DOS. school
🌸 CAPITULO DOS
school / escuela
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LOS RAYOS SOLARES SE COLABAN por las cortinas blancas de la habitación de Young-mi. Los pájaros pasaban cantando y las mariposas revoloteaban en los rosales del patio trasero de la enorme casa Eun. La mayor se encontraba aún descansando a las recientes horas de la mañana en completa serenidad, hasta que el silencio fue roto por completo cuando una persona ingresó a la habitación de improviso azotando la puerta contra la pared más cercana.
—¡EUN YOUNG-MI! ¡MUÉVETE QUE YA ESTÁ EL DESAYUNO!
Young-mi gruñó dándole la espalda a su hermana y continuar durmiendo. Han-dam vio el acto de ignorarla por lo que tomó aire con una idea en su cabeza a punto de ejecutar. Las probabilidades de que Young-mi la termine asesinando son altas pero quería divertirse un rato, así que no había nada mejor que hacerlo molestando a su hermana mayor.
Retrocedió unos pasos para luego correr y tomar impulso así saltando hacia la cama encima de su hermana, Young-mi soltó un quejido de dolor cuando su hermana se tiró sobre ella. Ese tipo de ideas descabelladas eran las que rondaban por la cabeza de Han-dam cada que su madre le daba esa tarea tan importante, aunque tiene el mérito de ser la única que puede lograr despertarla tan temprano.
—¿Qué te pasa? -Young-mi se la quitó de encima con un empujón haciendo que Han-dam cayera al suelo–. ¿A caso enloqueciste?
—Buenos días para ti también, hermana -Dijo a penas desde el suelo apretando su costilla que había salido lastimada por la caída.
—¿Qué haces aqui tan temprano? -Se sentó en medio de la cama viendo cómo su hermana menor se ponía de pie adolorida.
—Te olvidas que hoy empiezan las clases -La mayor gruñó en respuesta–. Oye, yo tampoco quiero ir así que no me gruñas. Solo espero encontrar chicos guapos o no valdrá la pena levantarme tan temprano.
Young-mi se dió cuenta que su hermana ya estaba vestida con el uniforme de la escuela. Le quedaba bien y tenía altas expectativas sobre cómo le quedaría a ella, así que debía vestirse para comprobarlo y sobre todo, antes que su madre subiera para recordarle que ya era tarde y debían desayunar antes de irse.
—Ya te puedes ir. Me voy a vestir -Hizo las sábanas a un lado y salió de la cama.
—No te demores -Han-dam canturreó antes de salir de la habitación ajena cerrando la puerta a sus espaldas.
Caminó hacia las puertas blancas de su clóset, las abrió a la par ingresando a la pequeña habitación donde toda su ropa ya se encontraba perfectamente ordenada y sus zapatos de igual manera. Tomó entre sus manos el uniforme de su nueva escuela que colgaba en uno de los compartimientos. Consistía en una falda gris claro, una blusa blanca y un blazer rojo con la insignia de la escuela en el lado izquierdo y por encima estaba el broche con su nombre.
Eun Young-mi
En cuestión de algunos minutos ya se encontraba completamente vestida apreciando su reflejo en el espejo completo que colgaba de su pared. Le parecía algo simple y tiene la sensación que le faltaba algo, así que optó por darle un poco más de vida colocándose una cinta rosada en el lugar de la corbata. Tomó un listón con broche blanco y rayas rojas dónde en el medio tenía una piedra de fantasía. Ahora sí estaba satisfecha con su aspecto.
Se acercó hacia el tocador blanco viendo todos sus perfumes, cremas y otras cosas de su cuidado personal en completo orden, pero solo miró el labial líquido con sabor a fresa que se encontraba escondido entre algunos perfumes. Tragó en seco y acercó su mano con miedo hacia ese pequeño envase pero no logró tomarlo. Sus respiraciones fueron irregulares tratando de tranquilizarse y recordó que debía hacerlo todo con calma, dando un paso a la vez.
Tomó su bolso donde ya tenía algunas pocas cosas que Sung-hyun había comprado el día anterior y le serían suficientes para su primer día de clases. El pasillo se encontraba vacío para cuando Young-mi cerró la puerta a sus espaldas. Caminaba mientras tarareaba la melodía de una canción que se le había quedado en la cabeza y no lograba sacarse de un grupo femenino surcoreano Twice, a quienes ella ya seguía desde que estaba en Australia.
