VEINTE. burger
🌸 CAPITULO VEINTE
burger / hamburguesa
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EL FIN DE SEMANA PODRÍA RESULTAR emocionante para el 99% de los estudiantes pero Young Mi era ese 1% que le daba la contraria a los adolescentes en general, por la simple razón que no tenía nada importante por hacer para disfrutar su fin de semana. Estaba agradecida porque al menos no tendría que escuchar a los profesores dejando más tareas, aunque al final las tareas eran su único entretenimiento cada fin de semana.
¿Sonaba aburrido? ¿Triste, tal vez? Sí, ella opinaba lo mismo de su situación social.
Tenía amigos, más de los que esperaba pero desde la última vez que tuvo amigos había perdido el ligero toque sobre disfrutar de ellos. El tema de salir y hablar por horas quedó enterrado junto a su pasado, aunque hizo el intento para pedirles divertirse un momento pero muchos dijeron que tenían otros planes y sería genial poder quedar para el siguiente fin de semana. Así es como en la última llamada perdió todo tipo de esperanzas de divertirse fuera de casa y de ver a alguien que no sea Han Dam.
¡Oh! Han Dam ya no, ella había quedado con sus amigas para salir.
—¿Me seguirás mirando así? -Pregunta la menor mientras se coloca perfume.
—Sí. Eres un peligro para salir sola, Han Dam -Young Mi estaba apoyada en la puerta de la habitación de su hermana desde que se enteró sobre la salida de su hermana menor.
—¿Sugieres que salga con mis amigas bajo la supervisión de un adulto?
—Sí
—Perdiste la cabeza -Ríe poniéndose de pie, girando para verla–. Sería demasiado vergonzoso salir con tu hermana mayor. Sería el suicidio de mi posición social.
—Ya te dije que no eres la Reina Isabel -Reclama la pelinegra–, nada desaparecerá solo porque sales conmigo. Además, soy muy divertida y sé que podría agradarle a tus amigas -Han Dam cruza sus brazos y alza una de sus cejas–. Si no te gusta, podría solo caminar varios metros detrás de ustedes que ni me notarían.
—Eso es aún más extraño -Arruga su nariz con desagrado–. ¿No puedes salir con Seo Jun? Dijiste que él es tu mejor amigo y no creo que te cancele salir si se lo pides.
Seo Jun. Han Seo Jun. Su mejor amigo. El chico raro.
Lo estuvo evitando ligeramente desde lo sucedido en la casa de él, donde casi se besan y sintieron todo ese remolino de emociones que los dejó gravemente afectados a ambos. Ella era consciente de todo lo que sintió cuando estuvieron tan cerca de cometer un grave error, el tener ese contacto tan íntimo podría simplemente darle paso a algo lindo o podría destruir su amistad. Era un gran riesgo que Young Mi no quería tomar, no sería capaz de soportar perder su amistad con Seo Jun y haberlo besado tendría altas probabilidades de que eso sucediera.
Lo que sintió no fue tan similar a lo que sintió alguna vez por Alex, fueron sensaciones nuevas pero unas pocas conocidas como las mariposas revoloteando en su interior. Creía que jamás volvería a enamorarse, de hecho, ella se propuso jamás volver a sentir algo similar por alguien porque solamente terminaría haciéndose daño o alguna tercera persona como un daño colateral. Ella no quería volver a sufrir, tenía miedo de amar a alguien más y que ambos terminen heridos por ese sentimiento. Y si ese "alguien" era Seo Jun, nunca se perdonaría lastimarlo de esa manera y solo encontraba la manera de suprimir todo para mantenerlo a su lado.
—Está en el sauna -Era verdad, al menos eso lo vió en redes sociales–. Así que supongo que está ocupado, no quiero molestarlo.
—Está bien -Asiente y Han Dam saca su teléfono del bolsillo trasero.
—¿Qué haces? -Pregunta al verla teclear con rapidez.
—Le escribo a mi amiga para avisarle que vendrás con nosotras.
—¿En serio? -Sus ojos se le iluminaron con emoción. No pensaba que persuadir a su pequeña hermana sería tan fácil.
—No, le escribí a Seo Jun -Alza la cabeza viendo como el brillo de Young Mi desaparece–. Si tú no quieres preguntarle, lo hice por ti. De nada
—¿Qué hiciste? -Chilla y da un paso dispuesta a atacarla pero Han Dam levanta su mano cuando recibe una notificación, revisa su teléfono y sonríe.
