TREINTA Y NUEVE. chance
🌸 CAPITULO TREINTA Y NUEVE
chance / oportunidad
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[ DOS AÑOS DESPUÉS ]
YOUNG MI ESTABA SENTADA EN LOS ASIENTOS traseros de la camioneta negra que estaba recorriendo las calles de Seúl. Estaba de regreso a la ciudad luego de haber permanecido dos años lejos de su familia y todo lo que conocía aunque no muchas cosas habían cambiado porque le resultaba familiar. Había extrañado estar ahí, ver a sus amigos y a su hermana menor aunque hablaba con esta última casi todos los días porque Han Dam no fue capaz de dejarla respirar ni siquiera un segundo, mientras que sus amigos se esforzaron por mantener su amistad a distancia pero no fue lo mismo debido a que Young Mi jamás les quiso decir la verdadera razón sobre su repentina mudanza, solo inventó excusas que fueron demasiado obvias. Los había perdido, ya no tenía amigos y eso era lo que más le dolía de volver.
—¿Estás bien? -Gira a su acompañante que la mira con curiosidad–. Te noto afligida.
—¿Cómo esperas que reaccione? Tendré que ver a mis padres de nuevo -Baja la cabeza y siente la molestia apoderarse de su cuerpo.
Fueron dos años y sólo habló con sus padres dos veces. No quería tener ningún contacto con ellos y lo logró, los temas de importancia que no pueden evitarse fueron gestionados por medio de Alex o Han Dam pero fuera de eso no se dirigieron la palabra aunque Seung Dam estuvo insistiendo por meses hasta que desistió al ver que su hija no quería hablar con ella. Aunque Young Mi aparentaba frente a todos que vivía bien sin tener a sus padres alrededor, se sentía mal pero no por sus ausencias, sino porque que desea que sus padres sean diferentes.
—Podemos irnos a un hotel si deseas.
—Estaré bien -Young Mi niega–. En algún momento tendré que verlos de todas maneras, no puede evitarse. Mientras los mantenga a diez metros de distancia no tendré ganas de desaparecer.
Alex desliza su mano por el asiento hasta tomar el de Young Mi y darle un ligero apretón para luego encontrarse con una ligera sonrisa extendiéndose en su rostro tratando de brindarle apoyo.
—Lo harás -Le asegura y Young Mi le sonríe un poco.
—Lo sé -Alex ríe por lo bajo y luego aleja su mano de la de ella. Young Mi desvía la mirada de vuelta hacia la ventanilla viendo que se estaban acercando a la zona exclusiva de Seúl.
Pasaron dos años donde las calles de Seúl no cambiaron demasiado pero Young Mi si había cambiado demasiado no solamente físicamente, antes de irse le dieron una gran lección que dejó una gran marca en su alma y la impulsó a convertirse en una persona fuerte en diferentes aspectos. Mantuvo distancia de todo el mundo y no tuvo ni un solo amigo mientras estuvo en Australia y China, simplemente se limitó a hacer los negocios correspondientes y fuera de la empresa no tenía a nadie más que a Alex. Ya no era la misma chica de grandes sueños, con una gran sonrisa en su rostro y siempre con ganas de hacer amigos; sus padres se encargaron de sepultar a esa versión de Young Mi siete metros bajo tierra.
Tuvo que madurar muy rápido para convertirse en una mujer de negocios, aprender sobre un mundo del cuál era completamente ajena y no le gustaba del todo pero el trabajo llegó a ella sin darle opción a negarse. Sabía a lo que se estaba metiendo, no podía simplemente rechazarlo porque al final de cuentas, todo se trataba de los negocios y el trabajo.
La camioneta negra se detuvo frente al gran edificio residencial dónde permanecería por tiempo ilimitado al menos por el momento hasta que las cosas tomen su rumbo. Habían muchas cámaras en el exterior así como periodistas que hablaban al mismo tiempo documentando la llegada del vehículo. Young Mi tenía la cabeza agachada y jugaba con la sortija que traía en su mano derecha mientras recuerdos llegaban a su cabeza rápidamente, momentos que vivió durante los juicios por la muerte de Louisa. Estuvo tratando de superarlo todo este tiempo pero siempre había algo que le traía recuerdos, volviéndose complicado en ese momento seguir adelante.
—Young Mi -Escucha su nombre salir de la boca de Alex y gira hacia él–. ¿Lista?
Estaba totalmente lista desde que se fue de Seúl pero ahora que había regresado para terminar con todo, temía por cómo vayan a salir las cosas. Sólo le quedaba confiar en sí misma y en cómo armaron las cosas para que el rumbo de sus vidas por fin tenga sentido alguno.
—Sí -Asiente un poco más convencida y Alex le devuelve el gesto.