Llegó hacia el primer nivel pasando por la enorme sala y siguiendo el delicioso olor de un desayuno recién hecho hacia el comedor, donde ya su familia se encontraba sentada comiendo porque al parecer tenían prisa y nadie iba a esperar a Young-mi. Se sentó donde corresponde al lado de su hermana y su madre le sonrió cuando la tuvo frente a frente.
—Procura programar una alarma a partir de hoy, Young-mi -Su madre habló con la atención puesta en su plato de frutas.
—Está bien -Murmuró. Se sirvió un poco de jugo de naranja y agarró una tostada con jamón ibérico.
—Quiero recordarles que cualquier complicación que tengan estando en la escuela, se lo comuniquen a su profesor para que les ayude -Ambas asintieron y siguieron comiendo–. No quiero problemas -Su dedo índice apuntó a Han-dam advirtiéndole.
—Está bien -Resopló desviando la mirada.
El desayuno en la familia transcurrió con normalidad. Jung-kyung no es mucho de hablar porque siempre está centrado en su teléfono o tableta trabajando, por lo que solo se dedica a comer mientras trabaja ignorando de lo que su esposa e hijas hablan. Él fue el primero en abandonar la mesa, no sin antes darle la orden a Sung-hyun de llevar a sus hijas a la escuela y luego ir a la empresa. Mientras que Seung-dam conduciría su camioneta ya que no tendría chófer quien la lleve al hospital.
Young-mi y Han-dam subieron al vehículo negro en la parte posterior como corresponde y Sung-hyun cerró la puerta cuando ya estaban ellas dentro, rodeó el auto dirigiendose al lado del piloto y pronto se adentró a este.
¿Cómo serían las personas ahí? ¿La tratarían bien? Young-mi daría lo mejor de sí misma para agradarle a las personas más buenas y así estar en un buen entorno, no como los amigos que tenía antes dónde solo la hacían sentir mal cuando ella más los necesitaba. Se encargaron de destruirla y ahora ella juntaba sus piezas intentando recuperar lo perdido del tiempo más oscuro de su vida porque sí, ella había pasado por un terrible momento y es por eso que su padre los llevó de regreso a Seúl.
—Young-mi -La voz de su hermana interrumpió sus pensamientos. Se giró hacia ella encontrándose con su miraba un poco preocupada–. ¿Estás bien? Aún podemos regresar a casa si te sientes mal...
—No, Han-dam. Estoy bien, solo estaba pensando -Le sonrió de lado para que ella no se preocupase. La menor no muy convencida asintió.
El auto negro fue el centro de atención de los estudiantes que ingresaban a la escuela. Algunos se detenían para ver cómo el vehículo era conducido por el camino hacia la entrada principal mientras que otros se apresuraban por llegar hacia el edificio y así ver más de cerca a la persona que se encontraba dentro. Sin duda se trataba de alguien importante, un auto de ese nivel no suele verse transitando en una escuela pública, por lo que la curiosidad fue en aumento.
Sung-hyun se bajó del auto arreglando su traje negro elegante aumentando las expectativas a los estudiantes sobre quién era la persona dentro del vehículo. Abrió la puerta trasera y la primera en bajar fue Han-dam, sonriendo y saludando como si se tratase de la Primera Dama frente a los ciudadanos. Fue seguida por su hermana mayor, quién la obligó a bajar su mano deteniendo su saludo exagerado.
—¿Qué crees que haces? -Han-dam le dijo entre dientes sin dejar de sonreír.
—Evitando que me avergüences. ¿Quién te crees que eres? ¿La Reina Isabel? -Young-mi reprimió las ganas de reírse y Han-dam se giró hacia ella molesta.
—¿Y eso que te importa? Si no te gusta, te puedes ir.
—Me importa desde que llevamos el mismo apellido y bajamos del mismo auto, Han-dam -Golpeó su cabeza en reproche–. Ven, tenemos que dejar unos papeles en la sala de profesores.
Pasó su brazo por detrás de los hombros de su hermana menor acercándola a su cuerpo y así encaminándose hacia el interior del edificio, no sin antes despedirse y agradecer a Sung-hyun por haberlas traído. Las personas dentro también miraban a las alumnas nuevas con sorpresa y admiración por sus apariencias físicas. Ambas son atractivas y Han-dam lo sabe mucho más que su hermana mayor, es la única que utiliza ese beneficio a su favor y así hacer lo que quiera, sobre todo manipulando a los demás.