—Dice que te mandará la ubicación a tu teléfono. ¿Ves? Fue así de simple.
—Te odio
—No, me amas -Corrige volviendo a guardar su teléfono en el bolsillo de sus pantalones–. No te la pasarás todos los fines de semana saliendo con tu hermana menor cuando tienes a Seo Jun, quien nunca te cancelaría una salida.
—No iré, le diré que me siento mal.
—Él me avisará si no fuiste, y yo le diré a mamá. Sabes que le desagrada que le fallemos a nuestros amigos -Le guiña un ojo al pasar por su lado mientras Young Mi la sigue intentando ponerle excusas para no verse con Seo Jun–. No seas aburrida, Young Mi. Disfruta de tu día con tu guapo amigo.
—¡No le digas así! -Regaña mientras escucha la risa divertida de su hermana, que baja las escaleras hacia el primer nivel de la casa–. Me las pagarás.
—Me agradecerás luego, lo sé. Adios, te quiero -Se despidió saliendo de casa dejando sola a su hermana en medio de las escaleras.
Han Dam era impertinente muchas veces, en ese momento Young Mi se sentía enojada con su pequeña hermana pero como la misma dijo, luego se encargaría de agradecerle por haberle escrito a Seo Jun para salir porque ella no conseguía encontrar un poco de dignidad para decirle por su cuenta. Quería verlo, claro que sí quería hacerlo, pero la vergüenza por verlo a la cara era mayor que su deseo. Tan solo rogaba para que las cosas no se vuelvan incómodas para los dos, no sería agradable para ella sentirse de esa manera con la persona que más importante que tenía.
¿Opciones? No tenía ninguna más que regresar a su habitación para arreglarse como corresponde. Camina por la vacía casa hasta llegar al enorme lugar donde duerme, saca las prendas que se colocaría con rapidez antes de escuchar el sonido de su teléfono avisandole sobre una notificación recién llegada. A como puede abotonando su falda llega hasta el pequeño mueble donde reposaba su móvil, viendo el mensaje de Seo Jun con la dirección del lugar donde se encontrarían. Una ligera corriente de energía la recorrió de pies a cabeza debido a los nervios, estaba nerviosa de verlo y no lo negaba.
No era una fanática del maquillaje, de hecho, se consideraba mala para aquello pero por alguna razón sentía que la situación lo ameritaba. Frente al espejo de su tocador blanco donde reposaban los diferentes perfumes y productos personales que tenía, con un poco de valentía logra abrir el pequeño cajón central donde guardaba algunos pocos cosméticos que le regalaron a lo largo de su vida y solo utilizó un par de veces antes de dejarlos en ese compartimiento. Hizo el esfuerzo de recordar cómo se maquillaba antes, que solo consistía en aplicarse lápiz labial y polvo para la piel.
Mira el pequeño envase de labial liquido de fresa que reposaba entre sus cremas y demás sobre el tocador, aquel pequeño cosmético que no fue abierto desde hace poco más de un año manteniéndose como un recuerdo pero ese día dejaría de hacerlo. Fue el último regalo que Louisa le dio a Young Mi antes de su muerte, ella lo guardó entre sus cosas y no quería utilizarlo hasta que estuviera lista, como ese día donde estuvo completamente segura de que no debía esperar más.
Lista para su salida casual con Seo Jun, abandona la casa avisandole a su madre que saldría y tomaría un taxi debido a que Sung Hyun aún no regresaba de haber dejado a Han Dam con sus amigas. Sale a la calle principal deteniendo un vehículo amarillo, al cual sube y le indica la dirección de un pequeño establecimiento de hamburguesas donde Seo Jun le dijo que la esperaría. El auto se dirige hacia allá mientras Young Mi le escribe a su amigo que estaba en camino. Le otorga el dinero correspondiente que costó el pequeño viaje y abandona el vehículo mientras busca con la mirada a lo lejos en el interior del local con enormes ventanales intentando ubicar a Seo Jun, pero no había señales de él hasta verlo a lo lejos en compañía de Cho Rong.
Sonríe sin poder evitarlo porque al menos no estaría completamente sola con él. Cruza la avenida para encontrarse con sus amigos, les hace señas para que puedan verla y Seo Jun siente su cuerpo tensarse por unos cortos segundos al verla. Estaba linda, mucho más de lo que usualmente estaba a diario porque ese día se arregló y él lo notó casi al instante. Las veces que salieron su vestimenta fue casual y simple de acuerdo a la situación pero en esa oportunidad estaba particularmente arreglada, incluso utilizaba una falda y era la primera vez que la veía con una fuera de la escuela. ¿Por qué se sentía sonrojar de solo verla?
