𖾜 [♡勋]─ ▸ epílogo !︎
↷✦; c o n d u c i r ❞
Era una tarde bastante agradable, no muy calurosa. Una brisa fresca obligaba a californianos a usar una sudadera ligera para taparse. Ya casi era invierno, y aun así se seguía sintiendo el verano, aunque fuese en pequeños rayos de sol.
Después de todo, California no era más que un verano eterno.
Lee Know se encontraba en sus habituales vaqueros azules y con una camisa a cuadros arremangada hasta los codos.
―¿Tienes todo?
―Lo has preguntado al menos cinco veces, Minho. Si hubiese querido tenerte en modo responsable atrás mío habría llamado a Hyunjin también.
Min solo rió, negando con la cabeza.
―Quizás no preguntaría tanto si las últimas cuatro veces no hubieses respondido solo "creo" ―lo miró con un rostro que trató de parecer serio pero que igualmente se notaba sonriente―. ¿Tienes todo, entonces?
Y Bangchan sonrió de oreja a oreja, tratando de que no se le escapara la risa.
―...creo.
―Dios mío ―suspiró (aunque aún divertido). Chan caminó con una sonrisita, arrastrando dos maletas con ambas manos y con una mochila en sus hombros. Llegó a la parte trasera del auto y Lee abrió el maletero aún con aparente frustración ante el comportamiento de su... ¿novio? Bangchan acomodó ambas maletas junto a las pertenecientes al pelimorado. Su mochila la dejaría en el asiento de atrás―. ¿Y si te falta algo?
―Pediré a Felix o a Hyunjin que me lo envíen por correo... o algo.
―Vaya independencia la tuya, Christopher. Ya no dependes absolutamente de nadie ―comentó irónico.
Chan solo bufó burlón.
―Voy paso a paso. Además, con mi herencia, cualquier cosa que me haya llegado a olvidar podré comprarla hasta diez veces ―dijo elevando la cabeza y alzando la nariz, dándose aires importantes.
Lee rodó los ojos, apoyándose contra el auto.
―Oh, el niñito rico puede comprarse lo que quiera.
―Hombre ―corrigió juguetonamente, acercando al otro y juntando sus cuerpos―. Ya tengo veintiuno.
―¡¿Veintiuno?! ―fingió sorpresa el pelimorado―Oh, esto no funcionará, lo lamento. Me van los niñatos ―y entonces sonrió, tomando al castaño por la cintura―. Ah, no. Que tú siempre serás un niñato, mayor de edad o no.
Bang soltó una risa sarcástica, esquivando el beso que el de pecas trató de darle. Más el pelimorado, lejos de rendirse, volvió a acercarse para besarlo. Bangchan continuó evitando los besos, divertido y tratándose de escaparse del agarre del otro. Pero el de ojos avellana, llegando a una tregua, comenzó a dejar besos por su rostro. Sacándole sonoras risas al más joven.
―Oigan, algo de respeto. El ex sigue aquí, gracias ―dijo Jisung entonces, saliendo por la puerta de la casa de Minho, con una pequeña mochila llena de algunas de sus pertenencias.
―Pfff, "respeto" dices, cara dura.
El rubio se encogió de hombros con su mejor sonrisa inocente.
―No tengo idea de qué hablas, Lee.
El de cabello morado simplemente rodó los ojos, escuchando a Chan reír ante el comentario de Jisung.
―Recuerda que es un poco sensible, Han.
―Ni me lo recuerdes, gracias a dios me lo quité de encima. Lo lamento por ti.
―Oh, hago lo mejor que puedo para sobrellevarlo. Pero creo que aguantaré.
―Rezaré por ello.
Minho observó el intercambio con una pequeña sonrisa y una ceja levantada. La situación era surrealista de por sí: su ex-novio y su... su lo-que-sea, juntos, bromeando. A costa suya, claro.
―Dios los cría y el Diablo los junta ―dijo Lee, suspirando con fingida frustración. Pero por dentro, sintiéndose más feliz que en mucho tiempo―. Bien... ¿ya tienes todo?
―¡Que sí, por dios! ―dijo exasperado el castaño. Más el pelimorado sonrió divertido.
―Le decía al rubio ese, metiche.
Han le pegó un puñetazo en el hombro (bastante fuertemente), ante el apodo. Know ignoró la carcajada de Bangchan.
―Tengo todo, tarado ―hizo un gesto hacia su mochila―. Aunque los CDs supongo que quedarán allí, no puedo llevarlos en la moto. No recordaba haber dejado tantas cosas... de ser así le habría pedido a Changbin que me alcanzara con el auto.
Lee Know metió las manos en su bolsillo y sacó las llaves de la casa. Las agitó frente al rubio y éste, con gesto confundido, las tomó.
―Pasa a buscarlas después, entonces...
―¿Eh? ¿No te las llevas?
―Nah, no planeo volver a ella. No a vivir, al menos... ―el rubio frunció el ceño, entendiendo la idea de Minho.