El chico abandona el vehículo mientras varias personas intentan acercarse a él haciéndole diversas preguntas que eran muy difíciles de entender debido a que estaban hablando al mismo tiempo, también le tomaban casi diez fotos por segundo para poder documentarlo en los reportajes o hasta en las mismas revistas populares. Alex sólo muestra una leve sonrisa y luego gira extendiendo su mano para que Young Mi pudiera tomarla, cosa que ella hizo con delicadeza y así la ayudó a bajarse de la camioneta.
—¿Han regresado para quedarse?
—Young Mi, ¿es verdad que estuviste con el modelo Lee Jae Hyun?
—¿Ustedes se casaron en Shanghai?
Young Mi pudo entender algunas de las preguntas pero en su mayoría eran personales, sobre todo de rumores aunque otras eran de verdad. La pareja atravesó el tumulto de gente con ayuda de algunos guardaespaldas, Young Mi estuvo cabizbaja en todo momento y no formuló palabra alguna tratando de evitar a todas las personas que trataban de preguntarle sobre su vida privada. Sólo pudo librarse de la mano de Alex cuando ingresaron por completo a la recepción del edificio dejando atrás a los periodistas y cámaras que siguieron tomando fotos desde el exterior debido a las puertas de cristal.
Alex dejó una mano en el hombro de Young Mi guiándola a unos metros lejos de las puertas en un punto ciego tratando de evitar que sigan tomando fotos sobre ellos dos. La pelinegra soltó el aire que mantuvo retenido en sus pulmones en todo el camino desde el vehículo hacia el edificio.
—¿Quieres agua? ¿Necesitas aire? -Se inclinó hacia ella tratando de ver si estaba bien y ella negó ante sus preguntas.
—Qué pesadilla -Resopla y acomoda un poco su ropa–. Estoy bien, hay que subir y enfrentar el infierno que se va a desatar.
Ignorar a los periodistas era lo de menos teniendo en cuenta que sus padres se encontraban en el apartamento dónde los jóvenes iban a vivir ya que Young Mi se había negado por completo a quedarse en casa de sus padres, Alex le había facilitado el quedarse en un lugar dónde pudiera sentirse cómoda.
Ambos subieron por el ascensor y marcaron uno de los botones que los llevaría hacia los pisos superiores dónde se encontraba el apartamento, aquel que Alex le juraba a Young Mi que no sería demasiado extravagante pero con solo ver que se encontraba ubicado en Gangnam, se sabía que no sería para nada normal. Young Mi estaba demasiado nerviosa y cuando eso ocurría, ella jugaba con la sortija de su dedo anular. Alex la miraba de reojo viendo lo que hacía con sus dedos y no hacía falta saber lo que estaba ocurriendo pero no podía hacer nada, también sabía que no se sentía muy cómoda cuando él hacía el mínimo contacto físico. Al final, ella no estaba ligada porque quisiera y es por eso que él la respetaba.
—Trataré de botarlos sutilmente cuando lo quieras -Alex comentó llamando la atención de Young Mi–. Sólo haz la señal y se me ocurrirá algo.
—Gracias.
Las puertas del ascensor se abrieron al mismo tiempo dejando ver el interior del apartamento y cómo las personas que se encontraban en el interior se giraron a ver a los recién llegados. Young Mi tomó la mano de Alex y ambos caminaron saliendo del ascensor aunque la pelinegra tragaba en seco repetidas veces. Vio a sus padres notando que había alguno que otro cambio en ellos, sobre todo en la apariencia física aunque sólo fueron dos años pero podía notar nuevas marcas de arrugas en sus expresiones faciales. Han Dam sonrió abiertamente y corrió a abrazar a su hermana mayor siendo correspondida con la misma intensidad, Young Mi se sintió más tranquila al abrazarla cómo si cualquier gota de nervios hubiera desaparecido de golpe.
Había extrañado demasiado a las personas importantes de su vida y eso incluía a Han Dam, por lo que tener contacto con ella solucionó el primero de sus problemas.
Young Mi la estruja contra su cuerpo y derrama unas cuantas lágrimas aunque se esforzó demasiado porque no quería arruinar el maquillaje que llevaba encima mientras que Han Dam soltaba todas las lágrimas que fueran posibles derramar al mismo tiempo. La menor se separa lentamente de su hermana y la pelinegra la mira de pies a cabeza viendo que había cambiado demasiado físicamente, lo que más le lastimaba en el corazón porque se perdió dos años de verla crecer.
—Me hiciste mucha falta -Han Dam le confiesa mientras trata de limpiar sus lágrimas con el dorso de su mano.