Era su amiga pero sentía ponerse nervioso de verla y no podía quitarle la mirada de encima, admirando cada paso que la chica daba hacia ellos. La sonrisa en su rostro, aquella que quería ver todos los días adornando el delicado rostro de su mejor amiga.
—Hola, chicos -Saluda la pelinegra al llegar a ellos. De cerca era aún más bonita.
—Hola, Young Mi -Cho Rong tampoco dejó pasar el aspecto de la chica, hasta podría decirse que le gustaba pero no lo admitiría frente a Seo Jun porque eso significaba una pelea–. Te ves muy bonita hoy.
—Gracias -Le sonríe al chico, bajo la atenta mirada de su mejor amigo.
—¿Cómo puedes salir con esa falda? -Señala el alto pelinegro a la prenda que la chica llevaba–. ¿A caso perdiste la cabeza?
—Deja de exagerar -Da unos cuantos pasos hasta colocarse a su lado y entrelazar sus brazos–. Querías ir a comer hamburguesas, vamos. Muero de hambre y quiero cobrar todo lo que me debes.
—No te debo nada.
Los tres caminan con dirección hacia el establecimiento de hamburguesas que no quedaba tan lejos de ellos, solo bastaban unos cuantos pasos para llegar.
—Eres mentiroso, Han Seo Jun. Tengo memorizado el total de dinero que gasté cada vez que te compré un vaso de latte.
—Eres tan malvada -El pelinegro entrecierra sus ojos mientras Young Mi sonríe orgullosa por lograr su cometido–. Bien, lo único que te invitaré es una porción de papas fritas medianas.
—Tacaño.
—Soy una persona ahorradora, ¿está bien? No me critiques.
Por suerte, el ambiente de los dos no se sentía incómodo como Young Mi esperaba que fuera y estaba agradecida. Pareciera como cualquier otra salida normal entre ambos, no tenían ninguna tensión de por medio sobre los acontecimientos de la última noche que se vieron y era tan aliviante saber que aún conservaba su amistad. Young Mi se aferra más al brazo del chico mientras escucha los detalles de cómo fue el día de ambos chicos en el sauna.
Estaban a pocos pasos de llegar a la tienda cuando del interior sale un grupo de chicos y chicas que desgraciadamente conocían.
—¡Ya! Miren quienes son -Dice Sung Yong deteniéndose frente a los tres amigos.
—Tú, idiota -Young Mi dio un paso dispuesta a decirle todo lo malo que se estuvo guardando desde la noche donde fue perseguida por ellos, pero fue detenida por su amigo–. Déjame. Mataré a ese idiota.
—Han Seo Jun, está aquí -Ríe una chica al lado de Sung Yong, quién desvía su mirada a Young Mi y la mira de pies a cabeza siendo intimidada un poco por las refinadas prendas que la pelinegra vestía.
—Comamos hamburguesas en otro momento -Habla Seo Jun y luego gira a mirar a sus dos acompañantes–. Vámonos.
—Eh, tú -Sung Yong toma el brazo de Seo Jun deteniendolo y hacerlo regresar–. ¿Por qué sigues huyendo cada vez que me ves? Solíamos salir juntos -Golpea ligeramente el hombro del pelinegro por cada palabra que dice–. ¿Estás trazando una línea ahora? Me siento lastimado.
—Supongo que ya tiene mejores gustos para escoger amigos -Young Mi le da su mejor sonrisa evidentemente fingida al chico.
—Te recuerdo -La señala–. Estuviste esa noche en Itaewon.
Sung Yong da un paso al frente dispuesto a acercarse a Young Mi pero su intención es interrumpida por el imponente cuerpo de Seo Jun que se atravesó en medio, impidiendo que el chico siguiera con lo que sea que pensaba hacerle a la mejor amiga de Han.
—No provoquemos una escena -Demanda Han.
—Está loco del miedo, no habla en serio -Se burla uno de los chicos del grupo y los demás ríen como si fuera la mejor broma del año, por lo que Cho Rong le lanza a Sung Yong un pequeño empaque que llevaba en la mano.
—Disculpa, pensé que eras un bote de basura -Finge arrepentimiento pero era obvio que no era así. Young Mi sonríe por su actuar.