―¿Me estás dejando la casa?
Min rió, asintiendo.
―Fue tuya en un principio de todos modos.
Bangchan, que durante el transcurso de la conversación se había salido de entre los brazos de Minho para ir a cerrar el maletero, sonrió un poco.
―Pero...
―Oh, vamos, solo quédate con la casa. Changbin y tú también terminaron la universidad este año, ¿no? Ya tienen donde vivir, no tienen que buscar otra casa. Recuerdo lo difícil que fue conseguir esta...
Han miró las llaves entre sus manos, sonriendo. Luego, levanto la mirada y dedicó aquel gesto a él.
―Gracias...
Minho le devolvió la sonrisa y...
―Ustedes dos son tiernísimos, en serio. Si no fuese porque lo engañaste, Han, y que ahora él sale conmigo, los tendría en mi top de parejas favoritas ―dijo Chan, entonces. Luego pareció considerar algo―. O haría un trío con ustedes, lo que viniese primero. Es más, hasta podríamos tener algo de eso ahora.
―Que adulador ―dijo con sarcasmo el de cabello rubio. Aún sin saber del todo si la actitud de Chris tratando de tapar sus pequeños celos (aunque seguro Minho ni siquiera notaba que se trataba de eso) lo divertía o lo irritaba. Probablemente ambas―. Pero no creo que a Binnie le agrade la idea.
―Bueno, si tan atado estás, puedes invitarlo. El chico es lindo.
Han frunció el ceño un poco ante eso, pero no se enojó. Sabía que el castaño solo estaba tratando de sacarlo de quicio.
―Se... lo dejaremos para otra ocasión, supongo. Debo irme ―se acomodó mejor la mochila al hombro y sacó del bolsillo de su chaqueta de cuero las llaves de su moto, jugueteando con ellas mientras caminaba hacia el vehículo. Min lo siguió y cuando llegaron a ella Han se giró con una sonrisa de costado, extendiendo su mano hacia el pelimorado―. Bueno. Hasta que nos veamos, entonces.
Minho miró la mano, elevó una ceja y luego miró al rubio. Tomó su mano y tiró de él para abrazarlo. Jisung era más alto que él, y envolvió los hombros del de ojos avellana con sus brazos, fuertemente.
―Yo... nos volveremos a ver ―dijo Lee, hundiendo levemente la cabeza en el hombro del chico que significaba para él más de lo que podía explicar.
―Lo sé... ―dijo Han, palmeando con cariño la espalda del otro―. Soy tu mejor amigo, después de todo. Y si ese chico te lastima siempre puedes volver llorando a esta casa.
El pecoso dejó escapar una risa.
―¿Changbin y tú me dejarán dormir con ustedes si me siento muy mal?
Ahora fue el turno del de cabello largo de reír.
―Claro. Creo que Bin no tendría problema.
Se separaron entonces, aún sonriéndose.
―Hasta entonces, perro. Aunque, sinceramente, no creo que nada malo pase ―echó un pequeño vistazo hacia Bangchan, varios metros alejados de ellos, haciendo el distraído mirando su celular―. Te quiere más de lo que admite, lo puedo ver en su rostro ―miró a Minho―. Y tú lo adoras. Todo estará bien, estoy seguro.
El de pecas se encogió de hombros, mirando el suelo, con una pequeña sonrisa.
―Eso espero... ―se miraron durante unos instantes―. Hasta entonces, rubia.
Jisung pasó por su lado, empujándolo con el hombro juguetonamente. Subió a la moto, y metió la llave, encendiéndola.
―Suerte... ―se puso el casco―. Aunque si logró que dejases de una vez por todas esta ciudad, no creo que necesites mucha. Ya eso dice bastante.
―¿Qué significa eso? ―preguntó Lee Know, ladeando la cabeza.
―California nunca se sintió como un hogar para ti. Pero... pero ya no te veías irritado de vivir aquí últimamente. Creo que me había equivocado; no es el lugar lo que no te dejaba sentir como en casa ―sonrió―. Era la persona. Sea donde sea que vayan, creo que no te volverás a sentir fuera de lugar, si es con él.
―Han... ―suspiró y sonrió―. Gracias.
Jisung solo miró hacia el frente, dispuesto a irse.
―Cuídense, ambos ―y un poco más bajo, casi con vergüenza, agregó―. Te quiero, estúpido.
Y así, con un "nos veremos cuando vuelvas," aceleró. Alejándose.
Minho simplemente lo observó, y se sorprendió de no sentir ningún pesar.
Volteó para caminar nuevamente hacia Chan, que ahora tenía la consola de él en sus manos, jugando.
―Espera que pase este nivel... ―pero Minho lo ignoró. Y adrede, lo abrazo tapándole los ojos con sus brazos―. ¡Agh! Ya casi lo tenía ―hizo un pequeño puchero, pero la sonrisa se le escapó cuando el pelimorado continuó con los besos de antes―. Muy bonita su despedida. En serio, casi lloro. Fue muy emotiva. Aunque estoy levemente decepcionado... ¿ni siquiera un pequeño beso? ¿Un "jamás nadie será como tú? ¿"Nunca te olvidaré"? ¿"Te seguiré amando pase lo que pase"? ¿Nada de eso?