—Tú también, pequeño demonio -Young Mi limpia las lágrimas con cuidado de no arruinar el maquillaje–. Haz crecido demasiado, no puedo creer que ya casi estemos del mismo tamaño.
—Te dije que iba a alcanzarte -Ambas ríen levemente por el chiste–. Ahora podré utilizar tu ropa, ¿no es asombroso? Estuve esperando este momento por mucho tiempo, así que olvídate de tus mejores prendas porque no volverás a ponértelo jamás.
—Ya veremos -Young Mi le sonrió y revoloteó la cabellera clara de su hermana sacándole una leve risa.
Seung Dam da pasos hacia ambas y Young Mi borró su sonrisa lentamente al notar lo que su madre pretendía hacer. La mujer tenía los ojos cristalizados a punto de derramar las primeras lágrimas pero no estaba triste por completo, se sentía feliz por volver a ver a su hija e incluso le sonrió pero ella no le correspondió de la misma manera. Young Mi no tenía expresión alguna en su rostro y tampoco se movió un solo centímetro, dejó que se acercara pero cuando estuvo por abrazarla ella retrocedió un paso obligando a su madre a detenerse de inmediato al ver el rechazo inmediato que tuvo por parte de su hija mayor. Y se sintió cómo una puñalada en el corazón.
—Que bueno que están de vuelta -Dice Jung Kyung–. Los hemos extrañado por aquí.
—Sinceramente no lo creo -Comentó Young Mi con tranquilidad y provocando que su padre la mire con molestia pero ella no desvió la mirada, incluso se la sostuvo retándolo–. Dejemos las largas conversaciones e hipocresías, vayamos al punto. Quiero desempacar y descansar.
—No vine a hablar de trabajo. Eso se puede discutir mañana en la empresa.
—Entonces eso es todo, hablaremos mañana sobre el trabajo -Da un aplauso y se hace a un lado haciéndoles más visible las puertas del ascensor–. Pueden retirarse, tengo mucho que hacer.
Young Mi miró a sus padres quienes no parecieron conforme con lo que decía pero terminaron cediendo cuando Jung Kyung dio un paso hacia su esposa para colocar una mano sobre el hombro de su esposa y murmurarle por lo bajo que debían irse. Seung Dam no quería hacerlo, estuvo dos años separada de su hija sin saber casi nada y ahora que la tenía en frente no se le permitió darle un abrazo si quiera, eso la mataba lentamente pero terminó cediendo a lo que su esposo le decía.
Pasaron por el lado de la pelinegra y esta se mantuvo quieta incluso cuando su madre se detuvo.
—Hija...
—Quita esa palabra de tu boca -La interrumpe de inmediato–. No lo soy.
Seung Dam deja escapar las lágrimas de sus ojos al sentir su alma retorcerse pero estaba dispuesta a aceptar el rechazo y odio de Young Mi sin importar que la estuviera torturando, merecía ese castigo por permitir que su vida se arruinara. Ella asintió y de un movimiento de hombros se deshizo del agarre de su esposo, tomando la delantera caminando hacia los ascensores sin siquiera esperarlo aunque iba detrás casi pisándole los talones. Han Dam pasó por el lado de su hermana mayor y esta le sonrió tratando de brindarle tranquilidad luego de vivir un momento bastante tensionado e incómodo.
—Hablamos luego, ¿sí? -Han Dam asiente y Young Mi la vuelve a abrazar con rapidez–. Tenemos mucho de qué conversar.
—Demasiado diría yo -Young Mi asiente y ambas se separan–. Cuídate, nos vemos.
Han Dam sigue a sus padres y por fin los tres están dentro del ascensor, el cuál se cierra unos segundos después de que la menor ingresara. Cuando escuchó las puertas cerrarse, Young Mi cerró los ojos cubriendo su rostro con ambas manos dejando que algunos sollozos salieran de ella y derramando algunas lágrimas que se mantuvieron a raya. No creía que fuera capaz de soportar tanto y de la forma perfecta pero aún así fue demasiado doloroso para ella enfrentarlos porque al final eran sus padres, pasaron buenos momentos juntos a pesar de todo el daño que le hicieron. Tener que estar resentida con ellos no le hacía bien pero tampoco se podía permitir amarlos luego de todo.
Alex la escuchó llorar por la bajo y se sintió demasiado mal en no poder ayudarla de alguna manera, sólo se acercó lentamente hacia ella y fue envolviéndola con sus brazos dejando que llorara sobre su hombro. Ella lo aceptó, no lo rechazó de inmediato por lo que él se mantuvo ahí dejando que botara todo lo que estuvo suprimiendo en su interior.
—Déjalo ir -Murmuro Alex mientras acariciaba la espalda de Young Mi con cuidado–. No guardes nada.
—Los odio.