Mientras que Young-mi era todo lo contrario. Arreglaba su apariencia física siempre pero no era su prioridad plenamente, solo si se trataba de algo importante como una cena con los inversionistas de su padre o alguna subasta de caridad, nada más que eso. Tampoco le gustaba manipular a los demás pero eso no quiere decir que no lo haya hecho alguna vez. Aún así no les prestó atención y siguió con la cabeza en alto hacia la sala de profesores.
En la habitación habían muchos escritorios en el medio siendo ocupados por varios adultos sumergidos en sus asuntos laborales, ninguno alzó su mirada para ver a las alumnas recién llegadas por lo que debieron entrar por completo y preguntarle a la primera persona que les brindara confianza. Young-mi tocó el hombro de un hombre que estaba concentrado escribiendo algo frente a su computador.
—Disculpe. ¿A quién le puedo entregar estos papeles? -Mostró los papeles en sus manos y el hombre entendió a lo que se refería.
—Oh, ustedes deben ser las alumnas nuevas -Se puso de pie mostrando su bonita sonrisa–. Deben ser Young-mi y Han-dam, ¿Cierto? -Asintieron–. Soy el profesor Han, les enseñaré a partir de hoy.
—Mucho gusto, profesor Han -Young-mi hizo una reverencia y codeó a su hermana menor para que hiciera lo mismo. Aún no se acostumbraba a las costumbres de la ciudad.
—La vida en el extranjero debió ser buena. Ustedes son las primeras extranjeras en la escuela -Recibió los papeles que Young-mi sostenía y los dejó sobre su escritorio.
—Sí, será complicado seguir de nuevo estas costumbres
—Antes que me olvide -Giró buscando algo en su escritorio–. A partir de hoy son estudiantes de la secundaria Saebom -Les entregó sus respectivas credenciales y ambas sonrieron alegres.
—¡He escuchado que hay nuevas alumnas del extranjero! -Un señor apareció sonriente pero el tono de su voz asustó a las hermanas–. Una de ellas es tricampeona del concurso mundial de matemáticas -Llegó hacia las chicas y miró a la mayor–. Esa debes ser tú.
Agarró los papeles que el profesor Han había dejado sobre su escritorio y buscó la libreta de notas de Young-mi, al encontrarlo se dió cuenta que sus últimas calificaciones no eran las mejores así que de inmediato supo que no se trataba de ella.
—Creo que me equivoqué -Dejó a un lado los papeles y miró a Han-dam–. Esa deberías ser tú. ¿Verdad?
—Es cierto -La menor sonrió orgullosa–. Soy Eun Han-dam, tres veces ganadora del concurso mundial de matemáticas y ganadora del último concurso de cálculo mental.
—¡Es un honor tener a alguien como tú en nuestra escuela! Gracias por habernos escogido -Young-mi rodó los ojos por el ego que desprendía su hermana.
—Las llevaré a sus respectivas aulas de estudio -Intervino el profesor Han
—No es necesario, profesor Han -Habló el señor–. Yo puedo llevar a la señorita Han-dam a que se presente con sus compañeros. Usted encárguese de la otra alumna.
Sin esperar más, el hombre le hizo una seña a Han-dam para que salieran de la sala y ella salió con el ego por las nubes al ser reconocida por todos sus premios recibidos a lo largo de su vida. Ella era muy inteligente y siempre se encargaba de explotar ese lado suyo en matemáticas, por eso era popular en su escuela. Young-mi también tuvo grandes calificaciones, era la mejor de su clase pero llegó ese día dónde la arruinó por completo, así que bajó su rendimiento casi de inmediato.
Ahora intentará recuperar su concentración estando en un ambiente nuevo.
—Ese era el subdirector. Ignora todo lo que dijo -Young-mi asintió viendo a su hermana desaparecer con el subdirector que no dejaba de hablarle–. He revisado que tus calificaciones eran muy buenas antes. Estoy seguro que podrás mejorar.
—Sí, yo también creo eso.
Salieron de la sala de profesores con dirección hacia el aula de clases que le tocaría a Young-mi. Ella se repetía una y otra vez que las cosas serían diferentes, lo único que tenía que hacer era volver a ser ella y así tendría grandes resultados, lograría rodearse de personas con buenas intenciones, eso era todo. Sonaba demasiado fácil para cualquiera pero ella lo estaba pensando mucho porque no quería equivocarse, no lo podría soportar.