Minho rodó los ojos, mordiéndose el labio. Bangchan era tan... Bangchan.
―Eres tan raro. Le coqueteas al ex-novio de tu novio y de paso quieres que ellos se besuqueen en frente tuyo ―aún abrazándolo por los hombros (aunque con solo un brazo ahora), caminaron hacia el auto.
Chris rió y le pasó un brazo por el costado.
―No estaba coqueteándole... ―Minho lo miró con cara de póquer―. Bueno, solo un poco. Soy inofensivo de todos modos ―el pelimorado rió con él, murmurando algo como "no sé hasta qué punto eres inofensivo."―Y lo del besuqueo es por una buena causa...
―¿Y cuál sería esa buena causa?
Se separaron para subir cada uno por una puerta del auto, y continuaron su conversación en el interior de este.
―Que cuando lo besaras dijeses "¡Maldición! ¿Así besaba él? Mi novio es mil veces mejor besador. Menos mal que terminé con este oxigenado."
Minho no pudo evitar soltar una sonora carcajada ante eso. Bang Christopher era un imbécil. Y probablemente no se cansaría en un largo tiempo de su forma inmadura, egoísta e irónica de ser.
Entonces, cayó en la cuenta de algo. Dejó de reír y sonrió torcidamente al castaño. "¿Qué?" articuló el de ojos café, confundido de pronto ante la sonrisa autosuficiente del otro.
―Lo dijiste... ―antes de que el menor pudiese preguntar, respondió―. Novio. Te referiste a ti mismo como "mi novio."
El rostro del más joven, como pocas veces pasaba, se tornó de un tono rosáceo en las mejillas.
―Tú lo habías dicho antes... ―trató de excusarse, frunciendo el ceño. Lo había atrapado―. Además, necesitaba ponernos un titulo más oficial antes de irnos de esta ciudad. No sé cómo son las personas en los demás estados, capaz no entiendan cuando diga "mi amigo" y traten de coquetearte o algo.
Lee Know no podía describir el grado de felicidad que sentía en ese momento. Mucho menos ponerlo en palabras, así que mientras Bangchan balbuceaba diferentes excusas ante su pequeño desliz, él se inclinó para tomar un mapa que tenía en la cajuela. Se lo extendió a Chan quien, aún sonrojado, tomó el pedazo de papel.
―Es un mapa de yankeelandia ―encendió el auto, y el motor rugió. Salió del estacionamiento de la casa, y sin mirar atrás, comenzó a alejarse rumbo a la carretera rápida―. Dime por dónde ir.
No tenían un destino definido. No habían pensado en ello, solo querían irse de Pacific Beach y descubrir nuevas ciudades con nombres estúpidos. Dejar la arena y el mar por un tiempo. Y quizás encontrar un lugar donde pertenecer.
Aunque, sin decirlo, sospechaban que ya lo habían encontrado.
Ninguno buscaba ya olvidar recuerdos. Ahora buscaban crear nuevos.
Entraron a la ruta y Chris bajó la ventana de su puerta, apoyando el codo en ella y su cabeza sobre su mano. Observando el verano eterno alejarse poco a poco. Un mapa con indicaciones en su mano.
―¿Entonces? ¿Por dónde vamos?
El cartel en la carretera que decía "california" indicando la dirección hacia el lado contrario donde ellos iban.
―Sigue en línea recta y bajemos cuando algo nos llame la atención. Por donde quieras.
―¿Por donde sea? ―preguntó Minho, dejando de mirar el camino por un segundo para observar a su pareja.
Sin un plan, sin nada decidido. Sin saber que les esperaba realmente.
―Por donde sea.
―¿Seguro? ¿Y si nos perdemos?
Bang giró para sonreírle.
―Encontraremos un camino y seguiremos.
Min asintió, sonriendo. Seguro se perderían más de una vez.
Pero, todo estaría bien.
―Mantén el mapa a la vista, por las dudas.
Bangchan rió y miró hacia el frente, la ruta opacada por el cielo del atardecer. El sol golpeando contra sus ojos.
Puede que fuese algo de años o quizás solo dos semanas más. Pero no importaba realmente hacia donde llegaran mientras el camino valiese la pena.
―Solo conduce, Minho.
★ ࣪ 🚘 𖠵 F I N !
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y llegamos al final! gracias como siempre por darle una oportunidad a esta adaptación y por todo su gran apoyo también 🤧
fue mi primera adaptación y si les soy sincera, fue muy difícil para mí adpatarla jahsj , pero me divertí mucho en el proceso así que valió la pena el "sufrimiento" ahr ni tan así,
me gustó mucho adaptarla y
espero que a ustedes también
de leerla <3
en fin, nos vemos en la próxima 🤍
atte: minnie ♡
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