—No, no lo haces -Alex contradice–. Sólo tienes demasiado dolor dentro.
—Ellos lo causaron -Se separa lentamente para verlo. Limpia sus lágrimas sin importarle ya su maquillaje, igual estaba arruinado–. Me obligaron a hacerlo, yo no quería.
—Nos vamos a librar de esto, ¿está bien? -Young Mi asintió–. ¿No es por eso que estamos aquí?
—¿Crees que todo saldrá bien? -Cuestiona. Sentía miedo de que las cosas no salieran bien y que todo el tiempo desperdiciado fuera en vano.
—Sí, hemos ido detrás todo este tiempo. Invertimos nuestro tiempo en encontrar el camino correcto y efectivo, no podría fallarnos -Young Mi asiente tratando de convencerse con las palabras dichas–. ¿Irás a dónde me dijiste?
—Me haría bien relajarme un poco y encontrarme con ellos -Young Mi toma distancia de él.
—¿No dijiste que ya no hablaban contigo?
—Supongo que este es un buen momento para retomarlo dónde lo dejamos -Encoge sus hombros y va caminando recorriendo el apartamento mientras Alex la sigue–. Además, ellos me invitaron a esto pero jamás les respondí. Quiero que sea una sorpresa para todos.
—Está bien -Alex termina rindiéndose, igual no podía imponerle cosas teniendo en cuenta que no eran nada–. Dime la hora a la que irás para llevarte.
—No es necesario, puedo pedir un taxi.
—Jamás -Demanda el chico tomando por sorpresa a Young Mi, quién eleva una ceja cuestionando su reacción–. No puedo permitir que vayas en taxi mientras yo no tenga nada que hacer, ¿bien? -Young Mi abre la boca dispuesta a negarse pero el chico la interrumpe–. Si decides darme la contraria, te arrepentirás.
—¿Qué podrías hacerme, Alex? No puedes hacer nada -Young Mi se burla y el chico se sorprende junto a una sonrisa en su rostro.
—Tendré que cocina todos los días mientras canto, ¿te parece suficiente?
—Demasiada tortura. En otra oportunidad podré pedir un taxi -Ambos ríen y Young Mi asiente–. Tengo que desempacar y ver qué podría colocarme.
—Te ayudo.
Ambos van hacia la habitación principal dónde se encontraba sus maletas, las cuáles fueron dejadas por el personal del hotel. Estuvieron un largo rato desempacando mientras conversaban sobre cosas de trabajo, principalmente sobre posibles temas a los cuales se podría enfrentar Young Mi ya que mañana sería su oficialización cómo CEO de la empresa de entretenimiento que era una unión entre la familia Eun, la familia Wong y la familia Yang pero era Young Mi quién ascendió al mando de la empresa a pesar de su corta edad.
Con el conjunto perfecto, ella se mira al espejo de cuerpo completo que se encontraba en el baño de la habitación principal. Había acostumbrado a vestirse con formalidad más seguido debido a que tenía una presencia que mantener ante las personas que trabajaban con ella y si quería realmente ganarse su respeto, debía comportarse cómo una jefa. Mira su cabello y la capa de maquillaje casi invisible que se había colocado, breves recuerdos de las veces que salió con Seo Jun llegaron a su cabeza pero se fueron con la misma rapidez. Mueve su cabeza de un lado a otro tratando de borrar esos recuerdos efímeros y centrarse únicamente en lo que estaba viendo, sonríe al ver que todo estaba cómo deseaba.
Abandona el baño y toma su bolso antes de salir de la habitación principal. Llega hacia la sala colocándose frente al televisor, el cuál Alex se encontraba viendo pero se reincorporó del asiento al verla. La escaneó de pies a cabeza rápidamente notando cada mínimo detalle que había sobre la pelinegra.
—¿Qué opinas? -Le preguntó sonriente y él le correspondió de la misma manera.
—¿Quieres que te repita lo mismo que te digo cada vez que te veo? -Alex hizo una pregunta retórica y Young Mi desvió la mirada mientras sentía sus mejillas empezar a quemar un poco–. Te ves hermosa, Nicole.
—Te dije que no me digas así -Lo señala regañándolo y él le sonríe mientras se levanta de su asiento para caminar hacia ella–. Fue suficiente para subirme el ego un poco.
—Siempre ayuda, ¿verdad?
—Siempre -Young Mi asiente y de pronto tiene a Alex frente a ella–. Vamos, mis amigos ya deben estar en el restaurante.
Los dos se dirigen hacia los ascensores e ingresan a este de inmediato. Bajan hacia el estacionamiento dónde se encontraba el auto de Alex el cuál había pedido que trajeran de Shanghai para poder movilizarse en Seúl sin necesidad de utilizar la camioneta más que para ir a lugares que necesitaran de un chofer. Tenía el suficiente dinero para tener dos autos para cada ocasión o incluso más, mientras que Young Mi también adquirió ese tipo de beneficios al llegar a China con él.