—¿Quieres morir? -Quiso abalanzarse sobre Cho Rong pero fue detenido por Seo Jun.
—Vete a menos que quieras morir -Advierte el pelinegro sosteniéndolo de la campera, dejándolos frente a frente mientras su amiga detrás ya se estaba amarrando el cabello lista para golpear a quién sea–. Ya no quiero perder el tiempo con matones como tú.
Dice lo último antes de empujarlo varios pasos siendo ayudado por su grupo para no perder el equilibrio, pero no fue suficiente para él cuando regresó a quedar frente a Seo Jun y alzó su puño dispuesto a golpearlo.
—Sung Yong, vámonos -Lo detiene la chica, quién era su acompañante.
—¿Qué? ¿Qué harás ahora?
—¿Cuándo debemos enfrentarnos? -Palmea el hombro de Seo Jun un par de veces hasta que el pelinegro lo aleja de un solo movimiento brusco.
—Ya veremos -Seo Jun acomoda su campera impermeable negra dándose la vuelta–. Vámonos.
—Pero...
—Dije que nos vamos -Interrumpe la protesta de Young Mi y la arrastra de ahí.
La chica gira su cabeza repetidas veces viendo como se aleja del grupo siendo llevada obligada por su mejor amigo, quien mantiene la mirada al frente. Sung Yong mueve su mano despidiéndose de Young Mi sonriendo burlón, la chica lo mira una última vez cuando ella le saca el dedo medio provocando que ahora fuera la pelinegra quien sonriera de la misma manera.
Esa tarde sus planes por comer hamburguesa fueron interrumpidos por Sung Yong y su grupo que buscaba tomar venganza contra Seo Jun por la última vez que se vieron, pero al final terminaron en un establecimiento de pollo frito donde disfrutaron de cada segundo. El día fue bueno para los tres quienes hablaron sobre cómo podrían hacerle frente a los matones que estaba detrás de los dos chicos porque no tenía cuentas pendientes con Young Mi, ¿cierto? Solo la provocaba para molestar a Seo Jun.
Young Mi fue regresada sana a su casa por Han, quién no comentó nada acerca de lo ocurrido esa noche en su casa, por lo que de seguro no fue importante para él y así ella también debía olvidarlo. No se arrepiente de haber salido ese día y realmente terminaría agradeciendole a Han Dam por haberle escrito, de lo contrario hubiera muerto del aburrimiento encerrada en casa.
El día de escuela ya había llegado y con eso, una Young Mi apresurada por arreglarse debido a que se despertó tarde. Estuvo gran parte del domingo haciendo toda la tarea que no había realizado luego de su salida el sábado, hasta tuvo que quedarse despierta parte de la madrugada para culminar con sus deberes y esa es la razón de su tardanza. Ni siquiera se dio cuenta de las incontables notificaciones que tenía en su teléfono, todos eran mensajes de Seo Jun preocupado por su bienestar debido a que no habló con ella luego de haberla dejado en casa. No obtuvo respuesta todo el domingo, estaba a casi nada de llegar a la mansión Eun para saber si estaba bien pero fue detenido por el mensaje de Han Dam tranquilizando cualquier acto impulsivo que el pelinegro planeaba.
—¡Voy a llegar tarde por tu culpa! -Fue lo primero que Young Mi escucha cuando llega al comedor.
—Lo siento, lo siento -Se disculpa repetidas veces mientras toma el jugo con rapidez y da un par de mordiscos a lo que estaba en el plato, siendo ese su desayuno rápido–. Vámonos -Corren hacia la entrada principal, donde Sung Hyun ya las estaba esperando–. Buenos días, Sung Hyun.
—Buenos días, señorita Young Mi -Saluda el hombre abriendo la puerta de los asientos traseros. Han Dam es la primera en ingresar dejando al último a su hermana, quién es detenida por Sung Hyun–. Esto llegó ayer, es para usted.
Un sobre de carta blanco que Young Mi no tuvo tiempo de examinar con exactitud, solo lo tomó entre sus manos y guardó en su bolso con rapidez.
—Gracias -Ingresa al vehículo y luego la puerta se cierra a su lado.
El vehículo se encamina a toda velocidad con dirección a la escuela mientras Han Dam se colocaba un poco de maquillaje debido a que no tuvo el tiempo para hacerlo en su habitación, por un lado Young Mi tenía un pequeño espejo donde se arreglaba el cabello ya que ella no utiliza maquillaje para la escuela ni para nada que no sea importante. No se considera alguien completamente preocupada por su aspecto, a diferencia de su hermana que el rimel es lo primero que utiliza cuandos se despierta.
