve con un amigo. Me llamó justo en el momento que te fuiste y como no tenía nada importante en casa, fuí con él -Carraspea desviando la mirada de vuelta a su cuaderno.

—¿Amigo? ¿Tae Hoon? -Pregunta curioso de pronto, que hasta él mismo se sorprendió por lo severa que salió su voz.

—¿Es realmente necesario responderte ahora? Estoy intentando escribir en coreano -Evita el tema pero Seo Jun es considerado alguien tan persistente que muchas veces lo mete en problemas.

—Sí, ahora que lo dices -Cruza sus brazos mirándola con seriedad esperando a que respondiera y ella resopla cansada dejando su bolígrafo–. No tienes amigos a parte de mí o Tae Hoon. ¿A quién viste, Young Mi?

—¡Ya! ¡Han Seo Jun! -Levanta un poco la voz llamando la atención de algunos que estaban a su alrededor pero no le importó–. Deja mi privacidad en paz, yo no estoy hurgando en la tuya tampoco.

Se miraron por unos largos segundos que en realidad se sintieron como horas donde tenían una batalla severa de miradas hechando fuego de ambos. La campana suena y Young Mi recoge todas sus pertenencias saliendo a la velocidad de un rayo, dejando a Seo Jun atrás.

Soo Jin, Ju Gyeong y Young Mi eran las únicas comiendo en su respectiva mesa de la cafetería. La chica Eun a penas y había tocado lo que tenía en frente, se sentía un poco mal por haber peleado de alguna manera con Seo Jun pero el tenerle preguntando de esa manera sumado que estaba de mal humor por no haber dormido, la hizo estallar. Pero en realidad estuvo mal que él le preguntara tanto con quién y dónde estuvo, eran mejores amigos y él parecía estar molesto por eso.

Realmente Seo Jun tenía graves problemas de personalidad.

Últimamente, pensar en siquiera su nombre lo atraía a ella como si fuera algún tipo de llamado. En dos parpadeos ya lo tenía en frente, mirando a Ju Gyeong y con su bandeja frente a él.

—Pierdete si estás aquí para fastidiar a Ju Gyeong -Soo Jin lo mira severamente pero el chico le sonríe sin temerle.

—Solo voy a escuchar a Ju Gyeong.

Young Mi quiso golpear a Seo Jun por decir tantas tonterías en tan poco tiempo del día, al mismo tiempo que quería hundir su cara en el plato de sopa frente a ella porque no aguantaba seguir soportando esa personalidad tan irritante de él. ¿Le irritaba su personalidad? ¿O le irritaba con quién lo estaba usando?

—Solo te escuchará a tí -Sus amigos vociferaron a sus espaldas molestando a Ju Gyeong y Seo Jun.

—Solo he pedido comer en paz. Solo eso -Murmura Young Mi mirando al techo, haciendo referencia que le habla algún ente del cielo cuando sus plegarias no fueron escuchadas.

—Entonces, hazme un favor, ¿Quieres? -Habla Ju Gyeong girándose hacia Seo Jun.

—Lo que sea que necesites.

—Pierdete -Demanda Ju Gyeong y Young Mi sonríe entusiasmada, esperaba que el chico Han le hiciera caso y se fuera.

—¿Qué? -Pregunta estupefacto–. Haré todo lo demás menos eso.

—Hará todo por ti -Los chicos volvieron a gritar y Young Mi agarró parte de su comida para tirarles.

—Callense de una buena vez -Gruñó sin dejar de lanzar comida.

—Entonces, no me hables -Quiso seguir Ju Gyeong.

—Yo tampoco puedo hacer eso.

—¿Me estás tomando el pelo? -Pregunta resignada.

—No deberías comer esto -Seo Jun le roba un poco de su comida y se lo come.

—Esa es mi guarnición favorita -Ju Gyeong se queja–. La estaba guardando para el final.

—¿Por qué?

—Así es como yo como. No es de tu incumbencia.

—Ultimamente se está metiendo dónde no le llaman -Comenta Young Mi ganándose algunas miradas de sus amigos incluyendo a Seo Jun.

—¿Estabas aquí? ¿Aún sigues gruñendo como un perro rabioso? -Pregunta con diversión y la pelinegra lo golpea en el hombro con fuerza pero el chico ni se inmuta y ríe volviendo a Ju Gyeong.

Con dos palmadas, Seo Jun hizo que sus amigos le trajeran dos bandejas de sus guarniciones favoritas a Ju Gyeong. La chica tampoco estaba soportando el comportamiento de Seo Jun, quería mantenerlo lejos pero él parecía no tener intenciones de irse, todo lo contrario. Agacha su cabeza resignada y pensando en cómo poder alejarlo, un mechón de cabello cae en su plato de sopa.

—Cuidato, no te comas el cabello -Seo Jun pasa su mano quitándole el cabello del rostro a Ju Gyeong.

Young Mi aprieta sus palillos con fuerza reteniendo las ganas de clavarselo en la espalda por seguir siendo tan insoportable. Estaba convencida que toda esa molestia que sentía era porque es evidente que Ju Gyeong no lo quiere cerca y él sigue ahí, fastidiando. Pero la verdad estaba muy lejos de solo ser eso.

Ju Gyeong intenta devolverle las llaves pero Seo Jun se niega.

—¿De qué sirve darme eso? Mi motocicleta está estacionada frente a tu casa.

La chica escupe todo lo que tenía en la boca en el rostro de Seo Jun provocando que Young Mi se sorprendiera al principio pero luego termine riendo en voz baja para que él no la pueda escuchar. Las cosas empezaban a volverse buenas y su cansancio fue dejado de lado, cruza sus brazos con la intención de seguir viendo el espectáculo y como iba a reaccionar el Dios Seo Jun.

un poco kk pero ajá
prometo que mejoraré para el próximo
capítulo, ahora estoy publicando esto con
ganas de irme a dormir JDKDN

dato innecesario:

el personaje de Alex Wong, en realidad es el
nombre de mi mejor amigo que me pidió
incluirlo en una de mis historias.
así como me pidió que su personaje sea visto
como Darren porque sabría que eso les gusta

con esto me despido hasta un nuevo capítulo.

ASLAN

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