El chico le abre la puerta del copiloto permitiendo que la chica subiera primero y luego él rodeo el vehículo para subir al lado del conductor. Salieron del estacionamiento a los pocos minutos y Young Mi le indicó la dirección del lugar para que el chico lo colocara en el mapa interactivo que tenía en la pantalla del auto. El camino fue en completo silencio pero era agradable, las cosas con Alex jamás serían incómodas debido al tiempo que llevaban conociéndose y sin importar las circunstancias, seguían siendo amigos.
Young Mi tiene su teléfono entre manos mientras revisa alguno que otro perfil de sus amigos viendo sus últimas actualizaciones, era una costumbre bastante particular que había adquirido desde que abandonó Seúl. Fue enterándose de algunas cosas sobre todo del lado de Soo Ah, quién era la única que hacía actualizaciones sobre su vida con frecuencia. De esa manera sintió que no estaba sola del todo y leía las actualizaciones cómo si le estuvieran contando a ella, fue de gran ayuda para mantenerse en línea y no dejarse arrastrar por la oscuridad de la tristeza.
—Escríbeme un mensaje cuándo estés lista para regresar, ¿está bien? -Alex le pregunta cuando el auto se detiene a pocos metros del restaurante dónde sería el punto de encuentro.
—Puedo pedir un taxi, en serio. No quiero molestarte -Young Mi gira hacia él luego de deshacerse del cinturón de seguridad.
—No vas a poder lograrlo, Young Mi -Niega con diversión y la chica farfulla por lo bajo–. Baja, deben estar esperándote.
—Gracias.
—No debes agradecerme por cada cosa que hago para ti, te lo he dicho -Alex le sonríe y ella le corresponde de la misma manera antes de asentir. Abre la puerta y baja del vehículo–. Que te diviertas mucho pero con responsabilidad.
—Está bien, papá -Hace una seña militar y él ríe levemente–. No prometo nada.
Antes que Alex pudiera reclamarle por su broma, la chica cierra la puerta del copiloto y le saca la lengua de forma infantil a través de la ventanilla de la puerta. Camina dirigiéndose hacia la puerta del restaurante y Alex no se movió hasta que vio a la chica ingresar al establecimiento por completo.
Young Mi estaba demasiado nerviosa y las manos le sudaban mientras jugaba con el anillo en su dedo, toma aire antes de dar los primeros pasos por completo en el restaurante acercándose hacia la mesa dónde sus amigos se encontraban ya sentados y cada uno con su respectivo plato de comida recién servido acompañado de alcohol. Soo Ah fue la primera en darse cuenta sobre la presencia de su amiga y soltó un fuerte grito que alertó a más de uno, la pequeña pelinegra no dudó en saltar de su asiento y correr hacia dónde se encontraba su amiga para envolverla en un fuerte abrazo.
Young Mi se quedó congelada pero pronto le correspondió el abrazo con la misma fuerza, casi creyendo que se trataba de una ilusión. La había extrañado demasiado y tragó las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos pero no quería arruinar su maquillaje tan pronto.
—¡Young Mi! ¡Estás de regreso, no puedo creerlo! -Soo Ah chilla y se separa de su amiga–. ¡Aclaraste tu cabello! ¡Que hermoso te queda! ¡Estás demasiado hermosa así!
—Yo también te extrañé, Soo Ah -Sonríe y la mencionada se aferra a su brazo de inmediato.
—¡Soo Ah! Pensé que no vendrías -Confiesa Tae Hoon–. No respondiste a mis mensajes así que les dije a todos que no vendrías.
—Quería que fuera sorpresa. Espero que no haya sido demasiada sorpresa para ustedes.
—Fue la sorpresa perfecta -Tae Hoon se acerca a abrazar a la pelinegra, quién le corresponde de la misma manera–. Espero no haber arruinado nada de tu ropa, sé que vale más de lo que yo podría ganar en toda mi vida.
—No digas tonterías -Young Mi le regaña y junto a Soo Ah, ambas rodean la mesa para dirigirse hacia los asientos vacíos de la mesa–. Me alegra verlos a todos, realmente fueron tiempos difíciles sin ustedes -Centra su mirada en Ju Gyeong, quién parecía no estar bien por completo e incluso le costaba mantener el equilibrio–. Ju Gyeong, hola -Saluda a la mencionada y esta reacciona unos segundos después.
—¡Young Mi! -Chilla y sonríe de oreja a oreja con dificultad–. ¡Viniste! ¡Qué alegría! Te ves diferente, ¿eres realmente Young Mi?