Fue cuestión de algunos minutos cuando el auto ya llegó al enorme edificio, y las puertas del vehículo se abren justo en el momento que suena la campana avisando sobre el inicio de la primera clase. Las chicas corren por todo el lugar hasta separarse, yendo cada una a su respectivo bloque estudiantil despidiéndose y acordando encontrarse a la hora del receso.
—¿Estás molesta conmigo?
—Dios mío -Expresa Young Mi asustada al ser lo primero que escucha cuando llega a su salón de clases–. ¿Qué te sucede?
—¿Estás enojada? ¿Hice algo malo? ¿Qué hice? -Seo Jun la ataca con preguntas mientras la sigue hasta llegar al lugar donde ella se sienta, Young Mi deja su bolso en el suelo dejando a su amigo a un lado–. No me ignores.
—No te estoy ignorando -Gira a verlo y luego sonríe de lado–. Estuve todo el día haciendo tareas, por eso no te contesté ningún mensaje. Lo siento.
—Pensé que te ocurrió algo. ¿Por qué no solo contestaste un mensaje? Me tuviste preocupado, Young Mi...
—Ya, detente -Lo toma de los hombros interrumpiendolo–. Lo siento, ¿está bien? No pensé que estuvieras tan ansioso por encontrarme luego de haber pasado todo el sábado juntos -Young Mi ocupa asiento en su silla–. Pero te lo compensaré.
—¿Me vas a comprar más lattes? -Pregunta con un ligero tono de emoción.
—No me vas a sacar más dinero en eso, Han Seo Jun -Niega la pelinegra mientras saca su teléfono y teclea varias veces.
—Entonces no me interesa nada más de lo que hagas.
La pelinegra parecía muy concentrada en lo que hacía ignorando el pequeño berrinche que Seo Jun hacía a su lado, con los brazos cruzados mirando a otro lado haciendo un gesto dejando en evidencia sobre su fingida molestia para así obtener la atención que quería de su mejor amiga pero ella no se la da ni un segundo. La mira de reojo y sigue con la mirada puesta en el móvil, él se inclina ligeramente para ver lo que estaba haciendo pero Young Mi se lo impide moviendo su teléfono.
—No veas -Ordena la chica entre ligeras risas.
—¡Oye! Yo también quiero ver qué te mantiene tan ocupada.
—¡Listo! -Sonríe de oreja a oreja y le enseña la pantalla de su teléfono.
Se trataba de una publicación que Young Mi hizo tratándose de una foto que tenía junto a Seo Jun, una de las primeras veces en las que salieron luego de conocerse en Itaewon. Ambos estaban sonrientes frente a la cámara sin algún filtro de por medio. La descripción de la foto llevaba un corazón, sin palabras de por medio y esa era la manera de disculparse de Young Mi.
—¿Qué te parece? -Le pregunta a su mejor amigo, quién desvía la mirada un poco avergonzado–. Fuiste mi primera publicación en redes sociales, ¿no es suficiente atención para ti?
—Borra esa foto, no me gusta como salgo -Carraspea sin mirar frente a frente a su amiga, ocultando el leve sonrojo que le causó ver esa foto.
Young Mi sonríe al ver lo que su amigo intentaba ocultar, se levanta e intenta buscarle la mirada para verlo frente a frente sin éxito alguno.
—Oye, aléjate -Reclama Seo Jun intentando alejarse de Young Mi, quién no dejaba de saltar intentando verlo.
—Déjame ver tu rostro. ¡Han Seo Jun!
Todo fue risas hasta ese momento, sin imaginarse que esa foto desencadenaría una noche de preocupación perpetrado por Sung Yong para vengarse de nuevo con Seo Jun. Pero Young Mi no sería la única persona que se vería envuelta en un pequeño secuestro, donde los problemas y peleas sería la única solución para liberar a ambas mujeres.
Y se mediría el verdadero nivel de importancia que Young Mi significaba para Seo Jun.
he vuelto a clases y creo que
actualizaré más seguido por eso
don't be shy y comenten, me gusta
leer cada uno de sus comentarios
así como tampoco se olviden
votar, solo es darle click a la estrellita
y eso es todo, de esa manera
me estarían ayudando demasiado.
no se olviden de cuidarse
y tomar aguita, por favor<3
lxs amo
— ASLAN
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