Todos los presentes se quedaron en silencio al ver cómo el profesor Han ingresaba acompañado de la atractiva nueva alumna.
—Ella es la alumna nueva transferida desde el extranjero, Eun Young-mi -Presentó el profesor frente a toda la clase y miró a la chica–. Young-mi, ¿quisieras presentarte?
—Hola, soy Eun Young-mi. Espero que nos llevemos bien.
Todos empezaron a aplaudirle y gritar mostrándoles su mejor sonrisa a la alumna nueva. Ese sentimiento de aceptación la hizo sentir bien, estaba emocionada de poder conocer a más personas y que todos ellos la recibieran con alegría, como en ese momento. Sonrió sin poder evitarlo, estaba experimentando un buen cambio.
—¡Tenemos a dos lindas chicas en nuestra clase! Seremos la envidia de los demás. Ya nos hemos convertido en los más visuales de la escuela -Un chico vociferó y los demás lo apoyaron.
—¡Ya! ¡Hyeon-gyu! No la avergüences así -El profesor Han regañó al chico de lentes–. Ya hemos hablado de lo hermosos que son cada uno. Aún más de cerca.
—Profesor Han, no lo haga de nuevo -Una chica dijo en un tono avergonzado.
—Está bien, ya entendí -El profesor rió y miró a Young-mi–. Puedes sentarte delante de Su-ho -Señaló un asiento libre que estaba al lado de las ventanas.
Miró al tal Su-ho, un chico que se tomó la molestia de mirarla con seriedad por al menos un segundo. Solo bastó un segundo para provocarle un poco de miedo por su expresión neutral pero a pesar de eso debía admitir que es un chico atractivo y ese aire de misterio atrae a muchas personas, al menos no a ella. Asintió dirigiéndose hacia el lugar vacío que el profesor le había indicado bajo la atenta mirada Su-ho que le ponía los pelos de punta. Su bolso quedó en el suelo entre sus pies y así empezó su primer día de clases.
Young-mi intentó entender lo que el profesor hablaba sobre los poetas, aunque él le reiteró que no era necesario su esfuerzo y podría pedirle apuntes a alguien para que así se ponga al corriente. La campana sonó avisando el termino de las clases y todos guardaron sus libretas.
—Eso es todo. No se olviden de hacer sus deberes -Fue lo último que dijo el profesor Han antes de abandonar el salón de clases.
Mientras Young-mi guardaba sus pertenencias, había una persona que se puso de pie con intenciones de acercarse a ella. Llegó hasta estar frente a su mesa y Young-mi alzó su mirada encontrándose con una chica de cabello corto y linda sonrisa que le pareció muy adorable.
—Eras tú la que llegó en el auto negro, ¿no? -Preguntó y otra chica arrastró una silla a su lado.
—Sí, ¿me vieron? -La chica asintió lentamente.
—Toda la escuela te vió.
—Hola -Antes que Young-mi pudiera lamentarse por llamar la atención de esa manera, aparece una chica con el cabello castaño oscuro–. Soy Lim Ju-gyeong, también soy nueva.
—¿Me darías tu número? -Preguntó la de cabello corto extendiéndole su teléfono a Young-mi. Ella lo aceptó luego de pensarlo un momento–. De seguro eres una modelo, debes tener muchos seguidores en tus redes sociales.
—No soy modelo y no tengo redes sociales -Respondió casi de inmediato–. Solía tener pero tuve un problema con mi cuenta. Alguien ingresó y se hizo pasar por mí.
—¿Qué clase de tonto podría hacer algo así? -Chasqueó la lengua.
—Si volvieras a abrirte una cuenta, estoy segura que recuperarías todos tus seguidores y podrías tener aún más -Añadió Ju-gyeong.
—No estaría segura de eso pero podría intentar volver a abrir una cuenta.
Volver a sus redes sociales sería dar un gran paso, pero primero quería asegurarse que contaba con la aceptación de todos sus compañeros porque aún tenía el miedo creciente que alguien pudiera estar en su contra. Mientras no esté segura de si ellos eran realmente buenos, no podría atreverse a dar un paso tan importante como era recuperar sus redes sociales, así que solo se quedaría "En Proceso".
Aunque a juzgar por las dos chicas que se habían acercado a hablarle, podría ser que ellos si eran buenas personas y que Young-mi podría volver a tener amigos, amigos de verdad.
No se preocupen, Seo Jun ya
va a aparecer DJDKD
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