—Sí, soy yo -Responde y luego gira a ver a Soo Ah–. ¿Por qué está mareada? ¿A caso he llegado muy tarde para la reunión?
—Empezó a beber desde que se sentó, creo que algo anda mal con ella.
Young Mi sabía muy poco sobre la vida de Ju Gyeong. Tenía entendido que estaba realizando algunas prácticas incursionando en el mundo del maquillaje pero nada más allá de eso, a sí mismo tampoco tenía fotos recientes con Su Ho ni había señales de él en algún lado, ¿habrían acabado con su relación? Ahora que había regresado ya tendría tiempo para poder hablar con su amiga cómo corresponde e incluso podría evaluar ofrecerle trabajo en su empresa.
La recién llegada hizo el pedido de la comida que deseaba junto a una botella de soju para acompañarlo y eso sería suficiente, no quería embriagarse por obedecer a Alex y además nada bueno salía luego de hacerlo.
—¡Salud! ¡Secundaria Saebom, por siempre! -Dijeron todos al mismo tiempo mientras chocaban sus pequeños vasos de soju al mismo tiempo.
—Sí a ella le gusta, debería conquistarlo ella misma -Ju Gyeong empieza a balbucear–. ¿Por qué me está molestando hasta la muerte?
—Escuché que su personalidad es un asco total, por lo que su personal cambia mensualmente -Comenta Hye Min al lado de Cho Rong. Estaban hablando sobre una artista que trabajaba con Ju Gyeong y al parecer la estaba atormentando.
—Si tan solo Han Seo Jun cerrara los ojos y saliera con ella una vez, tu vida como novata del personal sería más fácil.
Young Mi levanta la cabeza de inmediato al escuchar su nombre pero sobre todo en la oración. ¿Seo Jun debería salir con quién? ¿Con la artista insoportable que atormentaba a Ju Gyeong solo para tratar de conseguir su número? ¿Si quiere debería salir con alguien? Claro que puede pero eso molesta a Young Mi por la historia que ambos tienen en sus espaldas, más cuando ella no ha podido olvidarlo ni un segundo por más que se haya esforzado en los dos últimos años pero su corazón se niega a soltarlo.
—¿Tú crees que debería hacerlo, Young Mi? Ustedes dos son mejores amigos, ¿no? -Soo Ah le pregunta a Young Mi y ella reacciona unos segundos después.
—No -Niega y baja la cabeza levemente–. No hablo con él desde hace dos años. Supongo que ya no somos amigos.
Esas palabras rasguñaron las cuerdas vocales de Young Mi antes de salir.
—Lo siento...
—No te preocupes -Young Mi finge una sonrisa y niega–. Si logras persuadirlo de la forma correcta, es posible que lo haga sólo una vez.
—Dijo que no quería. Que sería demasiado para mí forzarlo a hacerlo -Ju Gyeong se puso triste de un momento a otro debido al efecto del alcohol en su sistema.
—Oye, oye. Yoo Tae Hoon, ¿por qué nos reuniste a todos hoy? -Cho Rong le pregunta–. Tenía planes de ir a ver una película con mi Min-nie.
Young Mi sonríe de lado al verlos, ni en su mayor momento de creatividad pudo haberse imaginado que esos dos iban a ser una pareja. El apodo con el cuál Cho Rong se refirió a su novia le trajo el breve recuerdo de cuando Seo Jun le dijo "Mi-Mi" durante una de las tantas salidas que tuvieron juntos, por lo que la melancolía y tristeza la invadieron de inmediato hasta tener la necesidad de poder retroceder en el tiempo para disfrutar cada segundo con él. Lo extrañaba demasiado, mucho más que a cualquier persona que se encontraba en Seúl.
—¡Muy bien! -Tae Hoon se levanta de su asiento luego de haber tenido un breve intercambio de palabras con Soo Ah, quién actualmente era su ex pareja–. ¡La razón por la que los reuní a todos aquí hoy es... que tengo un anuncio importante! -El chico se quita su gorra azul mostrando su cabeza libre del tinte rubio que llevaba durante la secundaria y ahora se encontraba completamente negro, incluso se lo había recortado–. Voy a alistarme en el ejército con Ahn Hyeon Gyu el mes que viene -Toma de la mano al mencionado y lo hace levantarse de su asiento.
—¿Qué?
—¿Cuándo? -Todos empezaron a preguntar sorprendidos por la repentina noticia.
—Hyeon Gyu y yo acordamos alistarnos juntos en buenos términos, así que espero que nos apoyen.
—¡Atención! -Dos de los amigos de Cho Rong hicieron una señal militar imitando a los chicos.
—Lo siento, amigo. No me registré para alistarme -Hyeon Gyu suelta la mano de Tae Hoon y el chico lo mira sorprendido, incluyendo al resto de los presentes en la mesa–. Tengo novia -Enseña un anillo que lleva en su dedo anular y todos se sorprenden aún más.
—¿Qué? ¡Imposible!
—Recientemente, una mujer ha reclamado un lugar en mi corazón -Hyeon Gyu empieza a contarle a sus amigos–. A pesar de todo, no puedo alistarme. Solo ten eso en mente.
—Ahora mismo estoy sin palabras -Tae Hoon empieza a reclamarle a Hyeon Gyu, quién volvió a sentarse en su silla–. ¡Qué demonios! ¡Acordamos alistarnos juntos, pequeño bastardo traicionero!
Tae Hoon lo toma del cabello y ambos empiezan a pelear sobre la mesa.
—Acabo de escapar finalmente de estar solo por siempre, ¿cómo podría hacer ahora que mi novia espere sola?
—¡Esperar sola, mi trasero! ¡Lo supe desde el momento en que entraste con ese corte de pelo! ¡Tráiganme unas tijeras! -Tae Hoon exige mientras una de las chicas intenta liberar a Hyeon Gyu del agarre del otro.
—¡Detente, Yoo Tae Hoon!
—Había extrañado esto -Confiesa Young Mi bastante sonriente mientras bebe de su soju y observa todo con una gran sonrisa en su rostro.
Young Mi deja de escuchar unos segundos lo que estaba sucediendo a su alrededor al centrar toda su atención en el mensaje de su hermana preguntándole si estaría libre al día siguiente, ella le responde que tiene deberes durante toda la mañana ya que sería su presentación cómo CEO de la empresa pero estaría libre para la noche. Llegaron al acuerdo de que Young Mi pasaría por ella a casa para llevarla a comer una pizza o lo que ella quisiera, así para ponerse al corriente de lo que había sucedido ante la ausencia de la otra. Eran asuntos bastante importantes que no podría demorar mucho más en atrasarse.
—¡Ah, ya llegó! -Soo Ah codea a Young Mi haciendo que ella bloqueara su teléfono y levantara la cabeza viendo a la entrada principal–. No ha cambiado casi nada, ¿verdad?
Ve cómo Seo Jun ingresa al restaurante pero se detiene unos segundos al ver que cierta pelinegra se encontraba entre los presentes. Ambos se miran sorprendidos por la presencia del otro pero dicha emoción le duró muy poco a Seo Jun porque pronto siguió con su camino luego de desviar su mirada a otro lado dejando de mirar a Young Mi casi cómo si la estuviera ignorando, cosa que le dolió demasiado a ella al darse cuenta de lo que hizo. Entendía su reaccionar, estaba enojado con ella pero quería que le pudiera dar una oportunidad para poder explicarse cómo no lo hizo antes de irse.
—Oigan, ¿quién dejó que Ju Gyeong bebiera tanto? -Seo Jun les reclama a sus amigos.
—Ella lo bebió por si sola, ¡no es cómo si la hubiéramos alentado! -Contesta Cho Rong mientras Seo Jun ocupa lugar al lado de Ju Gyeong y Young Mi no le quita la mirada de encima.
Sabía muy poco sobre la vida de Seo Jun, por no decir que o sabía absolutamente nada sobre él. Había cambiado su peinado cerrando por completo la pequeña abertura de cabello que tenía sobre su frente y también su vestimenta era adecuada a su edad haciéndolo ver cómo casi un adulto. Siempre había tenido un buen sentido de la moda, lo cuál formaba parte de todas las cosas que Young Mi le gustaba de él.
—Ju Gyeong -Llamó a la chica que se encontraba inconsciente sobre la mesa–. Estoy aquí. Despierta.
La chica no reaccionaba, estaba totalmente sumergida en su inconsciencia que le fue casi imposible escuchar la voz de Seo Jun.
—¡Young Mi! -Soo Ah expresa con sorpresa y la mencionada desvía su mirada para verla con dos manos cubriendo su boca–. ¿Entonces es verdad que te casaste? -Señala el anillo que la pelinegra lleva en el dedo anular de su mano derecha, ella inmediatamente intenta ocultarlo sintiendo la mirada de Seo Jun sobre ella–. ¡Tienes que contármelo todo!
—¿Qué? -Cho Rong pregunta interviniendo en la conversación–. ¿Young Mi se casó? ¿Con quién?
—Yo no... -Young Mi no termina su oración al encontrarse con la mirada de Seo Jun, este estaba enojado a juzgar por su mandíbula apretada–. Yo...
—Iré a buscar un taxi -Seo Jun la interrumpe luego de levantarse abruptamente de la mesa llamando la atención de todos. El chico caminó hacia la puerta del restaurante dando pasos largos y con dureza.
—Discúlpenme un momento -Dijo Young Mi parándose unos segundos después sin esperar la respuesta de sus amigos, simplemente tomó su bolso y fue detrás de Seo Jun.
Ese podría ser su oportunidad de hablar con Seo Jun como corresponde o al menos para quedar en un lugar dónde conversar, lo único que Young Mi quería era arreglar los problemas con él porque ya no soportaba tenerlo tan lejos de ella y su corazón llevaba sufriendo durante dos años. Sabía que él también sufrió todo este tiempo, ya lo había dejado sin darle explicación alguna hace más de diez años y lo volvió a lastimar de la misma manera.
El chico se aleja varios pasos y Young Mi sale finalmente del restaurante.
—¡Han Seo Jun! ¡Espérame! -Exclama la chica yendo detrás de él pero este no se detiene–. Detente, por favor.
La suplica en la voz de Young Mi fue suficiente para que su cuerpo reaccionara de forma involuntaria y se detuviera en medio de la calle aunque no lo quisiera. Traga en seco tomando coraje para poder girarse y lo hace de inmediato viendo cómo la pelinegra se va acercando lo más rápido que puede hacia él.
Aunque el corazón de Seo Jun estuviera destrozado en millones de pedazos, aún seguía reaccionando ante ella. Verla fue mucho más que una sorpresa, fue una satisfacción completa al verla tan cambiada. Nunca se le había escapado algún detalle nuevo que Young Mi se haya hecho, y esa no sería la excepción. A pesar de la baja luz pudo ver el cambio del color de su cabello, a sí mismo en la forma de sus facciones cambiaron levemente haciéndola ver más madura debido al paso de los años pero no se le veía para nada mal. No había algo en el mundo que pudiera hacerla ver mal.
Y eso es lo que lo lastimaba más.
—¿Qué quieres? -Seo Jun le pregunta con frialdad. Young Mi tiene recuerdos del tiempo en el que él estuvo enojado con ella luego de haberse ido con Alex, se comportaba igual–. ¡Cierto! Olvidé felicitarte por tu matrimonio. Felicidades, Young Mi.
—No es cómo tú crees, Seo Jun. Te lo juro -Suplica Young Mi acercándose a Seo Jun y este no se mueve ni un centímetro, solo se queda viéndola–. Déjame explicártelo todo, por favor.
—No tienes nada que explicarme, Young Mi -Seo Jun niega–. Estás casada, guarda tus explicaciones para tu esposo que te espera en casa -Ambos se miran por un largo rato en el que la chica niega mientras está al borde de las lágrimas–. Regresa a casa, Young Mi. Si esperabas hablar conmigo, lamento decepcionarte pero no podrá suceder.
Seo Jun pasa por el lado de Young Mi de regreso hacia el restaurante pero la chica lo toma de la muñeca impidiendo que se vaya, por lo que gira de vuelta a ella para mirarla notando que sus ojos estaban cristalizados haciendo que su corazón se estrujara con dolor al verla de esa manera. Estaba demasiado adolorido por todo lo que ella le había hecho que no se podía permitir volver a caer en en ella para volver a ser lastimado.
—Lo siento mucho, Seo Jun -Dice mientras una lágrima rueda por su mejilla–. Te he extrañado todo este tiempo. No tienes idea de lo mucho que me dolió dejarte sin explicaciones, sólo dame una oportunidad para poder contártelo todo.
Un lado le decía que lo haga, el otro le decía que debía negarse y seguir con su vida cómo se estuvo esforzando todo este tiempo pero antes que pudiera dar una respuesta, ve cómo un auto se estaciona a la distancia y alguien se baja del vehículo al detenerse. Reconoce de inmediato de quién se trataba, no hacía falta tener una mejor iluminación en la calle.
—Vuelve a tomar tu distancia de mí, Young Mi -Aleja la mano de Young Mi con cuidado de su muñeca y la pelinegra derrama lágrimas por lo que hizo–. Sigue con tu vida, yo ya estoy siguiendo con la mía -Deja que sus lágrimas caigan mientras siente dolor en el medio de su pecho–. Felicidades por tu matrimonio nuevamente.
Seo Jun sigue con su camino con bastante dificultad pero no se detiene ni un segundo y pone toda su fuerza de voluntad para evitar girarse hacia la chica que había dejado atrás. Young Mi se queda en su lugar llorando sin detenerse para nada mientras que Seo Jun sigue caminando de vuelta hacia el restaurante para ocuparse de Ju Gyeong pero derrama una lágrima en el camino, el cuál fue eliminada de inmediato por el dorso de su mano.
Las oportunidades para Young Mi se habían acabado.
:(
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